Le llaman “sensibilidad climática” a lo que se supone que se calentaría la tierra por doblar la cantidad de CO2 en la atmósfera. Ya llevamos más de un 40% en lo de doblar el CO2, si contamos desde lo que llaman “época preindustrial”. El problema es que medir esa “sensibilidad climática” es muy difícil (si acaso posible), y hay resultados demasiado diferentes y con demasiado margen cada uno, en los muchos intentos que llevan hasta el momento.
Acaba de haber un encuentro mundial de especialistas:
La prensa es muy raro que mencione encuentros como este. Total, solo se trata de saber cuánto calculan los científicos que se calentará la tierra con el CO2 que emitimos. Y como no tienen el menor consenso al respecto, se conoce que no tiene gracia. No vayamos a pensar que puede que no haya ningún problema.
Por ejemplo, Google News muestra en todo su esplendor la falta de interés por parte de las empresas profesionales de información en saber si los científicos miden un problema, o miden un no-problema. ¿A quién le importan las mediciones de los científicos? Lo que queremos es opinión. Y a poder ser, la que toca.
Uno de ellos, Nic Lewis, está haciendo tres entradas en Climate Audit que me gustaría señalar. Sólo para mayores.
Pero ya aprovecho para poner unos gráficos aptos para todos los públicos, que me parecen de interés. Porque solemos decir que la calentología no avanza. Vamos a mostrar que sí — pero que no suelen publicitarlo.
Mini explicación. Para hacer ese cálculo usan tres procedimientos:
- Modelos climáticos solos. (Imaginación a poder).
- Modelos climáticos muy constreñidos por las temperaturas observadas en 150 años. (Imaginación + realidad).
- “Paleoclima” con “proxys”. (Realidad con un margen de error -en la medición- de infarto).
Los tres métodos son muy malos, pero no son igualmente malos. Y tienden a dar resultados diferentes por grupos. Esto es, los datos de “paloeclimatología” unos resultados muy altos (¡miedo, miedo!); los resultados de los modelos solos un resultado como el que le gusta al IPCC (miedo, pero remotamente creíble); y los resultados de los termómetros apoyados en los modelos dan una cifras de calentamiento presumible que no le gustan nada a la tropa del IPCC. Por eso mantienen los dos métodos de cálculo que cualquier persona normal despreciaría de antemano. Modelos y “paleoT”.
Lewis se centra en los resultados de sacados de termómetros. Por seriedad. No en vano es el instrumento que se inventó para medir la temperatura. No la “temperatura global”, es cierto; pero es lo que más se acerca.
Una última nota. Solemos decir que la calentología no ha avanzado nada desde que se inventó [–>] . 36 añazoss tiene ya la tía. Y siempre con el mismo resultado para la “sensibilidad climática”. Un rango entre 1,5ºC y 4,5ºC de calentamiento por doblar la cantidad de CO2. No es un resultado cualquiera. Es muy inteligente. La parte baja del rango resulta suficientemente creíble para cualquier climatólogo -digamos- clásico, y la mitad superior es adecuada como para vender una alarma bastante guapa.
Quédese el lector con esta cifra. +2ºC. Es la frontera irrenunciable del alarmismo. Una sensibilidad climática que no supere eso, no produce una alarma vendible con facilidad. Por ejemplo, porque hablaríamos de una temperatura conocida por los humanos modernos en su breve estancia sobre el planeta. Hace unos 100.00 años, y hace unos 8.000 años. No se podría vender “sin precedentes”.
Ahora podemos ver los gráficos que saco de Lewis. Ya hay contexto.
El primero no es de Lewis. Está sacado de los datos de uno de los suyos. Quería ver el cambio en el tiempo del cálculo, para ver si hay o no hay avance. Y representa los cálculos de la “sensibilidad climática” basados en termómetros, ordenados por tiempo de publicación de cada estudio. A la izquierda los más antiguos. Abarcan desde 2002 hasta ahora. Los cuatro últimos (derecha) son de 2013 (2) y 2014 (2).
Es evidente que la ciencia sí ha cambiado. Presumiblemente, avanzado. Pero no precisamente en el sentido que queremos. ¿Por qué no nos cuentan la buena noticia? ¡Pues por eso, porque es buena! La parte de abajo del rango del IPCC (rectángulo rosita) significa no-problema.
Alguien podría preguntarse por qué no reducen el rango. Si toda la parte de arriba del rectángulo esta vacía en todos los estudios más recientes, por qué no hacen un rectángulo (rango) más bajo? Por ejemplo, de 1,5ºC a 2,5ºC.
Pues porque basta con convencerse de que los termómetros no valen, y que son mucho mejor los modelos a pelo. O las estalactitas, etc, de “paleotemperatura”. Vaya, la magia.
Por si alguien tiene curiosidad, lo mismo, pero poniendo los años concretos de cada estudio.
Este otro gráfico, que sí es de Lewis, muestra la manera de ocupar la parte de arriba del rango del IPCC. ¡Con los modelos en libertad! Lo rojo.
Colorín, colorado, …
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Nic Lewis: