De la superioridad moral de la izquierda. Una de buenos y malos

Si todos fuésemos buenos, no serían necesarios ni gobiernos ni leyes. Y si todos fuésemos malos, no cabría esperar que un gobierno o unas leyes nacidas de esa sociedad fuesen buenos en lo más mínimo. Basta con darse una vuelta por cualquier sitio habitado por humanos en este planeta para darse cuenta de que son infinitos los tonos de gris en los que podemos calificar moralmente a cualquiera de nosotros. Los hay mejores y peores, en casi todo buenos o en casi todo malos, fundamentalmente generosos o fundamentalmente avariciosos, violentos y pacíficos. Y es por ello que hay leyes, que tenemos mormas. Así facilitamos la convivencia pacífica… o lo intentamos al menos.

Dentro del grupo (enorme, por cierto) de los que se creen siempre mejores existe un subgrupo (la mitad, diría yo) que piensa que es infinitamente más bueno que cualquiera de los mejores, hasta el punto de que terminan convencidos que éstos, aunque mejores, no dejan de ser malos. Son los que se ven como defensores legítimos y únicos de todas la minorías, todos los discriminados, todos los desfavorecidos, todas las víctimas de la sociedad. Les hablo de la siempre moralmente superior izquierda de progreso, especialmente la occidental, arropada por la creciente cultura del victimismo a la que nos encontramos arrojados. Esta convicción de la izquierda de progreso es la que les lleva a degradar a todo aquél y todo aquello que no participa de su particular cosmovisión de las cosas a la condición de simplemente «malo».

Es la misma convicción que les autoabsuelve de todo pecado. Si todo lo que hacen lo hacen por el bien de todos, ya no necesitan justificar en cada actuación por qué hacen esto o lo otro; todo persigue un propósito más elevado. Todos los medios son válidos para alcanzar semjante fin. La extorsión, el linchamiento, el escrache, la persecución, el mobbing, la mentira al servicio del bien común. Los que lo reconocemos callamos o lo susurramos en los corrillos de nuestros allegados ideológicos, no sea que luego «la gente» nos señale con el dedo cada vez que salimos a comprar un helado. Y es así que hoy la moralmente superior izquierda domina las universidades, el arte, la cultura y el sector de los medios de comunicación.

No, ellos no son mejores. Pero han sabido autoapropiarse de esa etiqueta y los demás no hemos hecho nada por impedirlo.

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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8 comentarios

  1. Este tema no va mucho en este hilo, pero el otro día me estuve haciendo este planteamiento y sentía la necesidad de sacar el tema:

    Imaginemos que una empresa (¿farmacéutica?) descubre un tratamiento que es capaz de detener el envejecimiento, lo cual podría ofrecer la juventud «eterna» (siempre y cuando no sufras un accidente grave, o no sufras otro tipo de enfermedades, lo cual parece casi inevitable si miramos un plazo de, por ejemplo, 200 años). Suponemos que ese tratamiento es muy caro (por ejemplo, 150.000€) y se debe repetir, por ejemplo, cada 10 años.
    Es un coste que muchos ricos se podrían permitir, pero para la mayoría de personas de clases media e inferiores sería inasumible.
    De ese motivo, cientos de miles de personas seguirían muriendo entre los 70 y 95 años como consecuencia de los achaques del envejecimiento, mientras que otras muchas personas a los 100 años frescos como si tuvieran 25. Con el tiempo, el envejecimiento pasaría ser considerado una enfermedad y, por definición, su «curación» debería ser considerado un «derecho social».
    Por las noticias de la Sexta nos enseñarían a diario las penurias de personas de 80 años sufriendo achaques de la vejez mientras el estado no hace nada para evitar semejante injusticia.

