Debemos recuperar el derecho a la autodefensa

Los ataques terroristas en París tuvieron lugar en lugares públicos y en contra de civiles desarmados. No hay medio más adecuado para sembrar el terror y el pánico. Los grupos fanáticos de delincuentes lo saben y se sirven de ello de manera calculada y consciente. Y es que no hay ningún objetivo que pueda ser peor protegido con garantías por la policía y los servicios de seguridad que la población civil haciendo lo que siempre hace: vivir en sus ciudades y pueblos.  Cualquier acción política que tenga como objetivo proteger al público, es siempre una medida perfectamente apropiada para restringir las libertades de aquellos a quienes se pretende proteger.

“Al igual que en España, el gobierno francés asumió en su día ante su población una promesa de seguridad que no puede cumplir. Mediante el progresivo endurecimiento de las leyes, el gobierno incluso se ha autotransferido cada vez más competencias, enviando a  la población un mensaje fatal: usted no tiene ya que preocuparse por su propia seguridad, lo hacemos nosotros.”  Uno puede discutir sobre los motivos de los terroristas, hablar en acalorados e interminables debates sobre cómo combatir el terror con aún más vigilancia policial, más intervención en nuestras vidas, expulsión de éstos o de aquellos, o incluso, como ya escuchamos desde las esferas políticas, el envío de fuerzas terrestres occidentales a aquellos países desde los que llegan y en los que se cultivan los terroristas que nos amenazan. Pero todos esos debates jamás nos aliviarán de lo que realmente importa: los muertos.

Al igual que en España, el gobierno francés asumió en su día ante su población una promesa de seguridad que no puede cumplir. Mediante el progresivo endurecimiento de las leyes, el gobierno incluso se ha autotransferido cada vez más competencias, enviando a  la población un mensaje fatal: usted no tiene ya que preocuparse por su propia seguridad, lo hacemos nosotros. Una enorme falacia, como se ha demostrado una vez más estos días en París. Bastan algunos criminales altamente motivados para burlar todo un aparato policial  y dejarlo incapaz de algo más que la pura reacción ante una situación desconocida, en la que la policía no dicta las reglas.

¿Es así como debemos imaginar nuestro futuro y el de nuestros hijos cuando utilicemos espacios públicos?

Antes de permitir -otra vez- que nos impongan un nuevo debate sobre nuevas leyes de seguridad que debe imponer el estado y participar -una vez más- en la venta masiva de nuestras libertades, deberíamos hacer una pausa y preguntarnos:  ¿ qué es lo que realmente queremos para nosotros mismos?

Nadie está encantado de vivir en constante temor de si podrá volver a casa sano y salvo tras su próxima salida al supermercado, visita a la discoteca o cena romántica en una terraza pintoresca. Tampoco creo que nadie esté especialmente interesado en tener que identificarse ante agentes de policía  cada viente metros en su camino hacia el cine  o incluso limitar su radio de movimiento a ciertas zonas seguras.

La amenaza del terrorismo islamista nos obligará a  un replanteamiento profundo de la política de seguridad en toda Europa. Y la solución no puede ser más de lo mismo, más de lo que ya hemos visto cientos de veces que no funciona.

Lo que necesitamos es una crítica seria de la doctrina “El Gobierno garantiza la seguridad” para avanzar en la recuperación de la capacidad de defensa propia de los particulares.

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El gobierno puede seguir trabajando sus sofisticados conceptos de seguridad, mantener a las fuerzas especiales preparadas y ampliar la vigilancia incluso a los dormitorios de los ciudadanos. Nunca tales medidas tendrán efectos realmente preventivos o inmediatos, si acaso agilizarán el tiempo de llegada de la policía al lugar del crimen para tomar nota de los fallecidos e iniciar la inverstigación. La única arma que tendrá el ciudadano para defenderse seguirá siendo su teléfono y su fe inquebrantable en la efectividad de las medidas de seguridad estatales.

