El estado, la ley, los gobernantes y nosotros

Me resulta muy sorprendente que cada vez que publico una propuesta en la que se hace más hincapié sobre la responsabilidad individual y la libertad individual, algo que se supone es de esperar en un blog como este que se dice «liberal», los comentarios y respuestas que recibo mayoritariamente van directamente en tres líneas:

  • Sólo unos pocos somos «responsables», los otros no y sería un peligro, un desastre, la guerra incluso, devolver a esos otros las riendas de sus propios destinos
  • El estado español definido en la Constitución del 78 es lo mejor a lo que podemos aspirar los españoles, no lo toques! Y si lo tocas, es para anular el llamado «estado de las autonomías»
  • La historia nos ha traído-y por lo tanto demostrado- que un estado fuerte y central es la mejor garantía para todos, piensen todos que ello es así o no.

A partir de tales premisas toda disputa es imposible. Uno se desanima no pocas veces, viendo la absoluta falta de valor de muchos compañeros de viaje a la hora de discutir ciertas ideas, viendo el conservatismo implícito en tal actitud, intentando no tomarse de manera personal que se califiquen ciertas ideas simplemente como absurdas.

El «liberalismo» español sigue siendo eminentemente conservador, lo cual no es ni bueno ni malo, es como es. Y no le demos más vueltas. Cuando yo en su día defendí el derecho de secesión, algo por otro lado perfectamente entroncado en la tradición liberal- véase lo que al respecto opinan Rothbard o Mises, por ejemplo- NADIE reparó en que tal defensa del derecho de secesión NO significa que los secesionistas estén legitimados para SECUESTRAR en su territorio o en su nuevo estado a quienes no desean formar parte de tal solución. Y eso que lo he dicho explícitamente por activa y por pasiva más de una vez. ¿Por qué se ignora SIEMPRE ese importantísimo detalle? Solo veo dos motivos: o bien lo que se pretende es mantener el status quo a toda costa, negando cualquier posibilidad de que surjan nuevas estructuras sociales, o bien porque se teme una superfragmentación de esas estructuras que funcionaría como una especie de cascada sin fin. Lo primero es conservadurismo, no le doy más vueltas, lo segundo es únicamente fruto de ignorar perezosamente nuestra propia condición humana: las posibles «miniestructuras» surgidas de un proceso secesionista en cascada no durarían ni lo que un caramelo a la puerta de una escuela: lo nuestro es negociar, asociarnos, en grupos grandes capaces de defender nuestros intereses. Efectivamente, los grupos que surgirían de esas asociaciones no se parecerían -probablemente- a los que identificamos hoy como «nuestros»… o tal vez sí. Dejemos que los responsables y los irresponsables nos muestren de lo que son capaces o incapaces.

Alguno (yo mismo) me dirá: !no hombre! ¿y la propia seguridad? ¿lo dejamos todo en manos de un supuesto orden espontáneo impredecible y caótico? Y aquí es donde entra la LEY. La ley es la que marca las reglas del juego, la que nos protege del caos, de la violencia indiscriminada, la que nos permite identificar a los delincuentes y requerirles reparación, la que nos garantiza nuestra seguridad. Y las propias leyes, en una democracia, proporcionan el marco por el que éstas pueden ser cambiadas, derogadas o mejoradas. La Constitución del 78 es CLARAMENTE mejorable para devolvernos a NOSOTROS la soberanía que hoy reside en «el pueblo» (esa cosa tan compleja de definir y que cada partido político, cada uno de nosotros define así o asá según veamos el cocido), las leyes que regulan el poder judicial en España son NECESARIAMENTE mejorables para alcanzar plena separación de poderes, la ley electoral necesita cambios drásticos IMPRESCINDIBLEMENTE para devolver el comercio de ideologías al ámbito de lo privado (del que nunca debió salir) y recuperar los principios de «un hombre un voto» y «representación directa» (nada de votar listas, se votan personas). Pero no parece que ninguno de los mercaderes mayoritarios de ideologías hoy en el poder o cerca de él tengan la más mínima intención de llevar adelante alguno de tales cambios. La LEY en manos de la partidocracia y nosotros en manos de sus caprichos. Bien, sigamos así.

