Con frecuencia, con mucha frecuencia ultimamente, aparecen artículos alertándonos del inminente apocalipsis laboral que nos traerán los robots, la inteligencia artificial y otros avances tecnológicos.
La mayoría están escritos directamente por imbéciles, otros por gente que es muy competente en sus labores pero que parecen incapaces de entender los principios básicos de la Economía. Por eso estas declaraciones de alguien con un coeficiente de 180 y probadas dotes, y que debería saber intuitivamente los principios básicos de la Economía, me han sumido en un profundo abatimiento.
Me temo que jamás entenderé la razón por la que las más elementales bases de la Ciencia Económica son algo más allá del entendimiento de la mayoría de la gente.
Pero ¿Por qué Stephen Hawking (y otros muchos) se equivocan? Voy a enfocarlo desde el punto de vista teórico (es decir lógico) y desde el punto de vista empírico ( es decir histórico, recordemos que en Economía no se pueden hacer experimentos).
Más, y no menos.
Pensemos en un cualquier objeto o servicio usual. Y ahora pensemos que gracias a la tecnología (robótica, informática, inteligencia artificial, impresión 3D, nuevos materiales, ingeniería genética…) ese bien pasa a necesitar, en todo su ciclo de producción, menos mano de obra. Eso es tanto como decir que es MÁS BARATO. Y esa es la madre del cordero.
Cuando algo se vuelve más barato es lo mismo que decir que se vuelve más accesible. Pensemos en un teléfono móvil. Hace 20 años era un mamotreto sin aplicaciones de ningún tipo aparte del teléfono, que costaba el salario de 6 meses de un trabajador medio. Y además se fabricaban unos pocos con lo que los puestos de trabajo que se generaban eran pocos.
Hoy en día mi teléfono móvil cuesta el equivalente a 15 días del salario más común en España y a poco más de diez días del salario medio. Tiene desde cámara fotográfica hasta cuentapasos. Me da la previsión del tiempo, las cotizaciones de Bolsa, mensajes de whatsapp de mi mujer, tiene calculadora, agenda y hasta puedo leer las chorradas de twiter. Y por supuesto me cabe en la palma de la mano.
Y la mano de obra empleada no ha disminuido si no que, dado que se fabrican millones de teléfonos móviles al año, se emplean a cientos de miles de personas en todo el mundo.
¿Tan difícil es de entender eso?
Imaginemos que volvemos en el tiempo a 1916 y le decimos a la gente que cien años después el 90 % del trabajo de agricultura lo van a realizar máquinas. Nos preguntarían ¡¡¿¿Y a qué se va a dedicar la gente??!! Y respondemos que, por ejemplo, a programar videojuegos o a multiplicar por 3 las enfermeras por habitante. ¿Cómo nos mirarían?
Pero es que además nos machacan todos los días con la escasez de determinados bienes y servicios. Miremos por donde miremos hacen falta más recursos para todo: sanidad, educación, energías renovables, infraestructuras, mujeres, pobres, pensionistas, mineros, agricultores, ganaderos, investigación… no hay sector que no reclame más recursos para lo suyo.
Pues bien cuantos más trabajadores liberemos de otros sectores gracias a la tecnología más recursos tendremos para satisfacer todas esas necesidades.
Un ejemplo: parece que la gente quiere que la energía provenga de fuentes renovables. Los robots y otras tecnologías pueden abaratar las energías renovables para que sean competitivas… y eso no destruiría empleos ni nos haría más pobres y permitiría acabar con un tanto por ciento elevado de la contaminación.
Paro tecnológico.
Uno de los argumentos contra la tecnología que parece confirmado por la realidad es el aparente aumento del paro estructural en los países desarrollados. Pero aquí estamos ante el frecuente error de tratar una presunta correlación como una causalidad cierta. Y digo presunta correlación porque no hay explicación para el bajo paro en Japón, Corea, Alemania o Suecia, los países donde más robots y tecnología en general hay por habitante.
El paro en algunos países desarrollados no es debido a la tecnología sino a aberrantes decisiones políticas… frecuentemente apoyadas por la mayoría de la población.
Quizá aquí está la explicación: la gente no quiere aceptar sus errores en la toma de decisiones políticas y luego echa la culpa a la tecnología. Por ejemplo apoyan un sistema de pensiones inviable y cuando esa inviabilidad se manifiestan en forma de que no hay manera de pagar las pensiones con las cotizaciones a la SS entonces la culpa es… ¡¡¡de los robots!!! (que no es que no tomen decisiones políticas es que ni existían cuando esas decisiones se tomaron).