    ¿Cuál creéis que sería el resultado de la existencia de dicho tratamiento?
    a) Un gobierno más o menos populista acabaría empeñándose en que el estado lo garantice de manera gratuíta a todos los ciudadanos, y para financiarlo el gobierno llevaría a cabo todo tipo de expropiaciones (incluída la de la farmacéutica que fabrica el tratamiento), convirtiéndose.
    b) Se prohibiría dicho tratamiento para evitar «frustración» en quien no pueda conseguirlo.
    c) Simplemente no ocurriría nada, y la existencia de ricos que utilizan ese tratamiento se llevaría con cierta normalidad, con el típico ruido de fondo de la izquierda.

  2. El pensamiento político moderno se sustenta sobre tres grandes pilares:
    – «El fin justifica los medios» – Frase apócrifa de Maquiavelo
    – «Todo en el Estado, nada fuera del Estado» – Mussolini
    – «¿Libertad? ¿Para qué?» – Lenin

  3. Yo veo un problema muy gordo. El avance de la maldad, el fracaso moral, y el «compromiso en principios básicos» depende de … ¡esos principios básicos! Que no son otra cosa que una moral (un código de conducta social). Si Rand observa lo que considera un «fracaso moral», normalmente puede deberse a dos situaciones.

    1. Esa sociedad ha perdido su «código de conducta social», y va a disolverse de inmediato. Obvio: como no conocemos sociedades sin código de conducta (ni siquiera los piratas o los ladrones), no es razonable esperar que esa sociedad lo siga siendo por mucho tiempo.

    2. Rand tiene un código particular que no se corresponde al de la sociedad que observa, y entonces no hay un «fracaso moral» sino un despiste de Rand.

    ¿Solución? El tiempo, que ya ha pasado. La sociedad no se ha disuelto, y Rand no conocía su muy funcional código.

    Si todos fuésemos buenos, no serían necesarios ni gobiernos ni leyes.

    Son planos distintos. Dos personas pueden ser buenas y enteramente morales, y aun así necesitar la ley para arreglar sus diferencias. Vaya, es lo normal. Aunque ley y moral tengan puntos en común, la ley en general se encarga de relaciones más complejas que las que atiende la moral. Y también puedes tener morales distintas (distintas formas de ser «bueno») dentro de un mismo «estado», y una ley que resuelve.

    La izquierda y la «superioridad moral». Es un truco, una estrategia. En sus momentos también lo hizo la derecha, pero ahora es de la izquierda. Funciona así: La moral es lo que no se discute, sino que se impone. Es una herramienta social y funciona así. Y si consigues «moralizar» (meter en la moral lo que no estaba) opciones políticas, has convertido en indiscutible (moral) lo que en origen era la definición de lo discutible (política).

    La izquierda, o más propiamente el kindergarten, y Rand y de paso tú, estáis haciendo una operación relativamente comparable. Tratar la moral (lo bueno / malo) como si fuera independiente de la sociedad. E imponerla desde fuera, en lugar de dejar que surja naturalmente, con todo su filtro y poso de tiempo -> tradición y tal. (Moral, etimológicamente, no es más que «la costumbre»). La diferencia es que la izquierda ha pillado mejor su dinámica, y sabe que se impone mediante violencia social. Rand y tú parece que lo pensáis como algo intelectual, o de convencer o por ahí. Estáis en la higuera.

    En resumen. El kindergarten está usando de forma muy bastarda una herramienta social, pero al menos utiliza la dinámica real de la herramienta. Rand y tú queréis hacer lo mismo, pero con una dinámica que no es la propia de la herramienta. Vuestro fracaso es seguro, y antes de empezar. El del kindergarten parece probable con el tiempo (véase Trump, etc).

    • Sí a casi todo.
      Ni Rand ni yo tratamos la moral (lo bueno/lo malo) como si fuera una cosa fuera de la sociedad. De hecho, digo exactamente lo contrario en mi primer párrafo.

      Creo que seguimos estando de acuerdo en aquello en lo que no estamos de acuerdo: tú consideras inevitable y te sometes a una moral consensuada, pues de lo contrario consideras que la sociedad se diluiría, desaparecería como tal, yo considero inmoral imponer ciertos principios consensuados como «morales» y que no lo son.

