Hasta hace apenas 60 años -antesdeayer, como quien dice -, se enseñaba a las jovencitas europeas a mantener la mirada baja para evitar el contacto visual. Mirar a alguien a los ojos estaba reservado a los “iguales”. Como parte de la tradición bíblica instaurada en el famoso “Y Adán reconoció a Eva, su mujer”, no creo necesario hacer un ejercicio teológico-exegético para que todos comprendamos la íntima relación entre “ver”, “reconocer” y “sexo” que impregna los entresijos de las culturas basadas en el antiguo testamento (apunto que no se trata sólo de la judía o la cristiana, también la musulmana).
El burka, por ejemplo, nace para proteger a los hombres y las mujeres de esas miradas -ellos actores, ellas objeto- que apenas son el prólogo del apetito sexual. Miradas profusamente retratadas en la literatura musulmana durante siglos de forma tan elocuente como en ninguna otra literatura en el mundo. Los defensores a ultranza del burka saben lo que no quieren: el encuentro de gentes libres en espacios libres con miradas limpias. Esto incluye la posibilidad de sentirse atraído por el de enfrente hasta el punto de desear desprenderse de todas las prendas hasta la desnudez. Pero también la posibilidad de mirarse en condiciones de igualdad con el único fin de reconocerse sin que estallen el amor o el deseo sexual.
Las miradas… las religiones… Ya en el siglo XVII, el filósofo Inglés John Locke había desarrollado la primera crítica a la intolerancia religiosa. Según él, el Estado puede, ciertamente, restringir las acciones de las personas, pero nunca interferir en sus creencias religiosas. John Stuart Mill, otro gran pionero del liberalismo, desarrolló aún más este concepto, al formular el llamado “principio del daño”. Para Mill, la autoprotección era la única razón legítima por la que estaría legitimada la limitación de la libertad de acción de un individuo. Siguiendo este principio, sólo se podrán establecer prohibiciones y censura en aquellos casos en los que lo prohibido/censurado suponga un daño directo a los demás por las acciones de otro u otros. El concepto “daño” fué concienzuda- y deliberadamente limitado por Mill: daño existe sólo si amenaza con interferir con una probabilidad rayana en la certeza en el bienestar de otro. El mero desagrado o el estado de sospecha que pudiera generar un acto religioso – como llevar un burka en público – queda explícitamente excluído del ámbito de lo prohibible según Mill.
Bien, no hace tanto tiempo que las feministas quemaron sus sujetadores en público como un símbolo de la opresión masculina. Se negaban a llevar minifalda y zapatos de tacón alto, debido a que estas prendas atraían la “mirada masculina” alimentando y contribuyendo a la “objetivización” de las mujeres degradadas a sujetos sexuales, disponibles en cualquier momento -gracias a la píldora- al acto sexual, entendido este como “posesión”. Las mujeres también pueden equivocarse, incluso cambiar de opinión. Las mujeres son – por un lado – siempre objeto de deseo y por lo tanto sometidas a las expectativas masculinas; por otro lado pueden eludir estas expectativas y hacerlo de diversas maneras, con diferentes estrategias. Una mujer con bikini puede señalar con él que es consciente de su poder sexual sobre los hombres y explota ese poder de manera consciente: puede decir sí, puede decir no, ella elige pareja; una mujer con un pañuelo en la cabeza tal vez solo pretenda señalar a los hombres que no tiene ninguna intención de que “entren a ligársela”.
¿Y si resulta que la mujer está obligada, contra su voluntad, a llevar bikini o burka? peor, ¿y si llevar bikini o burka obedece a una imposición machista fruto de la politización de una determinada tradición? No me cabe la menor duda de que hay muchas mujeres musulmanas que desearían poder elegir su vestuario lejos de las “normas” dictadas por sus padres, hermanos o maridos. Pero tampoco me cabe la menor duda de que hay un gran número de ellas que llevan prendas como el burka por convencimiento religioso propio, del mismo modo que aquellas que se ponen un bikini lo hacen desde su autoestima ganada tras muchos años de lucha por los derechos de igualdad (no dejen de leer el magnífico artículo de @Lolacebolla enlazado). La ley debe protegerlas a todas ellas. Debe proteger a las que deciden bañarse ataviadas con un bikini y a las que deciden hacerlo con un burkini. Debe proteger a las que sufren agresiones por bañarse en bikini y a las que las sufren por negarse a llevar burkini.
No es cuestión de reclamar un “derecho al bikini” o un “derecho al burkini”, se debe reclamar el derecho de cada mujer a llevar la ropa que le plazca. Y el derecho de hacerlo sin sufrir ninguna presión más allá de su propios convencimientos. La solución no pasa por prohibir los bikinis y los burkinis, las minifaldas y los burkas. La solución pasa por defender hasta las últimas consecuencias lo que nos caracteriza como democracias liberales: la protección de las minorías, la consagración de la libertad individual y la imperturbable persecución legal de quien (y no de “lo que”) atenta contra ella, como nos decía Stuart Mill más arriba.
Sin comentarios:
http://www.abc.es/internacional/abci-daesh-prohibe-burka-lugares-estrategicos-motivos-seguridad-201609061326_noticia.html?utm_source=abc.es&utm_medium=modulo-sugerido&utm_content=noticia-AB&utm_campaign=outbrain&ns_campaign=noticias-relacionadas-outbrain&ns_mchannel=bottom&ns_source=voc_se&ns_linkname=voc_tc&ns_fee=0=obinsite
Disiento.
Como decía ayer el tuitero @diazvillanueva : “La clave no está en poder ponerse el burka, cada una es libre. La clave está en poder quitárselo sin que te apaleen”
El problema con el burka es que simboliza la opresión y el dominio que una religión/partido_político, el islam,impone a sus seguidores. Las mahometanas (y las no mahometanas que por alguna razón se vean bajo el dominio del islam) no tienen elección, sino que son obligadas por esas normas político-religiosas a utilizarlo y a no quitárselo bajo pena de muerte. Por eso el burka es inaceptable.
Yo creo que a los efectos de evitar malentendidos, deberíamos especificar si hablamos de burka (velo integral que oculta por completo la cara) o de pañuelo (hijab, creo que se llama) que oculta el pelo pero deja visible la cara. (al igual que el “burkini2).
Yo estoy a favor de la prohibición del burka y en contra de la prohibciión del pañuelo y del burkini.
Un poco tarde, tengo la impresión, pero no pude acceder a un teclado antes y –no sin pereza- me gustaría romper una lanza en defensa de Locke y J. S. Mill. Hace ya muchos años que los leí, y no voy a entrar en lo que estos dos personajes han significado y significan en nuestras vidas (el que quiera que los lea, o que vaya a la Wiki si lo que pretende es aparentar), pero sí que recuerdo perfectamente la admiración y agradecimiento que ambos despertaron en mí, de modo que desde entonces, me resultaría impensable frivolizar sobre ellos mandándolos “a la basura” como hace Plaza, que como muchos de nosotros, tendría que estar, para sobrevivir, en algún armario como lo estaría hoy mismo en los territorios del burka donde a esos señores ni se les conoce ni se les espera.
Claro que al final el mismo Plaza se raja (la primera vez que le veo hacerlo, y mejor así) y matiza su boutade, añadiendo la coletilla “por lo que al vestir respecta”. Le respondería con su frecuente argumento: -¿Y cuándo ellos han mencionado el tema? Si Locke y Mill pudieran pasarse por este hilo y lo honraran con su presencia, no me cabe la menor duda que como dice Plaza, pronto convertirían sus argumentos en material de contenedor higiénico. De entrada, ambos hablaron de libertad (lo de menos es la excusa: el burka, el voto femenino, etc.), y eso sigue siendo tan actual ahora como entonces. Por eso leerlos tiene todo el sentido y se lo recomendaría a todo militante de cualquier ideología, con especial dedicación, ahora, a los musulmanes.
Tampoco creo que utilizar argumentos de personajes históricos (o no) sea recurrir al principio de autoridad. Éste es el caso cuando se cita al maestro para callar una boca, pero no cuando se añade como argumento a una discusión. En este blog se cita y se enlaza a saco, y sin ello, por ejemplo, las entradas de Plaza
serían de bien poco valor.
Respecto a la entrada en sí, pienso que en el fondo es una preparación, mediante una serie de referencias con las que todos podemos estar de acuerdo, para al final soltar la frase epatante: -Toda mujer debe ser libre de vestirse como quiera, incluido llevar a la playa un burka de baño (lo de “burkini” me parece una chorrada y una ofensa a lo que significó en su día el bikini). Y dicho así, sin más matices que los que añade PVL, no queda sino estar totalmente de acuerdo, pero una vez más, media verdad es peor que una mentira, y el burka de baño no es un trapo perteneciente a una moda donde las mujeres escogen con libertad o sin ella (que me importa una m. mientras puedan vestirse), sino que es un símbolo,
una posición y un ataque, al menos de modo general, al modo de vida occidental desde su corazón mismo. Y con esas cosas no frivolizo.
Las ideas se imponen por persuasión (se dan casos en la historia) o por violencia (en cualquiera de sus formas se da en todos los casos). Esto ya lo dijo Ayn Rand (y otros), y ahora no estoy seguro si citarla es pedantería o no citarla adjudicarse méritos ajenos (es lo que tiene criticar la libertad de argumentar como uno considere), pero como dice Plaza (vuelvo a citar), las cosas son como son, no como deberían ser o como algunos creen que deberían ser. Y yo creo que contra el Islam, como demuestra la Historia, poca persuasión cabe, así que me temo que sólo nos queda la violencia, que admite muchos grados, aunque desde luego, yo llegaría a los últimos antes de que me cubrieran de yeso la Capilla Sixtina (como hicieron en Bizancio y en innúmeros sitios).
Así que no estoy para echarle flores fardando de liberal a ultranza.
JJI:”Las ideas se imponen por persuasión (se dan casos en la historia) o por violencia (en cualquiera de sus formas se da en todos los casos)”.
Totalmente de acuerdo. Por ello creo que a los que defienden sus ideas mediante la violencia (en general todos los fanáticos violentos, y en particular los islamistas radicales) hay que combatirles mediante la violencia, porque no queda otra.
Por el contrario a los demás grupos con los que no concuerdo, incluidos los que personalmente considero fanáticos religiosos siempre que no sean violentos,(como pueden ser en general los ultras cristianos, judíos, etc y hasta los musulmanes no violentos) aspiro a debilitarles apoyando a los pocos “herejes” que intenten dejar esos grupos, mientras que al resto que son “irrecuperables” (que tristemente son la mayoría) los ignoro, y exijo que ellos hagan lo mismo conmigo.
Dicho lo anterior, actuaría contra ellos incluso mediante la violencia, si se demostrara que son cómplices activos de los primeros y no meros simpatizantes a nivel privado, aunque reconozco que esa línea puede ser muy difusa.
Por poner un par de ejemplos concretos: cerraría sin miramientos cualquier mezquita en la que se alabe o apoye públicamente al IS, de igual manera que apoyo prohibir cualquier partido u organización que apoye o alabe el terrorismo etarra, pero no prohibiría los signos externos (pañuelos, hábitos, etc) de cualquier practica religiosa no violenta por muy fanática que me parezcan sus creencias de igual manera que no prohibiría el independentismo seudoracista del PNV y sus símbolos, aunque en mi fuero interno esté convencido que sus ideas y sus simpatías están mucho más cerca de la ETA que de las mías.
De acuerdo en general. Antes de llegar a la violencia física -debería quedar claro que llegaríamos- existen muchas otras formas de violencia psíquica. La primera es no hacer como que estamos de acuerdo con lo que no estamos de acuerdo (buenismo) cuando la otra parte avanza peligrosamente -en nuestro territorio- contra principios fundamentales de nuestra civilización. Por poner un sólo ejemplo: la crítica de Occidente sobre el trato que el islam da a la mujer debería ser una repulsa meridiana a todos los niveles hasta hacerlos sentir vergüenza. ¡Qué se avergüencen! Lo que hace una política occidental poniéndose el velo cuando viaja a países islámicos no es respeto, es sumisión. Y por mí, o tragan o no va. Y apunto algo muy importante: la crítica despiadada a las ideologías debe separarse del desprecio a las personas. Si desprecias a alguien tienes un enemigo definitivo. Ni siquiera es una postura inteligente a menos que lo que persigas sea su destrucción física, en cuyo caso, el desprecio resulta, por demás, intrascendente y a veces contraproducente: no hay enemigo pequeño.
Esa posición de dureza o rechazo frontal contra los aspectos que mas nos repugnan del Islam puedes permitírtela siempre y cuando no tengas intereses (que pueden ser desde económicos a geoestrátegicos) que dependan de tu relación con esos países.
Y esto es tan cierto para una empresa que para un país.
Pero es que además se aplica a tu relación con cualquier otra persona o grupo incluso a nivel individual: cuantos más intereses dependan de tu relación con ellos, más “diplomático” (o falso, que viene a ser lo mismo) tienes que ser, so pena de perjudicarte a tí mismo.
Así, que aunque sea por motivos estrictamente prácticos ya que son más de 1.000 millones de personas en el mundo, considero que es beneficioso para nuestros intereses hacer como que distinguimos entre Islam “radical” que puede simbolizarse por el velo integral al que nos oponemos y combatimos radicalmente e Islam “moderado” que puede simbolizarse por el pañuelo o el burkini, que simplemente toleramos.
Como todo en el mundo real, esta estrategia tiene sus ventajas (el enemigo de tu enemigo es tu amigo, así que se combaten entre ellos) y sus defectos (por ejemplo que ambos son vasos comunicantes o que hay que tragar con aspectos del Islam “moderado” que no nos hacen ni pizca de gracia), pero en general creo que tiene la ventaja de ajustarse mejor a la realidad.
