Un año más se celebra por aquí por el sur el día de Andalucía. Habrán podido notar que una de las características folclóricas de nuestro estado federal que no admite serlo, es que cada territorio se apresuró a tener sus propias fiestas, emulando a las nacionales. A la gente se llega a través del jolgorio tanto como del sentimentalismo o las subvenciones.
Es de suponer (y de agradecer) que este artículo se leerá también por personas que vivan fuera de Andalucía (es lo bueno de internet, que hace aún más ridículos de lo que ya eran los afanes políticos localistas). Es por eso que me gustaría explicar qué es lo que celebramos realmente los andaluces el 28 de febrero. Pero antes supongo que habría que aclarar algunos detalles sin los que no se podría comprender el día a día del sur de España.
En primer lugar, el andaluz medio no es muy diferente del español medio o en general de otros habitantes del mundo occidental. Tópicos aparte, tomado individualmente, cada andaluz es tan diferente de sus vecinos como puedan serlo los noruegos o los taiwaneses, cada uno con sus propias ideas y sus intereses. Es curioso cómo entonces, los hechos políticos no siguen una lógica similar a la del resto de regiones cercanas.
Desde su constitución como comunidad autónoma, Andalucía ha sido siempre gobernada por el mismo partido. En ocasiones en compañía de algún cooperador necesario, pero el poder siempre ha estado en las mismas manos, lo que puede dar luz de la inclinación política de una parte importante de la población. O no.
La consecuencia de la falta de cambio en el poder ha sido una confusión entre partido, instituciones y sociedad civil, aún mayor de la que se da en el conjunto de nuestra corporativa España. Además, ha puesto en manos de los gobernantes autonómicos una serie de armas y herramientas con las que mantener un sistema que se realimenta y del que se hace muy difícil salir.
A grandes rasgos, el gobierno andaluz se preocupó desde el primer momento de bombardear a su población con una enorme carga emotiva y sentimental. Basta escuchar algún discurso de cualquier autoridad andaluza, para darse cuenta de que la consigna es y ha sido siempre llegar a los corazones de la gente. Atacar ahí donde no se puede contrarrestar con cifras ni razones. La estrategia se basa en unos puntos muy simples:
1.- Nacionalismo:
Para empezar, se asumió íntegramente el más puro y descarnado discurso nacionalista. Y el hecho de que su fin no fuera la independencia consiguió enmascararlo de amable y simpático, y desactivó cualquier discurso contrario, tachándolo de simple odio a la propia tierra. El dogma consiste en que en el País Vasco, por ejemplo, un no nacionalista se está defendido de quien quiere romper España, pero como en Andalucía no existe ese riesgo, un no nacionalista es un tipo malvado que desea la vuelta de Franco (el habitual Coco para dar miedo político).
La interpretación poética y novelesca de la Historia fue el primer paso. Así, los andaluces provenimos de los civilizados reyes de Tartessos, herederos de los atlantes. ¿Qué digo herederos? La Atlántida estaba en Huelva, así que fuimos quienes inspiramos a Platón y por ende, a toda la civilización occidental. Luego llegaron los romanos, que se limitaron a hacer algunas carreteras y tal, porque los importantes fueron los musulmanes. Durante la Edad Media, cuando en el norte la gente no se lavaba (nunca entenderé la obsesión de los historiadores andalucistas por la falta de higiene al norte de Despeñaperros) aquí todo el mundo era un poeta, vestía de seda y se pasaba el día regodeándose con el sonido de las fuentes de los palacios califales. Por supuesto, los gobernantes eran justos y sabios, y había una convivencia chachi piruli entre todas las culturas, porque a pesar de ser musulmanes, en el fondo eran laicos, progresistas, feministas y socialistas. Después sí, tuvimos artistas, el renacimiento, el barroco y todo eso, pero desde que llegaron los castellanos, todo fue opresión y pobreza; nos impusieron señoritos que se quedaron con la riqueza y al pueblo lo condenaron a la servidumbre, la pobreza y la eterna ansia de revolución emancipadora.
