La historia de la libertad en España es ciertamente desilusionante, como tendremos ocasión de analizar más adelante en este texto. Esta desilusión liberal quizá explique que en España, pese a contar con una tradición liberal importante y un bagaje intelectual respecto al liberalismo que marcó precedentes en Europa, como ponen de relieve los escolásticos españoles y la Escuela de Salamanca, donde autores como el padre Juan de Mariana incluso defendieron el “tiranicidio”, actualmente no exista un estrato social favorable al liberalismo y por tanto tampoco existan partidos políticos en la España moderna proclives a políticas más liberales. ¿La temprana desventura de la libertad en España fue un desaliento al liberalismo en España?
Pese a los enormes reveses que ha sufrido el liberalismo a lo largo de la historia de España, la libertad no ha dejado de producir ininterrumpidos conatos de libertad frente al absolutismo, mostrando una resiliencia excelente. Estos dos hechos, la resiliencia y los reveses sufridos, ha dejado a la libertad en España durante buena parte de su historia en un estado de convalecencia constante: cuando parecía que acababa de recuperarse del último golpe, aparecía de nuevo otro ataque. A pesar de ello, España ha tenido un progreso hacia la libertad, aunque lento y convulso, producto de esta convalecencia de la libertad de la que hablamos.
Y es que la historia no es lineal, ni sigue un patrón de conducta, sino que depende de una pléyade de causas y casualidades (causualidad), donde pequeños sucesos revierten y modifican la correlación de fuerzas y hacen que el devenir de la historia sea muy diferente al de períodos anteriores.
Todo empezó cuando corría el año 1805, momento en que la flota británica se enfrentaba a la flota de España y Francia. El Imperio Británico contra el Imperio Español. Dos de los imperios más importantes de la historia del ser humano frente a frente. Dos modelos muy diferentes de entender el colonialismo iban a medir sus fuerzas.
Y es que mientras que el colonialismo español se caracterizó por implantar mediante la fuerza una copia de la España peninsular al Nuevo Mundo, a través de la tortura, la coacción, el saqueo y el esclavismo, mediante instituciones como la encomienda; el colonialismo inglés en América, sobre todo en la última parte, se caracterizó más por la colonización a través del comercio y de ofrecer incentivos y no tanto a través la fuerza o la coacción. Por ejemplo, Virginia Company decidió el reparto de la tierra por cabezas, con el objeto de incrementar la productividad. Inglaterra no sólo ha sido el Imperio de mayor dimensión geográfica de todos, sino que además pudo enriquecerse culturalmente de otros pueblos.
La flota británica, dirigida por el Almirante Nelson, derrotó a la flota francesa y española el 21 de octubre de 1805, en la famosa batalla de Trafalgar. Se trataba de un hecho histórico que supuso un punto de inflexión en la historia española y marcó el principio del fin del absolutismo.
Tres años más tarde, las tropas francesas se dirigían a Portugal por territorio español, amparadas por el Tratado de Fontainebleau (1807), pero inesperadamente deciden ocupar España, hecho que obligó a los reyes de España a refugiarse en el Palacio Real de Aranjuez. Esto provocó un serio descontento entre la nobleza que junto con la indignación popular causada por la derrota en la batalla de Trafalgar, la impaciencia de Fernando VII por gobernar y la incertidumbre política originada por la ocupación francesa, se produce el 17 de Marzo de 1808 el Motín de Aranjuez, donde una multitud de nobles se agolpa frente al Palacio Real, persiguiendo la destitución de Godoy y la abdicación de Carlos IV en Fernando VII, que finalmente se produjo. Fueron los primeros estertores del absolutismo.
Poco más tarde, las tropas francesas reprimieron la insurrección y tanto Carlos IV y Fernando VII fueron a Bayona donde los dos reyes renuncian al trono y se nombra rey de España a José Bonaparte. Una gran cantidad de personas se concentran en el Palacio Real, con el objetivo de asaltarlo. Ante la expectativa de que las tropas francesas trasladen a toda la familia real, el gentío inicia el grito de “¡Que nos lo llevan!”, en referencia al infante Francisco de Paula. Las tropas napoleónicas abren fuego contra la multitud y se origina una lucha callejera, conocida como en Levantamiento del 2 de Mayo de 1808.
