“De cara a los próximos Juegos Olímpicos de Brasil, la Comisión europea y el COI se comprometerán a encontrar una solución al gravísimo problema del injusto reparto de medallas. Debemos erradicar el hecho de que se repartan sólo tres medallas por disciplina, agravado por el diferente valor de las mismas y la circunstancia de que sólo se conceden a los mejores en cada deporte. No podemos olvidar que esas medallas –y las pruebas en sí mismas- son sólo posibles gracias a la participación de los otros atletas.”
El acuerdo alcanzado por las comisiones de deportes de los dos grandes partidos nacionales, PP y PSOE, ya está siendo arduamente discutido en los despachos de Bruselas. Según la portavoz del PSOE, “son los otros deportistas, a través de su participación, los verdaderos protagonistas del éxito de los tres primeros, por lo que su éxito ha de ser valorado solo desde la perspectiva de la competición en su conjunto”. Para ilustrar su argumento recurrió a los levantadores de peso: “todos sabemos que quienes tienen hombros más anchos que otros soportan un mayor peso, es una obligación solidaria que no necesita de un premio o reconocimiento especial”.
El portavoz del PP intervino subrayando que la propuesta conjunta se articula en base a “un impuesto sobre las medallas que asegure un reparto justo del reconocimiento general a la aportación de todos los participantes”. Con aplausos fué recibida su propuesta por la que el COI debe diseñar las medallas de forma que sea posible separarlas en partes menores, facilitando la labor reacudadora. Su propuesta a la Comisión es de un mpuesto del 60% a las medalla de oro, un 55% a las de plata y un 50% a las de bronce.
La oficina de prensa de IU comunicó que el tema ha de ser primero debatido de forma interna. Su portavoz insinuó que se está valorando una propuesta por la que se eliminan las medallas de oro, plata y bronce, de forma que cada participante (todos) recibiría una medalla de hojalata.
Las reacciones de la prensa especializada del mundo mundial, los economistas todólogos y algunos profesores universitarios son especialmente críticas con la propuesta española. Es evidente que la adopción de tales medidas impositivas contribuiría a la desaparición de los récords del mundo. Además, amonestan, el volumen de medallas no cambiaría y es ridículamente pequeño. Proponen la creación de un Organismo Mundial de Medallas Olímpicas que fabrique grandes cantidades de medallas de oro, plata y bronce. Estas serían arrojadas desde helicópteros facilitados por la FED y el BCE sobre los estadios olímpicos.
Desde círculos cercanos a UPyD nos dicen que ellos apoyarían la propuesta si todos los atletas firman un contrato anti-doping, de manera que quede garantizada la exclusión de medios ilícitos en la consecución de medallas.
De buena tinta sabemos también que las otras críticas más feroces llegadas desde diferentes medios no afines a la casta han podido ser suavizadas gracias a una nueva ley de subvención de medios de comunicación — Ley de Prensa, titula el borrador de que disponemos — que está siendo debatida ya en la pertinente comisión parlamentaria.
Es una broma, ¿No?
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