¿Y los gobernantes? ¡Dios mío!, ¡los GOBERNANTES! ¡Pero si vivimos en uno de los países más corruptos de Europa Occidental! Seamos sinceros: ¿Alguno de ustedes está realmente sorprendido por el hecho de que el GOBIERNO de una Comunidad Autónoma como Cataluña haya actuado al MARGEN de toda legalidad, incluso de su propio Estatut, para intentar IMPONER la voluntad de la CASTA y los ADOCTRINADOS que les mantienen en el poder sobre TODOS los demás catalanes? ¿En serio? ¿Les sorprende? Más sorpresas: y luego llega el gobierno central, el de MADRID, aplica un artículo de la Constitución NO DESARROLLADO mediante, por ejemplo, una Ley Orgánica, a ciegas, casi con vergüenza, inventando plazos …. conscientes de que ellos, en su financiación, en su ejercicio de poder ejecutivo, son autores o cómplices (tanto si son del PP como si lo son del PSOE) de innumerables casos de corrupción, de la cristalización de una nefanda cultura del padrinazgo que anquilosa España en su capacidad de crecimiento y nos convierte a todos en peleles apenas dirigidos por el capricho regulador del mercader de ideologías de turno en La Moncloa.

Lo siento, de verdad, pero yo no puedo ponerme del lado de los separatistas totalitarios que ignoran la ley, del mismo modo que no puedo defender -ni siquiera con la nariz tapada- un modelo de estado español que no ha sabido en 40 años despertar nuestra generosidad, anular nuestro cainismo o desterrar la arbitrariedad administrativa y gubernativa. Tal vez, y esto me llena de tristeza, porque en el fondo somos una sociedad de cicateros, envidiosos y conniventes con cualquier desmán de nuestros gobernantes, siempre que sean eso: los «nuestros».

 

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

Artículos: 3201

18 comentarios

  1. Bueno Luís. Yo no creo que entre en ninguna de las tres líneas que comentas al comienzo de tu artículo, y creo que ya te he dicho más de una vez que pienso que teorizas muy bien desde la nube, pero como ya te responden con precisión para bajarte a la tierra, por ejemplo Bastiat, yo sólo comentaré este par de líneas de tu entrada:

    -Lo siento, de verdad, pero yo no puedo ponerme del lado de los separatistas totalitarios que ignoran la ley, del mismo modo que no puedo defender -ni siquiera con la nariz tapada- un modelo de estado español…

    Y ahora te pregunto, si estuvieras sobre el terreno (en Cataluña), y tu profesión se viera altamente perjudicada en lo económico, o varios de los derechos que te ¿garantiza? mal que bien, ese modelo de estado al cual no harías costado… ¿qué harías? ¿Poner la otra mejilla? ¿Agachar la cerviz sabiendo que te pasarán por encima sin ningún escrúpulo? ¿O elegir lo que menos te perjudique o lo que más se ajuste a tus principios?

    ¡Pues eso! Aquí la gente sufre. Pierde amigos. Pierde dinero. Pierde el trabajo. Soporta acosos. Se va del país (la echan). Y muchas otras formas de generar infelicidad.

    • Cuando digo que no puedo ponerme del lado de la defensa del actual estado español no estoy diciendo que no me ponga del lado de la ley vigente. Son cosas diferentes.
      Desde la ley hacia una nueva ley, es todo lo que digo.

      • Bueno Luís, te lo iba a pasar porque te aprecio mucho, pero ya no me aguanto: por fin, mucha gente en Cataluña ha decidido que ya no se calla. Me haces un juego de palabras para escaparte, porque en definitiva, el Estado es la ley, y yo personalmente (y apuesto a que tú también), sólo podrías ponerte al lado de una ley, que aunque fuera injusta, hubiera sido creada por un Estado en el cual, mal que bien, existe un pacto social (la Constitución), razonablemente consensuado, así que menos pudores y arriesgo un juicio sobre lo que harías en mi situación: lo mismo que yo. Te habrías ido a comprar una bandera (en mi caso la primera) y ¡hala! A hacer bulto en lo que parece que es la única vía de comunicación del ciudadano con el poder. ¡Tomar la calle para ver realmente que peso social tiene mi postura!
        Ahora ya me callo, lo desmientas o no.