Al tiempo que José Bonaparte I (1808-1813) comienza su reinado, y aunque existía una especie de división social entre los afrancesados y los patriotas, se fue fraguando cada vez un mayor resentimiento a un rey extranjero que derivó en la creación de las Juntas Provinciales y Locales, las que se autoproclaman soberanas y no reconocen a José Bonaparte. En ellas, participan personas de todos los estamentos sociales: militares, el clero, funcionarios y profesores. Estas juntas traspasan su poder a la Junta Central Suprema Gubernativa del Reino, que desembocará en la apertura de las Cortes de Cádiz (lugar donde debatir a buen recaudo y lejos del poder de José Bonaparte) en el año 1810 que tras un período de debate se gesta definitivamente la Constitución de 1812, conocida como la Pepa, por proclamarse el día de San José.
La primera Constitución liberal española había nacido y con aspectos tan positivos como la libertad de prensa, la defensa de la propiedad, la libertad de comercio, el fomento del liberalismo por todo el Imperio Español y la separación de poderes. Pero la Constitución también recogía las simientes de su propia destrucción: fue aprobada por sufragio censitario y establecía el unicameralismo. El primero hizo que tan sólo las clases altas pudiesen elegir a los diputados; el segundo hizo que la nobleza y el clero no contasen con su propia cámara, viendo reducir ostensiblemente su influencia y poder.
Con la llegada de Fernando VII a España, decreta desde Valencia en el año 1814 la abolición de la Constitución de 1812 y de todas las leyes que de ella derivan y reinstaura el absolutismo en España durante seis años: el Sexenio Absolutista (1814-1820). Durante este período, los liberales se refugiaron fundamentalmente en Londres donde muchos vivían en precarias condiciones y otros fueron aherrojados por Fernando VII en Melilla. Entretanto, los exiliados entran en contacto con ideas liberales en Inglaterra (Mendizábal, Enrique José O’Donell, Diego Muñoz-Torreo, Argüelles) y se crean lugares de actividad política.
En 1820, el general Rafael de Riego realiza un pronunciamiento en favor de la Constitución de 1812 que rápidamente es secundado por otros militares y que obligó Fernando VII a jurar la Constitución de 1812 pronunciando las siguientes palabras: “Machemos todos, y yo el primero, por la senda de la Constitución”. Es cuanto se producen las canciones populares de “Trágala”. Se reinstaura la Constitución liberal en España y se produce el período conocido como Trienio Liberal (1820-1823) donde los liberales encarcelados y exiliados vuelven a España para constituir las Cortes o, en su caso, un nuevo gobierno.
Entretanto, se organizaba el Congreso de Verona (1822), en la que acudió la Cuádruple Alianza, es decir, Austria, Prusia, Rusia e Inglaterra. En el Congreso se decidió la reinstauración del absolutismo en España, que fue reclamada por Felipe VII, tras el pronunciamiento de Rafael del Riego. No obstante, el Congreso de Verona era reacio a intervenir en España si la Constitución de 1812 era reformada y aprobado un sistema bicameralista. Desafortunadamente, la Constitución en su artículo 375 establecía que no podría reformarse hasta que no fuese puesta en práctica por un período de al menos 8 años.
Durante el Trienio Liberal, se redujo el diezmo a la mitad, pero se obligaba a pagarlo en dinero. Esto rompió con la costumbre habitual de pagarlo en especie, hecho que dio pábulo al rechazo al gobierno liberal entre el campesinado, puesto que la España rural, rica en todo tipo de productos agrícolas y ganaderos, exhibía a menudo falta de liquidez, haciendo muy difícil sufragar las obligaciones fiscales en dinero. Frente a ello, se encontraba la conocida flexibilidad de la Iglesia a la hora de cobrar sus tributos, provocando que el Estado liberal fuese percibido entre el campesinado como un aparato exaccionador inflexible frente a una Iglesia cercana y flexible. También, la separación de poderes auspiciada por los liberales hizo que el poder ejecutivo (el rey) y el poder legislativo se convirtiesen en compartimentos estancos, incrementando el gasto y provocando una inconveniente subida de las cargas tributarias.
