Todavía resuenan en mi cabeza aquella afirmación de Zapatero, según la cual la mía era la generación mejor formada de la Historia. Como si hubiese sido ayer. Ahí estaba Zapatero, sonrisa y cejas de por medio, tratando de convencer a los Diputados de que mi generación realmente podíamos aportar algo a la sociedad porque se nos había dado la formación que ninguna otra generación en la historia de este país podría recibir.
Pocas declaraciones públicas han hecho tanto daño a los jóvenes como esa. Hoy te tomas el té de las 4 y resulta que el 40% de la generación mejor formada de la historia, trabaja en cosas inferiores a las que podrían hacer gracias a sus capacidades (los datos se remiten a una promoción concreta, pero no hay que ser un lumbreras para deducir qué habrá pasado con el resto). ¿Alguien le ha preguntado a Zapatero cómo es posible que una generación tan bien formada haya acabado así? Si no quiere acabar de mal humor al escuchar su retahíla de bobadas, buenas intenciones y victimismo infantil, mejor que no se moleste.
Tal vez no seamos capaces de encontrar un trabajo de lo nuestro en España, pero sí seríamos capaces de encontrar trabajo en el extranjero. Craso error: nuestra formación idiomática también es mediocre (no en el sentido de “medio”, sino de “mala”) en los dos idiomas más importantes en Europa: el inglés y el alemán. Es decir, que incluso emigrando tienes que pagar un peaje en forma de “adaptación” que puede tardar entre dos y tres años. Es decir, aquellos que hemos emigrado estamos en mayor proporción que el resto trabajando en cosas inferiores a las que somos capaces de hacer.
¿Razones? Todas las que queramos. Que si la legislación laboral impide que los jóvenes consoliden su formación a través de la experiencia, que si hay cientos de miles de empresas menos en comparación con cuando comenzó la crisis, que si estamos dispuestos a trabajar de cualquier cosa porque empezar con 300 euros a duras penas te da para pagarte la comida en casa de nuestros padres, que si la estructura de nuestra economía dificulta la inversión en I+D+i y no hay hueco para nosotros, que si las trabas a abrir un negocio y los impuestos rayan el absurdo…
Ahorrémonoslo. Cuando se forma a un licenciado (o a un graduado, ahora que tenemos grados y no licenciaturas), se forma a una persona para que sea capaz de llevar a la práctica una serie de conocimientos, sin importar la coyuntura económica por la que se atravesara. Lógicamente, en función del talento y la suerte de cada uno, ganaría más o menos, pero uno siempre podría hacer aquello para lo que hubiese formado. El dato objetivo es éste: Un 40% de las personas trabaja en un puesto inferior al que podría desempeñar. Esto es lo que valemos, lo que con todos nuestros estudios y nuestra experiencia somos capaces de crear. Un 40% menos.
Soy andaluz, pueden decirme lo que quieran. De acuerdo con los estándares políticos de mi Comunidad, tener una gran formación académica o una dilatada experiencia en el sector privado o en la Administración pública no es tan importante como llevar 10 años en el partido, dominar algo la retórica y tener un currúculo medio de mentira para que te asciendan. ¿Qué esperan de quienes deberían predicar con el ejemplo?
Los jóvenes éramos unos tontos útiles, necesarios para que se produjera un cambio político. Nos dijeron que éramos el futuro. Nos mintieron y dejaron que nos lo creyéramos. Siempre fue así. Y no parece que nos hayamos enterado.
[divider] PS: Si le ha gustado este artículo y el resto de contenidos en DEE, denos su voto. Nos presentamos a los premios 20Minutos.
Recuerde que debe identificarse como usuario de 20minutos.es para participar en la votación y que su voto sea válido.
Pero eso pasa como con la carrera (menuda carreraza) de magisterio. Todo joven que se tercie «estudia» magisterio, parece que ya tienen algo! Y, creanme, yo en el grado superior de Administración y Finanzas tenía más materia de estudio que en toda una carrera de magisterio!! Pero ves promociones de estudiantes de magisterio de centenares de ello y me pregunto: ¿hay para tantos profesores? Si de aquí a nada nos van a obligar a tener hijos por decreto para dar trabajo a tanto profesor!! Pero claro, cosa facilita, no nos complicamos la vida, al final de todo en el expediente nos refleja que tenemos una carrera, nuestros papis orgullosos de ello y luego vienen los disgustos: «Mi hijo/a con una carrera y trabajando en el Mercadona, o yéndose a Londres a servir café!!»
