Nuestro bienamado profesor Ruiz de Elvira saca de nuevo el revólver apocalíptico de su funda y nos apunta directamente al corazón: ¡quietos todos, pedazo de cobardes!, ¿no ven que los glaciares están desapareciendo por su culpa?
Estoy aterrorizado. Soy culpable de la desaparición de las enormes masas de hielo andinas, alpinas, himalayas, groenlandesas… vamos, soy un killer. Al parecer, el Servicio Mundial de Control de Glaciares acaba de publicar un informe según el cual la velocidad con la que desaparecen los glaciares terrestres ha aumentado espectacularmente en lo que va de siglo XXI. Es más, dudan que, si se recuperan, vuelvan a alcanzar cotas similares a las de la Pequeña Edad de Hielo (ya saben, entre los siglos XVI z XIX). El diario «El Mundo» titula la noticia además con un contundente: «Los glaciares se están derritendo más rápido que nunca«.
NUNCA: es decir, jamás antes, supongo. Los autores del paper (que pueden descargar completo aquí) dejan muy claro que ellos han comparado la velocidad con que se retraen los glaciares durante los diez primeros años del presente siglo y períodos que ellos consideran significativos (grupos de 50 años) comenzando en 1851. Antesdeayer, vamos. Nada dicen (supongo que son gente seria, no como los redactores de algunos periódicos y sus asesores «científicos») de la velocidad con que se retajeron los glaciares durante el Óptimo Climático Medieval o el Óptimo Climático Romano, simplemente porque no tenemos datos. Nadie en aquella época creyó importante medir la desaparición de hielo en las montañas, se limitaban a celebrarlo y disfrutarlo. Los autores del paper se limitan a hacer una predicción, muy de acuerdo con las tesis ortodoxas del momento:
… ,we must anticipate further glacier loss far beyond historical precedent.
Donde los precedentes históricos quedan prácticamente sin limitar o definir. Permitanme que les traiga un par de datos históricos.
1. Los Alpes Suizos.
El 17 de septiembre de 2003 Ursula Leuenberger descubrió, unos 200 m por debajo del paso alpino Schnidejochs (2756 m) un objeto curioso de corteza de abedul. Cuando un mes más tarde lo llevó al Museo de Historia de Berna la primera pregunta que todos los arqueólogos allí reunidos se hicieron fué sobre la edad del objeto. Los análisis de carbono 14 dieron cumplida respuesta: 5.000 años. Se trataba de la tapa de un cesto para flechas tardoneolítico. Los especialistas del Museo se pusieron manos a la obra y montaron un campo arqueológico en la zona del hallazgo. Los resultados de su trabajo no pueden ser más interesantes.
Los materiales allí encontrados, pertenecientes a diferentes épocas y culturas, demuestran que la ruta del Schnidejoch ha sido en varias ocasiones a lo largo de los últimos 5.000 años la ruta de paso migratoria y comercial entre esa zona de los Alpes y lo que hoy es Italia. El motivo? El glaciar del Schnidejoch crece y decrece desde mucho antes de que los hombres malos inventasen el motor de combustión. Así, durante el neolítico, en la época comprendida entre el 2.900 y el 2.600 a.d.C, el glaciar era tan pequeño (las temperaturas tan altas) que el Schnidejoch era la ruta habitual de los cazadores de la época. En aquellos tiempos el clima era al menos tan cálido como en nuestros días. Probablemente debido a las hogueras que los malvados habitantes humanos de la época usaban para asar su caza. Tras una reunión en el bosque de los Carnutos decidieron reducir el número de hogueras y el clima enfrió… ah! no, que no fué así… Nadie sabe como ocurrió, pero el clima, efectivamente cambió de nuevo, el glaciar creció y cerró el paso, obligando a los cazadores a tomar la ruta del Lötschenpass.