La cosa iba a mejorar con la Segunda República, dechado de estabilidad, modelo perfecto de todo lo bueno y bello que hay en el mundo, pero fue arrasada por las hordas fascistas, que volvieron a hundir en la oscuridad a los andaluces. Así, sin motivo, por el gusto de hacerlo. Y en esas estábamos hasta ayer mismo por la tarde, cuando el gobierno andaluz tomó las riendas y se propuso empezar a mejorar las cosas. Y si no somos ya la región de Europa más rica (parece ser que lo somos en eso que no se mide en cifras, pero que realmente es lo que importa en la vida, sea lo que sea) es por culpa de Franco, de los catalanes y de Aznar. Por ese orden.
Bueno, pues ya tenemos el ABC del nacionalismo: Un pasado glorioso, un pueblo superior a sus vecinos y un malvado opresor a quien echarle la culpa de todos los males.
2.- El idioma propio:
Falta la lengua, claro. Dado que lo de la Historia está muy bien, pero no hay quien se trague las ideas racistas del Padre de la Patria Andaluza, como en el resto de nacionalismos españoles, la única baza tangible para basar una diferencia es acudir al idioma.
Hay incluso algún flipado que exige la instauración del árabe como lengua oficial, quizás porque lo hablan él y algún cuñado suyo, pero no hace falta ir tan lejos. Desde el principio se intentó demostrar que el andaluz era algo más que un mero acento del castellano, o incluso un dialecto.
Se encontraron con un problema, claro: El andaluz no existe. O al menos no existía. Lo que sí existen son distintos dialectos y acentos, más o menos parecidos entre sí, que globalmente se han clasificado dentro de la denominación de Andaluz. En el seno de una misma provincia, por poner sólo un ejemplo, la forma de hablar y pronunciar de la gente de la ciudad de Sevilla es muy diferente de la de los habitantes del Aljarafe, es decir, la zona contigua a la capital. Así que se pueden imaginar qué ocurre con el habla cordobesa o de Almería.
La solución fue echar mano de las dos grandes herramientas propagandísticas del régimen: la televisión pública y los prestigiosos profesores universitarios subvencionados.
Desde las producciones de Canal Sur y sus filiales se trata de imponer una especie de andaluz batua, un idioma artificial y forzado que se hace hasta desagradable de escuchar. Queda muy ridículo oír las voces dobladas de actores andaluces, que como hablan como siempre lo han hecho, han tenido que modificar su propio acento en estudios; por no hablar de los dibujos animados donde bandoleros bondadosos y feministas se enfrentan a malvados soldados con acento de Valladolid.
Pero es el mundo académico, como no podía ser menos, el que nos da las mayores alegrías, o al menos las mayores risas. Como no podía ser de otro modo, y tras absorber suficiente dinero público para los sesudos y pormenorizados estudios, ya hay eminentes científicos sociales que afirman que el andaluz (ojo: “el” andaluz) es un idioma diferente del castellano.
¿En qué se basan estos sabios? Pues al parecer se han dedicado a estudiar la forma de hablar de diversos grupos sociales (especialmente los más marginales y con menor cultura), y resulta que lo que al resto nos parecen errores léxicos y gramaticales producto de una deficiente educación, para los expertos es sin duda un idioma diferenciado. Por supuesto, el hecho de que en cualquier otra parte de España, grupos con similar acceso a la cultura tengan las mismas características en su habla, no significa nada. En Madrid o Galicia, eso es no saber hacer la O con un canuto, pero en Andalucía es prueba inequívoca de un idioma propio.
Por supuesto, el siguiente paso es hacer informes para solicitar que oficialmente, el andaluz (repito: “el” andaluz) se escriba fonéticamente, porque eso ya es la prueba definitiva de la diferencia. Y por supuesto, cuantas más “K” le pongan, mejor, que queda muy transgresor y moderno. Todo el mundo sabe lo fachas que son la “Q” y la “C”.