  2. A ver Luis… que te me pones blandito….

    Hablando por conceptos hablamos de conceptos. El secesionismo, como derecho individual, es simplemente un canto al sol. Uno no se puede secesionar de un estado si primero no reconoce la supremacía de ese estado sobre el territorio que quiere secesionar. Y luego, además secesionar sólo esa parte del estado que él considera propia… supongamos que sólo la propiedad que ha adquirido conforme a las leyes que rigen en el estado del que se quiere secesionar… lo cual ya lo hace bastante incomprensible, evidentemente lleva aparejado un acto de responsabilidad…. Pero… ¿para qué?

    El secesionismo individualista, permíteme, no tiene ningún recorrido real ni formal ni conceptual dentro del ideario liberal. Es simplemente un canto al sol, llevado con malicia, no es más que una reducción al absurdo.

    El secesionismo no es más que una forma más de crear estados a parte de otros estados. Y en esa creación de nuevos estados, como habrá quien no quiera participar de ese proceso secesionista, estarán sometidos y sojuzgados por esa nueva mayoría si es que se lograra conseguir la secesión… es, por tanto, también desde el punto de vista liberal un proceso carente de justificación…. Salvo que sea un proceso por el cual grupos humanos oprimidos, perseguidos, diezmados…. Puedan desear crear su propio estado en los territorios tradicionales de ese grupo para conseguir su supervivencia…. Pero no encuentro en este momento paralelismo con nada que nos rodee en este momento.

    Y luego está la consecuencia de que las personas libremente puedan crear marcos de convivencia… Eso ya se hizo… en su momento. El marco de convivencia es la Constitución. Mejorable…. ¡Vaya si mejorable! Y todos tenemos muchas ideas al respecto…. No creo que vayamos a verlas todas representadas en las distintas opciones que nos presenten…. Pero todos tenemos nuestras ideas. Lo fundamental es saber quién decide sobre qué y a quienes afectan.

    Pero curiosamente lo importante en este asunto no es sólo quienes deciden qué, sino que para poder decidir algo sobre ese asunto y saber a quienes afecta lo fundamental es el territorio… que es lo que permanece a lo largo del tiempo. Porque si alguien hoy en día puede decir que las constituciones hay que poder cambiarlas cada …. ¿20 años? porque ellos no las han votado… pues tendríamos no una constitución sino reducir el marco de convivencia a los vaivenes de mayorías en elecciones. Y eso no es más democrático, porque lo que quiebra precisamente es el principio de seguridad jurídica tan necesario para establecer dentro de un determinado territorio cualquier actividad y programa de vida.

    ¿Que todo es mejorable? O no…. ¿Mejorable qué es? ¿Lo que me satisface a mi o a la mayoría? Y cuando yo estoy con la mayoría… fenómeno… cuando no…. ¿qué?

    Y es que eso es la sociedad de hoy en día… y de antes de hoy en día, de anteayer…. De hace 10, veinte… treinta años… porque somos seres humanos que priman antes nuestros intereses que los de los demás… Si. Nuestros intereses…

    Permíteme poner una celebérrima frase de mi alter ego: “El estado es esa gran ficción por la que todo el mundo pretende vivir a costa de los demás”….

    • Estimado Bastiat,

      no te digo que no sea cierto que no pocas veces propongo cosas en las que difícilmente una mayoría estará de acuerdo. Tampoco es esa mi intención. Lo que intento es hacer propuestas nuevas, diferentes, y siempre desde la perspectiva de una única premisa: lo que si debemos aceptar todos es la renuncia a imponer nuestras ideas a los demás, por muy buenas que nos parezcan.
      Desde esa premisa, cualquier derecho fundamental no está ahí para ser «bueno» o generar cosas «buenas». Hay quien decide renucniar asu derecho a la vida y se suicida. Hay quien decide usar su derecho a la libertad para coartar la de otros, su derecho a la propiedad para robar a los otros, su derecho a la secesión para secuestrar a otros. Si siempre medimos los efectos de uno de estos derechos desde su aspecto negativo, el real o el temido, lo lógico sería eliminarlos todos, no crees?

      Un saludo!

      • Luis… soy Bastiat… es que la red corporativa no me deja conectarme ahora con Facebook….

        Estima Luis…. Yo no estoy negando la posibilidad de ofrecer cosas que difícilmente puedas ser adoptar ahora mismo por una mayoria… Estoy tratando de discutir sobre conceptos…. Y digo que el derecho de secesión no existe. Es como eso del «derecho a una vivienda digna»….. No.

        El anteponer la palabra «derecho» a lo que sea no lo convierte automáticamente en un derecho. Pero sobre todo desde el punto de vista liberal y mucho menos libertario o anarcocapitalista…

        Existe el derecho a emigrar pero porque es una forma de ejercer la libertad… Pero no el derecho a quedarte con un aparte del territorio que pertenece a todos porque todos tienen capacidad de decir sobre ese territorio al que llaman país, región, nación… Estado.

        En el fondo estoy discutiendo la propia esencia del anarcocapitalismo en cuanto a la forma de obtener la propiedad de la tierra…. Si lo piensas bien ese es el meollo de la cuestión. Y, por tanto, el asunto no es si se hacen propuestas nuevas o diferentes sino si esas propuestas tienen algun recorrido intelectual… porque de conceptos, insisto, es de lo que estamos hablando….

        Y por supuesto que creo que hay que cambiar muchas cosas dentro del estado español…… joer…. soy liberal…. Este estado socialdemócrata mechado de nacionalismos varios y regionalismos paletos…. pues no…. aún me gusta menos…..

        Pero por eso se trata de disponer nuestros esfuerzos a una…. a una dirección en la que avanzar hacia mayores cotas de libertad…. Proponiendo construir… no simplemente derribar a ver qué sale… entre otras cosas porque lo que primero niego es la coacción a los demás en forma de estado…… Porque estoy en contra del Estado.

        Esa es la parte para nada realista del problema enfocado como lo haces…..

        • Vaya por delante que de todos los administradores de web que he conocido (y ya son unos cuantos), Luis es el que más simpatía me ha provocado por su tolerancia a aguantar la crítica educada (e incluso algunas que no lo son tanto) con enorme elegancia.
          Dicho esto, opino que sobre bases intelectuales equivocadas, pretender construir nada más y nada menos que una alternativa a la realidad política y social existente, es una absoluta entelequia.
          Hemos sido varios, entre ellos yo, los que hemos criticado de forma respetuosa, argumentada y concreta donde residen los fallos del planteamiento hecho por Luis, y tengo que decir que no he leído por su parte contraargumentos de peso, lo cual me parece, por su lado, una forma de rehuir el debate.
          Siento tener que repetirme una vez más, pero la propuesta de Luis, me parece casi calcada del cantonalismo de la I República, cuya esencia, es igual que en el «municipalismo liberal» de Luis, reconocer la soberanía de grupos muy reducidos sobre territorios muy reducidos, que es literalmente la esencia del «tribalismo».
          Por lo tanto, un contraargumento debe explicar, por qué esta propuesta es diferente de aquella y en consecuencia como se va a evitar cometer los mismos errores que produjo el cantonalismo federal de la I República. Contraargumento que evidentemente no puede ser un générico, «la Ley» como hace Luis en este art.
          ¿Exactamente qué Ley, aprobada por quien, respaldada por quien, va a evitar que los municipios-cantones soberanos con intereses contrapuestos, o simples antipatías personales/sociales se dediquen a putearse los unos a los otros como pasó en la I República?
          Esta es una pregunta concreta que no puede rehuirse si se quiere avanzar en el debate.

          pdt: dices Bastiat «Existe el derecho a emigrar pero porque es una forma de ejercer la libertad».
          Siento tener que repetirme una vez más, pero creo que estás olvidando algo que tu mismo has señalado a Luis: el territorio.
          En el mundo real, se emigra a un territorio concreto, que a buen seguro tiene sus propios soberanos, que son los que van a decidir si te aceptan o no, dado que TODOS los territorios de la TIERRA ya están ocupados (menos la Antártida, que en cierta manera también lo está, al estar bajo acuerdos internacionales).
          Por lo tanto es falso eso de que exista el derecho de emigrar. Lo que es real y existe es el derecho de los soberanos de un territorios a aceptar a los inmigrantes que les de la gana: muchos, pocos o ninguno, dependiendo de su voluntad o capricho, y por supuesto de su fuerza para defender su territorio frente a extraños, ya sean pacíficos emigrantes o invasores violentos.

