El bitcoin es una moneda digital muy novedosa, recordemos que fue introducido hace apenas 4 años. Y que quizá pueda cambiar la forma en que se desarrollan los negocios en la actualidad, aunque existe una amplia controversia en torno a este tipo de criptomonedas. Por un lado tenemos a los bancos centrales, sobre todo el banco central chino que está tomando medidas legales para limitar su uso, advirtiendo de los riesgos y peligros que estas monedas suponen para los usuarios personales, como por ejemplo la enorme volatilidad en su valor. Y por otro lado, tenemos una pléyade de economistas e inversores asombrados por las propiedades de este tipo de monedas digitales, lanzándose a invertir en el bitcoin y a animar a todo el mundo a que lo haga, así como un pequeño número pero creciente de comercios aceptando su uso.
En este artículo nos proponemos a estudiar cuales serían las ventajas e inconvenientes del bitcoin para los usuarios del mismo a fin de tener una visión algo más clara sobre el futuro de esta moneda.
En primer lugar, el bitcoin es una moneda cuyas transacciones conllevan una elevada seguridad (mucho mayor que las transacciones bancarias habituales) y anónima, ya que cada transacción que se realiza debe ser aprobada por todos y cada uno de los usuarios de la red. Además, el creador del bitcoin no puede modificar el sistema del bitcoin, si no es con la aprobación de todos los usuarios, esto quiere decir que el sistema de funcionamiento podrá modificarse si todos los usuarios lo acuerdan, por lo que el cambio siempre irá en beneficio de sus usuarios.
Además, el bitcoin está programado para que el número máximo de bitcoins que puedan existir en circulación sea de 21 millones de unidades, por lo que su valor estaría garantizado al estar limitada su oferta. Por ello, el bitcoin es una moneda que eliminaría, al menos en teoría, la inflación e incluso, de crecer la producción y de mantenerse el número de bitcoins fijo, el bitcoin podría ser una moneda deflacionaria: su poder adquisitivo iría aumentando con el tiempo, lo cual incentivaría el ahorro y desincentivaría el endeudamiento, al contrario que ocurre con las monedas tradicionales. Esta limitación no plantea ningún problema de transacción, puesto que los sistemas informáticos permiten dividir el bitcoin en unidades muy pequeñas y se podrían realizar todo tipo de transacciones sin ningún problema.
El bitcoin es una moneda internacional que permite realizar transacciones mediante P2P entre aparatos electrónicos en todo el mundo, por lo que eliminaría conversión de tipos de cambio y el riesgo político que tienen las monedas convencionales.
Por otro lado, el bitcoin no está respaldado por ningún banco central, pero ello es tanto una ventaja como una desventaja. El no contar con este respaldo, permite que la moneda esté alejada del arbitrio del poder político y no pueda ser manipulada por ninguna autoridad. No obstante, los bancos centrales aún gozan de credibilidad por parte de los inversores de todo el mundo, por lo que la desautorización de los bancos centrales al bitcoin hace que la confianza en el bitcoin sea limitada.
Y es que, para bien o para mal, la sociedad tiende a desconfiar de aquello que no está regulado o está fuera de la regulación, pues en caso de que existan conflictos, delitos o fraudes, la posibilidad de recurrir a una autoridad a la que reclamar se ve limitada, desincentivando tanto el uso de la moneda como la aceptación por parte de la mayoría de los comercios de la misma, un aspecto crucial en el éxito de esta moneda digital.
Y este es el punto más importante a dilucidar sobre el futuro del bitcoin, la aceptación del mismo por parte de las autoridades y la inclusión de las criptomonedas en la regulación.
Ahora, aunque de forma creciente algunos comercios empiezan a aceptar el pago en bitcoin, lo cierto es que el bitcoin es básicamente un instrumento más de inversión que de transacción, es decir, un instrumento especulativo. El peligro que existe en el bitcoin, que podría significar el fracaso de la moneda, es el que el bitcoin se convierta en un instrumento de inversión más que de transacción.
Porque si los bitcoins son poseídos por los inversores en lugar de por los individuos que quieren intercambiar bienes, no podrá convertirse en una alternativa al dinero tradicional y con el tiempo, si el bitcoin no es usado en la economía transaccional, su valor irá reduciéndose, reduciendo también el valor de las carteras de los inversores. Esto significa que en las primeras etapas de desarrollo del bitcoin son cruciales y es donde tiene que evitarse la trampa del crecimiento, a saber, que las propias expectativas de crecimiento de la moneda atraigan demasiados inversores, incrementen la volatilidad de la moneda y ahuyente a los comercios y a los clientes en bitcoin. En cualquier caso, sólo ganarán los inversores si el bitcoin tiene éxito como moneda transaccional.
El bitcoin presenta un enorme potencial si finalmente lograse instalarse como moneda habitual, incentivando enormemente el comercio digital de manera sinergética. Además, al ser el bitcoin una moneda inherentemente “deflacionaria”, los tipos de interés no requerirían de una prima por la inflación, haciendo la economía menos dependiente de la deuda y del crecimiento económico para pagarla, cambiando por entero la forma en que se organizaría la economía mundial.
Yo todavía sigo sin ver claro como va esto del bitcoin, como hacerte con ellos, pagar con ellos … ya que no he visto tiendas para ello.
a mi me recuerda mucho a lo de invertir en sellos de correo
a alguno le suela Afinsa y Forum Filatélico
Interesante, aunque si mal no recuerdo, hay una parte que es inexacta.
Para cambiar las reglas no hace falta que “todos” los usuarios estén de acuerdo, solo una mayoría de ellos (51%).
Además por lo visto podrían darse bifurcaciones en la cadena de bloques que pudieran resultar en reglas distintas para grupos distintos.
Aunque es verdad que hace mucho que leí sobre el tema y yo también podría incurrir en falta de precisión.
Un artículo muy interesante en cualquier caso.