Aunque la Constitución de 1812 convirtió la religión católica en oficial, de facto se estaba produciendo un debilitamiento vertiginoso de la nobleza y el clero, al tiempo que crecía el descontento hacia el liberalismo entre el campesinado. Se empieza a producir la primera escisión entre lo que en un principio parecía una amalgama social muy unida en la creación de las Cortes de Cádiz en 1810. Y es que no contar con el clero en una España religiosamente católica fue quizá un elemento más que desestabilizador para el constitucionalismo liberal, elemento desestabilizador que también podemos encontrar en las siguientes repúblicas de España.
Ante este panorama, el rey Fernando VII fue visto como un defensor del catolicismo ante el nuevo orden liberal, por lo que la sociedad estaba fragmentada en dos grupos: los liberales anticlericales y los partidarios de Fernando VII católicos.
La división que se estaba engendrando en la sociedad española, también se reflejaba en el parlamento, donde existía una elevada desunión nada recomendable para un período naciente que buscase romper con el absolutismo. Existía una división entre los doceañistas (partidarios de mantener un equilibrio de poderes que diera al rey algunas funciones) y los veinteañistas (más radicales que proponían la redacción de una nueva constitución). Además existían los que pertenecían a la masonería, que dentro de ellos existía una facción más radical conocida como la Comunería. Por otro lado, estaban los que pertenecían a la Sociedad del Anillo, en donde se encontraban los más moderados de los liberales. Lo cierto es que, lejos de haber una unión entre ellos, existían luchas intestinas y ataques que no hacían más que desestabilizar el período liberal.
Si bien la falta de inclusividad y de unión fue un problema, lo cierto es que fue el período de las políticas más liberales y de voluntad política de llevarlas a cabo de la historia de España. De haberse consagrado el liberalismo, hubiese convertido a España en una de las potencias europeas más importantes y una de las más modernas. Recordemos que la Constitución de 1812 fue una de las más liberales de su tiempo: limitación de poderes del rey, separación de poderes, sufragio universal masculino indirecto, libertad de industria, libertad de imprenta, derecho de propiedad, reconocimiento de la ciudadanía para todos los nacidos en territorios americanos.
Con elevada probabilidad este nuevo aire fresco de liberalismo, hubiese aplacado el descontento que se estaba gestando en los virreinatos españoles hacia la metrópoli, puesto que los criollos pasaban a ser directamente ciudadanos españoles con todas las de la ley y se fomentaba el libre comercio libre de aranceles, que los americanos apoyaban enérgicamente. El diseño territorial español con la nueva Constitución era el de una España federal, donde existía una gran descentralización de funciones y tributos en las regiones, aspecto muy demandado por los virreinatos.
Por otra parte, se aprobó la Ley del Señorío y la Ley del Mayorazgo, donde la primera supuso la equiparación del derecho de propiedad a la del señorío donde todo señorío sería legal en caso de demostrar su certificado de propiedad y la segunda supuso que el patrimonio de las grandes familias españolas fue diluyéndose en el tiempo a medida que iban produciéndose herencias y dividiéndose éste entre el número de descendientes, haciendo cada vez menos poderosas a las susodichas familias.
Mientras tanto, se gestaba en secreto el fin del liberalismo en España, por parte del rey Fernando VII internamente y por parte de Francia externamente. Finalmente en 1823 entraron en España 95.000 soldados, financiados por Francia, al mando del Duque de Angulema, conocidos como los Cien Mil Hijos de San Luis, provocando el derrocamiento del Estado liberal y la vuelta a la reinstauración del absolutismo, iniciándose un período conocido como Década Ominosa (1823-1833).
Tras la muerte de Fernando VII en 1833, se produjo la primera guerra carlista y Maria Cristina, la viuda del rey, se vio obligada a buscar el apoyo de los liberales para mantenerse en el trono, y configuró gobiernos con los liberales Martínez de la Rosa y Mendizábal, que finalmente aprobó la archiconocida Ley de Desamortizaciones.