Pobreza tecnológica.
Otra de los argumentos es que la tecnología nos empobrecerá. Quizá el más incomprensible porque ¿Cómo es posible que seamos más pobres si gracias a la tecnología cada vez producimos más bienes de consumo?
Quizá el problema es que la gente ha sido muy mal informada acerca de nuestro pasado. De los 200.000 años en que los seres humanos llevan pisando este planeta durante 199.850 años, es decir durante el 99,9 % del tiempo, el hambre y la muerte por inanición han estado presentes. Sólo durante los dos últimos siglos el espectro del hambre ha empezado a desaparecer. Y ha sido gracias única y exclusivamente a la tecnología.
La gente pobre en el mundo desarrollado tiene a su disposición lujos y avances tecnológicos impensables hace unas pocas décadas. Pero si a la gente la machacan con una imagen distorsionada de miseria pues se la acaba creyendo.
La gente no está capacitada para trabajar en un mundo hipertecnológico.
Tampoco este argumento es nuevo. Aunque la gente no lo sepa en el siglo XIX había personas que mantenían que la gente no estaba capacitada para trabajar en un mundo de máquinas porque ni siquiera eran capaces de aprender a leer y escribir.
De hecho nunca ha sido tan fácil aprender nuevas habilidades para integrarse en el mundo laboral… y es gracias a la tecnología. Pero también es cierto que nunca se ha despilfarrado tanto dinero y tiempo en la educación… nuevamente debido a decisiones políticas.
En resumen la gente no es idiota y desde el punto de vista tecnológico nunca ha sido tan fácil integrarse en el mundo laboral.
Desigualdades insoportables.
El sr. Hawking hace referencia que gracias a internet unos pocos pueden ganar mucho dinero y que eso es “socialmente destructivo”.
Pero veamos el ejemplo de Google o más bien de Alphabet. Es cierto que gracias a sus algoritmos unos pocos ganan enormes cantidades de dinero empleando a poca gente… pero ¿qué hacen con esos recursos? Bueno seguro que los dueños llevan una vida de lujo… pero además invierten muchísimo dinero en otras cosas, como por ejemplo los coches autónomos.
Sólo en USA mueren al año más de 35.000 personas en accidentes de tráfico y 100.000 acaban en el hospital con lesiones graves. Pensemos en que el 99 % de esos accidentes desaparecen y en las consecuencias… y luego pensemos si eso es “socialmente destructivo”… o socialmente beneficioso.
Y ojo, que la conducción autónoma tiene enormes y positivas implicaciones que van más allá de la simple eliminación de los accidentes de factor humano.
Este argumento apesta al círculo vicioso marxistoide que critica a las grandes empresas que ganan mucho dinero para, a continuación, decirnos que las grandes inversiones sólo las puede hacer el Estado porque el sector privado no está dispuesto a arriesgar grandes cantidades de dinero.
Yo creo que:
La tecnología es la única esperanza de salvación de la Humanidad.
La Historia de la humanidad es en gran parte la Historia de la evolución de la tecnología. No existiríamos sin tecnología. La mayor parte de nuestro bienestar se lo debemos a la tecnología.
Por supuesto que la tecnología se puede usar para el mal. Pero el problema no es de la tecnología en sí.
Los problemas, los auténticos riesgos para la Humanidad están en otro lado. Están en el marxismo, el fascismo y el multiculturalismo, en tenebrosos personajes como el Papa Francisco o los imanes del Islam. Están en la turba de pseudperiodistas que sólo quieren vender viejos dogmas y miedos. En políticos sin visión empeñados en negar los auténticos problemas.
El sr. Hawking nos alerta contra el futuro de la Inteligencia Artificial, pero yo tengo la certeza de que el mundo estaría mejor dirigido por una IA mediocre que por la turba de fanáticos / imbéciles / ignorantes / criminales / populistas que nos dirige.
Aunque la culpa al final siempre es nuestra.
«La sociedad no se está adaptando a la sociedad tecnológica que se nos avecina».