¿ He dicho “fe”? Sí, he dicho “fe”. Nos han programado en la creencia de que el estado nos protege, cuando no lo hace. Es una superstición. No me malinterpreten, lejos mi alegato de ser una crítica a la labor de las Fuerzas de Seguridad del Estado, que son personans como nosotros y hacen su trabajo lo mejor que pueden. Pero creo que ellos son los primeros que saben que eso no basta.

Ustedes pueden seguir profesando la fe en las estructuras del estado. Yo me sentiría mucho más seguro si pudiese llevar un arma con la que defenderme en el momento de una agresión contra mi vida o la de mi familia. ¡Reclamo mi derecho inalienable a ser yo quien defienda mi propia vida!

 

 

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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27 comentarios

  1. Ojo que eso puede ser muy peligroso. En Venezuela los policías son especialmente perseguidos y asesinados para robarles el arma. Muchas armas en la calle supondría una incitación para ser más violentos y peligrosos y además convertirte en “fuente de armamento”. La posesión de armas también aumenta drásticamente la posibilidad de suicidio por depresión (un momento malo y método “cómodo” y rápido) amén de los accidentes.

  2. En España, si intentas defenderte de un intruso o de un asaltante, te puedes buscar la ruina. Por eso estoy de acuerdo en que el derecho a la autodefensa en España es casi inexistente.
    Que alguien me corrija si me equivoco pero, según tengo entendido, para que una agresión por tu parte pueda ser considerada como “autodefensa”, ésta debe ser proporcionada al ataque en tu contra. Por ejemplo, si entra un intruso en medio de la noche, tu sacas un rifle y le disparas desde 5 mentros de distancia, pero resulta que éste estaba armado con un pequeño cuchillo de pelar patatas, tu disparo podría no ser considerado en defensa propia y podrías verte en prisión una buena temporada.
    Así pues, si una noche escuchas como se rompe una ventana y escuchas pasos, lo primero que debes hacer es encender las luces y preguntarle educadamente al intruso si tiene intenciones de atacarte y, en caso afirmativo, qué arma piensa utilizar para tú ir a buscar una proporcionada.
    Por cierto, si resulta que eres instructor de Silat Indonesio o cualquier arte marcial, el uso de tus habilidades para golpear a un agresor puede considerarse como desproporcionado.

    En cuanto al debate sobre el derecho a la tenencia de armas, puedo estar más o menos de acuerdo con fondo filosófico de la cuestión planteado por los defensores de dicho derecho. Pero siendo pragmático, me inquieta de sobremanera que cualquier perturbado o lobo solitario pueda comprar un rifle en una tienda de barrio.

    El argumento habitual en defensa a la posesión de armas suele ser que, aquellos que tienen malas intenciones acabarán consiguiendo un arma de todas formas, y que el derecho a la posesión de armas simplemente equilibraría la balanza entre “los buenos y los malos”. Yo no estoy de acuerdo. Hay muchas personas violentas que no tienen un arma a su alcance. Como ya ha mencionado otro comentarista de este blog, un ejemplo claro son los típicos mascachapas de discoteca o matones de barrio que serían gente de gatillo fácil a la mínima que se estimularan un poco con sustancias psicotrópicas o incluso sólo con alcohol.

  3. Esta mañana he estado hablando con un militar. Las cosas se están calentando cada vez más. Sigamos haciendo filosofía hasta que nos corten el cuello. Sí, derecho a defendernos .

  4. Plazaeme, tu frase “Pero algo que hubiera “servido” en el caso de París es casi seguro que provocaría -en general- más muertes de las que evita” es un claro ejemplo de la mentalidad de victima que tenemos que dejar atrás. Como que “provocaría mas muerte que las que evita”? Estamos hablando de mas de 120..-CIENTO VEINTE MUERTOS-, y mas de 300 heridos. A veces no puedo creer las cosas que leo. Si en esa discoteca hubiera habido 3 o 4 personas armadas, dispuestas a defenderse, quizá estaríamos hablando de una decena de muertos -lo mismo aplica en cada lugar que se ataco-
    Esta mentalidad de victima “No soy capaz de defenderme, asi que nadie debe serlo” es una que debemos DESTERRAR de nuestros pensamientos si queremos tener alguna posibilidad de sobrevivir si nos toca alguna vez.
    Y si no sos capaz de hacerlo…. dejá que los demás puedan decidir sobre su propia vida y como defenderla.