3.- El socialismo:
No creo que este aspecto necesite mucha explicación. El partido del gobierno dice ser socialista, y desde luego lo es. Y esto se deja ver claro en dos aspectos uno práctico y otro propagandístico.
Desde el punto de vista práctico, el gobierno andaluz difícilmente podría ser más intervencionista tanto en la economía como en la vida de la gente. Al fin y al cabo, pertenecer a España y a la Unión Europea les impone ciertos límites. Eso nos salva a los andaluces de estar ahora mismo en la misma tesitura que Venezuela.
Y desde el propagandístico, no se puede entender la situación andaluza sin ser consciente del enorme control ejercido sobre los medios de comunicación, la educación y la sociedad civil.
Desde esos tres pilares, el discurso hegemónico repite machaconamente que sólo se puede ser rico si se le quita el dinero a los pobres, y que en consecuencia, la única forma justa de mejorar las cosas es arebatándole sus bienes a los malvados para repartirlo entre los trabajadores.
Se educa a los jóvenes en que las empresas son malas, y que los empresarios siempre explotan a los trabajadores. Frente a ello, y como tampoco son idiotas del todo y saben que necesitan alguna empresa que genere algo de riqueza que esquilmar, contraponen la figura del emprendedor, tipo joven, activo, comprometido con causas nobles y justas, que además da trabajo de forma mágica a sus iguales, sin esperar beneficio alguno. Es decir, empresario=malo, emprendedor=bueno.
El discurso continúa incidiendo sobre políticas que, si bien pueden resultar inútiles, sí son muy vistosas. Por ejemplo, regalar a cada niño un ordenador portátil y una mochila para guardarlo no ha mejorado mucho los resultados educativos de una región que se encuentra, a esos efectos, a la cola del mundo civilizado (e incluso del no civilizado). Y sin embargo sí que es una medida que le ha encantado a muchos de los que han recibido el regalo. Una muestra de lo que hace el gobierno por ellos. Si se han parado a pensar de dónde salió el dinero, las consecuencias de ello, o si hubiera sido más eficiente gastarlo en otra cosa, no les pudo durar mucho la duda, porque enseguida aparece el informativo de Canal Sur para explicarles lo mucho que se hace por los andaluces y lo mal que se vive al norte de Sierra Morena.
4.- El totalitarismo del buen rollito:
¿Quiere usted organizar una asociación de vecinos? No se preocupe, aquí tenemos una subvención para usted. ¿Su asociación profesional? Hay que apoyarla financieramente y además su decano saldrá en las fotos con el presidente de la Junta. ¿Las fiestas del pueblo? Por supuesto, las vamos a declarar bien de interés cultural y le vamos a dar una ayuda económica. ¿Cantes populares? Tenemos un magnífico auditorio que le cederemos gratis. Y además saldrá en directo por Canal Sur…
Perfecto, ¿no? ¿O es que nadie ve el problema?
Sé que me arriesgo a ser linchado por la calle por lo que voy a decir, pero ¿alguien se acuerda de qué eran los carnavales? La gente de la calle disfrazada y diciendo aquello que no se atrevían a decir a diario.
¿Alguien se ha fijado en qué son ahora, cuando la libertad de expresión sí es un derecho reconocido? Un concurso pintoresco emitido en directo por Canal Sur, donde entre inocentes pullitas, se suceden canciones siempre dentro de la más anodina corrección política: Que si los bancos son muy malos, que si hay que ver con los políticos, que mira la corrupción (así en abstracto, o como mucho fijándose allende las fronteras autonómicas), que si el paro y los explotadores que despiden a los trabajadores…
Nadie te impide criticar al régimen, claro. Otra cosa es que vuelvas a salir por televisión, o tengas acceso al dinero ese que aparece de la nada y que la Junta regala tan bondadosamente. La gente tiene cuidado y ya está. Para qué vamos a quedar mal si se puede hablar de otras cosas.