El sistema educativo español ha estado muy alejado de lo que el mercado laboral pedía. Ha estado alejado de la realidad productiva española. Se ha apostado por la cantidad de alumnos con titulo universitario y no por la calidad de los mismos. No todo el mundo puede ser universitario.
Al hilo del problema de la juventud española, viene al pelo este extracto de un artículo de Lacalle que adjunto en el enlace. No es tanto de formación deficiente (que también) sino de MENTALIDAD DEFICIENTE, que ha convertido a dos generaciones en pusilánimes esperando a Papá Estado como quien espera a Godot. Recuerdo que en mi pueblo, más de la mitad de los jóvenes (con sólo la primaria), ya montaron talleres, carpinterías y todo tipo de negocios y negocietes. Al resto les dieron trabajo. Se lo montaron solos y ni soñaban con ayuda alguna. Y menos del Estado.
http://blogs.elconfidencial.com/economia/lleno-de-energia/2014-02-15/recuperacion-y-reforma-fiscal_89729/
«Que en España hay un enorme desempleo no es una novedad, y que el empleo que se crea es temporal, como en Estados Unidos o los países de nuestro entorno, por otro lado. Hay que fomentar el autoempleo, que es el más bajo de la UE (3% de universitarios crea su propio negocio comparado con un 40% en Alemania), la creación de empresas en sectores de alto valor añadido y cambiar un sistema de subvenciones por uno de beneficios fiscales que no le cuesten al contribuyente los errores de sobre-remuneración de sectores improductivos.»
El problema de que los jóvenes no montan empresas no es nuevo. Además, me atrevería a decir que ellos son los menos indicados para hacerlo. ¿Por qué? Pues porque antes de que llegara la crisis y la moda de los emprendedores lo que se recomendaba era tener entre 30 y 40 años, y un montón de experiencia en un sector determinado. Ahora no, ahora lo ideal es hacerlo justo nada más acabar la carrera. Para eso se requiere de una formación teórica que se complete con una formación práctica real en una empresa. En Alemania todo licenciado sale con dos años de experiencia reales en la carrera que ha estudiado, yo salí con 90 horas. Esa es la diferencia.
Los tiempos cambian. Antes uno hacía la maleta, se iba a cualquier país, aprendía cuatro palabras y trabajaba de lo que sea para crecer rápidamente, cuando no enseñaba español a cambio de una pasta. Ahora, si uno no habla el idioma del país, o tiene una carrera top (médico, informático, ingeniero), o tiene una cobertura de 8.000 euros para aguantar 6 meses aprendiendo el idioma o acaba mendigando. Literalmente. No lo digo en broma.
En mi vida laboral, que ya alcanza los 25 añitos, nunca he montado una empresa propia, pero he colaborado en la formación de unas cuantas (proyectos, permisos,…) y puedo asegurar que, al menos en mi sector, las dificultades burocráticas de toda índole se han multiplicado exponencialmente en estos 25 años.
Vamos, que sí, que hay un problema de mentalidad, pero es que si queda alguien con mentalidad de emprender, los obstaculos que se le ponen recuerdan inevitablemente al agrimensor K.