  5. Plazaeme, si no quieres usar armas, no las uses, pero no impidas el derecho a la vida y la autodefensa de las personas. Si un día llega alguien armado y te amenaza o a tu familia, explícale tu teoría y espera a que llegue la policía…

  6. Esa descripción que haces está muy manipulada para que coincida con lo que quieres. Los incidentes tuvieron lugar en lugares de fiesta. Si un lugar de fiesta se caracteriza es por la proliferación de borrachos o “contentillos” por metro cuadrado, muchos de los cuales entre el alcohol o los “extras” basados en estupefacientes se sienten lo suficiente machos como para bajarte la mirada si consideran que les miras mal a golpe de puñetazo o botellazo. ¿Queremos darle un arma a esas personas?

    • Es que no se aclara en el artículo qué quiere decir “derecho de autodefensa”. ¿Tener armas en casa? ¿Llevarla en el coche? ¿Llevarlas de copas? Los ejemplos que se suelen poner tienen legislaciones muy diferentes, y así no hay forma de saber de qué estamos hablando. Pero algo que hubiera “servido” en el caso de París es casi seguro que provocaría -en general- más muertes de las que evita. También es verdad que este tipo de terrorismo es nuevo, y podría acabar necesitando planteamientos distintos. Pero los argumentos y comparaciones hay que hacerlos con un mínimo de precisión, si queremos hablar de algo real. En cambio, si tenemos la “solución” antes de conocer y definir el problema …

  7. Completamente de acuerdo con lo expuesto en el artículo.

    Y para los que ponen el grito en el cielo por el derecho a portar armas, debo recordarles que eso no significa el derecho a utilizarlas indiscriminadamente, sino en las oportunidades en que se deba hacerlo y con las responsabilidades inherentes a ese derecho de autodefensa y/o de defensa de nuestros seres queridos o de personas inocentes ante un ataque criminal. Eso implica el no derecho a utilizarla para agredir a otra persona o personas fuera de esa condición de autodefensa.

    Siempre he tenido armas en mi casa ( es decir, siempre en Uruguay, antes de trasladarme a España; dejé mi pistola en mi país por razones obvias de legalidad aquí y ahora). Sin embargo, la extraño. Principalmente porque una vez, en mis 64 años de vida, tuve la necesidad de ella, y por suerte la tenía a mi lado, cargada, en mi mesa de luz.

    Hace unos 30 años, una noche de carnaval, estando en mi casa con mi esposa y mi pequeña hija, que entonces tendría siete u ocho años, a las dos de la mañana, dos delincuentes intentaron entrar a la fuerza, violentando la puerta del fondo.

    Cuando sentí los ruidos, me levanté y los sorprendí justo antes de que entraran. Les pegué un grito y salté a mi habitación, en busca de mi pistola. La cogí junto con una linterna y salí por la puerta del frente, para rodear la casa y tenerlos bien a la vista, mientras gritaba a mi esposa para que cogiera su revólver y llamara a la policía.

    Por supuesto me escucharon y, como buenos criminales cobardes pero no tontos, emprendieron la fuga. Al escuchar que les había cerrado su ruta de escape por el frente, corrieron hacia el muro del fondo y saltaron hacia la casa de un vecino, no sin que antes les gritara otra vez alguna puteada e hiciera un disparo de advertencia.

    Cruzaron el solar del vecino por el fondo, mientras yo salía corriendo hacia la calle y rodeara la esquina para interceptarlos. Lamentablemente, ya habían cruzado la calle y penetrado una arboleda de eucaliptos de unas cuatro manzanas de extensión. Sin entrar en ella les hice algunos disparos, apuntando bajo, para solamente herirlos en las piernas si acertaba.

