La semana pasada una gran mayoría de todos los partidos en el Parlamento Europeo votó a favor de prohibir la importación y utilización de animales clonados. La ley debe aplicarse también a sus descendientes, así como para la comercialización de los materiales de reproducción de animales clonados, es decir, esperma, óvulos y embriones. Para poner en práctica la prohibición de las importaciones desde países como USA, Argentina, Canadá y Brasil con toda seriedad, se instaurará un certificado «Sin Clones» para todos los animales y productos de origen animal.
Allá por febrero de 2005 escribá un artículo sobre las ventajas de la clonación en la agricultura, ganadería y en la farmacología, además de justificar su legitimidad y utilidad. No es ninguna sorpresa ver cómo los lectores que llegan en los últimos meses a ese artículo desde el buscador google, embuídos mayoritariamente de las filosofías esotéricas gaianas imperantes, se limiten a «opinar» que «no les gusta».
Todo empezó con Dolly, ¿recuerdan? Las técnicas de clonación se convierten rápidamente en rutina en muchos campos de investigación. CLonar un animal significa que se usa exclsivamente el ADN completo de un animal particularmente valioso, transfiriéndolo a un ovocito enucleado. El embrión así producido es genéticamente idéntico a sus donantes; por así decirlo, un gemelo tardío. Es un proceso complejo y costoso. Los animales resultantes se utilizan exclusivamente para la investigación o la cría. Son demasiado valiosos para la matanza. Alrededor de 20 mil dólares le cuesta a la empresa norteamericana Trans Ova Genetics una res bovina clonada. Esta empresa – ¿como debemos decirlo? ¿fabrica? – produce 100 animales al año.
Lo que más tarde llega al mercado bajo la denominación de «carne clonada», proviene de la descendencia de esos animales clonados y no se trata de clones, sino que son producto del proceso natural de la fusión de óvulos y esperma. Se diferencian de otros animales para consumo humano sólo por el hecho de que sus progenitores son animales particularmente valiosos.
Las tecnologías reproductivas han sido durante mucho tiempo parte de las prácticas ganaderas comunes. Siempre hay animales con propiedades particulares excepcionales y los criadores se han esforzado en transmitir los genes de estos animales a su descendencia: es lo que conocemos como crianza selectiva, tan antigua como la propia ganadería. Mientras que un toro fabuloso, por métodos comvencionales de apareamiento, sólo puede copular con 40 vacas al año, gracias a la inseminación artificial se pueden alcanzar con el esperma de ese toro unas 500 inseminaciones anuales. Del mismo modo, una vaca sólo trae un ternero por año al mundo,pero mediante estimulación hormonal e inseminación artificial, podemos conseguir media docena de embriones, que luego son implantados en otras vacas, cuyo material genético es menos valioso que el de la donante de óvulos. Valioso es aquí, por ejemplo, el hecho de que de los terneros se obtengan filetes particularmente deliciosos.
El propósito de la existencia de estas técnicas es la mejora de la calidad genética de la manada. Esto implica, entre otras cosas, una mejor calidad de la carne, mayor producción de leche, una mayor fertilidad, mejor adaptación a las condiciones climáticas o una mayor resistencia a las enfermedades. En términos de productividad: más carne de más calidad y más segura para más personas.
Más allá de los rumores habituales sobre los famosos «riesgos inexplorados», el principal argumento en contra de la clonación es que pone en peligro el bienestar de los animales. Estos temores se justifican principalmente por el hecho de que algunas de las madres no pueden llevar adelante el embarazo y que aumenta la probabilidad de aborto espontáneo. Esto no es realmente un gran problema. Estamos hablando de unas pocas docenas de vacas que llevan una vida muy privilegiada, ya que se crían en condiciones ambientales óptimas para traer un animal especialmente valioso al mundo. Algunos embarazos no tienen éxito. Una porción de la descendencia muere antes o después del nacimiento – exactamente igual que ocurre tras una reproducción normal.
