Hoy en día se llama «nazi» o se pone este término como sufijo con demasiada facilidad, y esta no es una excepción. Evidentemente, cuando se utiliza esta palabra no es aludiendo a la base ideológica real del nacionalsocialismo sino haciendo referencia a las reivindicaciones violentas de éste. Por lo que yo sólo vería bien llamar x-nazi a alguien si aquello que está defendiendo tiene implicaciones violentas tales como exterminio o marginación social en base a características superfluas que conllevan la anulación del individuo.
El término feminista, al igual que el término socialista o cualquier -ista que sea, tiene tantas definiciones como individuos hay, de modo que evidentemente existirán feministas que odien a los hombres per se y otras que reivindican una igualdad o una equidad, etc. O al menos se autodenominarán feministas por lo que, en efecto, debido a discrepancias teóricas o prácticas una feminista puede insultar a otra, como ocurre con cualquier tipo de movimiento ideológico. El si debería o no, eso ya es más una cuestión de moral individual y saber estar, lo que aquí trato es si sería o no legítimo hacerlo:
¿Existen corrientes feministas que busquen el exterminio de hombres o la anulación de la masculinidad? Sí, desde luego. Y en estos casos sí que sería legítimo llamar a los seguidores de estas corrientes «feminazis» por lo expuesto con anterioridad. Hay mucho que decir a este respecto porque son múltiples las corrientes feministas que defienden esta clase de cosas y no quiero eternizarme, poco a poco iré exponiendo esas cosas. Mientras tanto, para este artículo me limitaré a exponer únicamente una de estas corrientes, ¿Por qué esta? Sencillo: se trata de una de las más extremas pero a la vez está muy en auge, y de hecho en Argentina es un movimiento muy potente que incluso se ha reivindicado en programas de televisión: el feminismo SCUM.
Valerie Solanas fue la creadora de este movimiento pues sentó sus bases con el Manifiesto SCUM (empleando el término «scum» en relación a los hombres»). Este manifiesto es breve pero muy claro, no emplea metáforas, todo lo que Solanas dijo en él era plenamente reivindicado. Aclaro esto porque las frases que voy a enunciar a continuación son sacadas de ese texto y muchos podrían pensar que son «bromas» o «exageraciones» o cosas sacadas de contexto, pero a quien piense esto le animo a que haga click en el link que dejaré al final de este artículo, en el que tiene el texto completo y a que lea sobre la vida de esta mujer, pues ella todo lo que voy a enunciar lo decía con total seriedad.
Frase con la que comienza el manifiesto: «Vivir en esta sociedad significa, con suerte, morir de aburrimiento; nada concierne a las mujeres (…) les queda sólo una única posibilidad: (…) destruir al sexo masculino»
Segundo párrafo del manifiesto: «Hoy, gracias a la técnica, es posible reproducir a la raza humana sin ayuda de los hombres (…) El macho es un accidente biológico (…) el macho es una mujer inacabada, un aborto ambulante, un aborto en fase gene. Ser macho es ser deficiente; un deficiente con la sensibilidad limitada. La virilidad es una deficiencia orgánica, una enfermedad; (…)»
El manifiesto son treinta páginas, así que iré, por ejemplo, a la mitad, donde pone: «Dada la naturaleza totalmente egocéntrica del hombre y su incapacidad para contactar con el exterior, su conversación, si no versa sobre él mismo, es impersonal, monótona, despojada de cuanto posea un valor humano. La conversación intelectual del hombre es un intento forzado y compulsivo para impresionar a la mujer»
Vayamos hacia el final, para abreviar el suplicio de semejante texto. Estos son los párrafos con los que termina el manifiesto (lo pongo en formato imagen):
Si este fuera el texto de un simple lunático sin trascendencia sería irrelevante y no legitimaría el uso del término feminazi, el problema es que no ha sido irrelevante, sino que ha enraizado profundamente en el movimiento feminista. De hecho, animo a todo el mundo a que lo lea íntegro para que pueda comprobar cómo ciertos aspectos que consideró Solanas son plenamente defendidos de ordinario, como por ejemplo la cuestión de los homosexuales: Bien es sabido que son los únicos hombres a los que el feminismo hegemónico tolera. Esta idea aunque ha surgido por múltiples fuentes también ha nacido de la influencia de Solanas, que consideraba a los hombres homosexuales como los únicos hombres que «admiten» que envidian la vagina y que ansían la castración, y de ahí la aceptación de la pasividad por su parte. Es decir, el feminismo SCUM no tolera al hombre homosexual como a un igual, sino como a un «error biológico» aceptable, pues no dejan de ser hombres. No hace falta decir que esto es una evidente tendencia despreciativa a los homosexuales (homofobia real).