Por ejemplo, es evidente que el Islam “moderado” que puede simbolizarse por países como Marruecos o Turquía está lejos de ser una sociedad “ideal” a los ojos occidentales, pero si los comparas con la alternativa real del islam radical y expansionista del IS o estados fallidos y caóticos como Libia o Somalia, de repente se vuelven casi “simpáticos” a pesar de que sus mujeres se vean obligadas a llevar velo o bañarse con burkini.
Pues sí, pero las posiciones se ganan o se pierden paso a paso, y llevamos mucho terreno perdido por nuestra mojigatería y mucho más que llevamos camino de perder (no verlo forma parte de la mojigatería -los dioses ciegan a quienes quieren perder, decían los antiguos-). Y el proceso se puede invertir en cualquier momento porque ellos tienen MUCHO MÁS QUE PERDER. Nuestra debilidad es moral (nos han comido la moral). Eso sí, no soy partidario de romper barajas, sólo de invertir tendencias, y eso no es tan difícil. Y pronto llegaría el tiempo en que realmente ellos se avergonzarían de muchas cosas. Entonces Occidente volvería a tener prestigio y volvería a servir de referencia. Ni siquiera entro en si eso es bueno, pero sí afirmo en que vista la oferta, es lo mejor o lo menos malo. Y todo eso sin despeinarse.
Ahí te doy toda la razón: la debilidad occidental actual es moral, producto de esa cosmovisión progresista del relativismo cultural que equipara los valores de todas las culturas, salvo cuando se trata de la nuestra: la occidental capitalista tan despreciable a los ojos de los relativistas culturales.
En cualquier caso, y mirando hacia atrás en la Historia, podemos sacar alguna enseñanza que nos de esperanzas de que el Islam en su vertiente más radical será finalmente vencido, más pronto que tarde.
Concretamente la conquista española de América nos muestra la debilidad intrínseca de un imperio como el de los aztecas que solo ofrecía a los pueblos conquistados ser sacrificados como fuente de proteínas. Si a lo anterior sumamos la torpeza de sus dirigentes fruto de sus supersticiones, el resultado final es que un puñado de españoles (apoyados por pueblos a los que los aztecas sojuzgaban y a los que fue preciso derrotar previamente) acabara con un poder que gobernaba tiránicamente sobre al menos varios cientos de miles de personas.
Pues bien, lo que ofrece el IS a sus súbditos y por descontado a los pueblos que conquista, no es muy diferente de los sacrificios humanos aztecas, lo que sumado a su torpeza al atacar absolutamente a todas las potencias mundiales a la vez (USA, Rusia, China, Europa) hace que sea bastante optimista respecto a su pronta aniquilación.
Aquí creo que el que peca de optimismo es usted. Más bien veo una sociedad teocrática (islam) a la conquista de un mundo decadente (Occidente). Ese es un paralelismo muy ajustado, por ejemplo, entre la sociedad de Cortés y la azteca (decadente por otras causas pero igualmente decadente). Lo que se le ofrece al islam es lo que se le ofrecía a Cortés, sus guerreros y sus sacerdotes: riqueza, gloria y conversos. Y la huída de un mundo y de una vida de miseria. A nuestro favor tenemos la tecnología (militar) sin la cual, yo creo que ya habríamos sido invadidos (las hambrunas, históricamente, siempre han sido resueltas mediante grandes migraciones, entonces llamadas por su nombre: invasiones). En todo caso son especulaciones. Lo que sí sé es que los grandes problemas son en realidad la suma de muchos pequeños problemas, y que la solución pasa por identificarlos y solucionarlos uno a uno. De ese modo el gran problema desaparece por dilución. Y ni los pequeños problemas, ni su solución suelen merecer grandes titulares, así que el trabajo y el cambio de la realidad se hacen poco a poco (hemos llegado a dondes estamos de esa manera).
Nuestros dirigentes, que deberían dirigir el rearme moral de Occidente, no están por la labor o lo están directamente por la contraria (ignoro sus motivos). El riesgo es muy real. La prueba es el incremento de la sintomatología. Hoy es normal y cotidiano lo que en otros tiempos hubiera sido impensable incluso para los mismos agresores.
Por cierto, ya que habla de la conquista de América, sospecho que ha leído el libro “Historia de la Conquista de México”, del hispanista americano William H. Prescott. Si el protagonista hubiera sido de USA ahora tendríamos docenas de películas aumentando nuestra autoestima (igual sin motivo, pero es lo que hace a los pueblos fuertes), aquí es un libro silenciado por la razón contraria. Sin embargo lo de Cortés es una epopeya increíble que admiró a ese señor y lo plasmó en un magnífico libro. Por cierto ¿qué reivindican los pueblos indígenas? ¿Su pasado? No. Su victimismo persigue otros objetivos.
Para terminar, el peligro no es el IS, sino el islam (su ideología, entiéndase, incompatible con la libertad). El IS puede matar a algunos, no muchos relativamente, pero hoy las guerras no se hacen así. Si no hubiera sangre, sería una carcundia patética, pero logra su efecto: millones de musulmanes llamando a las puertas de Europa (no de los ricos paises árabes). ¿Por qué, si lo que dicen reivindicar es el islam, su paz y su forma de vida? ¿No es esa forma de vida la que los ha llevado a la probreza, la guerra y los hace emigrar? ¿Por qué entonces quieren repetirla allí donde van?
Aunque concuerdo con buena parte de su análisis y comentarios hay un punto en el que discrepo: desde el punto de vista de un musulmán “moderado”, pongamos un marroquí o un turco, él estaría en el “centro” es decir en la normalidad, mientras en los extremos estarían en un lado los musulmanes radicales y en el otro los infieles.
Con ambos grupos tiene afinidades (por ejemplo con los radicales el rechazo frontal a la igualdad entre hombres y mujeres, y con los infieles por decir algo la afición al futbol o la música). La balanza que puede inclinarle hacia un grupo u otro es el éxito y la presión que cada “extremo” pueda presentar y realizar. Por eso la estrategia del IS es la de todos los fanáticos: “o conmigo o contra mí”. Para eso necesita vencer militarmente: necesita conquistar un territorio, retenerlo y administrarlo con mano de hierro, que es justo a lo que se ha dedicado e irlo ampliando progresivamente. En resumen, necesitan ganar la guerra. Si esa guerra se limitara a los países y contra regímenes donde tienen influencia, es decir en los propios países islámicos, podrían ganarla ( y de hecho inicialmente lo consiguieron en parte), dado el grado de impopularidad de los que detentan o detentaban el poder en esa zona (Gadafi, Sadat, etc). Pero hay dos factores que actúan en su contra: 1º hay otra facción del islam (los chiitas) liderados por Irán que es al menos tan poderosa como ellos y que son sus enemigos mortales. 2º Han cometido el error de atacar a todos los infieles a la vez.
Conclusión: los radicales del IS van a perder la guerra como la perdió el Eje ( y por motivos similares): por inferioridad militar y torpeza estratégica.
Esto no es el fin del islamismo radical, ya que quedan como potencias regionales el chiita y ambiguo Irán por un lado, (con una sociedad muy dividida entre extremistas y aperturistas) y Arabia Saudí por el otro, pero sí que supone el fin del expansionismo territorial del islamismo radical.
