De la rentabilidad empresarial

Autor: Juano 

Una crítica fácil y repetida hacia los liberales es que somos los defensores o súbditos del oligopolio capitalista que controla el sistema.  Dejando a un margen la recurrente defensa de que en un entorno liberal los individuos dispondrían de mayor renta y que ello equilibraría el poder económico y social, creo que la prueba esencial de la falacia es que -sin intervencionismo- según las leyes del mercado la rentabilidad empresarial tiende a cero.  Y tal tendencia es en beneficio de la sociedad.

Todo negocio nace para satisfacer una necesidad desatendida, es una innovación en el entorno que de ser acertada, producirá una rentabilidad determinada.  Una vez en marcha la actividad económica la evolución del entorno competitivo forzará la mengua de esa rentabilidad.  Ante tal escenario, para evitar la quiebra, hay tres alternativas únicas:

  1. Crecer en volumen para compensar la caída de rendimiento y entrar en economías de escala (que permiten un incremento de margen).
  2. Innovar para generar un crecimiento en la rentabilidad.
  3. Buscar el favor del poder político para mantener el status quo o mejorarlo a favor del empresario.

No hay más alternativas.

Hagamos un ejercicio simplificado de comparación de dos ejemplos con diferentes entornos:

Entorno I – Capitalismo liberal

Premisas:

  • No hay impuestos (o estos son de poca cuantía e iguales para todos).
  • No hay inflación ni dinero fiduciario.
  • Ley igual para todos (no hay subvenciones, no hay patentes, no hay programas ni regulaciones sectoriales).

Desarrollo:

  1. Supongamos que el sector del pan tiene una rentabilidad media del 3%.
  2. El empresario X descubre un proceso que le permite fabricar un pan estándar con una rentabilidad del 10%.
  3. Para captar clientela comienza a vender con un precio inferior en un 3% a la media. Los clientes tienen el mismo producto más barato, por ende más renta disponible para otros fines.  El empresario ha invertido 3 puntos de su margen –que deja de percibir- en la acción comercial.
  4. Para que los empleados no difundan su innovación les hace firmar un contrato de confidencialidad, a cambio de ceder un punto de su margen en incremento salarial. Los trabajadores ganan, el empresario ya ha perdido 4 puntos de su ventaja competitiva inicial.
  5. El éxito de la empresa elimina a los competidores que tenían una rentabilidad inferior a la media. Crece la demanda y el negocio se expande.  El empresario obtiene más dinero por el volumen de ventas y recupera 2 puntos de rentabilidad por las economías de escala.
  6. Tras un tiempo, para asegurar el volumen de las nuevas filiales, el precio baja cediendo otro punto de rentabilidad, queda en un 7%
  7. A la larga la competencia logra innovaciones similares o iguales a las que en un inicio logró el empresario X. Comienza una guerra de precios que reduce la rentabilidad nuevamente al 3%.  Si bien la rentabilidad vuelve a la misma media lo hace con un pvp 7 puntos por debajo del inicial, que es beneficio de la clientela y menor montante final de beneficio para los empresarios.  Esto podría expulsar también a los que no logren un volumen de ventas mínimo aún siendo rentables.
  8. Una vez conocido el secreto o siendo este irrelevante por los avances de los competidores, X está pagando un sobrecoste en mano de obra que le puede lastrar ante avances del mercado. Opta por negociar una rescisión del contrato y limitar la pérdida, devolviendo libertad absoluta a los trabajadores.
  9. Un trabajador comete un error en el proceso productivo mas descubre que el resultado final es idéntico y que la nueva alternativa permite un nuevo margen del 10%. Al tener unos ahorros cuyo poder adquisitivo es estable o creciente ve que puede asociarse con unos familiares y montar un negocio competitivo con su descubrimiento.  Lo hace y comienza nuevamente el ciclo.
  10. Incapaz de descubrir la innovación de su ex-empleado y lograr la rentabilidad que impone la competencia, los hijos del señor X tienen que cerrar la empresa y dedicarse a otro negocio con los cuantiosos ahorros generados durante dos generaciones.

Conclusiones en un entorno libre:

  1. La rentabilidad empresarial tiende a cero.
  2. La rentabilidad sólo puede crecer mediante economías de escala y/o innovación (ya sea propia o por imitación). No hay ninguna otra vía.
  3. La rentabilidad decreciente es en beneficio de clientes y trabajadores. El negocio enriquece primero por la satisfacción de necesidades y segundo por hacerlo cada vez de manera más barata.
  4. La competencia tiene vía libre para mejorar cualquier idea o proceso conocido, el desarrollo es más rápido y enriquecedor.
  5. El trabajo duro y exitoso es recompensado, no hay una carga fiscal creciente ante más beneficios. De esta manera no hay una clase social estable dominante.  El que no innova o crece es devorado por la competencia.
  6. No pueden establecerse monopolios u oligopolios, desde el momento en el que pretendan aprovecharse de una ventaja competitiva subiendo precios harán rentables alternativas conocidas.

 

Entorno II – Situación actual.

Premisas:

  • Impuestos progresivos.
  • Inflación constante.
  • Leyes arbitrarias al servicio del interés político.

Desarrollo:

  1. Supongamos que el sector del pan tiene una rentabilidad media del 3%.
  2. El empresario X descubre un proceso que le permite fabricar un pan estándar con una rentabilidad del 10%.
  3. Inmediatamente se hipoteca para hacer una patente que impide que nadie copie su idea durante 25 años.
  4. Comienza a vender pan con un descuento del 7%.
  5. Crecen las ventas de manera espectacular y comienza a abrir filiales.
  6. La competencia viéndose acorralada presiona a los políticos y logra una ley que limita el número de panaderías por barrio impidiendo la expansión del señor X.
  7. El cambio legal trunca el plan de negocio de X, por lo que no puede hacer frente al pago de la deuda y vende la patente y el negocio al gigante Y del sector. Hacienda se lleva la mitad del montante de la operación.
  8. Y, que tiene la mayor red de distribución del país, ahora comienza a vender con al precio de X. Hunde a la competencia y amplía la red comprando a los quebrados.  Nadie puede hacerle competencia al tener la patente y la ley que limita el número de panaderías.
  9. Una vez Y logra una posición dominante vuelve a vender el pan al precio antiguo. Con las ganancias crecientes y espectaculares absorbe a proveedores y controla la evolución de posibles productos sustitutivos.
  10. Al no haber competencia los salarios de los trabajadores se estancan. Se despide a los de mejores condiciones y se contrata a nuevo personal con menos salario.
  11. Y negocia con el gobierno la inclusión de sus panes en las dietas de todos los comedores públicos del país.
  12. Z desarrolla un nuevo pan que es mejor y más barato que el de Y, con un margen del 25%.
  13. Z no puede abrir nuevas panaderías, sus ahorros no dan para pagar la patente, al no ser viable con el marco legal el negocio no recibe financiación.
  14. El cliente final ahora paga el pan igual que antes más la parte de sus impuestos que va a la compra de panes para otros. La empresa Y cada vez gana más dinero con mejor margen.  La innovación está bloqueada.  Los pobres ya no comen pan fuera de los comedores públicos.
  15. El estado aumenta el déficit para desarrollar un programa de subvenciones a la I+D+i.
  16. La empresa Y consigue más de 1 millón de euros en subvenciones en dicho programa. No desarrolla nada nuevo.
  17. Los hijos de X pierden todo lo que quedaba de la riqueza de su padre con el impuesto de sucesiones.

Conclusiones en el entorno actual:

  1. Ante la incertidumbre de la inversión en innovación o crecimiento, la consecución del favor político –ya sea mediante corrupción, ya sea mediante presión social o lobby- es una inversión de mayor certeza y cuantía en su rentabilidad. Si se cuenta con la suficiente masa social y organización ni siquiera hace falta una gran cuantía de dinero para lograr una fuerte ventaja competitiva a través del BOE.  Ventaja competitiva que irá en detrimento de clientes y trabajadores.
  2. La dinámica de incentivos del estado así tiende a la generación de oligopolios y al establecimiento de una clase social privilegiada en base a su proximidad al poder, no en base a su capacidad de generar riqueza. Además los impuestos progresivos castigan el éxito de los nuevos emprendedores, por lo que la clase dominante se torna estable y con rentabilidades crecientes.
  3. El esquema de patentes y leyes sectoriales son un enorme e injustificable freno al desarrollo y a la generación de riqueza.

 

En el largo plaza las leyes del mercado son inexorables, los resultados del primer escenario acaban por imponerse.  Sin embargo las perturbaciones que introduce el estado retrasa y tergiversa el desarrollo, provocando innumerables víctimas de distinto grado por el camino a favor de una élite improductiva.

Si bien el desarrollo de cualquier empresa en cada escenario no ha de ser paso por paso como se ha descrito en este ejercicio, sí que la tendencia indicada es fiel a lo que ocurre.  Así vemos mayor evolución y cambios en sectores sin legislar que en los que están férreamente regulados.  En los primeros el liderazgo va cambiando cada poco tiempo, mientras que en los últimos la hegemonía tiene estabilidad de lustros.

El amigo del rico y del monopolio, por lo tanto, es el intervencionista.  El liberal es amigo del bien común literalmente, pues propone un escenario de beneficios empresariales que tienden a cero a favor de todos los demás, o sea, de la sociedad.

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39 comentarios

  1. Es posible que ya se haya debatido en este medio, pero yo me he perdido el debate, sobre la postura mayoritaria del liberalismo sobre patentes y propiedad intelectual.
    En general, comparto buena parte de los puntos de vista liberales (me refiero a aquellos puntos de vista en los que suelen estar de acuerdo la mayoría de los que se definen como liberales). Pero me surgen dudas con el tema de la propiedad intelectual.

    Una de las bases de liberalismo, a parte de la libertad individual, es el reconocimiento del derecho «sagrado» de propiedad privada. Ésto, cuando se trata de bienes materiales no ofrece dudas: si yo creo un bien (a partir de la transformación de otros bienes) o lo adquiero a través de un intercambio, se reconoce que dicho bien me pertenece y cualquier persona que desee utilizar dicho bien necesitaría de mi consentimiento.