5.- Una leal clientela:
Aunque pueda parecer increíble, en Andalucía aún queda alguna empresa. Principalmente son pequeñas y familiares, autónomos y sobre todo, mucha economía sumergida (el auténtico salvavidas económico de la región).
Y después, hay una inmensa cantidad de ciudadanos que viven de forma directa o indirecta del dinero que la Junta reparte discrecionalmente. Existen grandes empresas en Andalucía, claro. La mayoría con la administración autonómica como su único o principal cliente, por no hablar de las empresas que se crean exclusivamente para gestionar servicios y potestades públicas, y así poder saltarse los controles que impone el Derecho Administrativo.
¿Los medios de comunicación? La mayoría no sobreviviría sin el oxígeno de la publicidad institucional o las ayudas directas. ¿Las medianas y pequeñas empresas? Subvenciones aparte, sus principales clientes suelen ser empresas pertenecientes a la Administración o que trabajan para ella.
¿Y qué decir de toda la gente que trabaja directamente para la Administración pero no son funcionarios? Su sueldo depende exclusivamente de que una autoridad decida mantener ese puesto de trabajo.
El resultado es que para una gran cantidad de andaluces, su subsistencia pende de un hilo: exclusivamente de una
decisión política. Cualquier cambio da mucho miedo en una zona con una tasa de paro comparable sólo a la producida por una guerra mundial. Así que la gente se vuelve muy conservadora en lo que a la política se refiere. Entiéndaseme: quieren conservar lo que ha vivido siempre, lo que siempre han conocido y lo que les ha dado de comer.
6.- La falta de alternativa:
Y siguiendo el hilo, si la gran masa de votantes piensa que un cambio en la situación los puede hundir, no hay ningún partido político que proponga dicho cambio.
En realidad, en Andalucía, todas las fuerzas políticas comparten el mismo programa del gobierno, aunque para diferenciarse, lo explican con otras palabras y se visten de forma diferente. Así, los de IU se ponen pañoelos palestinos y van en camiseta, mientras que los del PP usan traje y corbata, y se dejan patillas. Por su parte, en el PSOE usan chaquetas de sport, y la corbata es opcional.
El discurso de IU es un intento de calco de lo que ellos imaginan que se decía en los años 30, plagado de topicazos sobre señoritos y lucha de clases, mientras que el del PP se basa en decir que ellos gestionan muy bien. El PSOE lo tiene más fácil, claro: con decir que unos son franquistas y otros unos bienintencionados descerebrados les vale. Y luego a recordar que sin ellos, el caos.
Me dejo a los andalucistas, una fuerza (o fuerzas, porque siempre están escindiéndose y aliandose de nuevo) que si bien tuvo cierta influencia en algún momento concreto, no deja de ser vista como una especie de mezcla entre el PP y el PSOE (socialismo, nacionalismo y gestión). Por ello, la gente prefiere los originales.
La Fiesta:
De modo que, tras la explicación, paso a contar lo que me proponía desde un principio. Qué celebramos en Andalucía cada 28 de febrero. Pues depende de cada uno.
Un número sorprendentemente alto de ciudadanos, celebra que gracias a la autonomía ha podido montar un tinglado del que vivir del cuento mucho mejor de lo que podrían haber hecho trabajando.
Para el resto, la inmensa mayoría, obviamente no se ponen a celebrar vivir en un territorio con uno de los porcentajes de paro mayores del mundo, ni donde el nivel educativo está al nivel de estados fallidos del tercer mundo, ni sufrir un grado de corrupción que, en cuya comparación, la mafia siciliana no son más que choricetes de poca monta.
No, lo que la mayoría de la gente hace es aprovechar que el día es festivo y disfrutarlo. Sin más. Y tampoco es que me parezca mal.