Seamos serios. Pensemos que las terneras o los cerdos no clonados que nacen sanos también terminan en relativamente poco tiempo después del parto en el matadero. Y me pregunto: ¿Es la clonación realmente un problema moral de bienestar animal sobre el que debemos preocuparnos? No olviden un detalle: los animales realmente involucrados en el proceso de la clonaciónse representan un reducidísimo número de privilegiados en nuestra cadena alimentaria cárnica. Además, segun la propia European Food Safety Authority (EFSA), no se han observado problemas de salud en las crías de animales clonados.
No. Ni el inexistente riesgo para la salud por consumo de «carne clonada» ni los supuestos «morales» en favor del bienestar de los animales proporcionan una explicación razonable para la prohibición de la clonación. La motivación de los dectractores de estas técnicas reproductivas y de crianza debemos buscarla más en la difusa aversión hacia las tecnologías modernas en la agricultura fruto del esoterismo naturista del momento. Los enemigos de la clonación son exactamente los mismos que ya tienen reservas acerca de cualquier tipo de uso de la tecnología en la cría de animales.
La mejor forma de acompañar un filete de carne «clonada» son unas buenas patatas, que también son clones, y de postre, un plátano, una pera o unas uvas – idénticas a sus predecesores. Y todo ello de manera completamente legal, porque nadie nos ha advertido todavía de los peligros de los tubérculos, las verduras y las frutas «clonadas».
Y usted, estimado lector, ¿qué opina? -> comentarios.
Es ridículo tener la tecnología de clonación y ponerse a clonar al animal completo, para después tenerlo que alimentar y meterle esteriodes para que crezca y luego si matarlo para desechar los huesos y la grasa.
En cambio si se clona una porción de carne magra pulpa sin hueso o sin grasa de excelente calidad de igual forma que se clona la piel para injertos de quemados, tendremos al final, una carne mucho mas saludable, estable genéticamente, mucho mas barata que clonar al animal completo.
Por otra parte, el ganado es una fuente inmensa de contaminacion por metano, que se elimina si se clona la carne pulpa, por tanto se elimina el 25% de la contaminación mundial de metano cosa que ayuda al medio ambiente y retraza el calentamiento global.
Todos podríamos tener una maquina de regeneración celular que regenere lomo de cerdo lomo de vaca, pechuga de gallina etc, en nuestras cocinas, sin volver a matar a ningún animal y sin los peligros de la manipulación de la carne que implica tantas enfermedades gastrointestinales.
Al ser menos grasa la carne podría consumirse en mayor cantidad sin que implique aumentar de peso u originar enfermedades cardiacas o diabetes o sobrepeso.
El problema es que los ganaderos del mundo llegarían a la quiebra, y entre ellos, los mayores ganaderos están en la Unión Europea.USA, Argentina, Brasil, China, etc.
Una parte del temor que procede del consumo de carne «clonada» o productos «transgénicos», aparte de las implicaciones morales/religiosas o filosóficas, es la asociación mental entre transgénico y «mutaciones».
Vamos, que hay quien percibe que si te comes carne transgénica es carne que tiene unas «mutaciones» en su ADN y que, por el hecho de comértela, esas mutaciones pasarán a tu ADN y contraerás irremediablemente un cáncer o tendrás un hijo mutante.
Vamos, que una parte del rechazo es debido a la ignorancia.
Mis conocimientos en bioquímica son nulos. No se si estaré diciendo alguna barbaridad, pero entiendo que lo que le ocurra al ADN de la carne/vegetal que alguien ingiere es irrelevante. De lo contrario, alguien que come mucha carne de vaca acabarían saliéndole cuernos. Al fin y al cabo, durante la digestión se desnaturalizan proteínas y el ADN supongo que se destruye…
Digamos que el riesgo de mutación en el ADN que se implanta en un ovocito enucleado (in vitro) es prácticamente cero, pues antes de realizar esa operación se han relizado tropecientasmil pruebas de «pureza». Además, si hablamos de clones, hablamos de ADN’s idénticos al donante.