El período liberal de la Constitución de 1812, aunque fracasó y se encontró con enormes dificultades internacionales, errores propios, divisiones internas, lo cierto es que marcó un punto de inflexión en España que impidió que el absolutismo volviese a imperar en España y todos los regímenes posteriores tuvieron en cuenta los principios liberales (María Cristina, Baldonero Espartero, Isabel II) y desembocó en la revolución de la Gloriosa de 1868, que provocó el derrocamiento de Isabell II y la instauración del Sexenio Democrático.
A la luz de la historia, podemos ver cómo la libertad en sus numerosos conatos de establecerse ha sido asediada en numerosas ocasiones, pero la libertad ha demostrado resiliencia al renacer una y otra vez, destronando finalmente al absolutismo e incrementando lentamente las libertades de los ciudadanos. Quizá esta desilusión liberal que nos ofrece la historia de España, haya condicionado el resto de intentos republicanos y luego democráticos a dejar a un lado los principios fundamentales de los primeros políticos liberales españoles, que fueron los que realmente derrotaron al absolutismo, al totalitarismo. ¿Fue la temprana desventura de la libertad en España fue un desaliento al liberalismo en España?
La desilusión la producen los liberares que no se entran de la fiesta y el supuesto liberal autor del artículo es un buen ejemplo, mucho me temo que será un conservador disfrazado.
No se puede comparar la barbarie de unos colonos salidos de la edad media que gestionaban sus territorios con un despotismo no muy diferente a como se hacía en Europa en aquel momento, recordemos las revueltas campesinas medievales, con otros colonos que 200 años después y supuestamente pulidos por el renacimiento y la ilustración, aplicaban el exterminio como primera medida de gestión.
Hasta el neoyorkino Edward Ludwig Glaeser en “El Triunfo de las Ciudades” lo tiene claro.
Recomiendo al autor que la próxima vez se documente un poco más antes de escribir y volver a desilusionar.
Una pena. Veo que lo que ha levantado ronchas es lo de la colonización, y la diferencia con la inglesa. Pero donde Avanger señalaba una diferencia interesante, y de presumibles consecuencias económicas, la peña ha preferido la siempre problemática sutileza filosófica y moral. La crueldad y la (supuesta) ciudadanía.
Olvidemos la adjudicación de culpas. Y no olvidemos la diferencia de las sociedades y economías que conquistaron ingleses y españoles en América, que por sí mismas pueden tener una influencia en la diferente forma de administarlas. Yo preferiría que Avenger, en vez de tener que disculparse por las atribuciones morales del asunto, desarrollara más las consecuencias económicas que apunta con la diferencia entre la posesión de esclavos frente a la posesión (y trabajo) de las tierras. La diferencia se ve muy fácil en la frase española del momento: sin indios no hay Indias; frente a lo que practicaban los ingleses: ir apartando a los indios lo más lejos posible, y finalmente encerrarlos en reservas.
Es evidente que unos indios eran muy esclavizables, por ser extensas sociedades agrícolas ya bastante esclavizadas de antemano, y los otros indios eran mas bien cazadores y bandas, y por tanto muy poco esclavizables.
No tiene tanto que ver con ser ingleses como con qué «indios» se tropezaban. En América y Australia los apartaban / exterminaban. Porque no servían para hacerlos trabajar. Y la tierra la trabajaban los ingleses mismos. En Fiji y en los estados sureños de sus colonia americanas importaban mano de obra de África y de la India respectivamente. Por el mismo motivo: la población local no era esclavizable, pero la tierra era adecuada para latifundios. Y en la India administraban y comerciaban. Porque era una sociedad ya muy avanzada. Y la India nunca fue una colonia en el sentido clásico o antiguo. Nunca permitieron el acceso a ingleses pobres a buscarse la vida. (Colonia viene de «colonus», labrador).
Pero lo que me interesaría, ya digo, es saber qué consecuencias económicas saca Avenger de esas diferencias, y cómo lo hace. Si tiene tiempo / ganas.
Pero es que yo no veo esa diferencia, o la veo precisamente en sentido inverso. En las colonias americanas de norteamérica se comenzó importando mano de obra esclava irlandesa (sí, los primeros esclavos que llevaron allí eran blancos) y continuó con esclavos africanos.