Con el fracaso del expansionismo del Islam radical, desaparece la amenaza del “conmigo o contra mí”, (quizás subsista en forma de terrorismo residual) que podía inclinar al islam “moderado” hacia el extremista, con lo que al islam “moderado” solo le queda como visión alternativa el de las naciones herejes, que además son más ricas y destino de su emigración, y con las que poco a poco irá convergiendo, siempre y cuando “nosotros” no colapsemos por nuestros propios errores.
Visto desde una perspectiva histórica general, digamos que a largo plazo, las culturas superiores (en el sentido práctico de conseguir mejor calidad de vida para la mayoría) terminan imponiéndose, y hoy por hoy la cultura capitalista-laica-democrática occidental ha demostrado en términos prácticos ser la cultura superior de nuestra época.
Por eso soy optimisma en este tema concreto.
El campo se amplía tanto que es preciso acotar. Si consideramos el problema del IS, tengo la misma opinión que usted. Su fracaso está garantizado, pero creo que el problema más profundo no es el IS. Antes del IS ya teníamos el problema de choque cultural en Europa (aunque no se lo mencione). El IS sólo lo agrava, y sólo por eso, ya ha servido muy bien a la causa. La batalla real es psicológica. ¿Adoptarán nuestros inmigrantes musulmanes la ideología occidental, basada en la libertad individual o conseguirán imponer su visión, radicalmente opuesta? En esta lucha no están solos, porque insidiosamente les apoya toda la carcundia comunista con sus hijos. Sin este apoyo nunca el islam habría progresado hasta donde lo ha hecho en Occidente. Comunismo e islam tienen un enemigo común: la libertad del individuo. Cuando acaben con ella se destrozarán entre sí -sólo puede quedar uno-, pero mientras tanto, sin admitirlo, caminan juntos.
La batalla ahora consiste en cambiar las tendencias. Por poner un ejemplo: acabo de leer en un periódico catalán, enportada y gran formato lo siguiente:
-Rivera exigirá al PP que obligue al gobierno catalán a cumplir las sentencias del TC.
Algo así, en un país democrático normal sería una vergüenza que ningún medio se atrevería a escribir. En Cataluña es normal, y lo hacen esperando que la gente se indigne porque “les obliguen a cumplir la ley”. ESO ES UN CAMBIO DE TENDENCIA MAGISTRAL.
JJI:”¿Adoptarán nuestros inmigrantes musulmanes la ideología occidental, basada en la libertad individual o conseguirán imponer su visión, radicalmente opuesta?”.
Creo que cuando se derrote al islamismo radical, los inmigrantes musulmanes irán adoptando poco a poco los valores occidentales, básicamente porque es lo que han hecho históricamente las minorías cuando: 1º la sociedad de acogida demuestra ser más fuerte (y eso se producirá con la derrota del IS) y aplica esa fuerza si es necesario. 2º cuando se le da la oportunidad de integrarse voluntariamente si lo desea y si no se la tolera siempre y cuando no “moleste” y se comporte pacíficamente.
Por eso insisto en que es importante trasmitir que:
1º el velo integral no se admite en público, no por cuestiones religiosas, sino de seguridad igual que las máscaras.
2º el velo que cubre solo el cabello o el burkini, igual que el crucifijo, la kipá judía o cualquier otro símbolo religioso se admiten en virtud de la libertad religiosa que defendemos.
3º El uso de la coacción para obligar a usar velo, burkini como para cualquier otra cuestión no deseada no se tolera dado que es un delito.
Son reglas perfectamente lógicas y claras en una sociedad libre y el que no las acepte ya sabe lo que les espera: que el Estado actúe contra él, cualquiera que sea su religión o ideología.
Escribo desde el móvil. Seré breve. Preferiría que sus predicciones se cumplieran pero la historia no dice lo mismo. Donde el Islam ha puesto el pie sólo ha retrocedido por la espada.
Ya lo he comentado en otras ocasiones, así que disculpas por repetirme: desde mi punto de vista, el asunto de la vestimenta en público, solo puede restringirse por razones de seguridad.
El uso del velo integral o de una máscara impediría o dificultaría identificar a un posible terrorista o a un criminal (de ahí que los criminales a menudo oculten su rostro durante sus crímenes y que terroristas islámicos hayan actuado disfrazados de mujer bajo un burka), y por lo tanto su uso habitual debe prohibirse.
Como no creo que eso suceda con el burkini o con el uso del pañuelo, no veo motivos de seguridad, que insisto son los únicos que me resultan válidos por objetivos, para prohibir su uso.
Por último: estoy convencido que muchas musulmanas que no quieren ponerse el pañuelo o el burkini,estarían encantadas de que el Estado les resolviera su problema, prohibiendo su uso. Lo siento por ellas, pero dado que hay otras que lo llevan encantadas de la vida y que serían agraviadas por tal medida, creo que su problema personal lo deben resolver ellas, y que el Estado solo debe intervenir para proteger la libertad de aquellas que decidan no llevarlo frente a posibles agresores, igual que hace (o debería hacer) en el resto de los casos
¿y si la vestimenta viene obligada por otro no debe prohibirse? Conforme a tu idea una mujer que es esclava sexual podría ir por la calle vestida con collar de perro y correa… siempre que el que lleva la correa esté en situación de obligarla a decir que va así por voluntad propia.
En este caso no hay problemas de seguridad… al ir en pelotas y a cuatro patas no es un riesgo.
Y el Estado, dado que la persona que la lleva de la correa tiene ascendiente sobre ella (en forma de religión o por tener a su familia en otro país bajo amenazas), ella siempre dirá que lo hace por propia voluntad.
¿Como distingues, en un país libre y democrático como se supone que es España a una persona que dice (con todas las garantías de protección jurídica y policial se sobreentiende) que lleva pañuelo o burkini porque le gusta de otra persona que dice lo mismo, pero que tu crees (entiendo que subjetivamente ya que las dos están declarando exactamente lo mismo) que no es verdad?.
¿Prohibimos el sadomasoquismo libremente elegido porque haya victimas obligadas por la fuerza? ¿Prohibimos las relacciones sexuales porque haya victimas de violación? No, lo que prohibimos es el sado a la fuerza al igual que las violaciones.
En resumen, prohibimos el uso de la fuerza sobre terceros, pero admitimos (o deberiamos admitir) en las sociedades libre que cada uno haga y se vista como le plazca, sin molestar u ofender a terceros.
En resumen: creo que el Estado para que intervenga en este tipo de cuestiones, o bien existe denuncia de la víctima o bien existe una certeza “objetiva”, de que un tercero obliga por la fuerza o por coacción a la supuesta víctima.
Si no existe nada de lo anterior, creo que el Estado no debe intervenir.
Es que llevar un “trapo” puesto no es punible, obligar a alguien a hacerlo sí: Delitto de coacciones, se llama.
Exacto.
Lo que prohibimos en los países libres es la coacción de un tercero para obligar a la víctima a actuar contra su voluntad.
