Kenan Malik es -entre otras muchas cosas- escritor y docente universitario, neurobiólogo especializado en la historia y filosofía de la ciencia así como en las teorías de la naturaleza humana. De origen hindú, creció en la vibrante Manchester y vive en la actualidad en Londres. Recientemente fué entrevistado para la revista belga Knack, que tituló la entrevista con una de sus citas: «La política migratoria europea es profundamente inmoral«. Pueden leer la entrevista completa en inglés siguiendo este enlace. Yo les traigo sólo una pequeña parte de la misma con la que estoy 100% de acuerdo (traducción más abajo):
MV: Why do you see multiculturalism as a problem?
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KM: First, we need to distinguish between the lived experience of diversity and multiculturalism as a political process. The experience of living in a society that’s less insular, more vibrant and more cosmopolitan is positive. As a political process, however, multiculturalism means something very different. It means forcing people into particular ethnic and cultural boxes, defining individual needs and rights by virtue of the boxes into which people are put, and using those boxes, rather than people’s needs, to shape public policy. Multiculturalism suggests that your origins should determine how the state should treat you. It means that people belonging to a minority group get lumped together and treated as if they constitute a homogeneous group. It also transforms the idea of equality, from the belief that everyone should be treated equally despite racial and cultural differences, to the insistence that people should be treated differently because of them.
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Diversity within minority groups becomes ignored. We tend to sideline progressive voices within minority communities and to look on reactionaries as if they expressed the authentic views of those communities. Naser Khader, a Danish member of parliament and a Muslim, tells of a conversation he had with a leftwing journalist, shortly after the controversy surrounding the Mohammed cartoons, ten years ago. The journalist claimed that ‘the cartoons insulted all Muslims’. When Khader responded that ‘I am not insulted’, the journalist told him he was ‘not a real Muslim’. From this supposedly ‘leftwing’ perspective, to be a Muslim you have to be reactionary.
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We also have only a limited notion of diversity. We think of diversity largely in terms of culture, religion or ethnicity; many other forms of diversity – class, say, or gender, or age – are often ignored.
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MV: But European societies used to be homogeneous until the coming of immigration.
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KM: We have that image of European societies because we suffer from historical amnesia. We worry, for instance, about conflicts with Muslims and imagine their values are incompatible with Western values. But less than a hundred years ago there were exactly the same concerns about Catholics, especially in Northern Europe. Until the late nineteenth century Britain, for instance, had a whole series of laws that discriminated against Catholics because they were deemed unfit for a democratic society. There were similar sentiments in the USA after the Second World War, when it was faced with immigration from southern Europe. And, of course, in the eyes of many people, Jews constituted a mortal threat to European identity, values and ways of being, so much so that they became victims of the world’s greatest genocide.
Europe was rent not just by religious and cultural but by political conflict, too. From the English civil war to the Spanish civil war, from the German Peasants’ rebellion to the Paris commune, European nations were deeply divided. Even the perception today that Europe was racially and ethnically homogenous, was not how Europeans of the time looked upon their societies. In the nineteenth century and well into the twentieth, the working class and the rural poor, for instance, were seen by many as racially distinct. So, the idea that Europe was homogeneous but has been made plural by mass immigration is wrong.
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MV: How should we deal with all the different cultures in our society?
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KM: We should look upon diversity positively. Diversity is important, not in and of itself, but because it allows us to expand our horizons, to compare and contrast different values, beliefs and lifestyles, make judgments upon them, and decide which may be better and which may be worse.
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MV: ¿Por qué ve la multiculturalidad como un problema?
KM: En primer lugar, hay que distinguir entre la experiencia vivida de y en la diversidad y la multiculturalidad como proceso político. La experiencia de vivir en una sociedad que es menos aislada, más vibrante y más cosmopolita es positiva. Como un proceso político que es, sin embargo, el multiculturalismo significa algo muy diferente. Significa obligar a la gente a incluírse en cajas étnicas y culturales particulares, definir las necesidades y los derechos individuales en virtud de las cajas en las que se coloca a las personas, y el uso de esas cajas, en lugar de las necesidades de las personas, para dar forma a la política pública. El multiculturalismo sugiere que los orígenes (de las personas) deben determinar cómo el estado debe tratarles. Significa que las personas pertenecientes a un grupo minoritario quedan agrupados y son tratados como si constituyesen un grupo homogéneo. También transforma la idea de igualdad, desde la creencia de que todos deben ser tratados por igual a pesar de las diferencias raciales y culturales, hacia la insistencia en que las personas deben ser tratadas de manera diferente a causa de esas diferencias.