Pues llegamos al meollo del asunto: lo que falla es el sistema. No son las personas, son sus circunstancias. No creo en mutaciones de una generación para otra. Lo que las personas pueden hacer (entre otras muchas cosas), son buenas o malas leyes, que poco a poco modifican sus circunstancias para bien o para mal. Hace casi cuarenta años (cuando empezaba), montar una empresa era casi prestar un servicio en un almacén cualquiera sin muchos más trámites. Hoy lo hemos empapelado todo de tal manera (por nuestra seguridad, dicen, pero seguramente más por el puesto de trabajo de los burócratas), que montar una empresa individual es muy complicado. Sin duda había un punto intermedio. Lo que me molesta de la gente es su pasividad. La mayoría de los jóvenes, por ejemplo (ya que el hilo va de ellos), aceptan un cómodo sistema educativo que les condena a lo que tienen. Vamos que en cuanto alguien habla de controles externos y selección por mérito, se te lanzan al cuello, pero luego se quejan de que «no les dan trabajo» (digno, se entiende, sea eso lo que sea). Pero tanto jóvenes como viejos seguimos votando a unos partidos que deberíamos haber mandado íntegramente al paro hace años. No entiendo esa actitud y ya desespero de entenderla, y desde luego, no puedo cambiarla. Y menos quejándome.
Los jóvenes aceptan el sistema educativo porque no tienen ni idea de cómo es la realidad. Si lo supieran, se horrorizarían, darían toda la caña posible a los profesores para que les formaran mejor, y echarían a los alumnos que se dedicaran a molestarles. Eso, dado que los jóvenes no lo harán, tenemos que hacerlo los adultos.
Mi generación ya está perdida. Para nosotros esto se ha convertido en un «sálvese quien pueda», y quien sea «niño de papá» lo tendrá muy crudo para integrarse en el sistema. Dicho lo cual, lo que tiene verdadero delito es que no seamos capaces de descubrir los errores cometidos y estudiemos la mejor forma de corregirlos. Esto no es quejarse, es hacer una evaluación seria de lo que hay, de lo bueno y de lo malo, y hacer una crítica constructiva (o destructiva) en consecuencia. Y esto no tiene nada que ver con la pasividad. Lo siguiente es ponerse manos a la obra para resolverlo.
Perdóname el tono por eso de la edad, que ya soy «sexigenario» (he decidido), pero me chirrían lo oídos cuando te oigo decir que tu generación está perdida, así que me lo retiras ahora mismo. La que está perdida y criando malvas es la de mis abuelos, y la mía de aquí a poco, pero me gustaría durar lo suficiente para ver en qué acaba todo esto, porque mi generación está a punto de ser la primera de España que no ha sufrido una guerra, y eso es bueno, y un récord, pero seguro que también atonta lo suyo (como decía mi mamá), así que no nos vendría mal una revolucióncita antes de «perdernos», tarea que os correspondería a vosotros, los jóvenes, si queréis procrear, malcriar hijos, realizaros, pagar hipotecas y todo eso.
Y no infantilices más a los jóvenes (te han condicionado): A los 14 años (muchos antes) ya saben que les estafan en clase (por eso se aburren, la desprecian y faltan a sus profesores, con la excepción de los que les dan caña), pero LES GUSTA porque es fácil. Ya no hablemos de los universitarios. Eso sí, la culpa de los adultos es imperdonable porque es lo que les hemos enseñado Y CONSENTIDO (a mi me decían lo contrario: si no sabes qué hacer, elije lo más difícil). El por qué lo hemos hecho así me lleva a conclusiones tan horribles que prefiero pensar que me equivoco.
JJI: Qué más quisiera yo que quedar como un imbécil, vago y parásito para darle la razón. Porque si fuera sólo eso bastaría con mover el culo. Y no es así.
Me explico: Si yo hablo con mis compañeros de carrera, y ya le avanzo que yo fui un estudiante mediocre (razones que no vienen al caso) pero mi círculo más íntimo son todos doctores que han dado clases en la Universidad o podrían hacerlo, todos me dicen que hay una diferencia enorme entre lo que se estudia en la carrera y la realidad empresarial. Por desgracia, esta situación es extensible a la inmensa mayoría de los recién licenciados y de otra gente que, como no encontraba nada de lo suyo, optó por trabajar de cualquier cosa para salir adelante.
Tener unos malos profesores, unas malas clases o incluso no haber ejercido nunca es algo relativamente recuperable: Basta con volver a coger los libros y empollar el mismo temario con el que se aprobó, y, si se quiere, ampliado con otros libros.