      Es moralmente «bueno» ayudar al necesitado? SÍ
      Es moralmente «bueno» obligar a todos a ayudar al necesitado? NO

      Y no es moralmente bueno porque esa obligación no nace del consenso, sino de la imposición bajo amenaza de violencia (del estado en este caso, autoarrogado representante de «los buenos»)

      La higuera: el problema está en que ni Rand ni yo pretendemos usar herramienta social alguna, porque creemos que todo lo que emerge de la dinámica social tiene su origen en los individuos que la conforman y viven en ella. Se apela a cada uno en lugar de a la manada. Tal vez sea un error, no te digo que no, pero eso solo lo sabremos cuando abandonemos la fe en las ingenierías sociales, las de diseño y las de «estoy explicando cómo funciona esto». Aquellas, que ya sabemos que no funcionan (véanse los experimentos colectivistas obligatorios de toda la historia) y éstas porque sólo valen para lo que observamos, pero no para predecir lo que puede ocurrir. De hecho, estamos rodeados de fenómenos sociales impredictos… porque eran impredecibles. (Los sociólogos del «behavior» siguen sin explicarse el Brexit o Trump , y lo que les queda…)

      • ¡Que le den por saco a Disqus, coño! Se ha comido un comentario muy elaborado que estaba haciendo.

        Resumo.

        La moral nunca es consensuada. ¿Has visto algún ejemplo?

        Todos (incluso Luis) se someten (en distinto grado) a la moral. Porque tiene consecuencias. Si no, te conviertes en un apestado social. A la moral del grupo, no a tu ética personal, que no tiene consecuencias visibles (externas).

        Si un grupo (sociedad) no tiene moral (costumbres, lo que hacemos y lo que no hacemos) no es un grupo. Operaría como una amalgama amorfa de fulanos, que por definición es un no-grupo.

        Es moralmente «bueno» ayudar al necesitado? SÍ

        Depende. De que sea de «nosotros» o de los «otros»; y de qué necesidad se trate. O sea, depende de la moral del grupo. Y no digo que eso sea «bueno» o sea «malo». Es lo que se observa.

        Es moralmente «bueno» obligar a todos a ayudar al necesitado? NO

        Los cojones. La moral es un código, una norma. Si no cumple una función sería un capricho, y no se explicaría que TODAS las sociedades tengan una moral, aunque sea distinta. Y si cumple una función, no podría cumplirla si no es más o menos obligada. Por ejemplo, si es útil ayudar al herido porque lo contrario sería una pérdida de recursos futuros, y haces depender la ayuda del albur del capricho de cada uno en cada momento, ese grupo desparecerá frente al grupo en el que esa ayuda es obligada. Por tanto, con el tiempo sólo verás grupos en el que esa ayuda es obligada. Que es exactamente lo que observas.

        La moral, su función y su dinámica son observables. Y observados. No son las «ideas» que se le han ocurrido a un «pensador». Es como funciona el mundo; no su idealización.

        solo lo sabremos cuando abandonemos la fe en las ingenierías sociales

        La moral (la costumbre, lo que hacemos) es lo contrario de una ingeniería social. No es algo que haya pensado, ni diseñado nadie. Surje y se va haciendo de modo espontáneo. El kindergarten (y antes los soviéticos) han observado su operativa, y tratan de aplicarla en su beneficio. Pero no parte de lo mismo, ni tiene el filtro del tiempo ni de la utilidad, y por eso no duran.

        Por ejemplo, las comunas hippies fueron un intento de moral «de diseño». Desaparecieron. y la tuya es exactamente igual de diseño. Tanto los hippies como tú estáis totalmente convencidos. Pero «convencidos» no prueba nada. Se trata de si funciona mejor o peor que las alternativas, y eso lo dice el tiempo.

