Mamá, quiero una Primera Comunión sin misa

El Universo parece que es finito y en expansión. Da algo de miedo ponerse a pensar en ello. Pero lo del Universo no es nada comparado con la estupidez humana. Ésta parece ser infinita… y en expansión logarítmica.

En las Islas Mentawi de Sumatra, echando mano a una piedra y un cuchillo, el chamán de la tribu mella en vivo los dientes de las chicas jóvenes del pueblo, dejándoles una forma puntiaguda muy parecida a la boca de un tiburón, para hacerlas más atractivas y satisfacer a los espíritus. Por suerte, en la actualidad son ellas quien deciden si se quieren someter a esta particular sesión de belleza. Antes era obligatorio.

tiburon_dientes_muchacha

Las muchachas de Mentawi, hasta no hace mucho, perdían el sueño esperando que el chamán les pusiese los dientes «guapos», no se sabe si porque deseaban estar tan guapas como sus mamás, o porque temían la piedra y el cuchillo del mago de la tribu.

No todos los rituales de iniciación o integración en una sociedad tribal son tan truculentos, aunque los hay más truclentos aún. El caso es que lo de los rituales iniciatorios o de integración es tan antiguo como la humanidad misma, y no los encontramos sólamente a nivel tribal, también a nivel privado. Así, los Masones, por ejemplo, tienen un amplio repertorio de rituales de iniciación, a cual más pintoresco y singular. Las religiones también tienen ritos de iniciación o confirmación. Se trata, en cualquier caso de rituales privados, realizados según las reglas de asociaciones privadas de particulares.

Existe un club o asociación privada en España que se llama Iglesia Católica Romana. En este club, es costumbre que los padres integren a sus hijos en la asociación mediante un rito que ellos llaman Bautismo. El Bautismo es un sacramento por el que las personas acceden al club de los Católicos y que les permite acceder luego a otros sacramentos y ritos propios del club privado de los Católicos. Más adelante, a medida que los niños van creciendo, los miembros del club privado Iglesia Católica inician a sus hijos en los principios fundamentales de su religión y en las normas del club al que pertenecen. Cuando los niños alcanzan la edad de 10 ó 11 años, pueden acceder a la Primera Comunión.

ultima-cena01La Primera Comunión es uno de los siete sacramentos de la Iglesia Católica, y uno de los tres sacramentos de iniciación a la vida cristiana junto al bautismo y a la confirmación. A través de la primera comunión, luego de cierta preparación llamada catequesis, en la que se estudia el catecismo, es posible tomar por primera vez la hostia y el vino, que para quienes profesan esta religión, no simboliza, sino que es el Cuerpo y la Sangre de Cristo. La presencia real del cuerpo y la sangre de Cristo en el pan y el vino es lo que en la Iglesia Católica se denomina Transubstanciación.

Este sacramento fue instituido por Jesús durante la última cena, quien en compañía de sus discípulos tomó el pan y el vino y dijo: “Yo soy el pan de la vida, si uno come de este pan vivirá para siempre, pues el pan que yo os daré es mi carne, para la vida del mundo» (Jn.6,32-34, 51). «El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna».(Jn 6,54)

Para recibir la Primera Comunión, los niños y las niñas se engalanan y ponen muy guapos. Las niñas visten, en la mayoría de los casos, por vez primera un traje largo…. casi de princesa. ¿Qué niña no sueña a los 10/11 años con ser una princesa? Una princesa en la calle, festejada por sus familiares  y los amigos de éstos. Un día de cuento y magia.

NIÑOS-Y-NIÑAS-DE-PRIMERA-COMUNION

¡Pero ojo! Para participar en esta fiesta, hay que ser MIEMBRO del club privado «Iglesia Católica Romana». Si usted no es miembro del club, no podrá participar en esta celebración.

Y ahí es donde empieza a funcionar la infinita – y en constante expansión- estupidez humana que les comentaba al principio. Resulta que como las niñas (imagino que también sus mamás), todas, desean celebrar una fiesta vestidas de princesitas y tal, en lugar de hacerlo en casa, con 300 invitados y cargo a la nómina de los progenitores (algo que sería perfectamente normal), pretenden hacerlo «en sociedad» (que mola más) y utilizando los servicios municipales que todos pagamos con nuestros impuestos. Y ruedademolinoalguno me dirá: es que pagan 60 euros, a lo que yo respondo: esos funcionarios no están ahí (ni un solo minuto de su tiempo) para celebrar bautizos y primeras comuniones a la voluntad de personas que sin ser de un club, pretenden hacer lo mismo que los que sí son del club.

Si ya es estúpido de por sí reclamar que funcionarios del estado pierdan su tiempo en imitar rituales de asociaciones privadas, atender la reclamación desde un  órgano público es estúpido³. O a la potencia que se les antoje. Una «primera comunión» sin sacramento y fuera del club privado «Iglesia Católica Romana» NO ES una Primera Comunión. Es otra cosa. Y que para ello sea necesario prevaricar con el tiempo laboral de quienes deben administrar mi soberanía, delictivo en sus ultimas consecuencias. Porque oiga, yo no pago impuestos municipales para que la mamá de la hija de fulanito robe tiempo al secretario del ayuntamiento para mostrar «en sociedad» la grandeza de la familia a través del hermoso vestido de princesita de la niña.