La comparativa debería ser entre:
* Modelo inglés: se elimina la población indígena (por exterminio o por expulsión a otras tierras), se reparte la tierra y se trabaja con mano de obra esclava; hay una clase superior los propietarios ingleses y la clase de los esclavos (los esclavos no pueden escapar a su condición), la corona asigna la responsabilidad de organizar las distintas colonias a la iniciativa privada, pero mantiene un control de las importaciones exportaciones (el Tea Party no se montó porque aquello fuese un paraiso liberal). Por otra parte la corona Inglesa presionó mucho a España para lograr abrir el mercado de la América española a las exportaciones inglesas.
* Modelo español: se toma a cargo la población indígena como súbditos de la corona y se los pone bajo protección de la corona que reparte la administración de la tierra a la que están asignados los indígenas; los indígenas están protegidos por leyes especiales. En lo económico la América Española era un mercado protegido para los exportadores peninsulares y se prohibía la producción y exportación de determinados bienes provocando un intenso contrabando.
La diferencia no estaba tanto en el modelo colonial como en la política económica en las metrópolis.
Ya lo han comentado otros, pero perplejo me ha dejado a ratos:
«Y es que mientras que el colonialismo español se caracterizó por implantar mediante la fuerza una copia de la España peninsular al Nuevo Mundo, a través de la tortura, el adoctrinamiento, la coacción, el saqueo y el esclavismo, el colonialismo inglés en América se caracterizó por la colonización a través del comercio y de ofrecer incentivos y no tanto a través la fuerza o la coacción. Por ejemplo, Virginia Company decidió el reparto de la tierra por cabezas, con el objeto de incrementar la productividad. Inglaterra no sólo ha sido el Imperio de mayor dimensión geográfica de todos, sino que además pudo enriquecerse culturalmente de otros pueblos.»
¿Una copia por la fuerza? ¿Qué hay de las leyes de Indias que prohibían incluso el trabajo infantil varios siglos antes que en Europa (no ya en la España peninsular)?
¿Por adoctrinamiento se entienden las docenas de universidades que se crearon? ¿Por esclavismo se entiende, por ejemplo, la posibilidad de que existiesen negros libres (y episodios como los de Fuerte Mose en la Florida o los índios Garifunas en Honduras que alentaban la fuga de esclavos negros en dominios británicos)? ¿No hubo esclavos en los territorios ingleses? ¿No se persiguió a los nativos? Más aun, ¿qué porcentaje de nativos quedan en la América Española y qué porcentaje en la América Anglosajona? ¿Que Inglaterra se enriqueció culturalmente de otros pueblos? Necesito aclaración. Por coacción supongo que no cuenta la política británcia tras la independencia de la América Española en la parte de Guatemala ocupada por la fuerza (el interior de Belize), o la porción arrebatada a Venezuela, o los intentos de conquista de Argentina, o…
Una pregunta más, ¿todo se redujo a la época de Fernando VII?
PD: hay además una errata se habla de Felipe VII.
El propósito del párrafo era establecer una comparación entre el colonialismo inglés en América y el español en América y lo cierto es que, sobre todo al final, a los ingleses no les quedó más remedio que introducir incentivos y repartir la tierra entre los de allí, modelo muy diferente al de la encomienda española, basada en la coacción. Evidentemente en el colonialismo inglés claro que existían aspectos denunciables.
No todo se redujo a esa época, por ello cito el período de Isabel II y las posteriores repúblicas españolas. Pero el articulo versa sobre la primera desventura de la libertad, que en mi opinión coincide con el Trienio Liberal, y condicionó a las posteriores revoluciones españolas.
Gracias por tu aportación.
Eso de «respetando los usos y costumbres de las tierras indígenas y siempre mediante el libre comercio» del colonialismo inglés, ¿es ironía supongo? Y lo de «la tortura, el adoctrinamiento, la coacción, el saqueo y el esclavismo» del colonialismo español, ¿supongo que será una exageración negrolegendaria?. Porque si no es así, habrá que espabilar, porque estamos muy verdes en lo que a Historia se refiere. Pregúnteles a los indios de Estados Unidos a ver si los anglosajones les respetaron.