La diversidad dentro de los grupos minoritarios queda ignorada. Tenemos la tendencia a dejar de lado las voces progresistas dentro de las comunidades minoritarias y nos fijamos en las de los reaccionarios como si estos expresasen los puntos de vista auténticos de esas comunidades. Naser Khader, un miembro danés del parlamento y musulmán, habla de una conversación que tuvo con un periodista de izquierda, poco después de la controversia en torno a las caricaturas de Mahoma, hace diez años. El periodista afirmó que «los dibujos insultaron a todos los musulmanes». Cuando Khader respondió que «yo no me siento insultado», el periodista le dijo que entonces el «no era un verdadero musulmán». Desde esta perspectiva supuestamente ‘de izquierda’, para ser un musulmán se tiene que ser reaccionario.
También tenemos apenas una noción limitada de la diversidad. Mayormente creemos en la diversidad en términos de cultura, religión o etnia; hay muchas otras formas de diversidad – de clase, por ejemplo, o de género, o edad – que son a menudo ignoradas.
MV: Pero las sociedades europeas solían ser homogéneas hasta la llegada de la inmigración.
KM: Tenemos esa imagen de las sociedades europeas porque sufrimos de amnesia histórica. Nos preocupamos, por ejemplo, sobre los conflictos con los musulmanes e imaginarmos que sus valores son incompatibles con los valores occidentales. Sin embargo, hace menos de cien años había exactamente las mismas preocupaciones acerca de los católicos, especialmente en el norte de Europa. En Gran Bretaña hastafinales del siglo XIX, por ejemplo, existían toda una serie de leyes que discriminaban a los católicos, ya que se consideraban no aptos para una sociedad democrática. Había sentimientos similares en los EE.UU. después de la Segunda Guerra Mundial, cuando se enfrentó con la inmigración desde el sur de Europa. Y, por supuesto, a los ojos de muchas personas, los Judios constituían una amenaza mortal a la identidad, los valores y formas de ser europeos , por lo que se convirtieron en las víctimas de genocidio más grande del mundo.
Europa prersentó fisuras no sólo por lo religioso y cultural, también por conflictos político, también. Desde la guerra civil inglesa a la guerra civil española, desde la rebelión de los campesinos alemanes a la comuna de París, las naciones europeas estaban profundamente divididas. Incluso la percepción actual de que Europa era racial y étnicamente homogénea, no se corresponde a cómo los europeos de otras épocas consideraban a sus sociedades. En el siglo XIX y hasta bien entrado el siglo XX, la clase obrera y los pobres del campo, por ejemplo, eran vistos por muchos como racialmente distinta. Por lo tanto, la idea de que Europa era homogénea, y se ha hecho plural por la inmigración masiva es errónea.
MV: ¿Qué trato debemos a todas las diferentes culturas en nuestra sociedad?
KM: Debemos considerar la diversidad de manera positiva. La diversidad es importante, no en sí misma, sino porque nos permite ampliar nuestros horizontes, para comparar y contrastar diferentes valores, creencias y estilos de vida, hacer juicios sobre ellos, y decidir lo que puede ser mejor y lo que puede ser peor.
………….
Creo que les he abierto el apetito, verdad? Pues no dejen de leer la entrevista completa. No se arrepentirán.
Y ustedes, qué opinan?
Algunas lecciones del Código de Circulación que podríamos aplicar al tema de la convivencia entre individuos con culturas y/o morales diferentes que viven en el mismo país (en este caso el nuestro España):
1º La justificación última de todo el contenido del código de circulación es una y solo una: maximizar la seguridad de los usuarios que circulan y comparten las vías públicas.