Habría que esperar a la “industrialización” romana para que se recalentase de nuevo el planeta y volviese a retroceder el glaciar del Schnidejoch. 200 años a.d.C. los comerciantes romanos y griegos vuelven a utilizar el paso libre de hielos. Y lo harán durante 400 ó 500 años, el tiempo que duró la época que los paleoclimatólogos conocen como “óptimo romano”. La llegada de los bárbaros y los contínuos incendios de villas romanas en toda europa provocaron un aumento del CO2 y … a, que tampoco fué así… vaya.
El caso es que los científicos del Museo de Historia de Berna han demostrado fehacientemente que, al menos en dos ocasiones a lo largo de los últimos 5.000 años, el glaciar del Schnidejoch presentaba un aspecto como mínimo similar al de hoy. Y eso sin necesidad de religiones cambioclimáticas. Pueden leer (en alemán) una reseña-resumen del paper científico aquí. La publicación seria, dirigida por el Dr. Peter Suter, puede ser leída en “Fenster Europa SCHWEIZ”in Archäologie in Deutschland, 2 . 2006, März – April] Theiss Verlag GmbH
2. La paleoclimatología
Por si algún posible lector le entusiasma el tema y quiere hacer unos números, diríamos que también se sabe que el último período de glaciación comenzó hace tres millones de años, prolongándose hasta el presente, y que en él se han distinguido épocas frías, denominadas períodos glaciales, y épocas más cálidas, llamadas períodos interglaciales, en uno de los cuales, comenzado hace unos 10.000 años, se enmarca la historia reciente de las civilizaciones humanas.
M.F.Loutre y A.Berger publicaron en 2000 su trabajo “Future Climate Changes: Are we entering an exceptionally long interglacial?“, Climatic Change 46, 61-90del que les traigo esta gráfica:
Apoyándose en los datos de excentricidad, oblicuidad y precesión de la órbita terrestre, Berger ha logrado reconstruir una aceptable correlación entre la insolación del planeta y los cambios experimentados por el clima durante el cuaternario (ver A.L.Berger, 1978, Long Term Variations of Daily Insolation and Quaternary Climatic Changes, Journal of the Atmospheric Sciences, volume 35 (12), 2362-2367.) Si observan la gráfica, y partiendo de los datos del pasado, Berger intenta un modelo de “futuro”. No voy a entrar en él. Los modelos, modelos son y ya saben que la predicción de lo que ocurrirá más allá de pasado mañana es cosa de Nostradamus y Ruiz de Elvira. Lo que sí parece claro es que durante el presente período interglaciar las masas heladas se han ido retirando de las latitudes más próximas al ecuador, respondiendo así a un proceso natural de recuperación de temperatura atmosférica.
3. Los Alpes austríacos
El profesor Dr. Gernot Patzelt, hasta hace muy poco docente en la Universidad de Innsbruck y director del Instituto de Investigaci¡on de Alta Montaña y Alpes, nos dejó sus trabajos de incalculable valor científico sobre los Alpes.
El último período de avance general de los glaciares alpinos terminó sobre el 1855 dC . Desde entonces, los glaciares austríacos han perdido más de la mitad de su superficie y se estima que el 60% de su volumen . Sin embargo, esta contracción de los glaciares no ha sido constante. Más bien, fue interrumpida por períodos de crecimiento. Entre 1890 y 1927, y de 1965 a 1980, respectivamente crecieron hasta el 75% de los glaciares. Es de destacar el periodo antes de la década de 1970 como resultado de una disminución de la temperatura de verano en alrededor de 1 ° C entre 1950 y 1980. Durante este período, el contenido de CO2 en el aire continuaba aumentando imperturbablemente.
Los glaciares se retiran y dejan al descubierto restos orgánicos y arqueológicos de incalculable valor. Esto permitió al profesor Patzelt datar períodos de crecimiento y retroceso de los glaciares alpinos.
«Gletscherschwundperioden dieser Art gab es in der Vergangenheit mehrfach und auch in deutlich stärkerem Ausmaß. Die Rekonstruktion der Gletscherentwicklung erlaubt die Aussage, dass in rund 65 % der letzten 10.000 Jahre die Gletscher kleiner waren und die Sommertemperaturen daher so hoch oder höher lagen als heute.» Patzelt, entrevista.