Esta afirmación no es cierta y hay infinidad de ejemplos que la desmontan, por ejemplo: el nº de teléfonos móviles, que es posiblemente el mayor icono de la sociedad tecnológica de nuestros días se ha disparado en muy pocos años, de tal manera, que su uso es tan generalizado que cuesta encontrar a alguien que no posea uno o varios y use cotidianamente, evidentemente tras haberlo comprado al precio de mercado. Tres cuartos de lo mismo para Internet y sus numerosísimas aplicaciones, etc, etc, etc.
Pero además resulta que lo anterior es lo que ha ocurrido reiteradamente a lo largo de la Historia ante cada nuevo salto o invento tecnológico, cuyo balance final se repite una y otra vez: una minoría de perjudicados (por ejemplo, el sector de la telefonía fija tradicional) y una mayoría de beneficiados (el resto), que refleja el hecho innegable de que las nuevas tecnologías (es decir, los inventos eficaces) incrementan la riqueza global, en vez de destruirla.
Por lo tanto los que sostienen afirmaciones como la suya deberían ser capaces de mostrar los ejemplos reales que las respaldasen, y no meras profecías.
Magnífico el art. La Historia, la verdadera Historia, más allá de las batallas y peripecias políticas que nos cuentan en los libros y que apenas tienen influencia en la vida de la Humanidad real a largo plazo, es la historia de cómo los inventos tecnológicos (desde el fuego a internet) han cambiado la vida de nuestra especie, mejorándola a medida que se han extendido por todo el planeta. Detrás de cada invento hay un pequeño grupo de perdedores y una legión de ganadores. Y eso debería ser algo que conociera cualquier ser humano, físicos ilustres como Hawkins incluidos.
Está muy bien el artículo, gracias. Y el argumento parece obvio: si la tecnología y robotización no ha producido hasta ahora una disminución de puestos de trabajo, ¿por qué pensar que lo vaya a hacer en el futuro?
Por buscarle las pegas, se me ocurre la globalización. Puedes tener un aumento neto de puestos de trabajo global, con una disminución brutal local. Donde local puede hasta ser un continente entero. Y si ocurre, a los de ese continente no les va a consolar nada el aumento global. Vaya, que van a tener jodida la única vida de la que disponen.
Suelo pensar en una metáfora marinera. Un petrolero enorme tiene que tener la bodega compartimentada para reducir el desplazamiento de líquido que lleva. Si abre la compartimentación, la misma ola que antes no le afectaba le puede hacer volcar, porque la carga se ha ido toda a la misma banda.
¿Es verosímil esta pega? Perece. Los países suelen tener «compartimentaciones» de ese tipo. Por ejemplo en forma de unión fiscal y de trasiego fiscal de unas zonas a otras, que equilibrian ese desplazamiento de la carga. Por ejemplo:
https://plazamoyua.files.wordpress.com/2015/01/balanzas-fiscales-usa.png
Esto no es un problema de la robotización. Pero, ¿no se puede pensar que la robotización lo exacerbe? Pregunto (NPI). Porque si se pudiera pensar eso, la experiencia pasada ya no sirve; es un mundo diferente.
Pues yo ya siento, pero crerse el pesimismo de Hawkins, sentado en «su trono», mientras ve como los demás viven una vida que a él le está vedada, ( ¡ pobrecillo !), me parece absurdo .
Además, si no hubiera sido por la tecnología, él ya estaría muertísimo, o viviendo en plan leño, sin poder comunicar sus pensamientos a nadie.
Lo que Hawkins debería decir es ¡ Viva la tecnología, y hay que fomentar el conocimiento de las ciencias, y la capacidad de innovar tecnología en las generaciones venideras, y desde la más tierna infancia !
Es más fácil ver lo que se destruye (presente) que lo que aparecerá en su lugar (futuro, siempre incierto). Sin embargo, no hay más que mirar atrás para constatar que desde la Revolución Industrial no sólo se vive mucho mejor, sino que donde antes vivía uno, ahora viven siete. Pero eso no lo quieren ver los vendedores del miedo (viven de ello). Y la gente traga el miedo pero no renuncia (no se puede) al progreso. Todos quieren progresar, y sólo la tecnología lo ha permitido hasta el momento. Así que sólo se puede ir hacia adelante o hacia el desastre. Lo sorprendente es que Hawking caiga en ese oscurantismo (él, que no renunciaría a la Ciencia ni al precio de su vida), y entonces ya no sé que pensar. ¿Se ha vendido al populismo y a la vanidad?
¡En fin! Buen año a todos!