Da lo mismo si es un machista que coacciona a su pareja o hijas mayores de edad para que no usen minifalda o un marido musulmán que coacciona a su pareja o hijas mayores de edad para que no salgan a la calle sin el velo.
Ambas coacciones están prohibidas, pero para que el Estado actúe, las victimas de las coacciones deben manifestar de alguna manera (en general, denunciar) su situación. Al Estado le corresponde facilitar los medios para que esa denuncia sea posible y segura como hace ( o se supone que hace) con la violencia machista, que por cierto es la base biológica real que actúa sobre los contextos religiosos, políticos o culturales de los que hablamos.
De hecho, la forma más evidente en que el Estado en las naciones libres ampara a esas víctimas, es el derecho que tienen a divorciarse y/o sencillamente abandonar a sus parejas/padres “coaccionadores” y actuar judicialmente contra ellos si lo estiman conveniente.
Lo que el Estado no puede hacer es actuar sin la denuncia o evidencias “objetivas” de coacción, es decir de delito.
Chicos, tengo una nueva teoría. O metáfora, porque no es nueva y es metáfora. Se llama “el camión de la basura”.
Premisa: Las discusiones no sirven para que un bando convenza al otro, porque nunca ocurre eso en la realidad.
Premisa: En las discusiones es frecuente que una hipótesis quede tan malparada que al final no sea más que un informe montón de basura en el suelo.
Conclusión: Las discusiones a veces sirven para ver que un argumento no funciona.
Conclusión (desideratum): Como las discusiones pueden servir para ver que un argumento no funciona, deberíamos intentar que sirvan para ver si cualquier argumento funciona, o no. Es la forma por excelencia para deshacerse de los argumentos estropeados. De ahí la metáfora: La discusión es como el camión de la basura. Idealmente.
¿Tiramos a Locke y a Mill a la basura, por lo que al vestir respecta? Eventualmente hay que limpiar las calles.
No es tan sencillo.
En primer lugar, muchas chicas por evitar enfrentamientos con su familia se pondrán esas prendas…
Voluntariamente…
Pero es más, muchos hombres, para evitar que en su entorno les ataquen, obligarán a sus hijas a que se los pongan, las cuales ejercerán “su libertad” para ello…
Y esto no se puede evitar
Ya un marroquí le dijo a Pérez Reverte: depende de ustedes. Prohibanlo y nos darán las herramientas para luchar contra ello…
Como casi siempre, el problema es cuando el estado se mete a limitar la libertad de las personas. En este caso el estado quiere prohibir el burkini, y el mismo estado prohibe a una empresa despedir a una empleada que insiste en vestir el velo a pesar de que la empresa le solicite que no lo haga.
La cuestión es siempre interferir en la libertad de elección, de vestimenta, de contratación, etc..
(No sé en España cómo es, me refiero a Francia o Bélgica)
¿Y cuando el estado no se mete a limitar la libertad, qué es lo que hay? ¿Libertad (caos, vestimenta aleatoria); o no libertad (uniformidad de vestimenta)?
Y si el Estado no lo prohibe ¿Cómo evitar que otros obliguen en contra de tu libertad?Como dice Lonar: “muchas chicas por evitar enfrentamientos con su familia se pondrán esas prendas…
Voluntariamente…” o no voluntariamente del todo, pero si “empujadas por sus circunstancias”
“muchos hombres, para evitar que en su entorno les ataquen, obligarán a
sus hijas a que se los pongan, las cuales ejercerán “su libertad” para
ello…” aunque en el “qué dirán” se coarte la libertad de la mujer, de la hija o de él mismo.
¿No crees que un padre o madre pueda indicar a su hija mejor qué hacer o no? ¿Debe hacerlo el estado?
Añado. Como siempre parece lo que más nos preocupa, podemos avanzar cuál es la solución más “liberal”. Va en dos pasos. El primero es tirar a Locke y a Mill a la basura. Esto no tiene nada que ver con la libertad de las fulanas. El segundo es proponer que la sociedad arregle por sí misma sus problemas.
Lo que pasa es que sabemos de antemano las dos soluciones posibles. O mucha segregación, o todas a una (con burka o sin él). Normalmente, la línea de menor resistencia.
De acuerdo en que muchas veces se usa y abusa de tipos muertos hace mucho tiempo a modo de “argumento de autoridad” y sobre temas que ellos no discutieron. También estoy de acuerdo en que demasiadas veces la cita viene de alguien que ni siquiera leyó al personaje en cuestión sino a otros que hablaban del personaje. Y eso en el mejor de los casos porque muchas veces uno se queda en el tópico o la frase. ¿Cuantos de los que citan “el fin justifica los medios” leyeron a Maquiavelo o al menos un estudio de un tercero sobre “El Príncipe”.
Sin embargo eso no puede hacernos caer en el error de no mirar nunca atrás para ver lo que dijo gente que igual era más lista que nosotros. Es muy posible que encontremos cosas valiosas y que al menos nos abran la mente y el espíritu crítico. De lo contrario podemos caer en un continuo adanismo que no va a ninguna parte. Y tampoco me parece mal poner el nombre del pollo que dijo tal o cuál cosa para que se pueda comprobar o matizar por alguien que conozca mejor al citado. Pero evitando asegurar que el cuerpo humano funciona por los cuatro humores porque lo dijo Hipócrates y no hay más que hablar porque Hipócrates es la bomba.
En cuanto al burkini como botón de muestra de todo a lo que nos enfrentamos estoy de acuerdo. No hay forma de solucionarlo porque en el fondo se trata de dos sistemas sociales en gran medida incompatibles y o uno se impone a otro o se segregan. Pero, ¡ojo! la segregación debe ser total, leyes incluidas porque las leyes son el reflejo del sistema moral. Hasta el código de circulación ha cambiado la cantidad de alcohol en sangre desde que yo lo aprobé debido al cambio de mentalidad.
Es una pena pero hasta el liberalismo, que en gran medida parte de un pesimismo sobre la bondad del ser humano, acaba siendo bastante ingenuo en las soluciones propuestas. A lo mejor soy un poco cínico pero creo que hay problemas irresolubles y conflictos inevitables.
Yo también creo que hay conflictos inevitables.
Dudo, sin embargo, que este de las vestimentas sea uno. Lo que hay detrás de él, eso ya es harina de otro costal.
La reorganización de ciertos movimientos islamistas (que no islámicos) en forma de partidos políticos o grupo terrorista es la verdadera amenaza a la que se enfrenta la sociedad europea. Partidos políticos que, lejos de proponer en sus programas escandalosas atrocidades medievales, se limitan a ahondar en el recorte de libertades individuales y promover el favoritismo del estado para sus “representados”. Justamente lo que lleva haciendo la clase política europea desde … siempre?
Son la esencia misma de las reglas actuales -desvirtuadas- del juego político y la connivencia negligente con situaciones mal llamadas “culturales” los verdaderos responsables de cualquier intento de mal uso de la democracia, convertida en prostituta al servicio de la clase política.