        • La moral no es consensuable, es o no es, y es percibida como tal por un grupo o no lo es. Lo que quise decir es que las reglas que emanan de la moral han de ser aceptadas por una mayoría (vamos, consenso le dicen). Pero una moral impostada no es moral, lo mires como lo mires.

          Cuando la moral se convierte en regla y la regla en ley, y la esencia o consecuencia de la misma es inmoral, deja de ser imperativo absoluto para convertirse en satrapía. Por eso los diseños pensados para «todos» no han funcionado nunca y lo único que nos queda es el fruto de la relación expontánea entre personas y lo que hemos aprendido de ella. Vivimos juntos porque juntos nos defendemos mejor, comerciamos más eficazmente y alcanzamos más rápido lo que deseamos. Vivos, por cierto.
          Lo demás es adorno sobre lo que nos encanta discutir a tí y a mí y otros como nosotros. Pero no es substancial. En unas épocas era verde, en otras morado.

          Claro que la moral no es fruto de una ingeniería social! Eso es justamente lo que vengo contando.

          • Que no, joder, que deberías *observar* cómo funciona la moral, en lugar de imaginarlo o sacarlo de un prejuicio.

            En primer lugar es totalmente independiente de lo que a ti te parezca. Te puede parecer bien ir en pelotas, o sin lavar. Pero *independientemente* de lo que te parezca, vas a tener un castigo social si lo haces. Y probablemente no te merecerá la pena. ¿Ha sido consensuado? ¿Cuándo? ¿Es una mayoría que lo acepta? No lo sabes; lo acepta o lo sufre. Vete a saber. Probablemente de todo.

            Y claro que cuando hay una mayoría (o una minoría muy activa) a la que le molesta una norma moral, la norma puede cambiar. Lo vemos todo el rato. Por ejemplo, la minifalda. Pero no suele haber un acuerdo mayoritario, sino una aceptación mayoritaria (tengamos la fiesta en paz, si tampoco es tan importante).

            Por eso los diseños pensados para «todos» no han funcionado nunca y lo único que nos queda es el fruto de la relación expontánea entre personas y lo que hemos aprendido de ella.

            Los diseños «conscientes» no, pero la moral (que es un auto-diseño inconsciente) es «para todos», siempre. O vamos en pelotas, o no vamos en pelotas; pero es para todos. Y no tiene nada de «espontáneo entre personas». La moral se aprende y se obliga (mediante el castigo social). No hay nada menos espontáneo (desde el puto de vista personal) que la moral. Es, exactamente, lo anti-espontáneo. Es «lo que se hace»; no «lo que me sale», o «lo que pienso que es bueno».

            Uno de los elementos principales de la moral es establecer la conducta entre personas que no se conocen. ¿Cómo coño va a ser «espontáneo entre personas» algo que te dice cómo te vas a comportar tú, y cómo se va a comportar el otro, antes siquiera de estar en la situación? No puede haber nada más opuesto a la espontaneidad.

            Quieres reducir todo a contratos libres entre dos, y la sociedad humana no funciona así. No la has *observado* jamás funcionar así, y no lo vas a ver nunca. ¿Por qué? ¡Porque no sería una sociedad sino una amalgama informe, y la sociedad es más eficaz! Incluso si te vas al monte perdido con ocho amigos de la cuerda, a montar lo que sueñas, no te saldría. No somos así; no se ha visto nunca.

            • Definición de proceso de aprendizaje expontáneo:

              «La moral se aprende y se obliga (mediante el castigo social).»

              Todo se reduce a acuerdos entre personas. Lo que les vale y lo que no les vale. Y lo que no les vale, porque así lo experimentan, lo castigan. Y lo que vale, lo premian. Tanto el castigo como el sentirse reconocido aplican al individuo.

              Por eso, y regreso al artículo, digo que nadie puede diseñar «lo bueno» y que si se hace, el riesgo de que no sea «bueno» es alto. Por que sólo después de experimentar se sabe si es bueno, o no. Si es aceptado por los demás, o no.

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