    En mi opinión, en el tema de la propiedad intelectual/industrial (salvo excepciones) se debe aplicar el mismo principio. Si tú has dedicado muchos medios y esfuerzos a desarrollar una tecnología, se te debería reconocer la propiedad sobre dicho bien inmaterial.
    No obstante, bien es cierto que hay muchas situaciones en las que ésto presenta dudas. Por ejemplo, alguien que por su cuenta realiza un desarrollo que, por mera coincidencia, resulta en una tecnología idéntica a otra técnica que había sido desarrollado previamente por otra persona. Esta otra persona también ha conseguido dicho «bien inmateria» por méritos propios, por lo que debería tener derecho de propiedad sobre él.
    Por ejemplo, la primera persona en el mundo que inventa la rueda (un elemento circular que puede girar libremente a través de un eje que pasa por su centro) la patenta. En un lugar alejado, otra persona que no tenía constancia del primer caso, realiza el mismo descubrimiento. ¿qué derecho tiene el primero a impedir al segundo disfrutar de los beneficios de su descubrimiento?

    • La institución de la propiedad privada surge para dirimir el conflicto del uso excluyente al que nos obliga la precariedad de los bienes económicos. Mientras yo utilizo mi coche nadie más puede hacerlo y no hay suficientes vehículos para satisfacer los deseos de uso de todas las personas. Sólo a través de la propiedad privada se logra un funcionamiento congruente y razonable en la asignación de recursos.

      Sin embargo con las ideas no hay precariedad y tampoco uso excluyente. Que yo cante una canción no impide a nadie que también lo haga. No hay ningún conflicto que resolver.

      Las patentes y la propiedad intelectual nacen para limitar la competencia y generar ingresos al estado, no hay ninguna otra justificación. Y además no hay un planteamiento sonsistente que sostenga el esquema: La inexistencia de patentes nunca frenó el desarrollo y la creación de riqueza, pero estas sí ralentizan los avances tecnológicos y empobrecen a la sociedad creando ventajas competitivas artificiales. Ante dos investigadores que lleguen al mismo descubrimiento de manera totalmente independiente, se da prioridad al primero que llega o al que más recursos disponga para realizar los trámites (se castiga al pobre o al que tenga menor acceso a la burocracia). Dejando al margen la limitación de libre competencia, si se permite que una mente creativa viva de las rentas por una creación, el incentivo es destructor de su creatividad, no incentivador (¿para qué trabajar más si tiene la vida resuelta?).

      En cuanto a la música y arte quedémonos con una comparación rápida: ¿Mózart o Ramoncín?

      Por lo tanto, en cuanto a su creación las patentes no nacen de la institucionalización de la solución de un conflicto mediante uso y costumbre, sino de la arbitrariedad de la burocracia para beneficiar a una minoría y al estado en detrimento de la mayoría y la libertad. Y empíricamente, los resultados que genera son negativos en el largo plazo. Como ejemplo cercano, ¿alguien cree que China o la India habrían tenido el espectacular desarrollo económico de las últimas décadas de haber respetado las patentes?¿A cuantos negocios y avances hemos renunciado en Occidente por semejante aberración?

      • Un tema realmente complicado, menos para los absolutistas que nunca tienen dudas.
        1º El argumento del uso coche no vale para justificar el monopolio de la propiedad, ya que siguiendo el mismo se podría justificar que cuando no lo usas yo te lo pudiera robar.
        De hecho, nuestro código de justicia (y como siempre que me corrijan los juristas) es tan puñeteramente absurdo como para distinguir entre robar un coche aparcado en la calle y robarlo de un garaje.
        Luego el derecho monopolístico de la propiedad no tiene nada que ver con el uso o no del bien. De hecho, los okupas justifican sus fechorías recurriendo justamente a ese argumento absurdo y falso: que tienen derecho a okupar todo aquello que no es «usado» por sus propietarios (eso en teoría, en la práctica ni siquiera hacen esa distintición).
        2º Con los debidos matices, lo que realmente distingue a las propiedades físicas de las intelectuales, es que estás últimas son mucho más fáciles de robar, usurpar o copiar que las primeras. El que durante toda la Historia se haya avanzado a pesar del robo sistemático de la propiedad intelectual no es prueba de nada, porque de hecho lo mismo se ha producido con las propiedades materiales: básicamente se las apropiaba el que más fuerza tenía.
        El sistema de patentes ha sido el equivalente a las escrituras de propiedad: un contrato por el que el Estado se compromete a proteger los derechos de propiedad del titular de la patente o escritura frente a terceros. (al menos hasta la popularización del okupa).
        3º Del mismo modo que se puede asegurar categóricamente que cualquier defensor del derecho a la okupación, lo es en tanto en cuanto no sean sus propiedades las ocupadas (los podemitas son un ejemplo) , se puede asegurar que cualquier contrario a la propiedad intelectual lo es en tanto que sus creaciones intelectuales no le reporten beneficios materiales susceptibles de desaparecer o menguar porque otros los copien.
        De hecho, por ejemplo, los músicos que dicen «no me importa que me pirateen», lo que no suelen añadir, pero está implícito es «…..siempre que eso sirva para que luego más gente pague por entrar a mis conciertos».
        4º El resumen, como casi siempre, es que cada cual defiende y justifica sus propios intereses particulares, y que personalmente y ante ausencia de prueba de lo contrario, yo tiendo a considerar más legítimos los intereses de los propietarios (ya sean bienes físicos, financieros o intelectuales), porque creo que produce mejores resultados: sociedades más prosperas.

        • No entiendo la referencia a los absolutistas, me parece fuera de lugar. Rebata con argumentos y deje insultos y descalificaciones fuera.

          1.-El uso y disfrute de un bien puede estar en su mera posesión, en su plena disponibilidad, en reducir su disponibilidad para obtener beneficio con la gestión de otro producto, en lo que le de la gana al propietario. Nada justifica el robo, pues habrá millones de personas que estimen un mejor uso que el que el propietario da a cualquier bien, y es con la propiedad privada como se resuelve ese conflicto de intereses.
          El argumento okupa es falaz en tanto en cuanto ellos definen lo que es uso de un bien y luego actúan en base a la premisa arbitraria que ellos estipulan. Poner límites al ejercicio de la propiedad privada elimina toda libertad individual, pues queda a merced de quien pueda regular arbitrariamente los usos permitidos o no. El único límite debe estar en el daño a terceros, no puede haber ninguno más.

          2.-Una idea no se puede robar. Si yo le veo a usted coger un atajo y sigo su ejemplo, ¿en qué le estoy perjudicando?¿que usted haya abierto esa nueva vía le da derecho a cobrar a todo el que siga ese camino?
          Mas si veo que compra una bicicleta y se la quito, sí le estoy causando un perjuicio.
          De ser congruente su planteamiento debería ser universal, cada cocinero debería poder patentar sus nuevas recetas, no sólo a aquellos campos donde más dinero se puede sacar con un control más sencillo. Sin embargo Ferrán Adriá no ha dejado de crear y ha encontrado cómo aprovechar su talento enriqueciéndose con charlas, cursos, siendo pionero comercializando herramientas para implementar sus técnicas, asesorando a otros… Sus creaciones han enriquecido enormemente a todo el sector, al mundo entero, a una velocidad increíble abriendo nuevos caminos gastronómicos. Sin una patente.
          Peter Gabriel no se vuelve loco con los derechos de autor, observa los mercados en los que se descarga más su música y allí es donde hace sus conciertos y lanza sus nuevas creacones a un precio superior del que obtendría en otros sitios. Ese es su negocio, no vivir de lo que hizo hace 20 años.

          3.-Le he dado una explicación del por qué la propiedad intelectual no es justificable en la que no hay interés particular ninguno. He usado premisas, argumentación, razonamiento y llego a conclusiones. Esos que usted indica aplican la lógica relativa a todo, incluso a la propiedad privada, la cual según quien sea el propietario es más o menos susceptible de ser intervanida. No extrapole a todo el que no piensa como usted.

          4.-No hay mayor ciego que el que no quiere ver.

          • Absolutista no es un insulto ni una descalificación: es un adjetivo que utilizo para describir las opiniones o creencias de los que solo ven «blanco o negro» (p.e. Estado= mal) y no aprecian el rango de los «grises» (por ejemplo: No estado (Somalia): poco recomendable).
            1- «El uso y disfrute de un bien puede estar en…en lo que le de la gana al propietario». Completamente de acuerdo, pero eso está en contradicción con su ejemplo del coche y yo me limité a exponerlo. Por otra parte, el asunto también está en relación con el tema clásico la definición de los límites del derecho de propiedad que se han modificado con el paso del tiempo. Luego ni siquiera este tema es un asunto de blanco o negro, que se pueda despachar con un slogan puramente ideológico.
            2- «Una idea no se puede robar».
            Por supuesto que ciertas ideas se pueden robar y de hecho, las únicas que en general se roban son (exactamente igual que con los bienes materiales) las que son capaces de generar riqueza. Por utilizar su ejemplo musical, algo cambiado: ¿ a quien se piratea: a Ramoncín que no vende un disco desde el pleistoceno o a Alejandro Sanz que vende millones de discos?
            Cosa completamente distinta es que a medida que cambia el mercado, las tecnologías etc, etc, la forma de ingresar dinero por parte de los creadores intelectuales también tenga que cambiar, exactamente igual que ha ocurrido con los bienes físicos y financieros.
            Pero eso es una cosa, y otra completamente distinta es argumentar, en base a dicho cambio, la falacia de que las ideas no se pueden robar, simple y llanamente porque algunas sea muy fácil robarlas: como ocurre con las ideas llamadas «canciones» «encapsuladas» en un formato determinado llamado «cd», por poner un ejemplo obvio de piratería.
            De hecho la misma proposición «las ideas no se pueden robar» es tan absurda que para desmontarla basta hacerse la pregunta: ¿en tal caso porqué se gastan tantos miles de millones las empresas y propietarios en intentar evitarlo?.
            3. «Le he dado una explicación del por qué la propiedad intelectual no es justificable en la que no hay interés particular ninguno».
            No entiendo esta frase, porque detrás de cada propiedad intelectual por definición hay un interés particular, del mismo modo que lo hay detrás de cada propiedad física o financiera.
            Luego usted, en mi opinión, pretende justificar la «okupación intelectual» con la falacia de que las ideas no se pueden robar.
            Se lo voy a poner aún más claro: si usted cobrara dinero, por exponer sus comentarios por ejemplo en este medio (como hacen los colaboradores de un periódico), a usted no le haría ni puñetera gracia que yo me adelantara a su publicación (por ejemplo porque tuviera acceso a ellos como moderador) , se los copiara y los firmara como de mi propia cosecha, perjudicándole económicamente.
            De hecho ni siquiera le haría gracia que los repitiera, haciéndolos pasar por míos, sin citarle, aun sin perjudicarle económicamente.