El problema es el siguiente: Tenemos de media un 25% de paro, con una tasa de paro juvenil superior al 57% (insisto, de media, puede mirar los datos de Andalucía y reflexionar sobre el 36% de paro). Tener una generación perdida es tener una tasa de paro superior al 10%, al menos en Europa o en Estados Unidos (en Japón se considera por encima del 5%). ¿Cuánto tiempo cree que vamos a tardar en tener una tasa de paro que baje del 10%? ¿10 años? ¿Tal vez 15? Le pongo un ejemplo de recuperación de paro similar: Alemania en 2006 tenía una tasa de paro en algunos Estados (concretamente, en los que componían la antigua República Democrática Alemana) superior al 20%. Fue Gerhard Schroeder (del SPD) quien hizo una serie de reformas enormes en el sistema educativo y laboral. Pasó el tiempo y el año pasado se logró el hito de que Sajonia, la más avanzada de estas regiones, llegó a bajar del 10% de paro (ha vuelto a subir, pero la tendencia es positiva). Berlín sigue en el 12%.
Si algo tienen los políticos alemanes es que cuando la cosa se pone realmente seria son capaces de analizar los problemas desde una óptica basada en la racionalidad, pactar con quien haga falta y dejarse de chorradas para crear las leyes necesarias para mejorar. ¿Cuánto tiempo cree que necesita España para estabilizar la deuda pública (que no el déficit) y emprender las reformas jurídicas necesarias para que montar un negocio y dirigirlo no sea una pesadilla burocrática infernal?
Una vez hecho esto, el país se empieza a recuperar de verdad. Alemania va a necesitar 10 años partiendo de una tasa de paro inferior a la nuestra y con toda la República Federal Alemana funcionando a pleno rendimiento como respaldo. Pregunta: Si esto es lo que hay que hacer, y reducimos a una media de un punto por año (seguimos el ejemplo alemán), ¿cuánto tiempo cree que tardará España en tener un 10% de paro? ¿Quince años?
Pues bien: Mi generación (tengo 32 años) no tiene 15 años de su vida para reconstruir este desastre. ¿Qué cree que estamos haciendo todos los que no tenemos las suficientes ataduras? Irnos de España y trabajar de «lo que sea» mientras aprendemos el idioma, y una vez lo hayamos aprendido, intentemos trabajar «de lo nuestro». Y figúrese si estamos moviendo el culo que gracias a la inmigración se está reduciendo la tasa de paro.
Así, mi generación se dividirá en dos grandes grupos: Los que se queden, que trabajarán durante años con sueldos bajísimos y con suerte «de lo suyo», y los que nos hemos ido, que lo tendremos muy difícil para tener éxito pero que, si lo conseguimos, no tenemos ningún interés en volver. No por rencor, sino por la falta de perspectivas en España y porque ya nos habremos estabilizado aquí.
Usted dirá.
Bueno. Me tiras de la lengua, aunque creo que en este país se habla mucho y se hace poco. El concepto de generación perdida que aduce es una entelequia. Puede definir otra ahora mismo. Quizás peque de optimismo, pero la vida es más sencilla. Basta con emplearla en algo interesante y positivo. Se puede empezar en cualquier momento. El asunto económico y material es subjetivo. Yo he pasado por varias situaciones económicas a lo largo de mi vida, y pensando retrospectivamente no sabría decir cuál ha sido, al final, más gratificante o creativa. Ahora mismo mi pequeña empresa está destruida por la crisis, y casi me he quedado con lo puesto, pero ni se me pasa por la cabeza rendirme. Al revés, quiero crear algo nuevo y en ello estoy. Y lo consiga o no, pretendo que sea más de lo que hice que no fue poco. Y a todos esos contratiempos no les llamo «pérdida» o «fracaso» porque cuando tienes algo, ese algo también te tiene a ti, y al perderlo te libera. Así que ahora dispongo de mucha más libertad que hace unos años (mi problema es elegir en qué la gasto). Y así me lo he pasado muy bien toda mi vida, que para mí, vivir, no es tener un excelente trabajo, sino simplemente lo que haces mientras vives, y eso es cosa de cada cual. Pero vale de rollo, me preguntas cuánto creo que se tardaría en cambiar la situación de este país (el paro entre