Lo que pasa es que yo creo que en este caso es muy difícil separar la vestimenta de lo lo que hay detrás.
Para nosotros la forma de vestir es cosa de cada uno, pero sólo relativamente, porque existen influencias que no puedes soslayar. La presión del ambiente es completamente insuperable para la mayor parte de la gente. Si tienes hijos adolescentes sabrás de qué hablo 🙂
Por el contrario, para los musulmanes la ropa no es sólo moda sino más bien el reflejo de “lo que hay detrás” como tú dices. Y por ello creo que el conflicto se dará inevitablemente. Y eso sin entrar en si una persona que se pone un burkini lo hace por convicción o por imposición más o menos forzada de la familia o de la gente con la que tiene que convivir al volver de la playa.
Nunca consigo entender la importancia que le dais a la opinión de tíos muertos en los siglos XVIII o XIX sobre el funcionamiento de la sociedad. ¿Acaso conocían muchas y pudieron compararlas? ¿Extrajeron de esa comparación elementos universales, y por tanto muy necesarios con total independencia de su gusto o de su opinión de lo que “debe ser”? Pasa lo mismo cuando le oyes a un integrista católico hablar sobre la “naturaleza del hombre”, y te cita -con dos cojones- a Aristóteles o a santo Tomás. ¿Pero qué me cuentas? ¿De qué brocha andas colgado?
¿Y cuál es el sentido de reclamar algo doblemente imposible? Ni a las mujeres les place cualquier ropa, sino la que es consistente con la idea de “ropa” de su sociedad, ni el resto de la tropa puede reaccionar con indiferencia ante alguien (mujer u hombre) vestido con “no-ropa”.
Si te cuesta entenderlo, ponlo así:
¿Tú has visto que eso funciona alguna vez? Si no lo has visto funcionar ninguna vez quiere decir que no funciona; que esa libertad no existe, digan Locke o Mill lo que digan. Y quiere decir que no va al albur, sino reglado. Te guste, o no. Y como la ropa de todas las mujeres (y hombres) es muy parecida dentro de una sociedad, y muy desparecida a la de otras sociedades, quiere decir que la cosa va igualmente reglada.
Y así acabas de entender por qué a unos les molesta la burka, y otros lo consideran necesario. Y sabes que lo has entendido muy bien porque lo puedes predecir con un acierto formidable.
La solución pasa por entender lo que pasa. Y lo que pasa es que tienes diferentes regulaciones sociales (morales) en el mismo espacio. Y eso es, estrictamente, diferentes sociedades en el mismo espacio; porque una sociedad es un conjunto de humanos que viven con una regulación (una moral) común. Y tienes básicamente dos soluciones, dependiendo de tus prioridades.
– Imponer una sola moral para que sea una sola sociedad.
– Permitir sociedades coexistentes, y apencar con las consecuencias que eso tiene. La solución histórica favorita para esta estrategia es la segregación, para evitar la conflictividad. Los guetos, que ni de lejos son siempre algo impuesto. La solución “moderna” parece ir por el lado de tragarse el conflicto inevitable. Pero es más o menos experimental todavía, porque no tiene mucho tiempo. O sea, no sabemos si es posible en un plazo más largo.
Eso es más experimental todavía, porque implica una sociedad sin moral (moral es, exactamente, “presión”), y esa es una situación que no se conoce en toda la historia de la humanidad, y hay motivos sobrados para sospechar que no sea posible. Ni siquiera los piratas tenían una sociedad sin moral; sólo tenián una moral diferente. Y tampoco eran sociedades ni estables, ni duraderas.
No jodas con Locke y con Mill, que no podían saber de qué estamos hablando. No tenían, ni las herramientas teóricas, ni los datos.
El argumento de la “antigüedad de las referencias” no es válido. No puedes demostrar que la percepción de Mill sobre “daño” sea incorrecta con el único argumento de que no nos conocieron a tí y a mí o que se sentó a escribir hace 20, 50 o 200 años. Y disponían de las mismas herramientas de conocimiento de las que disponemos hoy nosotros. Y los datos? Da igual hablar de burkas que de mantillas… si son residuo de una creencia religiosa o cultural.
– Imagino que lo que le da la gana a una señora cuando se pone delante del vestidor o del escaparate de una tienda tiene mucho que ver con la ropa ofertada en ese momento por quienes la diseñan. Entre las variedades propias de su época y tal, elige lo que le gusta.
– podemos discutir perfectamente de las implicaciones psicoevolutivas y socioevolutivas que han llevado, con el paso de los tiempos, a la aparición de cosas como el pudor, el sentido de la estética o similares. Sin embargo, cuando terminásemos tan sesuda disputa, seguiríamos sin haber alcanzado el más mínimo conocimiento sobre qué prenda se debe prohibir.
– Desde la propia dinámica social, ya lo hemos discutido otras veces, surgen diferentes visiones de cómo es la realidad y cómo debería de ser. Yo, lejos de pretender imponer a nadie la mía, prefiero que las estructuras legales (y solo estas) que regulan la convivencia se limiten a proteger todas aquellas que no supongan atentar contra otras u otros individuos, también aquellas que no son “mías”. Qué significa “atentar”? Bueno, a mí la definición de “daño” de Stuart Mill me sigue pareciendo tan vigente hoy como cuando la enunció.
– sobre tu segundo comentario: efectivamente, al final será lo que será. Pero de eso no escribía yo hoy, yo escribía intentando explicar porqué la burka, por ejemplo, sí es pefectamente admisible en una sociedad moderna que se autocalifique de liberal (que o hacen, las nuestras desde luego) … aunque a muchos no les guste (lo cual es exclusivamente subjetivo y en ningún caso puede fundamentar la aparición de una nueva ley)
Lo estás intentando explicar con la mismas inadecuadas herramientas que Locke o Mill. Y claro, no puedes.
Esto es contradictorio. La ropa ofertada en esa tienda puede no ser propia de ese momento y tal (moda) -en opinión de la señora. Y no la comprará. Y lo que la señora considere moda no tiene nada que ver con su gusto. Es una imposición que viene de fuera. O sea, no entiendes cómo va, porque no miras lo que hay que mirar (herramientas adecuadas). Y crees que es libre algo que de libre no tiene, exactamente, nada. Exactamente lo mismo que no tiene nada de libre la decisión de vestirse, o no vestirse, para salir a la calle. ¿Esta segunda sí la entiendes, verdad? Pues te debería llevar a entender a primera.
Cuando termináramos, tal vez tendríamos una idea del sistema que está operando. De hecho ahora ya la tenemos. Y nunca sabremos lo que “se debe” prohibir porque ese deber no existe. Lo que sí sabremos son las alternativas y sus consecuencias, que es lo suyo a la hora de tomar decisiones.
Sí, pero prefieres una cosa que nunca ha existido. Muéstrala, si crees lo contrario. Y que, por el mismo hecho de no haber existido nunca, se puede presumir que no puede existir. Y no sólo presumir. Basta mirar cómo opera la sociedad (nunca o haces) para comprenderlo, además de presumirlo. O sea, tienes: (1) hipótesis (la comprensión); (2) predicciones (la vestimenta no va a ser aleatoria y las leyes no tendrán nada que ver con el asunto); y (3) comprobación de las predicciones. ¿Qué más quiere usted, señor?