            • Por cierto se me olvidaba: el ejemplo que ha puesto de F. Adría no puede ser más desafortunado para sus argumentos puesto que el Sr. Adría estuvo implicado en un pleito judicial muy complicado con sus antiguos socios precisamente por motivos derivados de la propiedad intelectual del Bulli y que de hecho están detrás de su cierre: sin conocer al dedillo el tema era algo así como que Adriá reclamaba que él como creador intelectual del restaurante tenía más derechos que el resto de los socios que simplemente eran socios capitalistas.

            • Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. No se invente cosas para apoyar su punto de vista.

            • El ultimo párrafo de este art. da la clave del pleito, que en ultima instancia, trata del valor económico de la propiedad intelectual:
              http://www.elespanol.com/enfoques/20151104/76742370_0.html
              Adriá superó el concepto “simplista” de El Bulli

              El tribunal también tendrá que resolver si tal y como denuncian los hijos de Horta, el cocinero y el jefe de sala de El Bulli se dedicaron a despatrimonializar la mercantil mientras que paralelamente lanzaban el mensaje a los medios de comunicación de que el restaurante no ganaba dinero, afirmación, a juicio de los demandantes, falsa porque todos los negocios vinculados a Adrià era “total y absolutamente rentables”.

              Contra este criterio el juez de primera instancia aseguró en su sentencia que la marca ‘Ferrán Adrià’ se ha desvinculado a lo largo de los años de la de El Bulli por lo que no se puede relacionar los logros del cocinero como los del restaurante. “Aunque pudo en sus inicios presentarse como un mero negocio de restauración, pronto superó dicho punto de vista básica o simplista para adentrarse en el ámbito de la creatividad y de la innovación aplicada la cocina” y, por tanto, superó la conceptualización inicial de la marca ‘El Bulli’.

            • 1.-El pleito es por el valor pagado por el paquete accionarial de 1 socio capitalista (usted hablaba de sus antiguos socios), nada que ver con el tema que debatimos.
              2.-Los hijos fundamentan la nulidad de la venta en la incapacidad del padre en el momento de la transacción, la cual entienden que la otra parte conocía a la luz de las variaciones en el menú que se le hacían. Nada que ver con el tema que debatimos.
              3.-El párrafo que usted indica sólo es aplicable a la valoración que hace la parte demandante y se refiere a la capacidad que puede tener un socio a desarrollar líneas de negocio independientes (aunque relacionadas) con la actividad de la sociedad. Nada que ver con el tema que debatimos.

              Cualquier relación entre lo que trae a colación con el objeto de nuestro debate es lejana y tangencial, por lo tanto irrelevante.

            • «El párrafo que usted indica sólo es aplicable a la valoración que hace la parte demandante y se refiere a la capacidad que puede tener un socio a desarrollar líneas de negocio independientes (aunque relacionadas) con la actividad de la sociedad».
              Me temo que no lo entiende o no lo quiere entender: lo que la parte demandante valora es la propiedad inmaterial de la marca EL Bulli, que es por tanto pura y dura propiedad intelectual, (aparte del tema de la incapacidad mental del padre en el momento de la transacción, que ni me va ni me viene pues ya le comenté que no conocía al detalle el pleito, pero si lo esencial para lo que debatimos).
              De hecho, el mero hecho de que las marcas (la propiedad intelectual por antonomasia junto con las patentes), (como el Bulli, del pleito) por sí mismas, tienen un valor monetario y como tal se valoran (y se roban como demuestra el negocio milmillonario de las falsificaciones) echa por tierra su pedestre argumento absolutista de que las ideas no se pueden robar, que simplemente basa en su fé particular.
              Permítame, desde su credo ultraliberal, que disienta de tal desatino.

            • El Bulli era el mejor restaurante del mundo, pionero absoluto en el momento de la venta. Un negocio concreto, material. Y el pleito está en la valoración de poco más de un millón de euros por el 20% de aquel negocio de restauración.

              Luego está el cálculo del valor que proponen los demandantes, en el que llegan a una cifra que ronda los 66 millones y que para justificarla intentan unificar en una todas las actividades de los demandados. En esas actividades hay creatividad, pero no hay patentes. El negocio de Ferrán nace de utilizar cosas conocidas de otra manera y luego comercializar por un lado su conocimiento (libros, charlas, cursos, asesorías…) y por otro su marca (kits, vajillas…). Ruego me indique qué patentes -aparte de registro de marcas- tiene realizadas este innovador.

              Salvo que por contrato se reconociera a la sociedad participación en el fruto de las investigaciones realizadas por el socio, no hay motivo para vincular el restaurante con lo demás. Entrar en si el Bulli se beneficiaba de su cocinero o si su cocinero se beneficiaba del Bulli porque obtuvo beneficios es jugar con trampas, pues si al cierre del restaurante el cocinero hubiera acabado sirviendo menús en un camping no habría valoración añadida al precio justificado.

              Todo el mundo copia sin cesar a Ferrán Adriá sin necesariamente pagarle un céntimo (comprando sus kits, por ejemplo) y, qué raro, eso cada vez le hace más rico, da más valor a su marca. Pero según usted debería estar arruinado y mendigando por las esquinas…

              No mezcle cosas que no tienen que ver y razone lo que dice. Vuelve a la descalificación gratuíta sin fundamento: dígame en qué punto del razonamiento difiere, por qué, dónde está el fallo y propona su alternativa. Pero llamarme absolutista y decir que sí porque sí, salvo cambio por su parte, acaba este intercambio.

            • «En esas actividades hay creatividad, pero no hay patentes». Tal vez no haya patentes pero hay su equivalente «intelectual» que es la marca registrada: «El Bulli».
              Y ahora dígame, si yo abro un restaurante y le pongo de nombre «el Bulli» sin permiso de Adriá :
              1º ¿según usted, debería poder hacerlo?.
              2º En caso de que su respuesta sea sí (que es la única posible si quiere mantener un mínimo de coherencia con su planteamiento): ¿acaso no estaría perjudicando económicamente al dueño del verdadero Bulli?.
              3º ¿Sin el registro «intelectual» de marcas, es decir sin la marca registrada, como puede A. Ferrán protegerse de que yo abriera mi propio Bulli?
              La cosa es tan de cajón que me resulta realmente chocante tener que estar debatiendo cuestiones tan evidentes.

            • Esto ya es absurdo, las patentes son algo que no debería existir y que depende del estado y de la coerción; las marcas registradas son un tema totalmente aparte que nada tiene que ver y que pueden implementarse sin necesidad de estado ni de coerción (basta con una entidad certificadora/registradora privada y una web). Si para usted es «evidente» que una patente y el nombre comercial e imagen de un negocio son lo mismo; o «evidente» tiene una acepción que desconozco, o está usted muy perdido, o se está intentando divertir a mi costa.

              Ahora sí que acaba este intercambio por mi parte.

            • Jejeje o sea que patentes de un invento creado con inversión, esfuerzo, creatividad y tiempo no debe protegerse pero marca registrada cuya creación puede considerarse algo trivial comparado con un invento si que debe y puede protegerse, siendo además, ambas inmaterriales. Muy coherente.

            • Poner como ejemplo de no fumador a un alcohólico no fumador para defender el tabaco. Compárelo con un alcohólico fumador y veamos si hay o no mejora. Lea más sobre Somalia y sobre liberalismo y le garantizo sorpresas.

              El resto ya se lo he respondido, si no quiere entender nada cambiará lo que le diga.

      • Es un tema complejo desde el ámbito «filosófico».
        Por por ejemplo soy ingeniero industrial y trabajo por cuenta ajena en una empresa. Un contrato en el cual la empresa y yo salimos beneficiados: la empresa saca provecho del fruto de mis conocimientos y yo obtengo unos ingresos económicos.

        Imaginemos que yo no trabajo para dicha empresa, sino que me dedico a realizar invenciones por mi cuenta. Realizo un desarrollo que resulta ser muy atractivo comercial y económicamente hablando. Intento mantenerlo en secreto, pero para poder sacarlo a la venta debo publicitarlo y explicar en qué consiste. Aunque no desvele el funcionamiento de sus entrañas, en cuestión de semanas o meses una empresa de entidad estaría en condiciones de copiar mi desarrollo.
        En el momento en que esa empresa comercialice «mi» idea, yo no tengo nada que hacer debido a que no tengo medios para aplicar economías de escala a tan corto plazo y no podré competir por precios con dicha empresa.

        A efectos prácticos, es como si yo hubiera trabajado gratis para esa empresa en contra de mi voluntad, lo cual no parece que case mucho con los principios del liberalismo.

        Independientemente del transfondo «filosófico», la situación cambia si el desarrollo lo realiza una persona/empresa de escasos recursos a si dicho desarrollo viene desde dentro de una gran empresa que puede sacarle partido a su desarrollo desde el minuto 1 y no tendrá problemas en competir con quien le copie a partir del minuto 5.

        • Creo Asmith, que sales del ámbito filosófico para irte al pragmático. Y aún así creo que el enfoque es parcial e incompleto.

          Partes de un escenario en el que todo sigue igual que ahora salvo las patentes, y ese no es un escenario liberal. Para empezar el estado mediante inflación, regulación e impuestos merma enormemente tu riqueza y la de tu entorno en beneficio de un oligopolio próximo al poder. Sin embargo en un entorno liberal, con todas las incertidumbres que podamos tener en lo concreto, sí habría más poder adquisitivo de la mayoría, menor concentración de la riqueza, más accesibilidad a la financiación con ideas nuevas… Si quieres entramos con más profundidad a ver por qué esa gran diferencia que hace injusta la comparación que realizas, pero el caso es que el cambio no es de una sola variable. Sólo imagina tu entorno familiar y de amigos con un 60% más de ingresos, con más libertad para desarrollar negocios y tú con una idea innovadora de la que pueden beneficiarse todos… Puede que «sólo» con eso no llegues a cubrir el capital necesario, pero suma una banca que no puede generar beneficios con deuda pública y que tiene que buscar negocios rentables a los que prestar dinero.

          Aún partiendo de tu premisa el resultado no es el que indicas en líneas generales, pues realizar una patente y mantenerla cuesta muchísimo dinero. El sistema actual te obliga a aliarte con los grandes para sacar adelante tu idea. Sólo eso explica el por qué en entornos más liberalizados hay más innovación que en los más burocratizados.
          La patente es una herramienta de financiación estatal y de limitación de la competencia, no en favor de los innovadores, sino en favor de las grandes empresas.