Gran artículo. Creo que desgraciadamente todos nos hemos sentido identificados con nuestras propias CCAA.
Sin embargo, quiero hacer un apunte. Desde el punto de vista filológico, SÍ que podría existir un «idioma andaluz».
Me explico. Crear un idioma es sencillísimo. Sólo tenemos que ponernos de acuerdo Ud. y yo, creamos una gramática de nuestro «andaluz» y aplicarla. Y cada vez que alguien nos pregunte, le decimos que hablamos en «andaluz». ¿Cuál es el problema para que esto no ocurra ahora? Pues que la realidad es tozuda, y si le pregunto a cualquier andaluz me va a decir que habla en español.
Pero ojo, ése es el germen de todas las lenguas. Hace 200 años nos hubiésemos reído si alguien nos dice que el danés y el noruego son dos lenguas distintas. Y nos hubiese parecido imposible crear una gramática noruega cuando hay variantes dialectales en cada ciudad. Pero vaya, ahora nadie niega que son idiomas distintos. Sólo es cuestión de voluntad.
Digo esto para hacer la siguiente reflexión. Ojo, que si ahora estamos mal y no lo paramos, en 30 años igual estamos peor. Y aunque ahora nos parecen ridículas las gramáticas andaluzas, quizá de lo que hablemos en un futuro es de una generación de niños criados en el independentismo andaluz.
Sí, existe una larga tradición del uso de las ciencias sociales con intereses políticos. Si se empeñan pueden declarar que cualquier persona tiene su idioma propio y diferente del vecino. Ya puestos…
A los niños andaluces sí que se les educa en un programa nacionalista, pero dudo que arraigue el independentismo. El núcleo esencial del mensaje de la doctrina es que sólo el PSOE es el auténtico depositario de las esencias de la nación andaluza. Es nacionalismo más socialismo cateto (si es que hay otro).
Enhorabuena por el artículo. Has sabido expresar con claridad la realidad que vivimos aquí en Andalucía.
En mi opinión, aunque otras regiones también tienen lo suyo, el nivel de intervencionismo, propaganda y clientelismo es muy superior a cualquier otra parte de España. Como ejemplo, ayer me topé con esto:
http://www.juntadeandalucia.es/boja/2014/37/BOJA14-037-00007-2762-01_00042503.pdf
«Fortalecimiento de la gobernabilidad democrática en el distrito de Erati»… Es lo que pasa cuando se hace beneficencia con dinero de otros. Y eso cuando en Andalucía no dan biberones a los recién nacidos porque no hay dinero para leche. Pues sí.
«Andalucía no dan biberones a los recién nacidos porque no hay dinero para leche» pero sí hay dinero para, en Andalucía:
«PROMOCIÓN DEL ROL DE LA SOCIEDAD ANDALUZA EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA PAZ EN ORIENTE MEDIO, FASE II» Es decir que ha habido una fase I y además Andalucía debe tener un rol muy importante en la Paz de Oriente Medio (aunque dudo que muchos sepan ni dónde anda en el Mapa)
«POR UNA CIUDADANÍA GLOBAL: ANDALUCÍA SOLIDARIA» Toma ya una subvención a un título general…
«3,2,1.. REINICIÁNDONOS: APRENDIENDO A DESAPRENDER. DESPRENDIÉNDONOS» jajajaja Osea desaprendiendo… cada día deben saber menos… y desprendiéndose… pero no dejan la subvención, esa sí se la prenden bien.
Esta página del BOJA no tiene desperdicio…
Creo que yo debí haber escrito este artículo. Me das envidia, Velarde…
Personalmente, en toda la civilización occidental, he sido incapaz de encontrar NINGUNA región con una tasa de paro inferior a la nuestra. A lo mejor en poblaciones específicas (jóvenes, mujeres), o en barrios concretos. Pero así, todos juntos, ninguna otra región nos supera en corrupción.
Gracias. Honor que usted me hace, caballero 🙂
La verdad es que no tengo mucho mérito. Basta con echar un vistazo alrededor para darse cuenta de lo que pasa.
Y lo de la tasa de paro en Andalucía es catastrófico. Cualquier gobierno del mundo en esta tesitura, tendría como su principal tarea (si no la única) poner solución a este problema. Y no hablo sólo del autonómico. Sin embargo, ya ves. A discutir del sexo de los ángeles. Y la gente a entrar al trapo, lo que me cabrea más aún.
Se puede denunciar más alto, difícilmente mejor. Verdades que son extensibles a todas y cada una de las comunidades autónomas. Allí donde gobierna el socialismo y crece el nacionalismo, allí se va instalando el nazionalsocialismo… con su pobreza moral, intelectual y material que ambas ideologías van persuasivamente imponiendo a sus ciudadanos (perdón, súbditos).
Fernando Nogales
Gracias.
El caso es que el estatismo, el intervencionismo, adopte la cara que adopte, suele traer siempre consecuencias poco agradables. En este caso es cierto que se juntan de dos tipos: el nacionalismo y el socialismo, y aunque lo hacen por mera estraegia de márketing, se ha llegado a un punto en que uno no puede sobrevivir sin el otro.
Aunque en cualquier caso, esa mezcla nunca ha traído nada bueno.
Comparto al 100%. Como me gustaría poder hablar alguna vez en mi tierra de lo patética y lamentable que es la situación sin ver que la gente, aunque asiente contigo, siempre acaban las frases con un «pero… les voy a seguir votando, o al menos no son como tal o etc»
Es que al final, la culpa de la situación de un lugar la tienen sus ciudadanos. Echarle la culpa a los políticos está bien, pero están ahí porque la gente los apoya, claro. Todos los andaluces tenemos nuestra parte de responsabilidad en cómo nos va. En mayor o menor medida, pero eso no voy a ser yo quien lo juzgue.
La situación de Andalucía mejoraría de forma significativa sólo con que la gente no le pasara a ningún cargo público una sola mentira, o un sólo gesto de prepotencia. Puede parecer poco, pero las cosas darían un vuelco importante.
Aquí en Canarias tres cuartos de lo mismo: lo cual me reafirma en idea de que lo que hay que hacer con las CCAA es sencillamente suprimirlas, que es justo lo que defiende Vox.
Ya supongo que el problema es generalizado en toda España. Sin embargo, no creo que la solución sea suprimir directamente las autonomías. La competencia entre territorios (fiscal, normativa…), en determinadas circunstancias, puede ser muy positiva.
Suprimiendo las autonomías tendrías el mismo problema, pero adaptado a la administración periférica de un estado centralizado. El tratamiento del asunto necesita unos cambios bastante más profundos, uno de los cuales creo que sería que cada Administración (autonomía, municipio…) recaudase su presupuesto con sus propios impuestos, para que la gente supiera de dónde sale la pasta que financia las políticas que tanto se publicitan. Un tema interesante. Quizás daría para otro artículo.
Creo que se dan las conjunciones de dos fenomenos explosivos:.
1) Sistema electoral. Saben porque en Francia no hay apenas nacionalistas? Porque en Francia una variacion de un 1% son 50 disputados menos. Y ceder a las pretenciones nacionlistas para ganar un diputado en el Rosellon, provoca esa variacion del 1%. Asi que los nacionalistas no tiene dinero ni influencia y en particular no tiene dinero para embajaditas, ni acceso a los medios para manipular a la opinoon publica.
2) Porque las concesiones a los perifericos han sido rentablmes (cf arriba) de lo cual los politicos autonomicos han tomadop buena nota y estan llegando a crear nacionalismos donde no los habia para asi poder obtener mas dinero.
Anyadmos una buena dosis de pasotismo que hace que sea muy guay votar o ser del club (eso por va por los charnegos y mestarops que son del Barsa) que te escupen en la cara y llaman ladron a tu padre y tenemos los ingredientes para un nacionalismo desbocado que es ademas extraordinaraimente inflacionsiota en cuanto al sector publico y a la corrupcioopn.
Tal y como yo lo entiendo, el problema de las CCAA (y del resto de AAPP) no es su mera existencia, sino que en la práctica, se han convertido en Reinos de Taifas independientes, entre los que no existe la más mínima jerarquía, en virtud de que cada uno de los entes administrativos asume sus competencias de manera absoluta.
Si miramos el funcionamiento de cualquier multinacional, que son entes equivalentes en complejidad a los Estados (y en casos aún más complejos) podemos encontrar tantos o más escalones administrativos descentralizados y autónomos que los que existen en las AAPP en España, pero con la diferencia crucial de que en las multinacionales, los escalones son jerárquicos, y si el escalón de más arriba toma una determinada decisión, los situados por debajo dicen amén y la aplican a rajatabla, les parezca bien , mal o regular. Es muy parecido a lo que ocurre en un ejército: autonomía de cada escalón jerárquico, pero solo a la hora de cumplir las ordenes recibidas o en caso de su ausencia, en ningún caso para incumplirlas Y esa organización produce que las multinacionales (o las empresas en general) y los ejércitos sean eficaces.
Por supuesto, el hecho de que las AAPP sean elegidas por las mayorías implica que existe un conflicto de intereses, entre obedecer a las jerarquías superiores o satisfacer al electorado, lo cual no ocurre ni en las empresas ni en los ejercitos, en los que como mucho solo la cúpula superior es elegida de manera democrática, pero las subordinadas lo son, al menos teoricamente, por sus méritos.
En resumen: desde mi punto de vista la ineficacia de las AAPP españolas es la inexistencia de jeranquía, que produce en la práctica, el Gobierno central sea incapaz de que en Cataluña se apliquen ni siquiera Leyes de carácter estatal, porque de hecho la Generalitat o Gobierno de Cataluña no depende jerarquicamente del Gobierno central y a su vez la Alcaldia de Badalona no depende jerárquicamente de la Generalitat, etc, etc.
Me temo que en las multinacionales se consigue que funcione la estructura descentralizada porque el cargo de esa estructura depende (su puesto) del superior… en las CCAA no es así, es independiente.
Ningún presidente del Gobierno Central puede destituir a un Presidente Autonómico.
Por eso hay que eliminar las autonomías como dice VOX… que no significa no descentralizar.
Si el único Parlamento que existe dioctara las leyes y hubiera unos Delegados del Gobierno por provincia obligados a cumplirlas y unos consejos que les apoyen, elegidos si quieren democráticamente, pero sin poder legislativo y con la posibilidad de ser inmediatamente disueltos si no cumplen las normas emanadas de la Nación, la cosa sería diferente. Ninguno se saltaría las leyes, ninguno se dedicaría a escidir España.
Pero todo parte por quitar estas Autonomías con poderes legislativos propios y sin obligaciones reales ante la Nación y el Gobierno Central.
Lo mas alucinante es que los descendientes de Mozarabes y de esclavos liberados le hayan puesto estatuas a Almanzor. Mas o menos como si le hubiesen puesto estatuas a Hitler an Tel-Aviv
Es que la idealización de un pasado glorioso es muy atractiva. Da igual lo que ocurriera de verdad; lo que importa es lo que debió suceder, y por supuesto, glorificar un cuento de hadas que eleva la moral y legitima (supuestamente) vete a saber qué.
Aquí, en Castilla León pasa algo parecido. http://miscelaneapasarratos.blogspot.com.es/2012/04/eligieron-un-mal-dia.html
Estoy seguro que estas cosas pasan en muchos sitios, lo que no es un cunsuelo, precisamente. Pero en el artículo me limito a hablar de lo que conozco de forma directa y cotidiana.
Gracias por comentar.