Te digo lo que le dije a Tepúflipo más abajo:
«Gracias por tu enormemente acertado comentario y tienes razón en que la forma de orientar el comentario no haya sido la adecuada. Trataba de exponer las diferencias entre el colonialismo español en América (que mediante la encomienda se trataba de una esclavitud) y el inglés en América (que no le quedó más remedio que introducir mecanismos de incentivos y de reparto de tierras por cabeza, como hizo la Viginia Company).»
Gracias por el comentario, y es verdad que he usado en demasía la hipérbole.
Es que con el comienzo del post básicamente se descalifica cualquier desenlace posterior. El imperio británico se basó en el tráfico de esclavos desde su comienzo, vendiéndolos en la América hispana y la portuguesa sobre todo, y explotándolos ellos mismos en norteamérica y en el Caribe.
Ya después de las guerras napoleónicas, y como consecuencia de presiones internas morales y de la revolución industrial abolieron la esclavitud, haciéndose los paladines contra la misma pero para convertirse en el principal cártel de la droga hacia china con el opio..
Eso, junto con el exterminio o la segregación racial salvaje de los nativos en sus dominios y nunca el mestizaje es lo que ha caracterizado al Imperio Británico.
Sólo en zonas con mayoría blanca abrumadora, Canadá, Australia, NZ y USA porque siguió un camino independiente, se impuso mínimamente una política liberal parecida a la metrópoli, mientras que el saqueo de las élites extractivas que dejaron en África y Asia hacen que Venezuela hoy parezca Dinamarca por comparación…
Esto no tiene nada que ver con el asunto de la entrada, y además es erróneo.
– El imperio británico se basó en el tráfico de esclavos desde su comienzo,… Eso, junto con el exterminio o la segregación racial salvaje de los
nativos en sus dominios y nunca el mestizaje es lo que ha caracterizado
al Imperio Británico.
Pero ya que estamos fuera de tema, sigamos. ¿Que chorrada es esa de «extermino o segregación»? No tienen nada que ver. Segregas porque convives (usas). Exterminas porque te estroban. Los ingleses exterminaban o no exterminaban, dependiendo de la utilidad de los dominados. Exactamente igual que los españoles (y todo Dios). En la India no exterminaban, en Tasmania sí. Por poner casos extremos. Y el tráfico de esclavos, lo mismo. Dependía de la población que hubiera, y su «utilidad». Y de la disponibilidad de esclavos. ¡Como los españoles! ¡Como todo el mundo!
Sí es cierto que eran menos proclives a la mezcolanza racial, junto a los holandeses. Y por contra de españoles y franceses. Cosa que todavía se nota en el Caribe, por el ambiente de los negros allí respecto de los blancos, en las distintas islas. Pero el mayor caso de segregación conocido es de holandeses, con los ingleses mas bien en contra. ¿Y qué? ¿Qué tiene que ver eso con nada de la entrada?
Buenos días
Me ha encantado este hilo, y pienso mandar el enlace a algunas personas que sé que no entran aquí a leer. Espero que no importe.
Y estoy de acuerdo con lo que dice D.Tepúflico sobre la diferencia entre las colonizaciones española e inglesa. En América. Que lo de la India fue bien distinto. En la India, La Corona llegó mucho más tarde que el comercio, y para dar apoyo a sus empresas comerciales privadas…
Tepúflipo Ya siento
Gracias, viejecita. Claro, para eso publico el artículo, para que mucha gente lo lea.
Gracias, viejecita. Claro, para eso publico el artículo, para que mucha gente lo lea.
Algunas puntualizaciones.
Los sistemas de colonización se parecen más de lo que todos los actores quieren aceptar. No obstante hay diferencias entre la forma de colonización española, y en menor medida la francesa, y la que llevaron a cabo los ingleses, y de forma mucho más exagerada, los holandeses. Y es precisamente la contraria que la que indica el articulista. La colonización española pretendía considerar súbditos a todos los habitantes (nunca lo consiguió del todo), ya fuesen colonos o aborígenes mientras que eso estaba muchísimo más matizado, por no decir inexistente en el caso inglés. Por supuesto que existieron abusos, crueldades y demás, pero ¿no pasó lo mismo con la colonización romana de Hispania o la Galia?