Traducción: Períodos de retroceso de los glaciares de este tipo existían en el pasado en varias ocasiones y también en grado significativamente mayor. La reconstrucción de la evolución glaciar permite la afirmación de que en torno al 65% de los últimos 10.000 años los glaciares eran más pequeños y las temperaturas de verano, por lo tanto, tan altas o más altas que en la actualidad.
4. El Himalaya
En el Instituto de Geografía de la Universidad de Erlangen-Nuremberg y el Instituto de Geofísica de la Universidad de Alaska-Fairbanks trabajan Rankl, Kienholz y Braun, autores de un paper publicado el pasado Mayo de 2014 bajo el título «Glacier changes in the Karakoram region mapped by multimission satellite imagery«. Según sus mediciones:
The present study provides an updated and extended inventory on advancing, stable, retreating, and surge-type glaciers using Landsat imagery from 1976 to 2012. Out of 1219 glaciers the vast majority showed a stable terminus (969) during the observation period. Sixty-five glaciers advanced, 93 glaciers retreated, and 101 surge-type glaciers were identified, of which 10 are new observations.
Traduccción: El presente estudio proporciona un inventario actualizado y ampliado de los glaciares en avace, estables, en retirada y los glaciares de «nueva acumulación» utilizando imágenes Landsat desde 1976 a 2012. De 1219 glaciares, la gran mayoría mostró un terminal estable (969) durante el período de observación. Sesenta y cinco glaciares avanzaron, 93 glaciares se retiraron, y se identificaron 101 glaciares de tipo «nueva acumulación», de los cuales 10 son nuevas observaciones.
En Abril de 2014, un equipo multidisciplinar de geofísicos hindúes publicaba su trabajo sobre los glaciares himalayos bajo el título: «¿Están en retirada los glaciares himalayos?«. sus resultados fueron los siguientes:
Two thousand and eighteen glaciers representing climatically diverse terrains in the Himalaya were mapped and monitored (from the satellite data of 2000/01/02 and 2010/11). It includes glaciers of Karakoram, Himachal, Zanskar, Uttarakhand, Nepal and Sikkim regions. Among these, 1752 glaciers (86.8%) were observed having stable fronts (no change in the snout position and area of ablation zone), 248 (12.3%) exhibited retreat and 18 (0.9%) of them exhibited advancement of snout. The net loss in 10,250.68 sq. km area of the 2018 glaciers put together was found to be 20.94 sq. km or 0.2%.
Traducción: 2018 glaciares representativos de diversas áreas climáticas en el Himalaya fueron mapeados y monitoreados(datos satelitales de febrero 2000 y noviembre de 2010). Incluye los glaciares de las regiones de Karakoram, Himachal, Zanskar, Uttarakhand, Nepal y Sikkim. Entre éstos, se observaron 1.752 glaciares (86,8%) que presentan frentes estables (sin cambio en la posición de frente y el área de la zona de ablación), 248 (12,3%) exhiben retirada y 18 (0,9%) de ellos mostraron avance del frente. La pérdida neta de los 10,250.68 Kilómetros cuadrados que ocupan los 2.018 glaciares juntos resultó ser de 20,94 kilómetros cuadrados. En otras palabras, el 0,2%.
El lector avezado (o simplemente escéptico) se preguntará por las razones verdaderas que me mueven a escribir estas cosas. Muy breve: desconocemos completamente la velocidad de crecimiento y retroceso de los glaciares más allá de lo que hemos podido medir en los últimos (seré generoso) 300 años. 300 años son, desde el punto de vista de la geología terreste apenas un parpadeo insignificante. Afirmar con rotundidez absoluta que los glaciares se derriten con mayor velocidad que NUNCA no sólo es temerario (el valor del ignorante), es completamente acientífico.
Así no se puede, señores. No se puede.
Actualización (05.08.2015): Se incluyen los últimos estudios sobre el estado de los glaciares en la cordillera del Himalaya, en el punto 4.