En definitiva: el término «feminazi» es legítimo en según qué casos.
Ahora pónganme a parir en la caja de comentarios ????
Manifiesto SCUM: http://www.iztacala.unam.mx/errancia/v1/PDFS_1/POLIETICAS6_SCUMMANIFESTO.pdf
Hace poco escuche ese término feminazi, y sea cierto o no la gente lo usa y seguirá usándolo. Pero me parece que se refieren a las feministas extremas. Que son intolerantes a un pensamiento diferente y si alguien usa una palabra que consideren inaceptable, deben tener un castigo social, y además laboral y penal.
Si hacemos caso de Robert Graves, uno de los “sabios” mas peculiares y desconocidos del siglo XX, un movimiento similar habría dominado al menos Europa y oriente próximo desde el neolítico hasta bien avanzadas las primeras civilizaciones, que habrían sido creadas por las mujeres y para las mujeres, quienes tendrían el papel dominante en la sociedad. Habla de un control férreo del macho por parte de las mujeres que en ocasiones llegaba a sacrificios sumamente cruentos de hombres, institucionalizados y perfectamente ritualizados cuyo objetivo real habría sido mantenerlos controlados mediante el temor mágico-religioso.
De hecho, a grandes rasgos, sería la rebelión de los hombres frente a este despotismo femenino, lo que habría ido dando lugar a las sociedades machistas que poco a poco se hicieron con el poder, no sin feroz resistencia de las féminas, que habrían defendido sus prebendas con uñas y dientes, luchando fieramente por cada ciudad y cada templo, dando origen a leyendas como la isla de las mujeres de «Los Argonautas», donde los héroes griegos llegan a una isla donde solo hay mujeres porque, como descubrieron después, estas habían matado a todos los hombres. O la leyenda de las amazonas, una tribu exclusivamente de mujeres, que según Graves, no era solo una sino varias, e iban aparejadas con otras tribus exclusivamente masculinas, con las que mantendrían contactos de tipo “religioso” varias veces al año y a quienes entregarían a los hijos varones a muy temprana edad. Una curiosa forma de resolver los problemas de convivencia entre sexos que al menos no implicaba el exterminio de uno de ellos.
Que ya sé yo que todo esto suena raro y se aleja mucho de la “historiaOficialQueNosCuentan”, Pero que nadie piense que Robert Graves era un pirado fantasioso. Solo un tipo con un punto de vista peculiar. Por eso me gusta… supongo.
En la saga del «Clan del Oso cavernario», también aparece una tribu neolítica en la que las mujeres tienen esclavizados a los hombres.
Pero más allá de las leyendas que han podido inspirar este tipo de relatos literarios, no cero que existan pruebas arqueológicas de la existencia de dichas sociedades. Al menos yo no he leído nada al respecto y dudo mucho que algo tan «espectacular», de haber indicios reales, no se hubiera publicitado.
Así que no caigamos en el error de creer que cualquier leyenda mitológica debe tener una parte de verdad, porque no es así.
Hombre, Graves es algo mas que novelista: Generalmente se le considera el mayor erudito en mitología clásica del siglo XX. Sin embargo el usa la mitología como herramienta para profundizar en la historia arcaica, de la que, no lo olvidemos, ignoramos mucho mas de lo que sabemos. Su tesis, así de memoria, viene a ser que la religión es la más conservadora de las instituciones humanas. Por ejemplo, la iglesia católica siguió usando el latín mucho después de que se dejara de usar en el resto de las instituciones, pero no es el único caso, el hebreo no se pierde por la misma razón, se seguía usando para fines religiosos cuando, al parecer, ya nadie lo hablaba. Lo mismo ocurre, creo recordar, con el sumerio. Pero según Graves, no la religión no conserva solo lenguas antiguas sino también costumbres y relatos. De este modo, conociendo por ejemplo la mitología clásica es posible deducir no solo la mitología arcaica de la que procede sino, apoyándose en otros hallazgos arqueológicos, deducir aspectos de la historia de las que no hay evidencia directa.