otras cosas), pues exactamente el tiempo que se tardaría en cambiar su mentalidad. Ya que comprender es cambiar, si la gente comprendiera cambiaría en muy poco tiempo. Supongamos que en las europeas, y mejor aún en las próximas elecciones al Congreso la gente decidiera DESPEDIR a toda la casta de políticos que ha pisado un parlamento y colocara a cualesquiera de todos esos partidillos que pululan por el limbo de Internet y poco más. Eso destruiría toda la red de poder establecida. Lo siguiente es exigir que los recién llegados no se conviertan en una nueva clase de demagogos populistas como los actuales (si no, de nuevo, ni un voto en las siguientes) sino profesionales que hablen claro de nuestros problemas y sus dolorosas soluciones (enseñanza gratuita con promoción por mérito, no a las subvenciones, cuentas públicas publicadas en Internet con la misma transparencia que Hacienda exige a los ciudadanos, etc.), bien, todo esto (unos políticos profesionalizados, regulados y responsables como cualquier profesional) podría hacerse en NO MÁS DE CUATRO AÑOS. Las nuevas oportunidades surgirían como setas, pero es que desde el mismo momento en que se comenzara a hacer esto, la gente de este país (incluida la masa de inútiles que se iría al paro recuperando así su libertad y su dignidad), estaría ya haciendo algo sumamente interesante que permitiría que tu “generación perdida” pasara a la Historia (por ejemplo, y suponiendo que eso sea importante). En lugar de eso os marcháis. La enfermedad de la juventud se llama “yoísmo”. Una dolencia esterilizante, por cierto. ¿Por qué no buscáis financiación de algún filántropo y montáis una televisión insobornable que enseñe a pensar –no ideología-, por ejemplo? O la creáis como en su día se inventó Greenpeace a base de cuotas de jóvenes. Por algo se empieza.
Pero le cedo la palabra a Santiago Ramón y Cajal, porque ya todo está dicho. Te extraigo algunas frases de su inolvidable pero olvidado libro “Reglas y consejos sobre investigación científica”. A ver que te parecen.
– Muchos toman habitualmente por incapacidad la mera lentitud del concebir y del aprender, y a veces la propia pereza o la falta de alguna cualidad de orden secundario, como la paciencia, la minuciosidad, la constancia, atributos que se adquieren pronto con el hábito del trabajo y con la satisfacción del éxito… Cabría afirmar que el trabajo sustituye al talento, o mejor, dicho, crea el talento.
– Una ley que excluyera de los Consejos de Estado a todo político que no hubiera permanecido por lo menos tres años en las escuelas extranjeras (singularmente en las de Alemania, Inglaterra y Francia), sería decisiva para el éxito de nuestra renovación cultural, agrícola e industrial.
– En estos tiempos de frío positivismo, sólo España hace política de sentimiento. A la ruina nos ha llevado, más que las ideas que nos faltan, los sentimientos e ilusiones que nos sobran.
– Políticos que nos habéis traído a esta triste desventura, dad treguas, por Dios, ante las angustias de la patria, a vuestro egoísmo estrecho de partido o de pandilla; preocuparos seriamente de la pureza y de la moralidad en la administración pública, del culto al honor y al heroísmo en el ejército, de la protección seria y eficaz a la instrucción popular y universitaria, de mantener, en fin, en todos los organismos del Estado el sentimiento del deber y la más estrecha responsabilidad.
Ni Wert (que al menos habló de reválidas), ni sus predecesores en el cargo, ni político alguno, seguramente lo habrá leído. Ni casi ningún catedrático de universidad. De Cajal sólo tiramos para rebozar con polvo de vieja historia el sucio traje de nuestra vanidad nacional, por eso de que fue “nuestro” premio Nóbel. ¡En fin! Y aquí me despido del hilo. Perdón por el rollo, pero soluciones, haberlas “haylas”.
Vamos a ver, JJI:
Me pregunta por qué, en lugar de salir corriendo, no intentamos montar una televisión independiente. Este blog, Desde El Exilio, es la respuesta a esa pregunta. Es pequeño, es limitado… pero aquí tenemos total libertad para decir lo que queramos.