No puedes demostrar que la percepción de Mill sobre “daño” sea incorrecta con el único argumento de que no nos conocieron a tí y a mí o que se sentó a escribir hace 20, 50 o 200 años. Y disponían de las mismas herramientas de conocimiento de las que disponemos hoy nosotros. Y los datos? Da igual hablar de burkas que de mantillas… si son residuo de una creencia religiosa o cultural.
La percepción sobre “daño” me la suda porque no interviene en este asunto. Y espero que entiendas que la sociología y la antropología no existían hace 130 años (muerte de Mill). Y los datos son comparación de sociedades muy distintas y en muy distintos estados de “desarrollo” (tamaño, complejidad, tecnología, etc). Tampoco tenían los datos.
Que a ti te la sude la sociedad, y sólo mires sus componentes, no hace que puedas entender la conducta de sus componentes “en” sociedad sin comprender el sistema social. No puedes. Y no es por un asunto práctico de tal o cual medición; es un principio cognitivo. Antes de empezar a encarar el problema ya sabes que así no lo puedes encarar. ¿Cuando su estrategia cognitiva está destinada al fracaso, por diseño, usted qué hace, señor?
Dices:
Y lo que la señora considere moda no tiene nada que ver con su gusto. Es una imposición que viene de fuera.
Por lo que la herramienta usada no es válida. Error. La señora debe poder elegir löo que le apetezca no entre lo que la sociedad le impone, sino entre lo que la sociedad pone a su disposición, fruto de la innovaciónde ciertos señores y señoras que, lejos de ir limitando en impostura insoportable la oferta, amplían esta, la cambian … de manera que lo que a mí me gustaba hace 20 años, aunque se siga ofertando, ya no me gusta. O sí. Y no debe haber ley que me impida vestir como lo hacía Chuck Norris en los 70.
El problema que teneís los hipersociales alegres es la creencia misteriosa en una especie de transmutación cuántica por la que de repente, lo que es fruto de la voluntad subjetiva de cientos, miles de personas que deciden vivir juntas se convierte en ser vivo con voluntad propia y capacidad de acción. Y no es asi, y no lo es, porque las personas que hoy con sus subjetividades mantienen un cierto contexto social, mueren, aparecen otras con ideas diferentes, y van y lo cambian todo. Negarse a entender la sociedad como un sistema complejo y dinámico en el que los outputs son consecuencia de las interrelaciones entre sus componentes (nosotros) es negar toda opción de progreso y avance. Es negar la historia de las civilizaciones misma. Y negarle su capacidad de adaptación a los cambios del medio, algo que se consigue, desde que el hombre es hombre y domina el planeta, mediante la innovación.
La oferta cultural, o de vestimentas, de una sociedad en un momento determinado de la historia no es condición limitante de la libertad de elección, sino la sopa en la que ésta se experimenta. Y esa sopa va cambiando en la medida en que las personas (y no la sociedad) lo hacen.
A mí no me la suda la sociedad, en absoluto, al contrario. Lo que pasa es que yo no la convierto en mi nuevo Dios porque la reconozco en lo que es: un grupo de individuos que deciden hacer cosas juntos para prosperar. Vale, también se pueden juntar para joder a otros , pero serán ellos los que lleven las armas, no su “sociedad”
La “voluntad subjetiva” puede ser condicionada o no condicionada. Si no es condicionada, te dará un resultado aleatorio e impredecible. Si es condicionada te dará un resultado altamente no aleatorio y muy predecible. Pues bien, decisión condicionada es una excelente manera de definir decisión “no libre”. Y lo que cada cuál sienta al respeto no le importa a nadie.
¿Alicia en el País de las Maravillas? La señora “deberá elegir” (la ropa que sea) en el momento en el que tengas cojones de decirle a la señora lo que “debe” apetecerle (por ejemplo lo que le guste). Como no tienes esos cojones (nadie tiene), no hay caso. Y mientras tanto, la señora (estadística) elegirá la ropa en función de la moda. Que le viene de fuera; es una imposición externa. Si la industria no es idiota (no suele), seguirá la moda. Pero es que esto también te vale para cuando no hay industria. Se trata de “dinámica social”. Que si no entiendes, te impide entender las decisiones de las personas.
Sabes, estimado, que hay una gran diferencia entre “deberá PODER elegir”, que es lo que yo escribo, y DEBERA elegir, que es lo que tu criticas 🙂
Tu frase es:
– La señora debe poder elegir löo que le apetezca no entre lo que la sociedad le impone
Bien, yo no sé como “debe” poder elegir la señora; eso sólo lo sabes tú. Pero los creadores de moda, y los tenderos de ropa, y las señoras, y un servidor, sabemos de cojones cómo eligen las señoras la ropa. Por la moda.Que es, literalmente, “lo que la sociedad le impone”. Lo que pasa es que como le gusta tanto no lo siente como imposición. Pero es muy normal oír a una señora: ¡Que faena, no me gusta nada la moda de este año! Y todo el mundo lo entiende: es faena porque va a seguir la moda A PESAR de que no le gusta.
Estás diciendo algo muy claro: El mundo “debería” ser como no es.
A ver si entiendes así la diferencia, Luis. Yo estoy prediciendo lo que va a ocurrir, sobre la base de (que creo) entender un problema. Y va, y ocurre. Tú estás prediciendo lo que “debe” ocurrir, y que (muy probablemente) jamás va a ocurrir, porque nunca ha ocurrido.
¿No ves un pequeño problema cognitivo en el horizonte?
No, porque yo no predigo nada. Opino que alguien tiene que poder decidir algo… no he dicho ni una palabra sobre qué decisión tomará. Ni si una es mejor que la otra, a mi modo de ver.
No hay problema cognitivo alguno, no. O sí, pero en este caso es el tuyo 🙂
– No, porque yo no predigo nada. Opino que alguien tiene que poder decidir algo… no he dicho ni una palabra sobre qué decisión tomará. Ni si una es mejor que la otra, a mi modo de ver.
No predices, porque no sabes que hay un sistema funcionando. O no lo quieres ver. Y opinas que alguien debe poder decidir algo … con los elementos que no se usan para decidir ese algo. O sea, no con la moda o con la moral, que es con lo que realmente se elije.
No sabes si una es mejor que otra, porque no te has molestado en averiguar cuáles son posibles y cuáles son imposibles.
– No hay problema cognitivo alguno, no.
Hay el peor problema cognitivo posible. Mirar algo que opera bajo un sistema, sin ver el sistema. Y encima, olvidar que cuando tienes explicación + predicciones acertadas tienes el mejor síntoma posible de un conocimiento como sustrato de la operación. Hay pocos problemas cognitivos mayores en el mercado de problemas cognitivos.
“deber poder”, en castellano, es lo mismo que “tener que poder”, es decir, ha se ser posible que ellas puedan elegir.