          • PVL vaya por delante que la discrepancia enriquece mas que el contubernio entre iguales… Pero una cosa es la discrepancia y otra muy distinta discrepar en asuntos en lo que no estamos discrepando. La libertad de emigrar la tienes… el dónde…. es otro tema. ¿O no?

            Por otro lado, el municipalismo de Luis tiene de “original” en el sentido que reduce la capacidad de decisión territorial a los municipios…. que en sí no tiene porqué estar mal…. la cuestión es sobre qué tienen capacidad de decidir los municipios y sobre qué no. Es el caso de Cataluña en este momento en el que puede decidir sobre lo que la Constitución, el Estatuto y las leyes le conceden esa facultad…. desgraciadamente por la anuencia del Estado se les permite adoctrinar en los colegios…. pero No le permite hacer referéndums de independencia…

            Como le digo a Luis, con el que comparto la ideal del municipalismo eliminando comunidades autónomas y diputaciones… lo importante es saber qué le corresponde a quien, qué limites tienen los ayuntamientos dentro de su territorio para hacer según qué cosas y cual es la respetabilidad fiscal que comparta con el Estado o cómo se reparte la responsabilidad fiscal atendiendo a las funciones que cada cual tenga que asumir…. Hay ya hay que ir a la letra pequeña, el pasar eso de las musas al teatro….. Sistema que creo que sería la forma lógica de administrar un territorio en clave liberal.

            Ya que se parezca o no al cantonalismo de la República o sea parecido al tribalismo… son simplemente adjetivos que pones sin haber atendido a esos matices… a la Ley.

            • Bastiat: tu propuesta y la de Luis se parecen como un huevo y una castaña, al menos si os he entendido bien.
              Tú estás hablando de un Estado unitario en el que la soberanía reside en el conjunto de los ciudadanos del mismo, que a nivel territorial se articula y organiza en municipios. Eso a falta de la letra pequeña sobre qué decisiones correspondería al Estado y cuáles a los municipios. En principio me parece perfecto.
              Por el contrario Luis habla de que la unidad de soberanía no es el Estado sino los municipios. Eso implica que por ejemplo, si así lo decidieran sus ciudadanos por mayoría, el ayuntamiento de Talavera podría decidir no integrarse en el Estado español, lo cual es cantonalismo o tribalismo puro y duro, por mucho que se quiera apelar a no sé qué leyes.
              Pd. Si me citas algún país al que un Camerunés o un marroquí tengan el derecho de emigrar te daré la razón. Mientras tanto dado que no conozco ninguno, me reafirmo en lo que te dije: que no existe tal derecho.

            • Por cierto, cuando Luis dice:
              «las posibles “miniestructuras” surgidas de un proceso secesionista en cascada no durarían ni lo que un caramelo a la puerta de una escuela»
              está describiendo literalmente el proceso de anarquía que produjo el experimento cantonalista, tan bienintencionado como profundamente equivocado, de la I República, que no duró ni 2 años (1873-1874) y que fue un absoluto fracaso.

              Frente a ese experimento, el actual periodo democrático basado en un régimen de monarquía parlamentaria ha coincidido con los 40 mejores años de la Historia contemporánea española, medidos en términos de democracia y bienestar económico (esto último, por cierto también se produjo durante el franquismo).

              Por lo tanto, no puedo comprender como se pretende ofrecer como alternativa teórica a «esto» (con todos sus defectos y problemas), algo muy emparentado conceptualmente con aquel fracaso absoluto, que no es otra cosa que aceptar la soberanía de grupos reducidos de individuos sobre territorios pequeños, es decir, regresar a la época de las tribus, con el triste consuelo de que el caos subsiguiente «no duraría lo que un caramelo a la puerta de una escuela».

            • Tengo que darte la razón PVL… no es que se parezca lo que un huevo a una castaña pero si adolece del principal problema de todo anarcocapitalista… y Luis lo es… o al menos le gustaría seguir siéndolo…. del comprender que el Estado no es el territorio, sino que el territorio es dónde tiene aplicación las normas que emanan del grupo humano que lo domina y el Estado es sólo las instituciones y superestructura creada por ese grupo humano para llevarlas a la práctica…. Da igual que el territorio sea del tamaño de los EEUU o de Mónaco. El concepto es el mismo y, en este caso, lo que pretende es que los estados sean del tamaño de los municipios… Y, vamos… en la situación actual no sólo es que sería ya de por sí una entelequia llegar a ello sino que, fundamentalmente ya se sabe que no es viable… aunque existan países del tamaño de Mónaco. Pero de una rareza no se puede sacar una norma. De hecho Mónaco existe porque Francia se lo consiente…. consideraciones históricas aparte y, desde luego no por habérselo ganado en una guerra.