Esta crisis no es una cuestión de optimismo. Yo soy optimista, pero una cosa es ser optimista y otra cazar en el desierto del Kalahari, donde seguro que se caza pero es demasiado difícil. Con estos datos de paro juvenil, no puede ser que la mitad de los jóvenes sean vagos, pesimistas o idiotas. Lo siento, es matemáticamente imposible.
A mí no me tiene que convencer absolutamente de nada. Yo estoy dispuesto a irme de mi país y a aprender un idioma, de cero, como el alemán, uno de los más duros del mundo. Se lo digo porque lo he hecho. Pero de la misma forma que tristemente hay empresas irrecuperables, hay países irrecuperables. Y España, o hay un milagro, o no se recupera. ¿Soy optimista? Sí. Yo me apunto a un bombardeo. Pero no en España. Hay que saber elegir las batallas a librar, y la de España es una batalla perdida. Si fuera tan fácil como «cambiar de mentalidad», «ser optimista» y «pelear», me habría quedado en España.
Lo que usted pide de los políticos españoles es imposible, porque el 80% de los países tiene políticos igual de mentirosos y manipuladores que los nuestros. Y lo que es más grave: La gente, los españoles, les creen y les quieren tal y como son, y por eso les votan. En Andalucía, mi tierra, el PSOE ya le saca 5,6 puntos al PP en las encuestas. ¿Cómo, por XXXXXXXXXX (sustituya aquí por un montón de palabrotas y algo relacionado con la religión), es posible que unos corruptos investigados por la justicia, que nos han empobrecido, machacado a impuestos, reventado a leyes estúpidas y que han logrado la mayor tasa de paro de la Civilización Occidental, puedan seguir siendo votados? ¿Sabe lo que este país quiere de los políticos? Una foto con los políticos y un chanchullo legal pagado por otro con el que resguardarse. Si tuviésemos políticos sensatos, bastaría con tener una legislación y una administración pública sensatas y limitadas a lo que pudieran ingresar y controlar. Y esto, que podría lograrse en un único Boletín Oficial del Estado, es lo que no va a pasar. Y tampoco tiene sentido discutir la gente sobre política (aunque vayas con números y leyes en la mano), porque este país es o con él o contra él (le invito a que lea algunos de nuestros artículos pasados, hemos advertido de muchos problemas que se agravaron, y a nadie le ha importado). Pues nada, que los aguante su tía: yo no vuelvo.
Un placer discutir con usted. Reciba un cordial saludo.
Una de las mas peligrosas capas de nuestra sociedad moderna es precisamente «los jovenes estudiantes». Durante el siglo XX exactamente esta capa de la sociedad fervientemente apoyaba: la revolucion bolchevique en Rusia, el levantamieto «revolucionario» de Hitler y Mussolini, la revolucion «cultural» del Mao Tsedun, la revolucion islamista en Iran, el terrorismo de todo tipo, el apoyo masivo al islamismo, etc.etc.etc. Si quiere puedo continuar la lista de la «revoluciones progresistas» mas atras en el tiempo.
En la tardia Edad Media las escuelas fueran unificadas en «las universidades» por la iglesia para poder manejar la mente de los jovenes, hoy dia las universidades estan infestadas por los comunistas por la misma razon.
Por poner un ejemplo, entre muchos, hace poco más de un mes leía una noticia según la cual 15.000 titulados en enfermería opositaban a 500 plazas. Si el país sólo necesitaba del orden de 500 ¿por qué no poner un sistema selectivo que deje pasar a poco más de las 500 mejores personas? ¿Por qué engañar a muchos miles de jóvenes evitando el desagradable paso de decirles que NO, a eso de los 18-20 años, en lugar de decírselo (de otra manera más cruel pero sibilina) a los 25 cuando ya han perdido un tiempo esencial? La universidad española nunca ha sido muy buena, pero hoy en día se ha convertido en un carrusel de vanidades repartidora de títulos, la mayoría sin salida. Mientras tanto un país desindustrializado, burocratizado y acostumbrado a tener la palma de la mano hacia arriba (la mano que pide siempre está debajo de la que da) ha propiciado una generación de jóvenes que generalizando, esperan QUE LES DEN un puesto de trabajo que según ellos merecen, de acuerdo a su supuesta preparación. Por definición, estar preparado es exactamente eso: que te pongan donde te pongan eres capaz de superar satisfactoriamente tus retos por ti mismo.
Además de todo eso, vivimos en un país que básicamente (y por nuestra culpa, adultos incluidos), casi sólo ofrece empleo de ínfima calidad al cual jamás nuestros titulados jóvenes quisieron optar, propiciando así la entrada de una inmigración con más sentido de la realidad y menos ínfulas (tuvimos 3 millones de parados desde poco después de la transición y otros tantos de inmigrantes). ¡En fin! Que los adultos hemos engañado a nuestros jóvenes y ellos, con mucho gusto, se dejaron engañar por un sistema educativo que enseña la corrupción (aprobar sin saber, porque yo lo valgo) y disimila el mérito desde la infancia. Y así hemos llegado a tener las generaciones de jóvenes MÁS TITULADAS de la Historia, que no las MÁS PREPARADAS, como demuestra su desolador nivel de paro superior al 50%. ¡Lamentable y durísimo! Se trata de cambiar o seguir llorando.
Quiero felicitar al resto de países de la Unión Europea por conseguir que 14500 enfermeros titulados trabajen en sus hospitales.
En ese sentido, parece que al menos la cosa está cambiando. El joven de hoy en día tiene en cuenta que aquí no hay nada para él y que tendrá que buscarse las habichuelas fuera.
¡En fin! Saliendo por las ramas, como siempre. Dudo mucho que esos 145000 se hayan colocado en Europa. Dudo mucho, en todo caso, que eso fuera lo que quisieran. Y dudo mucho, también, que estés de acuerdo en subvencionar al primer mundo. Por dudar, dudo hasta de que se tenga que subvencionar unos estudios superiores. En Noruega, por ejemplo, dan becas a quien las pide, claro que luego las tienen que devolver con unos limitados intereses. ¡Eso motiva a estudiar que no veas!
Y respecto a la filosofía que impera de que todo quisqui, estudie lo que quiera (pagando la sociedad que si no, no tendría nada que objetar), sea cual sea su rendimiento y las necesidades de la misma no te pronuncias. O sea que sigamos mintiendo. ¿No te has dado cuenta de que ahora se habla de que hay que ayudar a «nuestros jóvenes» como antes se hablaba de que hay que ayudar a nuestros mayores? No hace mucho, la juventud era el sostén de la vejez. Hoy parecen una clase contingente a la que hay que ayudar y «darle» trabajo (tú se lo agradeces a Europa). Y lo de montar empresas, explotar parados y pagar impuestos… ¿te suena?
Y sólo es un cruce de opiniones. No aspiro a convencer ni a discutir. Entre otras cosas, los jóvenes no me dais pena.
Saludos.
Pise un poco el freno, JJI. Normalmente, cuando no replico algo de algún comentarista suele ser porque lo comparto. Especialmente cuando estoy en el extranjero y tengo una conexión a internet limitada o estoy viajando. Y no, no soy de los que escurran el bulto. No sé si me explico.
Yo también dudo que esos 14.500 enfermeros se hayan colocado en Europa. Aunque emigraran, nuestra formación en idiomas es penosa. Dicho lo cual, la emigración de jóvenes recién licenciados se están disparando. Y esto me consta. Y el error de los idiomas no se repetirá.
Comparto completamente la idea de que las asignaturas de Humanidades han sido sobrevaloradas y que no sólo ha comentado usted (también otros comentaristas), tanto por los políticos como por los estudiantes. Dicho lo cual, hablando estrictamente del paro juvenil y no de lo que hace la promoción a la que se refiere la noticia, hay un hecho demoledor: La tasa de paro juvenil supera el 57%. No ya de lo suyo, sino de cualquier cosa. Es decir, que si a un filósofo o a un historiador joven le da por buscar trabajo de friegaplatos, de camarero o de barrendero, no lo encuentra. Y no lo encuentra porque no lo hay, porque no existe, porque no hay una economía capaz de generar puestos de trabajo para estas personas. Eso sí es dramático, aunque a usted «no le de pena».
Por cierto: A mí tampoco me dará pena pagar un sistema de pensiones que no es más que un esquema de Ponzi respaldado por el Estado.
Freno pisado. Es que soy de la opinión de que con los jóvenes ya se ha gastado mucha palmadita y más vale curtir la espalda con dolorosas dosis de realidad (por si aún hay tiempo). ¡Y usted es joven!
Lo que dice de los idiomas lo puede extender, sin miedo a errar, a cualquier otra materia. No sólo Matemáticas, por poner el manido ejemplo, cuyo pavor juvenil hacia ellas no sólo no se ridiculiza, que sería lo sano, sino que se justifica continuamente por todos los medios aumentando el daño, sino con cualquier otra materia ya sea de Ciencias o Humanidades en cuyas honduras, hoy sólo se nada por la superficie. Sólo que con los idiomas se nota más el efecto, pues al fin y al cabo, la gente, al menos, entiende de una, y ve los resultados y el pufo educativo.
Respecto de las pensiones, comparto su opinión. ¡Cosas veremos! En fin, que seguramente seré de los que las vea menguar hasta desaparecer después de haberlas pagado y mucho. ¡No me quejo! Siempre recibimos más que lo que podemos dar. Piénselo cuando pise una carretera.
Los jóvenes ya nos hemos enterado de qué va esto. Demasiado tarde. Ahora mismo, y le doy totalmente la razón, debemos ser severos en el descubrimiento de los errores, que se han cometido y unos cuantos, y en los errores que nosotros mismos estamos cometiendo ahora mismo, que los cometemos. Yo intento hacerlo en la medida de mis posibilidades.
Nuestra formación en matemáticas es penosa. Como en lenguaje (yo mismo escribo con muchisimas faltas de ortografía, y se supone que hablo otros dos idiomas). Los jóvenes debemos ser conscientes que con nuestra educación no nos da, pero no hemos sido nosotros quienes hemos creado la LOGSE, donde suspender asignaturas no tiene consecuencias.
Creo que existe ahora mismo un conflicto generacional, aunque se tape con la ayuda que nuestros padres nos están dando ahora mismo. Es cierto que los jóvenes debemos mejorar muchísimo, pero las reglas en las que intentar progresar y crecer no las hemos puesto nosotros. De la misma forma, las intenciones que tuvieron las generaciones anteriores a la mía al sentar las bases de nuestra democracia y nuestro sistema jurídico fueron excelentes (España ha decidido no matarse entre sí por chorradas ideológicas, es algo extraordinario), pero muchas de ellas o bien han quedado desfasadas, o bien han tenido resultados desastrosos. A ver cuánto tardamos en darnos cuenta.
Por cierto: No sólo las carreteras. También un AVE que nunca ha dado beneficios.
Anyadiré que lo de bién preparada no es absoluto sino relativo a las necesidades de laeconomia. El campesino medieval tenia poca necesidad de saber leer y escribir y su productividad no variaba mucho sin no lo sabia. En nuesta sociedad es casi un requisito de supervivencia y un bagagage bastante mas extenso es necesario para casi todos los oficios.
La generación estafada, que incluso en época de bonanza trabajó gratis como becarios y echando muchas más horas y dedicación de la cuenta bajo la promesa tácita de un futuro mejor. Las narices. Se beneficiaron otros, y ahora si te he visto no me acuerdo.
Si a eso le sumas cómo nos cierran el mercado laboral por una sobreprotección de la clase ya existente en base a derechos adquiridos, y cómo nos siguen estafando por el tema pensiones, el conflicto intergeneracional no tardará en llegar.
Mejor preparada de la historia? Amen de que no estoy seguro que la generacion LOGSE estuviese bién preparada para mi los ingenieros, medicos, biologos y los de ciencias duras estan preparados. Pero los de todas esas carreras de letras con cero salida profesional y generalmnte hiper-politizadas y botellonizadas para mi cuentan por cero.