Juan Pina, Presidente del Partido de la Libertad Individual, publica libro. Lleva el título «Una política para la libertad» y, editado por Union Editorial, saldrá a la venta el próximo día 21 de abril.
Asistimos ya al agotamiento de la socialdemocracia generalizada, transpartita, que gobierna aún las sociedades occidentales. No la hemos vencido los liberales, sino la realidad: el consenso socialdemócrata se ha revelado social y políticamente inviable porque es económicamente insostenible.
Toca por tanto superar la socialdemocracia, pero todas las alternativas que requieren aún más Estado ya han sido ensayadas, y siempre han producido resultados terribles. Es hora, por tanto, de caminar en la dirección opuesta: hacia un modelo de mucho menos Estado, basado en la soberanía del individuo y en la organización espontánea de la sociedad civil y del auténtico mercado. Contribuye a este cambio de paradigma la revolución de la tecnología relacionada con la información y el conocimiento, y la consolidación de una topología de red distribuida en las relaciones humanas de toda índole. La desintermediación y la desjerarquización están reconfigurando el marco en el que vivimos y actuamos, y los acuerdos privados, en lo económico y en todo lo demás, sustituyen el viejo orden planificado por los centros de poder. Esos nodos privilegiados se resisten a perder su capacidad de decidir por el individuo, pero el tiempo y la tecnología juegan en su contra y a nuestro favor.
Sí, es la hora de los liberales, pero ya no sirve el liberalismo de anteayer. Necesita actualizarse y revocar su claudicante hibridación con sus adversarios conservadores o socialistas. Una política para la Libertad presenta ideas y reflexiones para el liberalismo que viene, el del siglo XXI, el liberalismo profundo, desacomplejado y libertario que hoy necesitamos como alternativa de ilusión y esperanza frente a todos los colectivismos.
Juan Pina es un político joven, valiente, renovador y comprometido. Consciente de la espiral decadente en que se halla envuelta la vida política española, decide dar un paso fuera de la estrecha senda marcada por el quehacer diario en su partido. Baja a pie de calle y nos pone en las manos su libro. En él encontraremos, con un lenguaje atractivo y cercano, una concisa explicación de los procesos de descomposición del Hiperestado en que vivimos. Juan Pina se describe a sí mismo como liberal y su propuesta es reflejo de sus afanes: libertad sin recovecos. Libertad del individuo frente al Estado paternalista. Libertad del individuo para recuperar la soberanía sobre todo aquello que consideramos nuestro ámbito privado. Libertad para que cada uno de nosotros pueda recuperar la responsabilidad y emprender el camino hacia un nuevo modelo de sociedad. Un modelo más justo, más fresco, más horizontal, más libre. Déjense llevar de la mano de Juan Pina hacia un viaje sin retorno, el viaje hacia un futuro más de todos.
Para mí es de meridiana claridad que el monstruo del Sistema jamás adelgazará por su voluntad. Va engordando progresivamente, paso a paso, creando «servicios» que nadie pide pero que venden como un «avance social», como «un derecho», ocultando muy bien que todo derecho ha de ser pagado («los pobres» lo apoyan, porque creen que lo van a pagar «los ricos», y ahí tienes a cualquiera de ellos cotizando al 21% de IVA -una barbaridad, se mire como se mire- sólo en consumo).
El precio es la libertad y la responsabilidad del individuo, que va minimizándose «por su seguridad» en la misma proporción en que el Sistema crece, y la asfixiante atmósfera de paternalismo estúpido (como los mensajitos en la carretera: «No permitas que el conductor se distraiga», que apestan a buenismo). Pero el principal objetivo del Sistema es continuar mamando. Ellos ante todo. Por eso, cuando todos nos apretamos el cinturón, algunos hasta la extenuación, siguen subiendo impuestos y creando otros, porque ellos, que nunca o casi nunca han ganado un euro en el mercado, están convencidos de que no merecen perder calidad de vida. Y siguen creyendo que se puede seguir muñendo más la vaca (que es una cabrona que siempre esconde leche) indefinidamente. Sólo queda el colapso cuando la vaca entre en coma. Y luego ver si tras destruir la infección, ha sobrevivido o no. Pero eso sí. Hay que intentarlo.
Haría bien Juan Pina en analizar la estrategia del UKIP y la manera de actuar de Nigel Farage, amén de intentar aprovechar el empujón que puede dar en los medios su avance en próximas elecciones.
Ir a por todas de entrada es mucho pedir y desear. Hay que buscar un mensaje sencillo y una meta alcanzable que sume voluntades. Con clases de filosofía las masas se aburren.
Denunciar los efectos negativos de la UE es algo que será cada vez más fácil en la medida en que cada vez recibimos menos y pagamos más. Al mismo tiempo permite la creación del manido enemigo al que abatir y que luego permitirá establecer paralelismos con la burocracia nacional para meter la tijera.
También es más fácil que te den más cancha en asuntos europeos dada la irrelevancia de los votos en ese ámbito y dada la guerra sin cuartel en el ámbito nacional por alcanzar cualquier cota de poder con la que alimentar a los partidos.
Los bofetones mejor sin manos y sin nombres.