Creo que está muy claro. Y no se parece en nada a lo que dices que digo.
– ha se ser posible que ellas puedan elegir … por el procedimiento que no usan para elegir. Tienen que poder … lo que no pueden. Ejemplo: los burros tienen que poder volar.
Lo que estas planteando es lo que otros señor@s muert@s han llamado el debate entre Estructura y Agencia. Somos fru
¿Y cuándo he dicho yo que el liberalismo no sea superior al socialismo? Pero a nadie debería interesarle, desde un punto de vista del conocimiento, cómo le llamaron los anticuados muertos a un problema que no tenían modo de conocer.
Nacemos y morimos solos, sí. O casi, Porque hay una hembra de la especie que tiene bastante que ver en el primer asunto. Y normalmente suele estar ayudada por otras. Así que deber referirte a los que nos sentimos al nacer o morir. ¿Y a quién c*j*n*s le importa eso, y por qué? Pero aun en el caso de que la proposición fuera cierta (que ya vemos que no), eso sería casi lo único que hacemos solos entre esos dos puntos. Aparte de masturbarnos, se entiende. Con lo que se ve muy bien la falta de claridad con la que examinas el problema. Es la malo de la “alegría” de lo que llamo “liberales alegres”. Demasiada libertad con el pensamiento; que, sin reglas, es casi tan inútil como un humano sin sociedad.
– La “ley de los grandes números” no es “la ley del número único”.
¿Y a mi qué? La sociedad no es una ley de los grandes números (hay sociedades minúsculas, y sociedades enormes) sino una propiedad de los fenómenos emergentes.
https://en.wikipedia.org/wiki/Emergence
Añado. Stuart Mill murió en 1873. Hartman fue el primer filósofo que se ocupó de los fenómenos emergentes, sin que la filosofía sea la mejor herramienta para hacerlo. No había nacido en 1873.
Y si no lo entiendes con emergencia te lo explico con ropa. Si cien humanos viven en 50 parejas solitarias en un valle, es presumible que elijan 50 soluciones formalmente diferentes para “ropa”. Habrá una base práctica de fondo, y diferencias de “adorno”. Es difícil saberlo porque ese caso no puede ocurrir, y no se conoce. Pero 100 humanos divididos en dos bandas, en el mismo valle, tendrán dos, y solo dos, soluciones formales para “ropa”. Dentro de cada una habrá diferencias individuales. Porque los humanos somos así. Sin embargo no habrá ningún problema para reconocer dos soluciones formalmente diferentes, porque la base del problema estará enfocada a que se distingan bien esas dos soluciones diferentes. Se llama “identidad”, o etnia, o cultura. Y ocurre … ¡porque los humanos somos así. Es una ley de la naturaleza. Y ahora contadme de nuevo como “deberían” enfocar los humanos el problema “ropa”, que ya veréis la carcajada.
Es muy fácil:
el grupo 1 de 50 humanos, tras mucho experimentar y en función de lo que más le gusta a su chamán, decide que lo que más les conviene es llevar pieles sin adormo de hueso. El grupo 2, con un chamán diferente y más caza, lo que significa más huesos, decide que lo que mola son las pieles con hueso. Pasa el tiempo, y la casualidad quiere que unas chicas del grupo 1 asomen al otro lado del valle y ven a chicas del grupo 2 con una pieles hermosas y preciosos adornos de hueso…y piensan: eso lo queremos nosotras también!
Regresan a su tribu y se ponen a coser huesos en sus prendas. Lo han decidido ellas, porque lo han visto y les ha gustado.
Llega el chamán, un sociólogo importante, y les cuenta no se qué pamplinas sobre cultura, etnias e identidades… las chicas escuchan calladas, asienten sumisas.. pero en cuanto el chamán se va, vuelven a ponerse las pieles con huesos.
Follón. Tribunal de ancianos. Unos que se debe hacer lo que dice el chamán, porque es lo identitario. Otros, que han visto lo de los huesos y también les gusta, que no, que las chicas deben poder llevar lo que deseen, que no hacen a nadie mal con ello.
Y ya está la discusión entre los esclavos de su etnia, cultura o llámale X y los visionarios, innovadores … que son los que terminan haciendo que, con el paso de los años, en lugar de huesos en las pieles se discuta de burkinis en las piscinas.
A eso se lo llama evolución vía aprendizaje. Algo característico de la especie humana.
La evolución vía aprendizaje (vía copia, realmente) es algo que ocurre en la especie humana, en la especie chimpa, en la especie bonobo, y en muchas otras especies antropomorfas y no antromporfas — o siquiera primates. ¿Y? En la ropa hay algunas pocas cosas que “evolucionar”. Son soluciones técnicas, y son en lo que se parecen las ropas de todos los grupos humanos en el mismo estado tecnológico. Y además, en las ropas hay elementos “identitarios”, que son los que hacen que las ropas se distingan entre grupos humanos del mismo estado tecnológico e incluso proximidad física. Especialmente con proximidad. Por ejemplo, la que hay entre tus hijos y tú, que os vestís de forma bien claramente distinguible.
La burka no es “evolución vía aprendizaje” por más que intentes retorcer la definición de “evolución vía aprendizaje”. (Inténtalo). No tiene nada que “aprender”, y tiene todo que “aceptar” (islam, sumisión). O “identidad”, que es algo que se pilla de fuera, no inventa uno.
– las chicas escuchan calladas, asienten sumisas.. pero en cuanto el chamán se va, vuelven a ponerse las pieles con huesos.
¿Quieres decir que eso es lo que observas en el grupo de burkas? Ponte gafas, anda.
Los grupos de 50 humanos. Luis, eso se observa. Con atención, cuidado, y tiempo. Y una y otra vez. Y no ocurre como necesitas que ocurra. Tu idea es muy bonita, pero no funciona.
– Follón. Tribunal de ancianos. Unos que se debe hacer lo que dice el chamán, porque es lo identitario. Otros, que han visto lo de los huesos y también les gusta,
Nunca se ha resuelto así un cambio moral. Se hace mediante la “violencia moral” (que todavía no es un nombre técnico, pero lo será). No es necesariamente sangrienta pero sí necesariamente violenta. Para los entendernos: imposición. Y lo puedes observar. No tienes más que mirar cualquier proceso de “moralización” (cuando pasa a ser “moral” algo que no lo era). Por ejemplo, la “moralización” de la homosexualidad.
Caos y Orden. Escohotado. 1999.
Yo lo leí con 28 años y me impactó.
Si tienes algún libro que te haya impactado y que desarrolle la idea de que la acción individual es irrelevante, salvo a través de la imposición, comentalo, por favor.
Y si encuentras un autor/a que afirme ésto, y no se defina como Socialista (que alguno habrá), te regalo un caramelo :p
– las chicas escuchan calladas, asienten sumisas.. pero en cuanto el chamán se va, vuelven a ponerse las pieles con huesos.
O sea, que lo hacen “las chicas”. Y cómo funciona la libertad individual en lo de “las chicas”.