              Y respecto a lo del derecho a emigrar…. Llámalo x. No se trata del derecho a emigrar sino de si existe o no el derecho a irse de un lugar a otro. Y existe…. Otra cosa es que esa posibilidad, esa libertad, esté condicionada por la realidad. Actualmente todos los territorios del planeta están dominados por Estados que ponen sus condiciones a la emigración…. incluso la de salida. pero no es que no existe el derecho, sino que llevarlo a cabo es muy complicado. Pero antiguamente no….

              De hecho un camerunés o un marroquí lo mismo no lo tiene fácil para emigrar a España…. pero un español sí lo tiene más fácil emigrar a Alemania u Holanda…. y eso se debe a los acuerdos entre países. Pero eso lleva aparejado que, curiosamente y ya se lo dije a Luis…. el Exiliado, no puede afirmar lo del acuerdo no firmado del «contrato social» en España una vez que hay ido voluntariamente a Alemania…. Que no haya firmado nada no significa que no haya tenido un acto de la voluntad y al entrar en Alemania, tiene la obligación de aceptar ese contrato social que dentro de Alemania esté vigente.

            • Bastiat completamente de acuerdo con todo lo que has expuesto en este comentario, salvo esta matización menor:
              Como ya expuse en su momento, el requisito fundamental para que puedas emigrar es que los soberanos del lugar en el que quieres instalarte te lo permitan, si son más fuertes que los emigrantes.
              Por eso un ciudadano español puede emigrar a Alemania, mientras que un marroquí o un camerunés no pueden hacerlo, a pesar de que españoles y africanos somos todos «hijos del mismo dios» y en principio y teoricamente deberíamos tener los mismos derechos.
              En la antigüedad era aun más jodido emigrar porque desde que salías del territorio de tu tribu y de sus aliados tu vida no valía un pimiento, dado que no existían ni derechos humanos ni nada por el estilo.
              Las emigraciones y tanto más las masivas, históricamente, siempre han sido por la fuerza, dado que, antiguamente, ahora y en el futuro, se emigra de zonas pobres hacia las ricas: así fueron antiguamente las invasiones bárbaras que acabaron con el Imperio romano, o las de los europeos que acabaron con las naciones nativas de América. Es decir, el derecho a emigrar en esos casos te lo otorga la fuerza.

            • Vale… pero déjame que me quede sólo con el concepto……

              Uno es libre de hacerlo…. otra cosa es que pueda ir a cualquier sitio. O que el irse de a tribu le complique la vida, o que si son muchos tenga que ser por la fuerza…. Pero irse…. puede irse.

              El dónde… ya es otra cosa.

              Pero es que partimos que lo que no puede hacer es quedarse con el territorio que dice suyo… porque no es suyo. Por la misma razón que no puede emigrar allá donde las leyes del estado al que quiera ir no lo permita.

              Un Saludo.

  3. Extraordinario artículo, estimado Luis… a no ser por el último párrafo, donde lo estropeas.

    Ese «modelo de estado español que no ha sabido en 40 años despertar nuestra generosidad» es el que nos ha dado la época de paz más larga de nuestra historia reciente, y es, a la vez, la base legal sobre la que se sustenta la convivencia.

    Sobre la aplicación del artículo 155, yo creo como dices que, efectivamente, había que haberlo desarrolado a través de una Ley Orgánica. Pero no se hizo. ¿Y qué hacemos ahora desde el punto de vista de la legalidad? ¿Ley de Seguridad Nacional? ¿Estado de excepción? El Estado está haciendo lo que puede frente al mayor desafío contra la legalidad en muchísimos años. Y lo que el Consejo de Ministros aprobó (vamos a ver como va la aplicación, que esa es otra historia) a mí me parece totalmente justo. Recuperar el control del territorio que se quiere separar por las bravas y luego convocar elecciones autonómicas.