Esto que puede parecer una perogrullada no lo es en absoluto: por ejemplo, el código no entra en valoraciones o disquisiciones teóricas sobre si es mejor o peor circular por la derecha o por la izquierda: simplemente establece la obligación de hacerlo por la derecha y punto.
Tampoco entra en cuestiones de gustos como si los monovolúmenes son más o menos seguros que otros modelos de automóviles. Incluso las obligaciones o prohibiciones más dudosas a este respecto como es la prohibición de conducir con calzado inadecuado (chanclas por ejemplo) se justifican desde la exigencia de seguridad.
2º Esto conduce a los siguientes casos prácticos: un inglés que quiere conducir en España, ha de hacerlo obligatoriamente en virtud de lo establecido por el Código de circulación español por la derecha, por mucho que su cultura circulatoria sea justo la contraria. Idem de lienzo para un alemán que debe respetar el límite máximo de velocidad en autopista en 120 km/hora, aunque esté acostumbrado a que en ciertos tramos de ciertas autopistas de su país, no exista límite de velocidad.
En resumidas cuentas: en España puedes conducir como te dé la gana siempre y cuando cumplas con el Contenido del Código de Circulación. Por ejemplo lo puedes hacer con la cabeza desnuda, con turbante, sombrero o boina porque dichas cuestiones no afectan a la seguridad pero no lo puedes hacer con un brazo escayolado o hablando por el móvil porque eso sí afecta.
3º Otro aspecto interesante es que el Código varía y se adapta al paso del tiempo y a la introducción nuevas tecnologías, por ejemplo, el uso del cinturón de seguridad o la exigencia de sillas adaptadas para menores. Pero nuevamente, esas adaptaciones son, al menos en teoría, para incrementar la seguridad y no para reducirla.
A mí me parece la forma adecuada de regular el uso de las vías públicas de mí país y esperaría algo similar para el uso de las playas y otros espacios que también son de uso público.
We Don’t Know What We Are Talking About When We talk about Religion. Nassim Nicholas Taleb
Por cierto, no puedo evitar recordar que Malik es mi héroe del …
Let them die
Gracias, Luis. Sin leer el completo todavía, pero fiándome de tu selección, veo el problema de siempre. Tenemos un cacao acojonante, mezclando cosas que suelen ir juntas, pero son muy diferentes. Cultura, religión y moral. Por eso Malik ve bueno el «multiculturalismo» y ve malo el «multiculturalismo». Y lo separa en planos distintos del mismo fenómeno: «experiencia vital» y «proceso político». En realidad son dos fenómenos distintos: cultura y moral.
Pongamos:
– Cultura: conjunto de soluciones prácticas para los problemas universales (comer, vestir, amar, etc)
– Moral: código de conducta.
A huevo. Es apasionante ligar con una filipina que hace unos rollitos primavera como nunca hayas visto, pero es un desastre mezclar distintos códigos de conducta en una sociedad. Toda moral, por definición de moral, tiende a imponerse. No sirve de mucho que una mayoría conduzca por la derecha, si no se consigue que todos conduzcan por el mismo lado. Garantiza accidentes.
Puedes tener una mezcla de distintas culturas que adoptan una moral común. Donde «adoptan» puede ser imposición de la dominante (suele serlo), o el apaño que se quiera. Funciona de cojones, y es muy interesante. O puedes tener distintas morales en el mismo sitio, y eso produce *siempre* una de dos situaciones. O un cristo (conflicto y disfuncionalidad) de cojones, o una segregación muy fuerte.
Añade al cocktail que la moral es fuertemente «identitógena», mientras que la cultura lo es con mucha mayor suavidad, si acaso. Es más bien «folclorógena».
Hala, ya lo tienes explicado, sin necesidad de fabricar cuentos como «experiencia vital» y «proyecto político». Te explica desde tribus pre-neolíticas hasta el terrorismo islámico moderno, pasando por la imaginaria «convivencia» (fortísima segregación) del mítico Al Andalus. Y no tienes más que elegir una de las dos únicas soluciones que permite la dinámica social de los humanos.
¡Más claro agua!