          Y si volvemos al desarrollo moral y filosófico, no hay ninguna justificación para que las ideas sean protegibles mediante el uso de la violencia. No hay escasez (por lo que no es bien económico) y no hay uso excluyente. Si el que otros en el ejercicio de su libertad (y sin violencia) puedan producir que yo reciba menos beneficios de mi trabajo no justifica absolutamente nada. De lo contrario abrimos una puerta a una tiranía empobrecedora y decadente.

          • Es cierto que en el marco regulatorio actual es tremendamente difícil y costoso poner en marcha cualquier iniciativa empresarial partiendo de cero y lanzar un producto al mercado, ya que se nos obliga a cumplir con infinidad de regulaciones y certificaciones que suponen un muro de entrada.

            En un entorno medianamente liberal, yo debería poder vender un producto sin marcados CE, sin certificados de cumplimiento de determinado estándar de calidad sanitaria, o de ecología y tal, y que sean los consumidores los que decidan si se arriesgan con mi producto a sabiendas de que no dispone de los distintivos de cumplimiento de los estándares correspondientes.
            Un caso muy claro es el de la hostelería, donde no se permite servir productos como el allioli casero (hecho con huevo «natural», ajo, aceite y sal) sino que en su lugar hay que servir sucedáneos pasteurizados para protegernos de la salmonelosis. Se supone que nosotros no somos bastante mayorcitos para saber qué es lo que podemos tomar y lo que no…

            Tienes razón que en un entorno mucho más libre, no tendríamos tantas barreras a la hora de poner en marcha cualquier iniciativa y no necesitaríamos esa «protección» de la patente. Al fin y al cabo, hoy se puede poner en marcha la fabricación de un producto sin necesidad de tener un gran capital en forma de medios de producción gracias a que se puede subcontratar prácticamente todo a empresas especializadas.

          • Si hablamos en el tema de invenciones y desarrollos tecnológicos y patentes, puedo comprender tu postura y acercarme a ella.
            Sin embargo, si usamos ejemplos del sector del arte o cultura, lo veo mucho más complicado. Es posible que esté en relación con la discusión que lleva con pvl, pero reconozco que me he perdido en la misma…

            En el sector del arte y cultura el reconocimiento de autoría tiene un enorme valor que es difícil de objetivizar. Por ejemplo, imaginemos que yo compongo la canción Yesterday, y antes de que me de tiempo a publicarla, llega un grupo de chavales de Liverpool que me la escuchó por casualidad, la copia y la publica como propia.
            La canción es un bombazo, y proporciona enormes ventas al grupo en cuestión y agranda su fama (que no era poca).

            Luego, voy yo con esa canción a las discográficas y se ríen en mi cara (aquí sí que podemos hablar de que el uso de esta propiedad intelectual es excluyente). Aunque consiguiera grabar dicha canción y venderla, su impacto sería nulo, pues sería tratado como un «cover».
            Con el tiempo, consigo demostrar que yo soy el autor de esa canción (tengo una grabación casera de la cual se puede probar su fecha). Pero, si no se reconoce la «propiedad intelectual», a pesar del enorme perjuicio que me han provocado ¿en base a qué demando yo a ese grupo de melenudos de Liverpool?
            Aunque se publique en todos los medios de comunicación que yo soy el autor real de esa canción, el daño estaría hecho.

            Por otra parte, no se trata sólo del perjuicio económico que se provoca al copiar una creación inmaterial, sino también del perjuicio «moral» (por llamarlo de alguna manera).

            • Veo tres problemas con tu ejemplo:
              -Se basa en un modelo de producción discográfica de hace 50 años. Tal modelo se fundamentaba en un oligopolio establecido sobre los cimientos de los derechos de autor, que normalmente beneficiaban más a productores que a los músicos (en no pocos casos los músicos renunciaban -voluntariamente o no- a los derechos de autor para acceder a los servicios de las discográficas). Y tal modelo está absolutamente desfasado hoy en día, donde cualquier persona con inquietud y aptitud puede producir y divulgar su música sin necesidad de invertir una cantidad de dinero relevante.
              -Sólo ve rentabilidad en la distribución, cuando los ratios del sector dan más rentabilidad en conciertos, patrocinios y toda actividad con una cadena de valor más corta (permitiendo más ganancia al artista).
              -Con una canción/creación, sea el sistema que sea, la riqueza que se puede producir por norma es muy limitada. Estamos hablando de talento y de creatividad, no de casualidades felices. El sistema será enriquecedor si premia a los que generan riqueza con su esfuerzo y trabajo, pero si legislamos en base a proteger a que el que tenga una ocurrencia puntual viva de ella indefinidamente el resultado no será beneficioso.

              Hasta la llegada de los derechos de autor los escritores, músicos y artistas en general buscaban la manera de rentabilizar su imagen y creatividad: con encargos de nuevas obras, con charlas, actuaciones en directo, publicación de fascículos en prensa… El que sólo era capaz de una obra interesante, al poco tiempo tenía que dedicarse a otra cosa. El que tenía talento seguía creando para incrementar su fama y riqueza.

              La propiedad intelectual sólo se estableció y aplicó porque era factible y rentable controlar la producción de libros, discos, fotografías… en beneficio para el estado. Mas las innovaciones de Gaudí, como el uso del arco parabólico por ejemplo, siendo más relevantes y enriquecedoras que infinidad de novelas penosas, no recibieron ninguna protección -afortunadamente-. Tampoco se protegen las creaciones culinarias. Tampoco hay que pagar por disfrutar una fachada…
              El canon digital es el típico medio pernicioso y empobrecedor justificado por un supuesto fin encomiable. Pero es un robo a mano armada (coerción del estado) bajo una excusa vendida con calzador.

              De analizarse lo que llega al artista en el esquema tradicional de los ingresos generados por derechos de autor, el porcentaje es obscenamente ridículo. Es ahora con internet cuando los que mejor se adaptan logran acaparar mayor participación en la rentabilidad de la producción, y de una manera en la que los derechos de autor se tornan en algo muy secundario.

              Hoy en día las grandes empresas de distribución cinematográfica tienen medios para reducir y hasta eliminar las copias piratas. Pero ocurre, primero que no pierden lo que dicen, pues toda copia pirata no es una venta perdida (a cero sí compran, a uno muchos dejarán de comprar, a 10 menos todavía harán el gasto). Ocurre que ven más rentable el ampliar el circuito de exhibición incluyendo emplazamientos donde es probable que les pirateen que limitar la cartelera a ubicaciones con un control impenetrable para los piratas. Y ocurre que el merchandising es una fuente importante de las superproducciones que se ve beneficiada con el pirateo.

              Entiendo que los creadores han de poder ganarse la vida con su trabajo, pero son ellos los que en libertad han de decidir si distribuir su trabajo en mercados más proclives al pirateo y compensarlo con otras líneas de negocio paralelas, o restringir la distribución reduciendo el volumen de negocio tal vez a cambio de mayor especialización y rentabilidad.
              Es lo mismo que un joyero, que decidirá si vender baratijas y no tener que invertir en seguridad o si venderá joyas de primera línea pero invirtiendo mucho en medidas antirrobo. Lo que es absurdo es que el joyero no invierta nada en seguridad y exija que nadie pueda llevar joyas si no es con una licencia que él venda -y que el estado implemente tal medida cobrando parte de la licencia-.

              Si el fin no justifica los medios, no hay fundamentación lógica para usar la violencia contra los que copien una idea, canción, solución tecnológica, receta, etc. Y no la hay porque quien disponía de tal información antes no pierde nada más que una cierta ventaja competitiva -la cual acabará perdiendo siempre antes o después-. Menos justificación hay si el que utiliza esa idea preexistente llega a ella sin conocerla anteriormente.

              Si alguien quiere proteger lo suyo, que busque la manera de hacerlo sin utilizar la violencia contra otros. No puedo defender mi casa amenazando con una pistola a los que pasan por delante. No puedo defender mis ideas o creaciones amenazando a los que gusten de ella y quieran copiarla, repetirla, …, ¡o mejorarla! -¿cuantas canciones fueron éxito en sus versiones posteriores habiendo sido totalmente desconocidas en su versión original?-.

              Si observamos marginalmente (entiendo que no vale como base argumental) el efecto práctico, desde el punto de vista social, ¿qué enriquece más, el sistema que incentiva que el creativo produzca lo máximo posible, o el sistema que permite que el creativo viva de las rentas? Entiendo que en nuestro entorno se sueña aún con la cultura del pelotazo, pero lo que debemos promocionar como valor deseable es el trabajo y la generación de riqueza. El éxito del capitalismo se basa en que cada uno genere riqueza satisfaciendo el máximo de necesidades ajenas. Permitir que alguien genere riqueza impidiendo la satisfación de necesidades ajenas no es capitalismo, no es enriquecedor, no es deseable, no es moralmente defendible.

              Comprendo que es difícil abstraerse del entorno conocido para hacer un ejercicio de comparación -a todos nos cuesta, al menos a mi-, acepto que mi planteamiento es aún mejorable y que tal vez no soy capaz de expresar con precisión mi desarrollo, pero espero como mínimo ser de ayuda para dar una luz diferente al análisis.

              Y en respuesta a la pregunta de la demanda, si ibas por la calle cantando tu nueva creación y otro te la copia, no hay base ni para lamentarse 😉

  2. Este es un debate sin solución definitiva. Ambas posturas tienen muy buenos argumentos, y su veracidad depende más de la realidad del momento que se considera que del argumento en sí. Hoy para mí, en Occidente sobra Estado. Su efecto global está poniendo en peligro la misma civilización occidental, así que ahora soy más sensible a los argumentos de Juano que a los de Ricart, pero desde luego, no tengo la menor duda de que el Estado es necesario, y en otra situación apostaría por aumentarlo tanto como ahora apuesto por lo contrario. El por qué somos incapaces de oscilar en torno a un punto medio razonable es complicado de discernir. Quizás sea la propia naturaleza humana, que siempre quiere más, sin medir las consecuencias, o quizás sea que todo envejece y se degenera con el tiempo hasta fianalmente desaparecer.
    Creo que el problema de los liberales es su incapacidad para comprender el miedo de mucha gente que carece de la suficiente confianza en sí misma como para no temer la vida. Y lamentablemene éstos últimos son muchos más, como demuestran las urnas y la tendencia creciente hacia el estatismo actual, que sólo se invertirá por colapso del sistema (como pasó en la URSS). No creo que jamás rectifiquen. Cargarán el edificio hasta su derrumbe. ¡Y vuelta a empezar!

    • Creo que somos conscientes de esa mayoría, de ahí que nos opongamos a la ley del más fuerte, de ahí que defendamos los derechos de la minoría (especialmente de la menor de todas, el individuo). Por ello a corto plazo un cambio de mentalidad dominante es utópico, la batalla de las ideas ha de ser paciente. La degeneración del sistema a largo plazo lleva a la fuerza a elegir entre tiranía o libertad, siempre.