El estado, todas sus instituciones, debe mantenerse alejadísimo de la vida civil de las personas. No tiene potestad para impartir matrimonios, bautizos, comuniones u otra cosa que se le parezca. Las personas deciden unirse y formar una familia, unos usan el rito de su club privado, otros no. ¡Pero no me abusen de MIS funcionarios! Ni de su tiempo, que lo pago yo. Unos papás pueden decidir que sus hijos ingresen en el club de Golf de la Chimbamba, que exige rito iniciatorio de rebozado en césped. Pero no me vengan con que el ayuntamiento debe hacer lo mismo con los míos, porque mola.

Pero bueno, en el fondo, es la propia estupidez humana la que permite (y fomenta) que el estado usurpe cada día más facetas de nuestra vida privada. Tenemos lo que merecemos. ¡Estúpidos!

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Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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9 comentarios

  1. Yo tenía entendido que en América ( Norte y Sur, o sea, en el Continente ) a las chicas, al cumplir los quince años , al menos en las familias de origen «latino», se las vestía de princesas, y se hacía una fiesta en su honor, tan grande y tan lujosa como su familia se pudiera permitir.
    Así que, para mí, lo de la fiesta por la Primera Comunión, organizada desde los gobiernos locales me parece ridícula, innecesaria, y un poco lo que decían en mi infancia » hasta los gatos quieren zapatos «. Pero si la fiesta la organiza la parroquia, con los donativos de sus fieles, pues bien.

    Claro que, por ejemplo, cuando yo me casé, todavía era ultra católica, pero me casaba con un católico sólo de nombre, por haber sido bautizado al nacer. Yo quería casarme por la Iglesia, pero a él, todas aquellas ceremonias le espantaban. Así que, me casó un hermano de mi padre, sacerdote, en la parroquia, sin alharacas, sin flores, sin marcha nupcial, y, por supuesto, sin misa . Que entonces se podía hacer. Yo lo único que quería era sentirme casada de verdad, y lo demás me traía al fresco.
    Y de aquello han pasado ya más de 50 años, y seguimos. Así que, supongo yo que lo de «sin misa» no sería tal disparate.

  2. El planteamiento es sencillo y lo clava Luis. Lo que me preocupa más, ciertamente es la equiparación del Estado y sus instituciones al asunto religioso. Cualquiera es libre de celebrar los ritos iniciáticos o de transición, de entrada o de salida, como buenamente se le ocurra. Pero exigir la bendición civil, y por tanto estatal, es además de una chorrada, peligrosísimo. Como vengo diciendo todo el día, no queremos a Dios, pero convertimos gobernantes en dioses, hombres en dioses por arte de democracia. Repito, una peligrosa aberración

  3. Una pregunta políticamente muy incorrecta: cuanto más atrasado y/o fanatizado es un grupo humano ¿mayor importancia se le da a la liturgia?.
    Se me ocurren bastantes ejemplos que lo corroborarían, pero mejor me los callo, porque también tengo algunos pocos contraejemplos que me hacen cuestionarme esa hipotesis.

  4. El poder de ( es decir la querencia por) la liturgia no debe ser menospreciado: todas las organizaciones poderosas (desde la Iglesia católica hasta el Parido nazi alemán) lo han utilizado en su provecho: cohesiona al grupo y sirve para demostrar y demostrarse su «valía», poder e importancia. Sin liturgia, por ejemplo: ¿como puede el grupo localizar al disidente de la comunidad, pongamos al ateo o hereje del pueblo?. Sin liturgia ¿como demostramos lo ricos que somos, tanto como para gastarnos un pastizal en un acto perfectamente inútil, salvo para ese fin propagandístico?. La liturgia es el equivalente humano de las exhibiciones del reino animal generalmente destinadas al apareamiento o a la disuasión de posibles predadores (según algunas teorías).

    • Eso que comentas de la liturgia me recuerda a las recientes imágenes de Artur Mas firmando un simple documento (eso sí, como supuesto paso hacia la independencia) en un acto lleno de solemnidad.

  5. Los estatistas se excusarán en que, al fin y al cabo, ese club privado que es la iglesia católica también obtiene recursos de los impuestos obligatorios. Uno pensará, «ya que con mis impuestos financio a ese club privado en el que yo no participo, quiero también que se me reconozca el derecho a tener semejantes fiestas en lugares públicos»

    En cualquier caso, lo que me parece una idiotez es llamar «comunión civil» o algo parecido a esa fiesta alternativa. Sería más bien una fiesta de iniciación al club de sumisos al estado, en la cual un juez o un concejal le leería al niño algún artículo de la constitución que éste se compromete a cumplir. No se qué nombre se le podría poner.
    En algunos países hablan de fiesta de «puesta de largo» cuando las adolescentes cumplen cierta edad. Aunque tengo entendido que son fiestas que se realizan íntegramente en espacios privados.

    • Bueno, sí, pero mi réplica inmediata será que debemos anular inmediatamente cualquier relación entre Estado y clubs privados.

      Las fiestas de «puesta de largo» aquí en Alemania, por ejemplo, son exclusivamente privadas, a cargo de los progenitores. Que es lo civilizado, por cierto.

  6. Un caso similar es el santo. Mucha gente busca nombres raros para sus hijos, faltando, si es necesario, a las reglas ortográficas (Letizia, sin ir más lejos), y después se encuentran con que el nombre elegido no está en el santoral. Pero, eso sí, quieren celebrar el santo (por decir algo, ya que la celebración suele limitarse a que te feliciten por tu santo), y ahí la imaginación no tiene límites. Y, por supuesto, lo único que les interesa es la fecha, no el Santo (o Santa).

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