El especismo. ¿Qué es?

«Especismo» significa que las personas discriminan a otros seres vivos debido a la especie a la que pertenecen, es decir, denuncia el tratamiento dado a otros seres vivos simplemente porque no pertenecen a la especie Homo sapiens. El término fue inventado por el psicólogo británico Richard Ryder a principios de la década de 1970, pero fue el bioético australiano Peter Singer quien lo popularizó y lo convirtió en grito de guerra del «movimiento de liberación animal». La analogía parónima con palabras tales como el racismo y el sexismo no es casual, sino deliberada.

La pertenencia a una especie biológica nunca ha sido la razón por la cual los humanos adoptan consideraciones morales hacia sus semejantes tales como la prohibición de matar o la prohibición del robo. Las razones aducidas hasta la fecha son muchas y variadas: somos imagen de Dios, la razón, la capacidad de acción o la capacidad moral. «El hombre» no es sinónimo de «Homo sapiens«, y una causa no es lo mismo que un criterio. Si la causa [de la adopción de consideraciones morales y legales hacia nuestros semejantes] es la capacidad de acción o la capacidad moral, se necesita un criterio que sea útil en la práctica para designar a aquellos que deben gozar de la protección de la moral y el derecho. Este criterio puede ser el de la pertenencia a la especie biológica Homo sapiens.

Todos los miembros de la especie Homo sapiens gozan de la protección de los derechos humanos – con independencia de que cada individuo presente actualmente y de manera específica las propiedades que son causa de nuestra consideración moral y la protección legal.  Cuando hablamos de «El Hombre» nos referimos pues a los miembros de una determinada comunidad moral. NO excluimos a los discapacitados mentales o a los niños de la comunidad jurídica porque no podemos establecer una frontera clara y practicable entre la capacidad y la incapacidad subjetiva para adoptar obligaciones. Con el fin de no tener que lidiar constantemente con el problema legal que se generaría en la incertidumbre de si un humano  presenta o no esas capacidades, hemos decidido considerar a todos como persona jurídica. No podemos entonces hablar de «arbitrariedad especista» cuando no se concede a los animales el status legal de los humanos  porque, en virtud de su naturaleza, jamás podremos exigir de ellos el cumplimiento (ni objetivo ni subjetivo) de obligaciones. Ni legales, ni morales.

Paradójicamente, Ryder & Co. asumen implícitamente que los seres humanos son superiores a los animales e incluso moralmente superiores, ya que sólo de los humanos exigen una consideración moral frente a los animales y no en la dirección contraria. Al mismo tiempo, y por ello,  discriminan a los Homo sapiens. Estos, biológicamente hablando, hacen exactamente lo mismo que otros animales. Los humanos aseguran su supervivencia (¡comen!) y la de su descendencia mediante la transmisión de genes,  como todos los demás seres vivos. Los humanos usan – como todos los demás seres vivos- los beneficios y herramientas que se han derivado del propio proceso evolutivo. Sólo es posible hablar de especismo (en sentido peyorativo) si aplicamos un doble rasero: para los animales nos basta con su biología, libres de TODA obligación legal/normativa,  para los humanos usamos su moralidad y su capacidad de asumir obligaciones frente a terceros.  Un León puede matar y comer una vaca (algo completamente natural) pero nosotros, humanos, no podemos matar y comer una vaca (algo completamente natural) porque tenemos una obligación moral frente a la vaca.

El racismo, siguiendo las tesis al uso hoy en día, aparece ya en el mismo momento en que hablamos de «razas». Nos distinguimos según las religiones, los géneros, la  opinión política, … pero no hay razas. Así que si usted dice «raza» ya es un racista. Podemos trasladar el concepto a la noción de «especie». Dado que «Especie» es un término genérico dentro de un sistema artificial (la taxonomía), podemos concluir que no existen las especies. Así que si alguien dice «humano», sería ya un especista- pero también quien diga tauruses, o galli, o canes . El especismo podría estar en todas partes y por lo tanto en ninguna parte. El concepto de «especismo» es pues apenas bueno como grito de guerra, arma sugestiva que puede arrojarse en contra de cualquiera- incluyendo a los expertos en ética animal o en los «derechos» de los animales. Es un invento.

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

Artículos: 3201

8 comentarios

  1. Recuerdo una crítica del progresista (y a pesar de ello digno de mi mayor admiración intelectual) R. Dawkins en la que criticaba a los absolutistas anti-racistas que pretenden basar su credo «ideológico» en las evidencias genéticas de la «unicidad» del genoma humano, para los que cualquier proposición del tipo : «los atletas de raza negra son los mejores velocistas» es un pecado mortal dado que viola el sagrado 1º mandamiento de su credo anti-racista que decreta: «No existe más raza que la humana en su conjunto».

    Dawkins argumentaba con una lógica aplastante al respecto de las críticas furibundas de estos integristas a cualquier estudio científico serio que obtuviera cualquier conclusión respecto a diferencias raciales, (por ejemplo mayor propensión a ciertas enfermedades) , que partiendo de la bases común cientificamente demostradas, de que es la genética la que determina en mayor parte nuestra apariencia física y que es absolutamente cierto que las diferencias genéticas entre un blanco y un negro cualquiera no son mayores que entre dos blancos cualquiera (o dos asiáticos, etc, etc), ello no impide que cualquiera con dos ojos en la cara, y sin el menor conocimento científico, sea capaz de distinguir a un blanco de un negro o a estos de un asiático.

    Los especistas van un paso más allá en su delirio absolutista: ya no solo es un pecado mortal declarar que distingues a simple vista a un blanco de un negro, sino que distingues a simple vista a un ser humano de una vaca.

      • Supongo por el día del orgullo «animal», que, a no tardar mucho, empezarán a exigir los especistas que se incorpore a los festejos de la World Pride.

        • Supongo que, de la misma manera que cualquier asociación de feministas está presidida por una mujer, o cualquier asociación LGTBI está presidida con alguien cuya «condición sexual» corresponda a una de esas siglas, el presidente de cualquier asociación animalista debería ser un animal no-humano…

Los comentarios están cerrados.