El riesgo de mutación in vivo es el mismo para clones que para no clones.
Sí, la gnorancia es madre de muchos miedos infundados.
El origen de la religiones es en última instancia el miedo. El mismo origen de todos estos movimientos cuasireligiosos que nos inunda. O sin el cuasi. El miedo a lo desconocido y la falta de confianza en la capacidad propia para afrontarlos. Es algo que no nos abandonará durante millones de años. Los siglos de progreso coinciden con los que la audacia en la Sociedad era superior al temor. Seguimos en un cierto equilibrio entre ambos. Rezo para que sea la audacia la que prevalezca.
Comparto tu opinión. Yo tembién deseo fervientemente que recuperemos el espíritu emprendedor y aventurero libre de supersticiones y miedos atávicos que nos ha traído hasta aquí.
Que para muchos la religión consista en un quitamiedos frente a la vida no quita que lo q realmente es la religión es una guía moral y ética de comportarse primero con uno mismo y segundo con los demás. Es mas yo soy católico por convicción no por miedo. Como la mayoría de los buenos católicos.
Yo también soy católico. Es mas, creo que es la definitiva, los católicos no debemos temer la muerte, lo peor que nos puede pasar, dado que ha sido vencida por Jesús; podemos ser audaces y actuar como nos dicte la razón y la conciencia. Dicho esto, es evidente que en las sociedades modernas están surgiendo interrogantes que el común de los mortales no consigue racionalizar bien por incapacidad o por pereza. Los transgénicos, la clonación, el cambio climático, etc. Todos estos temas generan miedos e incertidumbre que «el poder y los nuevos sacerdotes» han sabido utilizar para ir instaurando una nueva «religión» con la que controlar la Sociedad. El peligro es que sean esos nuevos «guías» los que dirijan el devenir de la Humanidad en lugar de la razón y la lógica.
Don Luis :
Para mis ( cortas, por supuesto ), entendederas, el verdadero miedo, o más bien, pánico de fondo, de los que claman contra los clones y los transgénicos, es que ya empiece a haber métodos para clonar humanos.
Porque, en este momento, cada vez se usan más las técnicas de reproducción asistida, y si no fueran tan caras esas técnicas, habría descendientes de científicos, de artistas, de donantes merecedores de perpetuarse, a punta de pala. No hay más que fijarse en los catálogos de esos «bancos genéticos», y preguntar qué perfiles son los más demandados por las parejas que no pueden tener hijos por el camino habitual : como las parejas del mismo sexo, los que ya son viejos, etc etc.
La Iglesia Católica se opuso a todas esas técnicas durante tiempo y tiempo, con el argumento de que ese papel de selección sólo le correspondía a Dios. Yo ya estoy fuera, y no estoy tan enterada como antes, aunque creo que ahora , la Iglesia ya no se opone de esa misma manera, pero:
¿ Y si se consiguiese abaratar lo suficiente el procedimiento de clonación humana como para que resultase rentable crear clones y clones de humanos especialmente obedientes al poder, y dispuestos a trabajar en los trabajos que los demás no quisieran, sin exigir nada a cambio ni dar problemas, y que tuviesen una vida productiva larga, pero que se muriesen «de obsolescencia programada» , en cuanto terminase su vida productiva ? Ese, para mí, es el Quid del asunto. A esos clones de las «clases inferiores», no habría más que lavarles el cerebro con eslóganes del tipo «nosotros somos los mejores, la sal de la tierra…» desde su nacimiento. Como hacían en el «Brave New World» de Huxley, o, como hacen ahora con los niños escolarizados en sus zonas de influencia, los nacionalistas varios. Y todo iría como la seda, excepto en los casos de verdaderos individuos, que los habría entre los descendientes de los clones, como los hay entre los jóvenes bombardeados por las consignas nacionalistas.
Pero si se les buscara a ellos un lugar de acogida, como la Isla de Huxley…
A mí me parece que ese es de verdad el problema de fondo tanto para los transgénicos como para los clones.