No creo yo que el método sea infalible, pero desde luego no es peor que otros empleados por los historiadores. Al fin y al cabo, cuando nos remontamos a periodos históricos muy antiguos o prehistóricos, la evidencia es cada vez mas escasa y la mayor parte de lo que nos cuentan no dejan de ser interpretaciones y deducciones razonables hechas con mas o menos imaginación por parte de arqueólogos e historiadores.
De todas formas, al parecer, Graves se convierte en experto en mitología para poder indagar en la historia mas antigua posible para encontrar algo así como …las fuentes de la verdadera poesía. Como digo, era un tipo verdaderamente peculiar 😉
Aunque conozco las leyendas sobre las sociedades matriarcales, en el sentido del hombre sometido y marginado, nunca he oido de ningún resto arqueológico que las confirme. Por otra parte me parece físicamente improbable. Cuanto más primaria es una sociedad, o una especie, mucho más peso tiene en su estructura la fuerza física. Además está el embarazo y la eficiencia. No es lógico pensar que unas hembras, sin control de natalidad posible, limitadas por la gestación y por la maternidad (fortísimo impulso prácticamente irresistible), se encargaran de la gestión material de la sociedad mientras los machos, más fuertes, con menos condicionantes y similarmente inteligentes aceptaran ser tratados poco menos que como esclavos o ganado. Eso sí, como ensoñación feminista o erótica (super hembras a las que los machos de ahora les encantaría «dominar» -no olvidemos que las leyendas son para consumo moderno-) no está mal. Da para alguna película en la que por supuesto, al final, el chico salva a la chica.
Me parece que, inadvertidamente, estamos desvirtuando el hilo de Sofía, quizá deberíamos dejar el debate. Mi intención no era defender la tesis de Robert Graves, el hombre tiene entidad suficiente para defenderse solo (en sus obras claro, porque ya ha muerto), tan solo pretendía hacer un comentario que me parecía que venía a cuento con el tema del artículo.
Y no es que me crea o deje de creer la interpretación de la historia que hace Graves, pero me gusta contraponer visiones alternativas a la historia oficial, la cual tampoco me creo ni me dejo de creer.
Cuando nos la cuentan en la escuela, lo hacen como una serie de certezas comprobadas, como si los historiadores hubiesen viajado al pasado y comprobado cuanto nos dicen. Pero cuando profundizas un poco en la historia antigua, y se acentúa cuanto mas te vas alejando en el pasado, compruebas que todo son suposiciones, razonables y lógicas por supuesto, pero no necesariamente verdaderas ya que se basan en evidencias muy escasas y fragmentarias. La que hace Graves es una interpretación mas de esas evidencias, muy controvertida, claro, pues se opone a la muy extendida de que cuanto mas antiguas, mas machistas y violentas eran las sociedades, pero esta hipótesis no deja de ser un sesgo producido por la historia reciente por un lado, en la que si se ha dado esa relación, y por la sensación que tenemos de que la historia es una “evolución” de los seres humanos, en el sentido de que tiene una dirección y un destino, generalmente “hacia mejor” y partiendo de “peor”. Yo creo que está sobradamente demostrado que no es así, pero cuesta quitarse esa sensación de la cabeza.
Una puntualización para terminar. Pensar que para los trabajos agrícolas la fuerza superior del macho supone una gran ventaja es erróneo, hoy día es difícil de apreciar pues el campo se ha vuelto muy tecnológico, pero yo me crié en la huerta de Valencia y puedo dar fe de que las mujeres hacían todo el trabajo que hacían los hombres, generalmente mas, las pocas tareas que se consideraban masculinas, como arar el campo, no lo eran por requerir mas fuerza sino simplemente por tradición. En el neolítico no creo que fuese muy diferente. Y en cuanto se inicia la civilización y la vida en ciudades, la diferencia en fuerza física todavía pierde mas importancia.
La teoría de las mujeres gobernando esas primeras civilizaciones no me parece descabellada, lo cual no quiere decir que sea cierta, pero si plausible. Sabemos tan poco sobre ese periodo que muchas cosas son posibles en el y no solo las que nos resultan mas fáciles de imaginar hoy día.
Pero no intento polemizar, en serio. Solo aclarar mi forma de verlo, no se si lo consigo.
