Hace una semana publicábamos la primera parte de la entrevista realizada a Diego Sánchez de la Cruz con motivo de la salida al mercado de su libro «Sin medias tintas«. Sin más preámbulos que los ya mencionados en aquella ocasión, les invitamos a compartir un par de minutos de su tiempo con Diego y conmigo:
En el libro incluyes una entrevista con Peter Schiff, el banquero que anticipó la Gran Recesión…
Cuando Schiff avisó del grave problema que hemos acabado sufriendo, muchos se rieron de él y despreciaron por completo su análisis. El tiempo da y quita razones, y eso ha hecho que ahora se le reconozca como una voz influyente en el análisis de la actualidad monetaria, financiera y económica.
Cuando hablé con él, tratamos la situación internacional, desgranando los ingredientes centrales de la crisis. pero además hablamos específicamente de la crisis española, donde Schiff demostró que conoce a la perfección nuestros problemas. Concretamente, apuntó que la rigidez laboral y las subidas de impuestos están condenando a España a un crecimiento mediocre.
Otro inversor de prestigio que figura entre los entrevistados es Daniel Lacalle. ¿Qué explica a los lectores en ‘’Sin Medias Tintas’’?
Para las muchas personas que siguen a Daniel, este libro es una lectura obligatoria porque no solamente incluye una entrevista muy interesante con él, sino que también añade un prefacio suyo que constituye todo un manifiesto en contra del consenso económico en el que a menudo nos movemos. Contar con Daniel en “Sin Medias Tintas’’ es una suerte, como también fue una suerte echarle una mano en la preparación de su magnífico libro “Viaje a la libertad económica”.
Fíjate qué curioso. Hay quienes intentan desacreditar el análisis de gente como Schiff y Lacalle porque se dedican a la inversión y no a ocupar las tribunas académicas que tanto gustan a los “gurús” de guardia. Yo le digo a todos esos críticos que harían bien en ser un poco más humildes y en reconocer que muchas de sus objeciones nacen en realidad de la envidia y de la impotencia.
Con esta crisis hemos visto quién está desnudo cuando baja la marea, y resulta que muchos de los que se decían expertos han resultado ser un fraude.
¿Y qué me dices del papel de la prensa económica?
En general creo que los medios especializados han mantenido una trayectoria constante durante esta crisis. El verdadero problema lo tenemos en los espacios de información generalista, ya que muchos de estos foros han decidido explicar esta crisis de una forma pueril y simplista.
Lo que sufrimos es una crisis creada por las deformaciones del mercado, deformaciones todas introducidas por los políticos. Con esto no quiero decir que en una economía capitalista no haya ciclos, por supuesto que los hay y es bueno que los haya, pero esta crisis no se trata en absoluto de un proceso de ajuste, sino que estamos ante un colapso alentado por malas decisiones políticas en materia monetaria, financiera, regulatoria y fiscal.
Sin embargo, no pocos medios generalistas han obviado las raíces de esta crisis simplemente han comprado de forma acrítica el nefasto argumento que se basa en echarle la culpa de todo al mercado. Esa actitud revela conformismo intelectual, dejadez profesional, complacencia intelectual y servilismo ante el poder político.
Para mí sería muy fácil decirle día sí y día también a mis lectores que el único problema que tenemos son los malvados especuladores, pero el problema es que estos chivos expiatorios son en realidad los espantapájaros con los que se pretende justificar cada desatino político. Por eso es importante que se publiquen libros como “Sin Medias Tintas”, porque tiene que quedar constancia de que no todos nos arrodillamos y no todos compramos las excusas baratas de quienes nos han condenado a esta crisis y además nos retrasan la recuperación.
Representas un mensaje que empieza a tener cabida entre muchos sectores de la población, pero hay una mayoría de españoles que desconfía de las políticas del “laissez faire”. ¿Qué estamos haciendo mal los liberales?
De entrada, quiero decir lo que estamos haciendo bien: estamos ganando espacios en los medios de comunicación, estamos explicando esta crisis desde antes incluso de que estallase, estamos ofreciendo alternativas realistas y pragmáticas… Dicho esto, ¿qué podemos hacer mejor?
En primer lugar, tenemos que adaptar nuestras explicaciones al gran público. Me enorgullece que “Sin Medias Tintas” esté teniendo una gran acogida entre lectores que no necesariamente se acercan a este tipo de obras. He ahí la importancia de la divulgación: hay que defender nuestras ideas de forma atractiva, accesible, comprensible y sencilla.
En segundo lugar, creo que tenemos una asignatura pendiente en ciertos campos de la influencia. Nuestro discurso tiene aceptación intelectual en esferas de relevancia, pero no conseguimos que esos grupos pasen a la acción. El liberalismo no puede quedarse en una aspiración.
En tercer lugar, me parece que corremos el riesgo de pensar que nuestro público ya ha llegado a máximos, cuando la realidad otra muy distinta. Nos queda mucho trabajo por hacer. ¿Cómo lo hacemos? En esencia, mirando nuestro empeño “desde afuera” y siendo así más consientes de nuestros puntos fuertes y nuestros puntos débiles.
Por último, no podemos abrir cien mil debates, debemos escoger áreas prioritarias y también coordinar mínimamente los grandes mensajes que aplicamos a cada una de ellas.
¿Temes que salgamos adelante sin solucionar muchas de las carencias que sigue teniendo nuestra economía?
La verdad es que esta crisis ha sido una auténtica bofetada para quienes acostumbran a decir que nuestras empresas y nuestros trabajadores son poco competitivos. Si algo estamos aprendiendo es que tenemos un sector privado muy resistente, con una enorme capacidad de sacrificio, capaz de salir adelante incluso en medio de un hostigamiento fiscal sin precedentes.
Esto nos da razones para pensar que España puede estar recuperando la senda del crecimiento, incluso a pesar del todos los obstáculos y de todas las deformaciones que el poder político ha impuesto en el mercado. Sin embargo, me parece muy triste pensar que la única forma de salir adelante es una recuperación renqueante, agonizante… ¡Es de una mentalidad masoquista¡
Si de verdad queremos recuperar la senda del bienestar, entonces tenemos que deshacernos de una vez por todas de toda las cargas que han creado las administraciones en el día a día de empresas y trabajadores. Es triste, pero me temo que estamos exprimiendo al sector productivo para mantener el despilfarro, el populismo y el clientelismo.
La creación de riqueza es la clave para la prosperidad. En España llevamos años escuchando a charlatanes que solamente se preocupan por confiscar y repartir según su capricho. Es hora de ponerle freno a esa mentalidad tercermundista, extractiva y elitista. Necesitamos es poner en valor el dinamismo de la economía de mercado, su poder transformador, su capacidad para alimentar nuestro progreso. Y de todo eso hablamos en profundidad en “Sin Medias Tintas”.