      El punto medio al que hace mención es imposible de conseguir por definición: una vez instaura una institución con el monopolio de la violencia, sin límites de poder y cuya única preocupación es entretener a los explotados para que no se revolucionen, la tendencia es irrefrenable.
      En una sociedad libre pueden lograrse los efectos positivos achacados al estado institucionalizando las soluciones, el orden no ha de pivotar sobre la ley del más fuerte, sino sobre el imperio de la ley.
      Las «soluciones» que vemos tan obvias y estables en nuestro entorno son algo muy reciente en la historia y con un fracaso anunciado como resultado. Vamos hacia un colapso institucional y aún así se defiende lo conocido sólo porque es lo conocido y moderno. Y mientras ignoramos soluciones antiguas que dieron mejores resultados y nos negamos a construir un sistema con congruencia entre fondo y forma que elimine los errores conceptuales que, a pesar de ser obvios, la mayoría se niega a admitir por miedo a la libertad y a la responsabilidad…

      La semiesclavitud es un grado de esclavitud, no es un punto medio entre esclavitud y libertad. Una vez eres un poco esclavo, si no luchas contra tal situación la tendencia será a que el beneficiado tienda a someterte más, no hay motivo para que contenga su obtención de beneficio una vez moralmente no tiene reparos en tratarte como inferior.

      El fin no justifica los medios, ello implica que lo correcto lo es independientemente del momento y situación.

      • Demasiada ideología para un problema de dinero y poder muy prosaico. Sólo hacerte notar de que no hablo de alcanzar un punto medio sino de no oscilar mucho alrededor de él, porque nada estático es viable.

        Respecto al poder del «convencimiento» mediante ideas soy excéptico. La gente adopta, sin muchos reparos, ni mucho tiempo de transición, la ideología dominante y trata de pescar dentro de ella lo que puede, y por el anzuelo se la atrae a las causas triunfadoras (por ejemplo subvenciones, prestigio o condena social, etc.). La ideología suele ser para gente que le preocupan intereses más elevados (¿filosóficos?), generalmente porque no tienen que preocuparse por lo que comerán mañana, pero si quieres cambiar el mundo has de enmendarte y traficar con intereses y apetitos. Algo demasiado «sucio» para los ideólogos,que suelen preferir retirarse del mundanal ruido.

        Me gusta creer que los grandes filósofos han cambiado el mundo a mejor, pero la obstinada realidad me dice que ha sido el racionalismo científico y la tecnología -tan prosaica y contaminante- quienes lo han hecho. Jesucristo, por ejemplo, no mejoró gran cosa la vida de los cristianos, ni tampoco mi admirado Platón. No hasta que un jodido capitalista empezó a producir riqueza a mansalva apoyándose en el «pensamiento ideológico» de los científicos.
        De todas maneras te deseo éxito. Ya dije que hoy, tu postura, debería recibir mucha más atención (creo yo).

  3. Tú pones todo de color de rosa…. pero no necesariamente tiene que ser así.
    Respuesta de un socialdemócrata (aunque yo no lo soy):

    Entorno I – Capitalismo liberal
    Desarrollo:
    Supongamos que el sector del pan tiene una rentabilidad media del 3%.
    El empresario X descubre un proceso que le permite fabricar un pan estándar con una rentabilidad del 10%. Para implementarlo pide un crédito.

    Para captar clientela comienza a vender con un precio inferior en un 3% a la media. Los clientes tienen el mismo producto más barato, por ende más renta disponible para otros fines. El empresario ha invertido 3 puntos de su margen –que deja de percibir- en la acción comercial.

    Para que los empleados no difundan su innovación les hace firmar un contrato de confidencialidad, a cambio de ceder un punto de su margen en incremento salarial. Los trabajadores ganan, el empresario ya ha perdido 4 puntos de su ventaja competitiva inicial.

    El éxito de la empresa elimina a los competidores que tenían una rentabilidad inferior a la media. Crece la demanda y el negocio se expande. El empresario obtiene más dinero por el volumen de ventas y recupera 2 puntos de rentabilidad por las economías de escala. Empieza a invertir en comprar las tiendas quebradas de los otros panaderos quebrados e incapaces de lograr el avance lo suficientemente rápido.

    Tras un tiempo, para asegurar el volumen de las nuevas filiales, el precio baja cediendo otro punto de rentabilidad, queda en un 7% y aumenta su volumen hundiendo más competidores a los cuáles compra…. mientras mantiene los ahorros a minimos para aumentar su tamaño (y conseguir la posición dominante)

    Los panaderos que quedan ven las «barbas del vecino pelar» y compran a uno de los empleados del panadero X… dándole más dinero de la penalización del contrato de confidencialidad y comprometiéndose a no decir quién ha sido (garganta profunda).

    Los panaderos que quedan comienzan a cometir con el X y aliados le ponen contra las cuerdas, ya que este tiene el crédito de implementar y ha ido manteniéndose para comprara la competencia. Se hunde.

    Ahora tenemos a unos panaderos sin escrúpulos (han comprado a un traidor) y al innovador hundido… como los panaderos sin escrúpulos se han aliado para comprar al traidor y además ya no tienen tanta competencia, se dedican a subir el precio a los compradores…

    Como no hay un estado que les ponga coto (no hay leyes antimonopolio o asociaciones o competencia) y el pan es necesario, aumentan al doble el precio.

    A la larga la competencia logra innovaciones similares o iguales a las que en un inicio logró el empresario X. Pero visto lo que le pasó a X no estoy muy seguro de que se atrevan a ir contra la Asociación… si lo intenta no hay problemas estos pueden comprar a cualquiera con su dinero para que les chive el secreto y hundirlo en dos días… y si no «que parezca un accidente».

    CONCLUSIONES
    Tenemos una mega corporación formada por panaderos mafiosos unidos dispuestos a poner el precio que deseen y a imponer sus normas.

    El público compra el pan a el doble del precio

    Si alguien se desmanda sabe que se encontrará con muuuuuchos problemas.

    • Ante todo gracias por tu comentario Ricart. Creo que puedo solventar alguno de los desencuentros que expones.

      Ante todo, como indico es un ejercicio simplificado, expongo la tendencia con un ejemplo, pero veo que hará falta profundizar un poco más. Y también indico que no todos los pasos son necesarios ni obligatorios.

      Enprimer lugar el ejercicio expone uno de los incontables casos que están sucediendo en todo momento en todo lugar en el mercado. Al mismo tiempo que el señor X está realizando una innovación hay en todo el mercado miles o millones de señores “X” aportando avances que incrementan la riqueza. Por ello, salvo que la innovación sea revolucionaria y enormemente superior, el sector tendría que protegerse de infinidad de empresarios disruptores. Amén de ser un esfuerzo que requeriría enormes inversiones de tiempo, coordinación y recursos (que irían en detrimento de su margen), a largo plazo, dado que no hay legislación arbitraria y que no hay patentes, es más rentable intentar copiar (ingeniaría inversa, por ejemplo) o realizar una innovación propia.

      En este escenario el contrato de confidencialidad no es realmente relevante para el desarrollo. Sí puede dar un margen de tiempo de estabilidad a la empresa (véase los ejemplos de Coca cola o de los Pasteles de Belem), pero a la larga siempre surgirán copias, mejoras, sustitivos…

      (Tampoco es razonable presuponer moral débil a los empleados y una moral a prueba de bombas en los empresarios para unirse. Es más cierto lo primero para los dos estamentos: lo normal es que acabe habiendo filtraciones y deserciones. Sin monopolio de la violencia –estado- las alianzas sectoriales -en oligopolio- son insostenibles.

      Si no hay aduanas, ¿qué impide la importación de competidores foráneos?.

      Si la alianza produce un margen atractivo, ¿qué impedirá que otros entren en el negocio?.

      Si un aliado encuentra cómo generar una ventaja competitiva demoledora, ¿qué incentivo tiene en seguir en un colectivo que puede revolucionar y absorber?)

      Como indiqué en el artículo, aún logrando una posición dominante, en un entorno libre el monopolio/oligopolio no es sostenible abusando con el precio. La entrada de productos sustitutivos y de competidores directos es muy rápida, infinitamente más de lo que es en un entorno plagado de trabas legales y trámites para poder trabajar y producir. En el ejemplo del pan, tendrían que controlar, no sólo la competencia de todo el sector, sino la de los pasteleros y grandes establecimientos de hostelería, pues si de repene el pan lograra ponerse a un precio de enorme rentabilidad, pasteleros, hoteleros y restauradores empezarían a hacer pan.
      Hasta las amas de casa podrían empezar a hacer pan para los vecinos si el precio alcanzara un límite excesivo.
      Es imposible que ocurra lo que indica en su comentario en un entorno libre.

      El último párrafo antes de las conclusiones, por motivos ya indicados es también insostenible, pues las innovaciones no son puntuales y llamativas. Son miles; algunas abren líneas que no tienen más desarrollo, otras abren líneas que traerán nuevos avances, pero nadie puede saber de antemano qué será lo mejor para el futuro. Una vez más, tratar de luchar contra todos los innovadores hundiría al que lo pretendiera. Es en un entorno estatal donde sí es rentable
      tal comportamiento, pues con exigir licencias y permisos a los que desean entrar a competir o crecer en el negocio, con complicarles la vida o impedirles
      la actividad incrementándoles los costes se logra una estabilidad en la competencia del sector que sería anómala en un entorno libre (sobre todo sin obstentar un claro liderazgo en precios, costes, calidad, valor añadido…).

      Las conclusiones no son razonables:

      · De repente los panaderos, en la lucha contra un solo innovador acabarían llevándose todos bien entre ellos, convirtiéndose en el estado, controlando y
      gobernando la nación mediante una violencia y arbitrariedad que nadie contestaría. Está haciendo una descripción de un gobierno tiránico, no de una asociación empresarial. Quien pone precios arbitrarios y normas a su antojo es, por ejemplo, el gobierno de Zimbawe. Y si en la realidad el resultado es nefasto para todos, sería lógico inferir que en este ejercicio también lo sería.

      · Aún en entornos regulados y con precios arbitrarios el cliente es quien define el precio de compra. Que la limitación de competencia – y con ello de oferta- incremente los precios por norma reducirá el volumen de ventas, potenciará la aparición de productos sustitutivos y, eventualmente puede llegar a eliminar la demanda. (Valga de ejemplo las arepas en Venezuela, que al disparatarse el coste de la harina Pan se incrementó enormemente la producción con ñame).