    Por lo que sé, no resultaron heridos, pero seguramente sintieron alguna bala silbando cerca y el golpeteo que hacían al pegar en los árboles.

    Al regresar a mi casa pude ver un par de bicicletas apoyadas contra el seto y dos o tres bolsos llenos junto a ellas. Mi esposa me esperaba en la puerta, con su revólver en la mano, así que decidí quedarme junto al portón de entrada al solar. Medio minuto después llegó un patrullero policial y allí me encontró, descalzo, vestido solo con unos shorts, la pistola en una mano y la linterna en la otra.

    Al acercarse, dejé la pistola sobre el césped y levanté ambas manos. Desde el coche un policía me preguntó (todavía lo recuerdo muy claramente): “¿qué pasa, vecino?” Rápidamente les conté lo que había pasado y les señalé las bicicletas con lo que supuse sería un botín. Me contestaron que no me preocupara, que volviera a mi casa y que ellos se encargarían.

    Minutos después se escucharon otras sirenas y los patrulleros anduvieron en la vuelta por un rato, buscando a los delincuentes. Por lo visto escaparon, pero un patrullero se quedó en la esquina hasta la mañana siguiente, vigilando mi casa y las bicicletas.

    La historia es corta y con final feliz para mí. ¿Qué hubiera pasado si no hubiera estado armado? Seguramente tanto mi esposa como yo habríamos sido atacados por los criminales, e incluso mi hija también podría haber sufrido alguna herida. Pero mi fiel pistola me ayudó a defenderme, y por eso hoy puedo contar aquí mi historia. En cuanto a mi casa, jamás volvió a ser atacada. Los delincuentes son cobardes y nada tontos, y sabían perfectamente (y así habrán pasado la noticia) de que mi casa estaba bien defendida y que cualquier atacante tendría la respuesta que se merecía.

    Hoy, sin embargo, en la muy culta y civilizada Europa, estoy indefenso.

    • Don Dédalo:
      Muchas gracias por traer ese video.
      Me ha gustado tantísimo, que lo he copiado, y lo he subido a “La Argos”, el blog de Santiago Gonzalez, explicando, por supuesto, que lo había copiado de DEE, y que lo había subido usted.
      Porque, eso de estar preparado, y tener un plan, por si acaso, es algo que está al alcance de cualquier viejecita, sin necesidad de tener puntería, ni nada.
      Un abrazo

  8. Esto no hubiese sido posible en Israel, país donde todos los ciudadanos tienen que estar armados (entrenamiento y práctica). Los eliminan antes de que caiga al suelo el primer muerto

  9. Yo creo que deberías especificar a qué te refieres con el “derecho de autodefensa”. Porque los dos países con pocos homicidios que pones de ejemplo (Suiza, canadá) no parecen encajar en lo que quieres. Y definitivamente no tendría efecto en un caso como los atentados de París (los asesinados no hubieran podido estar armados en la circunstancia del asesinato). Mira este cuadro de colorines, y aclara los conceptos, plis:

    https://en.wikipedia.org/wiki/Overview_of_gun_laws_by_nation

  10. Tanto las propias cifras de USA (http://www.statista.com/statistics/191219/reported-violent-crime-rate-in-the-usa-since-1990/) – que nos muestran cómo sin necesidad de endurecer las leyes de armas se reduce el número de crímenes armados- , como las de Canadá, Suiza, Finlandia, países civilizadísimos donde los haya, muestran claramente que el argumento de la presa rota en este caso no sirve.

    Lo que los datos muestran es la nula correlación entre el número de homicidios y la regulación sobre armas en USA: Zero correlation between state homicide rate and state gun laws (del WaPo)

    • Precisamente los paises más civilizados son los que mejor pueden permitirse una legislación permisiva con las armas: es la ventaja de que la gente resuelva los conflictos de forma civilizada en vez de pegarle un tiro al que le lleva la contraria. El acceso a las armas funciona bien cuando se trata de una sociedad cohesionada que quiere poder defenderse de una amenaza exterior posible, caso de Suiza, o existente, caso de Israel.

