Bien, es innegable que la temperatura media del planeta ha ascendido en los últimos cien años. No quiero entrar a discutir si los datos de que disponemos son buenos, malos o lo mejores. Son lo que hay. De Wood for Trees obtenemos esta gráfica basada en los datos HADCRUT4:
Por redondear, vamos a decir que la temperatura media del planeta ha subido 1,3 °C en ese período de tiempo.
También es innegable que la cantidad de CO2 en la atmósfera es mayor hoy que hace cien años. Recurrimos a la misma fuente para obtener la gráfica de los datos medidos en Mauna Loa:
Redondeamos también, con generosidad, y decimos que hoy hay 110 partes por millón más de CO2 que hace 58 años (no tenemos datos fiables anteriores y no quiero usar proxys o cosas similares)
Las cuestiones que se plantean son fundamentales:
- ¿Podemos afirmar que un aumento de la temperatura media terrestre afecta negativamente a la salud de las personas? Si no es “medible” a nivel global, ¿podemos afirmarlo analizando región por región?
- ¿Podemos afirmar que el aumento de la cantidad de CO2 en la atmósfera afecta negativamente a la salud de las personas? ¿Directa o indirectamente?
El grupo de trabajo del Nongovernamental International Panel on Climate Change se ha puesto manos a la obra y ha intentado dar respuesta a estas preguntas mediante un completísimo informe (el capítulo 7 de su CCR4) publicado el pasado martes 1 de abril de 2014 . Las conclusiones, resumidas, son éstas:
- Temperaturas más cálidas conducen a una disminución neta de la mortalidad relacionada con la temperatura, incluyendo muertes asociadas a enfermedades cardiovasculares, respiratorias y cerebrovasculares. Trabajos de investigación epidemiológica de todo el mundo confirman esta afirmación.
- Las muertes relacionadas con el frío son mucho más numerosos que las muertes relacionadas con el calor en los Estados Unidos, Europa y casi todos los países fuera de los trópicos. Los fallecimientos por trombosis coronaria y cerebral suponen cerca de la mitad de toda la mortalidad relacionada con el frío.
- El calentamiento global está reduciendo la incidencia de enfermedades cardiovasculares relacionados con las bajas temperaturas y el clima invernal en un grado mucho mayor de lo que aumenta la incidencia de enfermedades cardiovasculares y enfermedades asociadas con las altas temperaturas durante olas de calor en verano.
- Los impactos adversos sobre la salud de las bajas temperaturas, especialmente con respecto a las vías respiratorias, son más importantes que los de las altas temperaturas en muchas partes del mundo, entre ellos España, Canadá, Shanghai y Taiwán. En la isla subtropical de Taiwán, por ejemplo, los investigadores encontraron que los niveles bajos de temperaturas mínimas fueron el factor de riesgo más importante asociado a las visitas ambulatorias por enfermedades respiratorias.
- Un vasto conjunto de trabajos de investigación contradice robustamente la afirmación de que la malaria se extenderá e intensificará por todo el mundo como resultado del calentamiento inducido por emisiones de CO2.
- Mientras que los factores climáticos locales determinan en gran medida la distribución geográfica de las garrapatas, la temperatura y el cambio climático no se encuentran entre los factores significativos que determinan la incidencia de las enfermedades transmitidas por eso insectos.
- El actual aumento en el contenido de CO2 del aire no sólo lleva al aumento de la productividad de los cultivos alimentarios, también conlleva un aumento significativo de la cantidad y potencia de las muchas substancias vitales y farmacoactivas que se encuentran en los tejidos vegetales.
Comprenderán que estas afirmaciones sólo tienen validez si vienen acompañadas de la oportuna revisión de miles de publicaciones científicas que las corroboran. Para encontrar esas publicaciones les recomiendo que lean el informe completo: Climate Change and human health, que es parte de uno más amplio sobre otros temas, también de lectura imprescindible: Climate change reconsidered II: Biological Impacts
Aunque no sea del tema exactamente… ¡impresionante lo de la “muerte negra”! Si era un virus mutado en aquella época y la mortalidad era la que cuentan en los escritos… cualquier día podría repetirse y desaparecer buena parte de la humanidad en escaso tiempo… si la velocidad de avance era de varios kilómetros al día en el S.XIV, actualmente podría estar distribuida en todo el mundo en días….
La vida es riesgo, estimado Dédalo. Y estamos tan lejos de conocerlos todos!!