      · La última conclusión es lo que ocurre ahora, y la inmensa mayoría de sus problemas serían con el gobierno.

      No estoy contraponiendo un escenario de condiciones ideales con uno de condiciones nefastas. Se describe la dinámica natural según las premisas establecidas. Eso no quita que en un entorno libre aparezcan personas malas, o que en un entorno burocratizado alguien no pueda desarrollar una innovación en su negocio. Pero la tendencia y el esquema de incentivos es el descrito.

      Sí, un socialdemócrata tenderá a inventar un escenario apocalíptico si no hay un estado fuerte que nos “proteja” del caos y el mal. Pero tal análisis, como el expuesto en su comentario, no se basa en un desarrollo lógico y plausible, sino en un sentimiento irracional de aversión a la libertad y la responsabilidad
      individual.

      En un escenario libre pueden aparecer grupos violentos de mayor o menor relevancia, que duren más o menos tiempo incomodando. Pero en el escenario estatal partes con un gigantesco aparato burocrático que tiene el monopolio de la violencia y la utiliza arbitrariamente. Entre daño posible y uno seguro es raro ver defender la segunda opción… Que sé que no es su caso, pero no sería una defensa seria la que me ha expuesto -a mi modo de entender- según se lo he razonado.

      Una vez más, gracias.

      • Por seguir polemizando y defendiendo las tesis del contrario… No creo que con ejemplos tan fáciles de eliminar se convenza (si es que eso es posible) ningún partidario del estatismo.

        «En este escenario el contrato de confidencialidad no es realmente relevante para el desarrollo.» Te equivocas… si no es relevante el que tenga la pandería más gorda comprará de inmediato la innovación (a través de un empleado) y hundirá al innovador… y no creo que vista la ruina del innovador salgan muchos otros… Además si no dasun plazo para que la innovación saque beneficios sin problemas, sólo saldrán las innovaciones de «idea feliz» (que no cuesten), las que sean costosas y salgan de inversiones no las hará nadie (vamos lo que se dice de los medicamentos…

        «Si no hay aduanas, ¿qué impide la importación de competidores foráneos?». Lo mismo que los competidores internos: la unión en una asociación de los «mafiosos» locales, las presiones de estos a los importadores y, llegado el caso, las presiones más «físicas». Esto lo hemos visto en todos los casos en que no habñia Estado que imponga: se imponen los fuertes.

        «Si la alianza produce un margen atractivo, ¿qué impedirá que otros entren en el negocio?.» Lo mismo…

        «Si un aliado encuentra cómo generar una ventaja competitiva demoledora, ¿qué incentivo tiene en seguir en un colectivo que puede revolucionar y
        absorber?)» Lo mismo que tiene el que roba el trailer de la mafia para seguir en la «famiglia»… que si toca los «eggs» a los demás se lo cargan (real o económicamente), al ser más y más poderosos (y aliados)

        Hombre… si hablamos de pan, que es un producto que puede hacer cualquiera, es cierto que sería imposible de controlar la competencia (aunque ha habido casos… si se es suficientemente fuerte o violento), pero si hablamos de antibióticos (que no puedo hacer en casa) o de televisores o de … no es ese el caso.

        Me temo que al final el sistema «liberal» puro no puede existir, ya que sí, los más fuertes se unirán y harán con su poder lo que les dé la gana… Debe haber un Estado que mantenga ciertas normas (incluido que el que hace una innovación pueda amortizarla) y protega a los más débiles… Lo que creo es que este debe mantenerse en el nivel minimo: poner normas y mantenerlas, pero no subvencionar o prohibir todo por pensar que será mejor para las personas.

        • Estoy de acuerdo con Ricart.
          Creo que el ultraliberalismo cae en el error profundo de minusvalorar el recurso a la violencia de los individuos para defender sus intereses y sobrevalorar el de los Estados.
          De hecho si se analiza con un poco de detalle el fenómeno de las Mafias, cuyo ejemplo más notable por popular es la Mafia italiana, vemos como en la práctica, allá donde el Estado «tradicional» fracasa en el control del territorio, lo que surge de manera inexorable no es la arcadia liberal, sino el Paraestado criminal tipo Mafia, que tiene todos los atributos del Estado tradicional y ninguna de sus ventajas.
          El hecho objetivo anterior junto con la evidencia de que en ningún lugar ni tiempo de la Historia de la Humanidad haya existido la arcadia liberal, como nunca existió ni existirá la arcadia comunista, (ni ninguna otra arcadia utópica), debería hacer reflexionar al respecto.

          • La propuesta liberal no es un paraíso, es un escenario de libertad en el que -dado el esquema de incentivos- a largo plazo se producirán soluciones óptimas que irán evolucionando según progrese el conocimiento. En contraposición tenemos un escenario de incentivos contraproducentes donde las soluciones son rígidas e impuestas arbitrariamente por el poder.

            El liberalismo no minusvalora la violencia de los individuos, todo lo contrario. Por ello está en contra de que nadie tenga el monopolio de la violencia, pues tal esquema deja indefensos a los inocentes y armados a los criminales. Son ustedes los que están dando por sentado una perfección del mal en ausencia del estado y un pueblo incapaz de reaccionar, defenderse u organizarse…

            El anarcocapitalismo no es la ley de la selva, es el imperio de la ley, no confundamos. Que la ley se base en el uso y costumbre, no en la arbitrariedad del que ostenta el monopolio de la violencia.

            El ejemplo de la mafia es contra el estado, no contra la libertad. Sin evasión de impuestos, droga, prostitución, juego y demás oligopolios de enorme rentabilidad generados por el marco legal la mafia no sería nada. Y si tal fuente de ingresos ilícitos fuera poco, viendo la historia de la mafia vemos cómo en EEUU acapararon el mercado de los contratos públicos de basura, tratamiento de residuos, gestión de los planes de pensiones de los sindicatos regulados… Las bicocas de la mafia no vienen del fracaso del estado, vienen del mismo estado. Siempre. Legalizando los vicios, eliminando las subvenciones y los oligopolios creados por el estado, la mafia deja de ser rentable y fenece. Son los mafiosos los máximos defensores de la ilegalidad de las drogas…
            Y por no entrar a analizar el comportamiento puramente mafioso del estado para imponer su voluntad a los súbditos.
            Sea mafia siciliana o estatal, el resultado a largo plazo es de menos desarrollo y más pobreza. Ni siquiera se soporta la competencia de territorios con fiscalidad llamativamente inferior, lo cual demuestra que de haber libertad de movimientos los emprendedores y los capitalistas tenderán a ubicarse donde menos sometidos estén.

            Los datos y la lógica dicen lo contrario de lo que indican ustedes. A más libertad hay más riqueza, a más intervención hay más corrupción y pobreza. Y el estado no da ninguna certidumbre en el largo plazo, sabemos que el sistema actual es insostenible por incongruente y corrupto, ¿en base a qué vale la pena mantenerlo?
            Una vez se acepta que el fin justifica los medios las puertas de la corrupción y la extorsión estatal quedan abiertas de par en par. Eso sí es mafia, eso sí es violencia. Y la tendencia que crea es indefectiblemente empobrecedora y moralmente destructiva.

            E insisto antes de acabar: El liberalismo no propone un diseño utópico, sólo indica los principios esenciales sobre los que desarrollar la sociedad de modo congruente y enriquecedor (Principio de No Agresión, Imperio de la Ley, Fin no justifica Medios, Libertad individual, Contratos libres entre personas libres, Propiedad Privada…). Si decimos que nadie tiene el conocimiento suficiente para controlar la sociedad y sus resultados, sería absurdo que nos pusiéramos a hacer eso mismo. La crítica deber ir encaminada a explicar por qué alguno de esos principios puede ser contraproducente, porque puede establecer un incentivo perverso. Pero no se puede criticar algo que no se ha expuesto o imaginar un escenario dantesco porque desaparezca el poder arbitrario de la clase política.

            Si se dan subvenciones se le quita a la fuerza riqueza al que la produce y se le da arbitrariamente al que no sabe hacerlo. Eso siempre es bueno para el que gestiona el dinero para el que lo recibe, pero empobrecedor para competidores, clientes, contribuyentes, sociedad en general. En un escenario sin subvenciones en el que no se le quite la riqueza a los que mejor y más la generan satisfaciendo necesidades del mercado el resultado a largo plazo es de más producción a menor coste, más riqueza para todos: proveedores, clientes y sociedad.
            Si en esta exposición hay un error de lógica o desarrollo, díganlo y lo hablamos. Lo que no entiendo es que salgan con que si no hay impuesto y subvenciones los que más ganan dinero se tornarán en mafiosos y empezarán a matar a sus clientes si no les compran a precios desorbitados. ¿De dónde sale tal escenario? Desarrollen un poco más que mentar al hombre del saco…

            • Vamos por partes:
              1º Estoy de acuerdo con usted en que uno de los motivos de la existencia de las mafias son las prohibiciones de determinados comportamientos, generalmente entendidos como «consumos» (como por ejemplo el consumo de prostitución, drogas, juego, etc), que a pesar de ser ilegales, gozan de la suficiente popularidad como para resultar rentable su «comercio» para los que se arriesgan a saltarse la ley.
              Desde el anarcoliberalismo, se pretende la ficción de que todas esas prohibiciones, parten del capricho estatal, pero eso no es cierto: parten de la moral social «predominante», que los Estados hacen suya. Así en una sociedad cuya moral predominante es contraria al consumo de alcohol (por ejemplo por razones religiosas), lo normal es que el Estado que rige dicha sociedad, lo prohíba.
              El que en esa situación surja una mafia que aproveche dicha prohibición dependerá de dos factores: la hipocresía de dicha sociedad (lo que sucedió durante la Ley seca en USA, en la que la misma mayoría que rechazaba el consumo de alcohol lo consumía) y la eficacia del Estado castigando la infracción de la ley (por ejemplo, en Singapur, el consumo y tráfico de drogas es mínimo porque el Estado es sumamente eficaz en sus drásticos castigo: pena de muerte para los narcos, mientras que en España es justo lo contrario).
              2º Pero lo anterior solo es uno de los motivos del surgimiento de las mafias: el otro es simple y llanamente que la unión hace la fuerza, por lo que una banda de delincuentes ( es decir de aquellos que se saltan la moral del grupo social en el que viven) organizada tiene más fuerza y es más eficaz que actuando de manera aislada. De hecho, los Estados, responden a esa misma lógica pero por parte de los individuos que acatan la moral social: en primer lugar la autodefensa, tanto frente a grupos hostiles extraños como a delincuentes y mafias propias.
              La experiencia histórica demuestra que ante la ausencia de Estado, lo que surge es la barbarie y el pillaje por parte de mafias organizadas de delincuentes sobre el resto de la sociedad, hasta que esta es capaz de dotarse de un Estado que la defiende contra aquellos.
              Del mismo modo que la experiencia histórica demuestra que sin el equivalente a un Estado (en el sentido de la organización que vela por los asuntos comunes) los bienes comunales desaparecen por la incapacidad de los individuos aislados para cuidarlos, protegerlos y defenderlos.
              Lo anterior se evidencia en una simple comunidad de propietarios, que jamás de los jamases ha funcionado ni funcionará con las reglas anarcocapitalistas: por poner un solo ejemplo, el derecho de autodeterminación tan querido por los ultraliberales, es simple y llanamente inaplicable en un modesto bloque de viviendas con espacios comunes.
              ¿Significa eso que los Estados garanticen por sí solos la seguridad de los individuos, de sus propiedades y de los bienes comunes? Ni de coña, pero su colapso o ausencia si que garantiza el caos. O al menos eso es lo que demuestra la Historia. La Historia real. La única que ha existido.
              Lo demás han sido utopías que cuando se han pretendido llevar a la práctica han terminado como el rosario de la aurora.