El problema de crear clones obedientes no entra en el campo de la clonación, si no en el de la manipulación, sea esta genética o educativa. Un clon creado con las técnicas actuales nacerá como un bebé y tendrá el mismo desarrollo que su «progenitor». Solo si ha sido manipulado genéticamente con otro fin será distinto. Si no es así, será la educación que reciba la que decida su forma de ser.
Por supuesto, igual que el campo de aplicación del cuchillo es cortar pan y no clavárselo al vecino…
Pues no estoy de acuerdo. Como es lógico, no se van a crear clones sin antes haberlos manipulado genéticamente. Sería un contrasentido, y demasiado caro para arriesgarse a crear clones no eficientes. . Y eso de creer que la educación fuera a suplir las carencias genéticas, el eterno debata entre «Nurture versus Nature «, son ganas de creer.
Que por mucho que se reeduque a un niño, no hay quien haga un genio de un tonto. Al revés, o sea reeducando a los que tuvieran unos genes excepcionales para aplastarlos, y así igualarlos, sí se consigue algo más, pero es a base de tener a los mejores pisados para que no sobresalgan. Y acabarán rebelándose contra esa injusticia. Y tampoco creo yo que vaya a ser muy bueno para el conjunto de la sociedad.
Ya siento
Piensa lo siguiente: crees realmente que si pudiésems clonar a Albert Einstein la persona clonada sería como él?
Lo dudo. Tendría su IQ, sus polimorismos genéticos, sus predisposiciones patlógicas, su pelo y bigotes desordenados… pero nada más. El mundo en el que nace es tan radicalmente dferente del que vió nacer a Einstein que las posibilidades de que su clon desarrollase una teoría revolucionaria en el campo de la física sn remotísimas. Igual lo hacía en otro campo, o no lo hacía.
Buenooo, es que tampoco Einstein, tal y como, me parece tan merecedor de ser clonado… Y los clones de gente excepcional, no necesariamente serían excepcionales en la época en que les tocara vivir, en efecto.
Lo preocupante serían los clones de hombres masa manipulables y con obsolescencia programada. Que los habría en cuanto fueran rentables. Y a las parejas normales, que quisieran tener hijos a medias, por el método tradicional, se les prohibiría , a no ser después de que sus embriones se hubieran sometido a una manipulación genética para evitar lo que se quisiera evitar en ese momento. O sea, que todas las fertilizaciones tendrían que ser in vitro.
Bueno, esa una visión absolutamente pesimista. Para evitar esos malusos están las leyes, la ética y la moral.
Además, estamos hablando de clonar vacas y cerdos 🙂 No saquemos los pies del tiesto
Ya puestos, se clonarán personas que a los 65 años desarrollan una enfermedad fulminante para ahorrar en pensiones.
Bromas a parte, creo que todo eso de clonar humanos obedientes está muy bien para hacer películas de ciencia ficción, pero en la práctica no lo veo. Estamos hablando de una conspiración a nivel mundial con un coste inasumible y un beneficio muy limitado.
Al fin y al cabo, con Tele 5 ya se consigue ese objetivo con un coste mucho menor.
¿Se da cuenta de que ha dicho «no estoy de acuerdo» para después darme la razón y admitir que es la manipulación la que cambia al ser clonado?.
Me temo que ha mezclado manipulación genética y clonación. Lo uno y lo otro son cosas muy diferentes que, si bien se pueden combinar, no podemos meter en el mismo saco.
Dios nos ampare! Como a alguien se le ocurra clonar Hitlers, Stalins, Fideles u otros simpáticos parecidos, mejor mudarse a Kepler-186F cuanto antes.
Pues un clon de Hitler, Stalin o Fidel, muy probablemente sería una persona normal. El ambiente donde vive la persona es mucho más determinante.
Y la Iglesia Católica sigue oponiéndose a eso ya q va contra la doctrina revelada por Dios. Y seguirá así todavía por muchos siglos.