      En Estados Unidos la mortalidad no tienen correlación con las diferentes leyes anti-armas (que no impiden el acceso al fin al cabo, derecho constitucional en los US) sino con las diferentes sociedades. La mortalidad será mucho mayor en Detroit que en Idaho, pero el asunto tiene más que ver con las diferencias entre la sociedad de Detroit y la de Idaho. El problema con las armas aparece en sociedades desestructuradas (África) o heterogéneas, con zonas o estratos desestructurados (USA), pero en la cual todos los estratos sociales tienen acceso a las armas (ya que otra cosa sería considerado discriminatorio).

      Europa se componía hasta ahora de sociedades cohesionadas. Eso se ha acabado. Cada vez vamos a ser “más Detroit”. ¿De verdad queremos hacer accesibles las armas en la sociedad hacia la que se dirige Europa?. ¿Queremos que las armas sean facilmente accesibles, por ejemplo, para los cientos de miles de inmigrantes que llegan de Siria?.

      • Entonces la solución es doble:
        1.- Echar a los inmigrados árabes sirios y todos los marroquíes, argelinos, etc.
        2.- Una vez conseguida la sociedad que teníamos (cohesionada) se permite la tenencia de armas… para protegernos de los que queden.
        Es sencillo ¿qué problema hay? ¡ah! ¡sí! ¡el buenismo y el izquierdismo progre!

    • Pues si no hubiera correlación entre el número de homicidios y el permiso de armas, entonces las armas no te estarían “garantizando” esa seguridad que usas como excusa para reclamarlas.

  11. Pues no sé, Don Luis :
    Mi padre, que se murió cuando yo tenía 12 años, tenía permiso de armas. Y hoy en día, los joyeros, por ejemplo, los consiguen con cierta facilidad, y después de cumplir unos trámites , y tras un lapso de tiempo en que se los estudia a ver si ellos suponen un riesgo.
    Eso sí, si un joyero mata a su atracador, aunque el atracador esté armado, se le juzgará como si hubiera cometido un asesinato, sobre todo si el tiro se lo había pegado al atracador mientras este hubiera empezado a huir…

    O sea, que hay que tener muy buena puntería, incluso en momentos de crisis aguda, para poder pegar el tiro al atacante justo en el brazo que empuñase el arma, y desarmarlo pero no matarlo. Y además, hay que tener las armas siempre a mano, que nunca se sabe cuando le van a atacar a uno, pero al mismo tiempo, en casa, que estén en una caja de seguridad con una combinación a prueba de adolescentes…

    A mí todo esto ya me pilla vieja, pero, desde luego, si acaba haciendo falta, me defenderé , aunque espero que no lleguen las cosas a ese extremo.

    • Eso es cierto… dejar llevar armas protegiendo al delincuante y castigando al que las use es un contrasentido

  12. Y podemos intentar ponerle un poco de contexto a toda esta histeria de la seguridad. Y ver, por ejemplo, que se puede aumentar muchísmo la inseguridad, sin que eso produzca ningún miedo. Yo creo que la ciudad oficialmente (estadisticamente) más “peligrosa” que conozco, sin estar en una guerra, es Port Moresby. No tengo datos porque las estadísticas que veo son del país entero, y en los pueblos no creo que haya muchos homicidios. Pero seguro que se puede poner a ojo que la tasa de asesinatos sea unas cien veces mayor que una ciudad española.

    De hecho, es uno de los sitios que el Ministerio de AAEE recomienda no tocar ni de lejos. Y no ves un turista ni por equivocación. Sólo algunos australianos de trabajo, y unos pocos blancos locales. Ninguno de ellos anda por la calle. Cogen el coche, aunque sean cinco minutos andando. Por seguridad.

    No me extrañaría nada que haya 50 asesinatos al año (100X la tasa española). Pero se dividen entre 360.000 personas, y los “malos” tienden a matarse entre sí. Y eso es lo que notas. Que puedes andar mil veces por todas partes en Port Moresby, incuyendo los peores tugurios, sin ninguna sensación de peligro, ni ningún mosqueo con nadie. Pero para una mentalidad europea blandibllue se convierte en eso: no se te ocurra ni acercarte. Es lo que tienen estos estados que no “garantizan” la seguridad. Que te dan tanta seguridad que cualquier cosa te parece un peligro.

  13. Y podemos entrar más a lo concreto. La relación entre los atentados de París y el”derecho inalienable” a llevar armas de fuego. En este caso, en un partido de fútbol, y en una discoteca un viernes por la noche. ¿De verdad?

  14. Joé, pues eres muy libre de reclamar todos tus “derechos” que se te ocurran. Pero eso no quiere decir ni que entiendas lo que es un derecho, ni que lo que reclamas para ti resulte conveniente para los demás concedértelo, ni siquiera que tenga el menor fuste.

    Veamos.

    ¡Reclamo …!

    ¿A quien reclamas? Si es a Dios o a la naturaleza, habla con ellos. Si es al poder o a la ley, investiga cómo funciona ese sistema. Puedes reclamar que se instaure un derecho que te mola; adelante con los farloes. Pero mientras no ocurra, no tienes ningún “derecho”. O sea, no puedes “reclamar tu derecho”. Y mucho menos llamarle “inalienable”, porque más alienado no podía estar. No cabe.

    No debieras insistir con el error de que nuestros estados (sistema político, etc) “asumieron en su día ante su población una promesa de seguridad que no pueden cumplir”. De hecho la cumplen, y todo el mundo ve que la cumplen. Te van a mirar raro si aseguras lo contrario. Pero hay que distinuir entre “promesa de seguridad”, que sólo puede querer decir notablemente mayor seguridad que en ausencia de esos sistemas (y la hay), de “garantía de seguridad”. Lo segundo, no lo ha garantizado nunca, nadie. Más que en tu imaginación.

    Pero es que tiene más coña. Porque tu “derecho de autodefensa”, que lo tienes (mira la ley), quiere decir “derecho de portar armas de fuego”. Y quieres “garantizar” con eso lo que no puede garantizar el estado. ¿Has mirado la realidad?

    Un país que por cultura y riqueza podrías comparar con España, y que tenga ese derecho tuyo, podría ser Puerto Rico. Sólo tiene una tasa unas 20 veces mayor de homicidios que España, sin ese derecho tuyo. Así que pensar que ese derecho tuyo garantiza tu seguridad, o es una broma, o te crees realmente John Wayne — y a los demas que les zurzan. Pero ojo, te puedes creer John Wayne sin serlo. Porque Wayne, por su muy eficaz gestión de la violencia, es el pimero en saber lo colgados que están los que no son como él. Y por eso les protege en todas las pelis. De hecho, sus pelis siempre son eso. Wayne protegiendo a los que no se pueden proteger, porque el derecho a portar armas de fuego no garantiza una mierda. Hacen falta unos cuantos John Wayne para obrener una mejora (nunca “garantía”) … en el oeste. Cuando la cosa se civiliza y complica, cambiamos a Wayne por un estado. Eso es todo.

    ¿De verdad que vives “en constante temor de si podrás volver a casa sano y salvo tras tu próxima salida al supermercado? Pues supongo que jamás cogeras un coche para desplazartre, porque del temblor que te tendría que dar es imposible que puedas conducir. ¿A ti la estadística no te sirve para nada?

    Nota de descargo. No se me confundan con mi “intención”. Puerto Rico me encanta, me siento en casa, no tengo miedo (ni en sitios mucho mas peligrosos), y nunca haría campaña para que prohíban las armas. Ni aquí para lo contrario. Pero pensar que allí tienes la seguridad más “garantizada” la seguridad es una broma macabra. Lleves pipa en la guantera, o no lleves. Yo he probado las dos cosas. No “garantiza” nada; sólo es otro estilo de vida. Definitivamente más peligrosa. Tiene alicientes y morbo, pero no tiene más seguridad.

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