            • 1.-En un entorno libre la moral se impone por el ejemplo del éxito, no por la coerción. Es sólo el estado el que, por motivos de interés para el poder, impone normas morales según le convenga. Hasta el punto en el que la arbitrariedad de las cámaras de representantes se torna en la vara de medir de lo correcto y lo incorrecto, pasando el pueblo a hablar de si algo es legal o ilegal, independientemente de que moralmente sea correco o incorrecto.
              Valga el ejemplo de Angola, donde la cultura predominante es contraria al tabaco. Hay contrabando, hay vendedores de tabaco, pero el negocio es de baja rentabilidad. Y no hay una mafia poderosa del tabaco ni nada parecido, sería ridículo.
              O le puedo llevar a algunas zonas de Canarias donde cuando el pueblo detecta la presencia de algún drogadicto se le hace un vacío total, por lo que éste acaba -normalmente- yéndose de la isla en cuestión o integrándose en la norma. Y eso no elimina del todo la droga, pero torna el territorio en poco rentable y no hay problemas de mafias.
              Si como usted dice, hay una moral imperante en la sociedad sobre algo, el estado no necesitaría imponerla por la fuerza. Ya la reacción del pueblo desincentiva ciertas prácticas. Y de ser efectiva la pena de muerte, ésta sería norma mundial; pero no, donde se aplica sigue habiendo crimen.

              2.-Con qué lógica soporta el planteamiento de que los malos se unen fácilmente para organizarse y los buenos sólo pueden hacerlo bajo el paraguas del estado. De hecho en el entorno actual es el estado quien desarma a los inocentes, dejando a los criminales con una ventaja violenta incostentable.
              Analice y compare los datos de criminalidad en EEUU entre zonas con libertad para ir armado y zonas donde está prohibido. Los tiroteos de locos en zonas con armas no salen en el telediario, pero en zonas donde está prohibido llevarlas el número de víctimas -que el estado desarmó y «protegió»- con obscenas.
              ¿Qué es un bien comunal? ¿Por qué ha de existir tal cosa? ¿Tan dificil es imaginar que la empresa que desarrolle un plan urbanístico reserve espacios para parques y zonas verdes para así incrementar el valor del entorno?¿Sería tan complicado mediante condiciones contractuales con los compradores establecer su responsabilidad alícuota en el mantenimiento del entorno como se hace en un edificio con las zonas comunes?
              El ejemplo de autodeterminación es ridículo, pues el presidente de la comunidad no tiene potestad para regular lo que hago dentro de mi casa. Los únicos límites que pone la comunidad se dan en los conflictos de externalidades, que ocurriría en cualquier ámbito. El problema de la autodeterminación surge cuando un poder arbitrario empieza a decirme qué puedo hacer y qué no con mi propiedad. Y en una comunidad entro por voluntad propia, firmando un contrato y aceptando unas normas de convivencia explícitas. Pero en el estado se me imponen normas arbitrarias, que puede cambiar la parte dominante cuando le plazca en forma, fondo, alcance, cuantía y lo que se le ocurra al tirano.
              En cuanto a evidencias históricas, lea el ejemplo de la historia de Irlanda o del antiguo Israel. Sus períodos más pacíficos y estables fueron sin estado ni nada parecido.

              A ver, los estados colapsan tras corromper todas las instituciones, por lo que es lógico que en la caída no haya piedra sobre piedra que sostenga el entramado social. Comparar tal escenario de destrucción generado por la corrupción de la tiranía estatal con el resultado de un entorno libre es ridículo y absurdo. El liberalismo propone el fomento de instituciones y soluciones sociales, no confunda con el páramo que deja el estado tras el paso de su horda de burócratas e inmorales.
              El liberalismo es una propuesta de orden social en base a unos principios elementales. El liberalismo no se limita a proponer la eliminación del estado y nada más.

              En la historia hay ejemplos de entornos más o menos libres, más o menos respetuosos con la propiedad privada, pero ejemplos de liberalismo tal como se enuncia, ruego me diga uno. Tal vez Hon Kong o Singapur valgan como aproximación, pero no veo que hayan acabado como el rosario de la aurora. Mas sí puedo darle incontables ejemplos de estados que acabaron con la vida y riqueza de millones de personas.

            • 1º Por empezar por el final.
              Me temo que no le entendido bien : ¿insinúa que Singapur, que es un es la mejor aproximación existente al modelo liberal?. De la wiki: «La Economist Intelligence Unit califica el sistema de Gobierno de “un régimen híbrido” que cuenta con rasgos democráticos y autoritarios. La Freedom House califica a Singapur de “parcialmente libre”, los derechos humanos son sistemáticamente violados en Singapur, y las libertades civiles y de expresión están sumamente restringidas».
              2º ¿Qué es un bien comunal? En un simple bloque de viviendas, los pasillos y escaleras de un bloque de viviendas, su ascensor, las instalaciones comunes etc, etc, etc y lo que es más importante que todo ello: el terreno sobre el que se asienta el edificio. Si me diseña un bloque de viviendas sin esos bienes comunales le aceptaré su pregunta de ¿por qué ha de existir tal cosa?. En cualquier comunidad más grande, infinidad de otros elementos, por ejemplo si hablamos de un país, los ríos por no alargar la lista.
              3º «O le puedo llevar a algunas zonas de Canarias donde cuando el pueblo detecta la presencia de algún drogadicto se le hace un vacío total, por lo que éste acaba -normalmente- yéndose de la isla en cuestión o integrándose en la norma».
              Aunque un ejemplo aislado, aun sin citarlo expresamente, no demuestra nada, pretender que esos supuestos ejemplos sean la generalidad de la situación de la problemática de las drogas en Canarias es simple y llanamente falso. Más bien es al contrario y son los drogadictos los que imponen su ley sobre todo en las zonas con suficiente presencia de ellos. Solo cuando la situación se vuelve insoportable es cuando el resto de la sociedad se arma de valor y se moviliza más o menos espóntaneamente contra ellos y los problemas que causan.
              En Singapur (ese modelo cuasi liberal, según usted) no tienen dicho problema porque camello que cogen, camello que ejecutan y además consideran camello a casi cualquier drogadicto con una mínima cantidad de droga.
              pd: personalmente estoy por la liberalización del trafico y consumo de drogas con ciertas reservas: por ejemplo, condenaría a penas muy duras a cualquiera que vendiera droga a menores de edad, y no permitiría la publicidad de las drogas. Exactamente por lo mismo que estoy a favor de la prostitución libre y en contra de de la trata de blancas.

            • He dicho que no hay un ejemplo de liberalismo al que referirnos, y he indicado dos ejemplos que tienen ciertas características liberales (he dicho que valgan como ejemplos por aproximación, no porque sean liberales). Obviamente no son liberales las que usted indica, que no son ni deseables ni liberales.

              Los bienes comunales a los que hace referencia en primer lugar lo son por desición de los propietarios, que ven en esa herramienta una solución óptima y la gestionan mediante contratos o normas de la comunidad a las que se adscribe el que quiera entrar a formar parte de la comunidad.
              En cuanto a los rios no veo que tengan que ser propiedad comunal, entiendo que mediante propiedad privada, contratos y gestión de externalidades se puede hacer un uso más eficaz y eficiente del recurso. Tal vez mediante uso y costumbre se desarrolle un sistema comunal de gestión al estilo de la comunidad de propietarios del edificio, pero no mediante la institución de un poder arbitrario que decida cómo gestionarlo por el «bien de todos» e imponiendo mediante la violencia su capricho.

              Los dos ejemplos que he puesto demuestran por sí mismos que de haber un valor moral predominante la coerción es innecesaria. Otra discusión es si los criminales armados frente al pueblo desarmado por el estado puede imponer valores mediante coerción, y la respuesta es que sí. Pero no confundamos el poder de una sociedad cohesionada con la debilidad de una sociedad desarmada.
              Las mafias, drogadictos y calaña similar tiende a asentarse a sus anchas en zonas deprimidas, de valores morales más laxos. Con ello no digo que en Serrano o en Castellana no se venda droga o no haya mafiosos, pero ahí están más camuflados y no son dominantes…

              Lo más divertido de todo este intercambio es que cuando empecé a frecuentar este blog yo estaba en su lugar y eran similares -a los suyos- los argumentos que le lanzaba a Luis para justificar un estado pequeño. Así que sé que lo normal es que no le convenza hoy de casi nada. Me conformo con hacerle pensar e invitarle a establecer un planteamiento congruente de principio a fin, pues para justificar la existencia del estado es necesaria la inconsistencia lógica (¿quién vigila al vigilante?).

            • ¿Quién vigila al vigilante? Éste es el aspecto realmente valioso de este comentario. Lo he visto citar en otras ocasiones, pero nadie hace nada al respecto. Entiendo que los políticos no estén en absoluto interesados, pero la pasividad del ciudadano ante un asunto tan crucial siempre me ha pasmado y ha sido clave en mi decepción política. Cuando mencionas el asunto es como si oyeran llover. Y sin embargo no sería tan difícil. Bastaría con que toda la contabilidad del Estado (y sus partes) fuera pública y fácilmente accesible en un formato común. Bastaría con crear la carrera política y funcionarial de modo que cada proyecto tuviera su responsable (receptor de premio o castigo) en cada nivel y que se asumiera que de sus actos se siguen consecuencias. En resumen, es la ciudadanía quien tiene que vigilar al vigilante, y para ello, ni siquiera es preciso que lo haga. Sería suficiente conque pudiera hacerlo. Y la informática, que permite a los políticos controlar a todos los ciudadanos a niveles increíbles, permitiría hacerlo al revés de modo infinitamente más fácil, pero oiga, ¡no hay manera!

            • «Bastaría con crear la carrera política y funcionarial de modo que cada proyecto tuviera su responsable (receptor de premio o castigo)».
              Napoleón decía: «Cuando quiero que un problema se resuelva nombro un responsable, cuando quiero que NO se resuelva nombro una comisión». Y ese es uno de los problemas inherentes a la democracia (y que me temo es insoluble): que casi por definición, lo que tiende a surgir de acuerdos voluntarios de grupos, son COMISIONES en vez de RESPONSABLES.

            • Tanto en cuanto el estado tenga el monopolio de la violencia, lo que el súbdito descubra es irrelevante (sin entrar en la cantidad de tiempo, dinero y personas que haría falta para el sistema de control que propone).

              Léase los informes del Tribunal de Cuentas publicados en el BOE y verá que en algunos hay una ristra de denuncias de crímenes o indicios de crímenes descubiertos, expuestos y con una batería de pruebas disponibles. Tan inútil era la exposición pública de la corrupción que al final la corrupción llegó al mismo tribunal… Es el interés político, que no público, el que mueve la generación de leyes, la elección de jueces y el desarrollo de los casos de corrupción. Si no hay rédito político es irrelevante todo.

              El sistema es ineficaz, ineficiente y corrupto desde su concepción. Es su naturaleza. No es reparable. Es como el crimen de robar (algo que hace el estado para mantenerse), no hay manera de convertirlo en un negocio honrado…

            • Esto es, como mínimo, una respuesta precipitada. El debate sería largo, y le aseguro que me sorprendería que me sorprendiera (y sería bienvenido). En cualquier caso la respuesta sólo puede ser una: es la sociedad la que tiene que vigilar al vigilante. Esa es la dirección de trabajo. Y tampoco me parece tan difícil. Sólo hay que hacerlos responsables (a políticos y a funcionarios, como PVL apunta). El problema real es que ha de ser el gato mismo, el que se ponga el cascabel. A un gato tan honrado, tan competente y tan sin miedo, los demás gatos no le suelen dejar subir.

            • Intentemos un enfoque diferente:

              Si contrato a alguien para que realice un trabajo la motivación racional es que con la nueva incorporación tendré acceso a un beneficio.
              Ahora bien:
              – si el contrato no me libera de tiempo, sino que me compromete a dedicar tiempo extra a controlar al trabajador,
              – si el contrato permite que el trabajador tome decisiones que me obligan a mi sin responsabilidad para él,
              – si el contrato no tiene ninguna cláusula de rescición,
              – si el contrato hipoteca la totalidad de mi vida y patrimonio,
              no creo que cueste llegar a la conclusión de que el contrato es un absurdo por parte del contratante. Y si añadimos que el contratante no ha negociado el contrato, ya no es contrato, es abuso. Y si observamos que el contratante en el largo plazo está trabajando para el contratado y encima cada vez tiene que pagarle más por el servicio, lo obvio es que habrá abuso, no contrato.

              Para que las instituciones funcionen con responsabilidad han de nacer de uso y costumbre, de contratos entre partes. Para ello no hace falta la institución del estado tal y como la sufrimos hoy en día, de hecho es un freno al desarrollo correcto. Veamos algunos ejemplos:

              – Las sociedades de certificación: nacen del libre mercado. El contratante pagaba el servicio y la certificación comprometía el patrimonio de la sociedad certificadora además de su prestigio. Entra el estado y ahora la certificación, por ley, la paga el certificado, por lo que hay un conflicto de intereses. Ahora no es la pericia del certificador lo que guía el informe para salvaguardar su negocio y riqueza, sino el cumplimiento con unas normas mínimas establecidas en leyes arbitrarias independientemente de su acierto.
              – Contabilidad y auditoría: Siglos de tradición conformaron las normas contables. Las auditorías las pagaba la parte interesada. Ahora las normas contables las establece un órgano político a su conveniencia ignorando la tradición (como hicieron al soslayar el principio de prudencia). Ahora las auditorías las paga el auditado y en infinidad de casos es un trámite legal que se cumple con mínimos. Importa cumplir la norma, no la relevancia del servicio.

              Como ya he indicado antes no hay ningún modo de que el robo pueda ser una actividad digna, honrada y deseable. Lo mismo ocurre con el estado moderno, es algo intrínsecamente malo, incorregible.
              Todas las funciones positivas que puede realizar el estado se pueden desarrollar mejor y con menos inconvenientes a través de instituciones libres que vayan desarrollándose y aceptándose en una sociedad libre. No hay ningún mal intrínseco en realizar contratos libres, pero sí lo hay en imponer coercitivamente la voluntad del violento (y si el estado no es violento, que renuncie a policías, cárceles y ejército…).

              Sí se puede exigir responsabilidad mediante contratos, imposible mediante política donde la ambigüedad y lo relativo son el aire que se respira. Para que un estado funcione todos sus miembros tendrían que ser santos, honrados, sabios, perfectos. Si encontrar una persona así entre millones cuesta, ¿dónde las van a sacar para todo el aparato burocrático monopolista de la violencia?

              Acabo con una pregunta simple: a largo plazo ¿qué es mejor?
              – Planes urbanísticos desarrollados por concejales y burócratas (con sus vicios y virtudes) bloqueando alternativas por legislaturas, fomentando una línea a seguir política en detrimento de innovaciones que no encajen en el plan.
              – O planes urbanísticos que se desarrollen mediante contratos de propietarios que se adhieran libremente por zonas. Condiciones contractuales que durarán y ganarán adhesiones si dan buenos resultados o que irán feneciendo y siendo abandonadas si se muestran contraproducentes. Contratos que no impiden el surgimiento de alternativas competitivas…

            • ¿Quién vigila al vigilante?. Efectivamente esa es la cuestión clave que afecta a cualquier comunidad de bichos sociales y jerarquizados.
              Por poner un ejemplo no humano: ¿quien controla al macho alfa de la manada? La respuesta no es otra que la propia manada. La etología muestra ejemplos de manadas de chimpancés que derrocan a un macho alfa por «demasiado dictador» y en otros casos por «poco eficiente». Y estamos hablando de grupos de a lo sumo decenas de individuos.
              Hablando de sociedades humanas, formadas por millones de individuos la cosa se complica, pero esencialmente a los dirigentes del Estado, que no son otra cosa que el (los) sustitutos del macho alfa, solo puede vigilarle y exigirle cuentas la sociedad a la que dirige.
              ¿Pero que pasa si la sociedad no está interesada o es incapaz de vigilar y exigir cuentas a sus dirigentes?.
              De hecho, esta pregunta está emparentada con otras clásicas como ¿puede un grupo o sociedad adoptar libremente la decisión de renunciar a su libertad? ¿y en tal caso como la recupera en caso de que cambie de opinión?.
              Las respuestas cuando eso sucede es que si esos grupos que renuncian a vigilar al poder, están dirigidos por gente eficiente (es decir si el Estado es eficiente) las cosas suelen ir bastante bien: Singapur es un buen ejemplo de ello.
              Pero si los dirigentes son unos cretinos (y por tanto el Estado es ineficiente) el fracaso está garantizado.
              Pda: JJI te me has adelantado.

        • Obviamente el secreto profesional es un arma para mantener la ventaja competitiva, pero a la larga su relevancia -como el margen que da- es decreciente por la evolución de la competencia -máxime al no haber patentes, pues pueden llegar a las mismas conclusiones una vez conocen que el camino existe, no ha de haber traición-. Por eso digo que no es relevante en cuanto a las conclusiones. Y de ser cierto su planteamiento la humanidad no habría progresado nada desde la edad de piedra, puesto que las patentes son un invento de antes de ayer.
          De hecho la patente, como he indicado, es una losa a la innovación. Véase el ejemplo del sector informático: tanto en cuanto no había patentes de software -el último invento en patentes- la inversión y ritmo de innovación era muchísimo más alto que el actual. De hecho las patentes han incrementado el gasto en abogados en detrimento de la inversión en innovación. Se ha trasladado la lucha por dar el mejor servicio y producto al campo de batalla de los tribunales buscando la posición dominante por ley en lugar de por competitividad.

          Vuelve con las mafias, las cuales son algo muy complicado y caro de montar. De ser cierta su premisa de rentabilidad y sostenibilidad de tal empresa el estado no cambiaría nada. Y de hecho es así en parte, pues lo vemos en el negocio de las droga, donde a pesar del ingente «esfuerzo» gubernamental parece imposible su erradicación. Sin embargo la rentabilidad de la droga no se debe a la presencia de la mafia, es lo contrario: la enorme rentabilidad creada por el gobierno mediante el marco legal es lo que hace sostenible a la mafia.

          Como norma general la mafia no genera rentabilidad, es la rentabilidad la que genera a la mafia. Y una vez surge esta, si no hay un gobierno que mantenga el status quo beneficioso para el mafioso, la rentabilidad no es sostenible: el pueblo estaría armado (no hay monopolio de la violencia), la movilidad para ir a sitios más pacíficos sería mucho más ágil (no habría impuestos que mermaran la capacidad adquisitiva de lo obtenido al liquidar el patrimonio y no habría fronteras)…

          Y una vez una mafia se estableciera en un territorio el mercado entraría en ineficiencias que empobrecerían esa zona con respecto a las libres. Si la riqueza dejara de generarse satisfaciendo necesidades del prójimo en favor de abusar de él se perderá volumen de negocio y clientela. Eso a la larga hará débiles a los mafiosos frente al imperio de la ley de las zonas libres. No entiendo en qué fundamenta la indefensión de la gente buena al tiempo que presupone un poder ilimitado de la gente mala.

          Tengamos en cuenta que en libertad surgirían soluciones que no conocemos, no podemos diseñar de antemano la totalidad del escenario, sólo inferir el esquema de incentivos y su funcionamiento lógico. Pero las pegas que me sigue indicando no siguen un esquema razonable.
          Los pueblos que tenemos como joyas arquitectónicas son fruto de un desarrollo de siglos en los que no había normativa urbanística. Son una más de las pruebas de que en el largo plazo la tendencia es imitar lo bueno y evitar lo malo, no lo contrario.

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