En ningún momento las metrópolis consideradas importaron parte de la cultura de las colonias pero las colonias sí hicieron una mezcla que todavía existe entre la cultura de la metrópoli y la nativa. De nuevo eso es mucho más marcado en el caso español-francés que en el caso inglés-holandés. Estos últimos siempre intentaron mantener dos sociedades diferenciadas entre los colonos que intentaban reproducir la metrópoli y los nativos que mantenían la suya. De nuevo justo lo contrario de lo mantenido en el artículo.
En mi opinión, la colonización española bebía de la experiencia romana mientras que la inglesa no.
Otra puntualización más en el fondo del artículo. Los liberales del XIX fracasaron en gran medida por ellos mismos. El trienio liberal fue excesivo y contradiciendo en gran medida lo que in buen liberal decía sostener. Si hubiesen sido menos radicales y hubiesen tenido más en cuenta el sustrato de población no habrían fracasado de forma tan estrepitosa. En realidad es casi milagroso que las ideas liberales se hayan ido imponiendo a pesar de las experiencias de gobiernos liberales. Quizá porque en el fondo se perciben tan correctas que se sobreponen a sus defensores.
El caso liberal tampoco es tan extraño. Las dos repúblicas españolas fracasaron exactamente por lo mismo y diferentes experiencias en otros países también.
Gracias por tu enormemente acertado comentario y tienes razón en que la forma de orientar el comentario no haya sido la adecuada. Trataba de exponer las diferencias entre el colonialismo español en América (que mediante la encomienda se trataba de una esclavitud) y el inglés en América (que no le quedó más remedio que introducir mecanismos de incentivos y de reparto de tierras por cabeza, como hizo la Viginia Company).
Por otro lado, no puedo más que estar de acuerdo contigo en que el radicalismo, los excesos y los errores de los propios liberales hicieron tambalear el sistema, pero conviene analizarlo detenidamente, pues muchas veces detrás de esos bandazos y excesos se esconden muchos aspectos: recordemos que los ministros eran nombrados por el rey, y el rey hacía todo lo posible por nombrar el ministro que más dividiese a los liberales y el que más inestabilidad engendrase. Además no se puede negar que sin la aquiescencia de las potencias extranjeras, el liberalismo no hubiese sido un fracaso tan estrepitoso. No obstante, fundamentalmente el radicalismo fue el mayor problema y la falta de integración con la sociedad del momento que, al igual que usted dice, también pienso que fue el error del resto de intentonas liberales y republicanas, lo cual ha generado un poso de rechazo en nuestro inconsciente colectivo a todo conato de libertad o republicanismo.
Gracias por tu enormemente acertado comentario y tienes razón en que la forma de orientar el comentario no haya sido la adecuada. Trataba de exponer las diferencias entre el colonialismo español en América (que mediante la encomienda se trataba de una esclavitud) y el inglés en América (que no le quedó más remedio que introducir mecanismos de incentivos y de reparto de tierras por cabeza, como hizo la Viginia Company).
Por otro lado, no puedo más que estar de acuerdo contigo en que el radicalismo, los excesos y los errores de los propios liberales hicieron tambalear el sistema, pero conviene analizarlo detenidamente, pues muchas veces detrás de esos bandazos y excesos se esconden muchos aspectos: recordemos que los ministros eran nombrados por el rey, y el rey hacía todo lo posible por nombrar el ministro que más dividiese a los liberales y el que más inestabilidad engendrase. Además no se puede negar que sin la aquiescencia de las potencias extranjeras, el liberalismo no hubiese sido un fracaso tan estrepitoso. No obstante, fundamentalmente el radicalismo fue el mayor problema y la falta de integración con la sociedad del momento que, al igual que usted dice, también pienso que fue el error del resto de intentonas liberales y republicanas, lo cual ha generado un poso de rechazo en nuestro inconsciente colectivo a todo conato de libertad o republicanismo.