    Y ahora que ya te he dado los palos voy con lo que considero extraordinario. Yo no me considero ni nacionalista ni tradicionalista. Por ello no me cuesta estar completamente de acuerdo contigo en lo de «Dejemos que los responsables y los irresponsables nos muestren de lo que son capaces o incapaces.» Sin fronteras, ni apelaciones a los 500 años de historia, ni nada por el estilo. Liberalismo puro y duro. Libertad individual (y suma de libertades individuales) aquí y ahora, punto. Totalmente de acuerdo.

    Hablas de corrupción, en los gobiernos catalán y central (y, añado, en todos los demás). Completamente de acuerdo. Y más de acuerdo en que siempre se mira para otro lado cuando la corrupción la cometen «los nuestros» y se pone el grito en el cielo cuando la cometen «los otros».

    Repito, extraordinario.

    Sobre todo cuando dices «La Constitución del 78 es CLARAMENTE mejorable». De acuerdo al 110%. Lo he defendido desde mi blog sistemáticamente. Y hablas de cambios («recuperar los principios de “un hombre un voto” y “representación directa”», por ejemplo) con lo que estoy totalmente de acuerdo.

    Pero no vas más allá. Todo lo cierras en un «La LEY en manos de la partidocracia y nosotros en manos de sus caprichos. Bien, sigamos así.». Y tal vez no te falta razón.

    ¿Sabes algo, Luis? Ahora que nadie nos oye te diré algo. Lo que tú y yo hacemos desde nuestros respectivos blogs es llorar nuestra derrota en la ducha del vestuario. Nuestra derrota liberal. En Alemania por lo menos tenéis un partido liberal que va a influenciar el gobierno en la medida de lo posible en los próximos años. En España el liberalismo, teniendo demanda, no tiene oferta real.

    Si lo que propones en este artículo se plamase en diez puntos (¡solo diez!) sobre los cuales se uniesen la gran mayoría de liberales españoles y a dicho movimiento se le diese una cierta publicidad (EsRadio y LD nada más) estoy seguro de que se sacaban uno o dos diputados por Madrid, que para empezar no estaría mal. Pero no. Lo único que hacemos es escribir lo mal que va todo desde nuestros blogs y desde nuestras asociaciones de liberales. Llorar en la ducha. Y así nos va.

    A veces he pensando seriamente en abandonar mi blog. Es como predicar a sordos o intentar enseñar la belleza de los colores a ciegos. Cada liberal sigue a su rollo personal (supongo que en la mayoría de los casos porque le da de comer) de criticar y nada más. ¿Vale la pena seguir defendiendo el liberalismo en estas circunstancias? No lo sé. Tal vez no.

    Aunque tal vez sí… por conocer personas como tú.

    Y lo dejo, que ya me he separado del motivo por el que empecé a escribir esta respuesta.

    Un abrazo y gracias por mantener abierto y activo DEE.

    • No te digo a nada que no.

      Si te digo gracias, claro, por leer. Son ya algunos en los que, en la distancia, comentamos esto o aquello. Yo no soy tan optimista como tú. No creo que una alternativa liberal, incluso limitada 10 puntos tan claros como algunos de los que comentamos aquí, fuese a conseguir nada. Saludos!

      • Lo dicho, gracias a ti. Y un añadido más. Tal vez tienes razón en que una coalición liberal no conseguiría nada. Pero habría que intentarlo, ¿no? Nadie daba nada por UPyD y con el apoyo de Losantos consiguió lo que consiguió.

  4. Como sucede generalmente, las cosas deben estar equilibradas para funcionar. Más o menos cerca del centro.
    De todos modos, y como comentaba con mi hija hace poco, la historia enseña que para los liberales es más fácil entenderse con los conservadores que con los «progresistas», que rápidamente se pasan a la socialdemocracia casi sin darse cuenta. O sabiéndolo desde el principio, como los «nuevos liberales» de Ciudadanos.
    Y efectivamente, la legalidad española adolece de ese progresismo insidioso que ha invadido Europa, por lo cual para cualquier mejora de nuestro sistema político deberá contar con el apoyo del conservadurismo, con todos los riesgos que eso implique.

Los comentarios están cerrados.