España se encuentra en una situación económica e institucional extraordinariamente complejas. Económicamente, con un déficit estatal en los presupuesetos superior al 5%, una deuda pública que ronda el 100% del PIB y un paro superior al 20%. Institucionalmente, con una Comunidad como la catalana que ha planteado un desafío que concluiría con una independencia ilegal. A eso debemos sumar problemas severos de corrupción o de independencia judicial. Por no hablar de otros temas no menores pero sí importantes (educación, pensiones, energía, sanidad y un largo etcétera).
En esta coyuntura, tras la celebración de elecciones generales el pasado 20 de diciembre, España ha optado por romper con la dinámica bipartidista dando mayor representación a dos formaciones políticas como Podemos y Ciudadanos que, si bien siguen son tercera y cuarta fuerzas, han conseguido 69 diputados y 40 respectivamente, cifras nada desdeñables. Los resultados electorales se reducen a las siguientes:
- PP+PSOE, optativamente Ciudadanos.
- PSOE + Podemos + Partidos independentistas, sólo si apoya el derecho de autodeterminación.
- PSOE + Podemos + Ciudadanos. Sólo si Podemos renuncia al derecho a la independencia.
- Gobierno en minoría del PP, y en 2 años se repiten elecciones.
- Repetir elecciones. En dichas elecciones se teme por una desintegración del PSOE y votos reforzados a Podemos y PP, mientras que Ciudadanos se mantendría (bastante a mi pesar).
No hay más. Cabe mencionar que el PP tiene mayoría absoluta en el Senado, de modo que se necesita contar con ellos para hacer cualquier reforma constitucional que atienda a Derecho.
Lo mínimo que podríamos esperar de los partidos políticos es que se tomaran esta situación extremadamente en serio, supereran el estupido guerracivilismo y la ridícula dicotomía “izquierda Vs. derecha” con la que tanto nos han aborregado durante décadas, se sentaran y establecieran una agenda de reformas serias que sacaran a la nación del atolladero en que se encuentran, pero esto es España, y no podemos pedirle a la gente que piense más en cómo le afectan las leyes vigentes y menos en el color de la camiseta del que habla.
[España no tiene la madurez política de Alemania. En Alemania, con estos resultados, tenía una gran coalición entre el SPD y la CDU en un cuarto de hora, con una hora de comida (incluyendo café y licor de hierbas) para negociar los detalles. Ahora mismo, todo depende de la madurez política de Pedro Sánchez y de su capacidad de convencer a su partido de que la Guerra (Civil) ha terminado. Olvídense también de Susana Díaz y de sus deseos de ocupar la Moncloa: incluso en el caso de sustituir a Pedro Sánchez se tendría que enfrentar con la misma disyuntiva.]Y así llegamos el día de hoy. Lo de hoy ha sido muchas cosas. Pero, sobre todo, ha sido circense. Para empezar, nos hemos encontrado con una banda de música dándole la bienvenida a un partido político (Compromis). Luego nos hemos encontrado con un Pablo Iglesias enfurecido porque Pedro Sánchez había pactado con Ciudadanos y PSOE el reparto de las responsabilidades en la gestión del Congreso (dejándole tirado, según se rumorea). Más adelante, nos hemos encontrado con una diputada de Podemos, la señora Bescansa, que “ha tenido el detalle” de llevarse a su bebé a la sesión. Teniendo guardería y cuidadora pagadas por el Congreso de los Diputados. No faltaba más que Pablo Iglesias e Íñigo Errejón hicieran toda clase de arrumacos al bebé mientras los periodistas se hinchaban a sacar fotos y las redes sociales ardían en llamas. Y el numerito final ha sido escuchar a parlamentarios independentistas y comunistas jurar o prometer sus cargos. No con un “Lo juro/Lo prometo”, sino con “prometo luchar por bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla… bla bla bla bla bla bla bla bla bla”. Si yo hubiese estado ahí probablemente habría jurado…
“… por el Monstruo de los Espaguettis Voladores defender la Constitución y las leyes de la horda de socialistas de todos los partidos que suelta discursos pedantes y aburridos con los que pretenden arrebatarnos nuestras ya escasas libertades individuales y bla bla bla….”
Sí, así de ridículo y absurdo ha sido. Al principio he pensado de que se trataba de una mezcla entre inocencia, épica e incompetencia, todo muy solemne, en plan He-Man. Pero no. Todo estaba muy bien preparado. Demasiado bien. Las declaraciones a los periodistas. Los discursos de juramento al cargo. Hasta el pobre bebé era parte de la función (llevarse al bebé a un Parlamento no es reprochable, no es la primera vez que ocurre en otros parlamentos; lo preocupante es que se use como estrategia para llamar la atención).
Tengo la impresión de que vamos a tener muchos de estos espectáculos durante la legislatura. Por un lado, pactos entre PP, PSOE y Ciudadanos, más de malas que de buenas, y con bastantes amenazas de ruptura tratando de acordar lo posible en materias concretas. Por el otro, Podemos, llamando la atención de todas las maneras imaginables con tal de conseguir una mayor repercusión en los medios. Lo creo porque Pedro Sánchez no quiere acabar devorado por Podemos y sustituido por Ciudadanos. La única forma que tiene de sobrevivir, entiendo, es teniendo poder y demostrando que puede hacer cosas útiles.
No se me olvide mencionar el mérito de Pedro Gómez de la Serna, ex-diputado del PP (ahora en el grupo mixto), que no se sabe cómo ha conseguido seguir en las listas electorales populares a pesar de estar siendo investigado por corrupción y que ha pasado de rositas. Mal empieza el PP si se pretende regenerar algo. El precio que tendrán que pagar es contar con un diputado menos.
Ah, otra cosa. También tenemos a la primera diputada negra del Congreso: Rita Bosaho. Lo cual es una tontería (discriminar por razón de color de piel es una tontería, ¿qué más da que la diputada sea negra?), pero me alegra que esa novedad pase desapercibida. Por lo normal. Le deseo todo lo mejor y a ver si tenemos más diversidad en el futuro.