Vaya por delante que me encanta Robert Graves. Y tampoco comparto la teoría de que la Historia evoluciona hacia mejor necesariamente. La Ciencia si que lo ha hecho, pero desde luego, no es lo mismo ni parecido, aunque probablemente la confusión venga de ahí.
El objetivo prioritario de cualquier especie es perpetuarse, por la sencilla razón de que si no, no existiría.Y normalmente lo suelen hacer mediante el binomio macho-hembra. Suponiendo que el macho humano fuera como describe la señora Solanas no quedaría sino aceptarlo en su papel. Sería lo natural y lo inteligente. Si fuera que el macho humano hubiera degenerado en su moral o sus costumbres, lo que correspondería a un ser civilizado que pretende comprenderlo, sería intentar su recuperación, no su destrucción. Escritos como SCUM sólo expresan la profunda frustración y odio de algunas personas que proyectan su fracaso vital sobre cualquier cosa que no sean ellos mismos. Puede afirmarse, sin temor a equivocarse, que la señora Solanas jamás conoció el amor. Y si no fue así, fue en realidad porque nunca lo mereció (una verdad muy dura de admitir).
Sin embargo, la autora de SCUM, a pesar de su odio visceral, parece ser que ha tenido cierto eco social, y esto tiene que tener también su explicación. Probablemente, a muchas mujeres resentidas, mucho o poco, que de ninguna manera estarían de acuerdo con el texto en lo esencial, les apetece bastante que alguien machaque al macho históricamente dominante. Pequeñas mezquindades, muy humanas, proporcionales al grado de frustración de cada cual.
Una pena lo de la señora Solanas.
En cualquier grupo humano, y los grupos extremistas no son ninguna excepción en tanto que humanos, siempre existen dos categorías: los que creen realmente en los principios intelectuales que caracterizan e identifican al grupo (aunque la mayoría ni siquiera los entiendan en profundidad) (los creyentes) y los que simplemente fingen creerlos porque le son útiles para sus fines particulares, (los cínicos). Éstos últimos, los cínicos, aunque muy minoritarios respectos a los primeros, generalmente se las apañan para ocupar puestos altos en la jerarquía del grupo, lo cual no significa que todos los jerarcas de un grupo pertenezcan al bando de los cínicos.
Siempre que leo un texto tan disparatado como el que se muestra en el art. no puedo evitar preguntarme si el que lo ha escrito es un «creyente» o un «cínico».
Uno de mis cínicos «favoritos», al menos en su versión cinematográfica de la «Solución final» protagonizada por Kenneth Branagh, fue el jerarca nazi R. Heydrich, general de las SS, que en una memorable escena de la citada película, al inicio de una entrevista a un aspirante a las SS, (un tipo no especialmente antisemita pero que trata de labrarse un porvenir en la Alemania nazi) , le hace directamente la siguiente pregunta al inicio de la entrevista: «¿Qué opina usted de los judíos?.
El aspirante, trata de salir del paso balbuceando algo así como: «Bueno… yo creo lo que nos dice el Führer y el Partido sobre ellos», a lo que Heydrich le replica: «Vamos, no insulte mi inteligencia. Si le he hecho venir es porque le considero un hombre inteligente. Usted, como yo, sabe perfectamente que todo lo que publicamos sobre los judíos es absolutamente mentira, una pura patraña. ¿Sabe por qué lo hacemos? Porque nos es útil para conseguir y mantener el poder, ya que las masas necesitan un chivo expiatorio hacia el que dirigir su odio. Por eso lo hacemos: les damos a las masas un objetivo al que odiar y a cambio ellas nos entregan y nos mantienen en el poder».
Esa ha sido y será la esencia de todos los totalitarismos, tanto los que consiguieron triunfar en algún momento (fanatismos religiosos, comunismo, nazismo, etc) como los que aspiran a ello como las feminazis del art.
Tsssssss, buen artículo, al final todo movimiento o creencia que termine en fanatismo es mala para todas las partes involucrada. Tan bello que es querer a los seres humanos por sus diferencias (biológicas, ideológicas, religiosas, etc.).
Gracias 🙂
Como leì por algùn lado tambien el termino es una genialidad por sì mismo. En general estas feministas radicales suelen apropiarse de muchos insultos y exhibirlos con orgullo como para neutralizar el significado descalificador de los mismos; puta, zorra, torta, etc. Pero como se apropian de una palabra que lleva el «nazi» incluido? no pueden
Bien visto 😉