Llevo tres días comiéndome la cabeza por la entrevista que Pepa Bueno, presentadora del programa «Hoy por hoy» de la Cadena SER, le hizo a José Antonio Griñán, Presidente de la Junta de Andalucía.
Se pueden sacar muchos titulares de esa entrevista. La mayoría de los medios se centraron en que, si la Unión Europea dice que las expropiaciones de la Junta son ilegales (aquí tienen un análisis del fondo de la medida), habría que repensar la Unión Europea. Más allá de la retórica de Griñán a la hora de explicar cada uno de los problemas en España (o la retórica de la presentadora, cualquier cosa menos neutral), o de los 30 segundos que se le dedica al caso de los EREs, me resultaron muy llamativas las explicaciones del presidente andaluz.
Pongo en antecedentes. Salvando Ceuta, que tiene un problema de aislamiento mucho más grave de lo que parece por la distancia (he vivido ocho años allí, sé de qué hablo) resulta que Andalucía tiene, con más de un 36,87%, la mayor tasa de paro de la civilización occidental. Y si no lo cree, le invito a que me dé una estadística con un Estado o región con más paro.
¿Cuáles son las explicaciones que da el Presidente de la Junta de Andalucía, teniendo en cuenta que su partido ha estado la Comunidad desde que llegó la Democracia a España, para este dato (a partir del minuto 8:52 del audio)?
– La crisis. Que nos ha golpeado muy duro.
– Antecedentes históricos. Resulta que Andalucía ha sufrido muchas desgracias a lo largo de la historia.
– La estadística y las matemáticas. Que es particularmente cruel, y que como la población es joven y aumenta la población activa resulta que el paro aumenta y que si se destruye empleo esa gente ya no es población activa (yo otra explicación no le veo a lo que dice).
– Que no tiene competencias suficientes (eso lo dice después).
Y ahí lo tenemos. La mayor tasa de paro de la civilización occidental, en menos de un minuto. Lo peor, no obstante, es la respuesta que da Pepa Bueno: «Le compro el argumento».
¿¿Pero cómo que le compra usted el argumento, señora Bueno?? Podría parecer que… que no quería hacer caso a las explicaciones que daba el señor Griñán y que quería pasar a lo que realmente estaba haciendo la Junta de Andalucía (en la que, por cierto, nos regaló otro infame conjunto de excusas del tipo Planes E y planes de Empleo, no sé cuántos van ya).
Si es como figura retórica para ir a las medidas que ha hecho… podría tener un pase. Pero es que si uno mira un poco los datos, nada se sostiene.
A excepción de la cuestión estadística con la población activa (que aún dándole la razón no explicaría las diferencias con el resto de España ni con Europa), los argumentos de José Antonio Griñán no se sostienen.
Por competencias: Andalucía tiene exactamente las mismas competencias que Cataluña. O que Madrid. Y la tasa de paro es, por porcentaje, un tercio menos en Cataluña y de casi la mitad con Madrid. Es decir, que el argumento no se sostiene. La falacia que emplea el señor Griñan es confundir la tasa de paro con riqueza. Si partes de una posición inferior y quieres igualar a quien es más rico que tú, tendrás, como mínimo, que producir más. Es decir, los salarios pueden ser menores, pero no tiene, en principio, que serlo la tasa de paro.
Por historia. Tras la Guerra Civil, Andalucía quedó arrasada. Más o menos como los países del antiguo bloque del Este: Polonia, Estonia, Letonia, Lituania, la República Checa, Eslovaquia, Hungría, Eslovenia, Rumanía o Bulgaria. Estos países también quedaron devastados por la Segunda Guerra Mundial. Y estos países padecieron sendas dictaduras comunistas que las hizo miserables y de las que no pudieron escapar hasta la década de los 90. Es decir: Teniendo en cuenta que España acabó su Guerra Civil en el 39 y que hay democracia desde el 79, Andalucía le saca unos 20 años de ventaja a estos países.
A continuación, les doy la tasa de paro de estos países según Eurostadt:
Polonia: 10,1%
Estonia: 10,2%
Letonia: 14,9%
Lituania: 13,3%
República Checa: 7%
Eslovaquia: 8,9%
Hungría: 10,9%
Eslovenia: 8,9%
Rumanía: 7%.
Bulgaria: 12,3%
Es decir, que saliendo de una guerra civil y con una economía absolutamente obsoleta e ineficiente, dándoles 5 años de ventaja en fin de la guerra, 10 de ventaja en democracia y 15 desde el acceso a la Unión Europea, resulta ocho de estos países tienen un tercio de la tasa de paro andaluza, y los otros dos tienen la mitad.
No hay excusa.
Ni siquiera para la tasa de paro. La tasa de paro juvenil en Europa es ésta:
Vuelvan a coger los mismos países, miren la tasa de natalidad (intuititamente, apuesto a que es superior a la andaluza) y piensen.
Sencillamente, no encaja. Hay que ser muy incompetente, o muy corrupto, o muy mal debe estar la estadística, para obtener estos resultados. Y ante esto, señora Bueno, la respuesta no era «le compro el argumento». Ni aunque quisiera abordar muchos temas y tuviese muy poco tiempo. Los argumentos de Griñán podrían valer para explicar porqué la renta per cápita andaluza es inferior al resto de España, pero no para el paro. Los países del bloque del Este tienen entre la mitad y dos tercios menos de paro y mucha menos renta per cápita.
A lo mejor es más sencillo que los argumentos que ha dado Griñán, señora Bueno. A lo mejor es que los gobernantes andaluces, por las razones que sean (por no permitir un ahorro de capital que permita la reducción de deudas y la creación de empresas, o porque la Junta de Andalucía no paga a los proveedores), lo han hecho mal.
Por cierto: Ya me contarán cómo pretende destinar fondos para la creación de empleo por valor de 500 millones cuando todavía la Junta de Andalucía adeuda casi 2700 millones a proveedores. ¿Cuándo cobrarán? ¿Cuántos empleos se perderán porque la Junta no paga? Pueden hacerse una idea. Una pena que la señora Bueno tampoco se lo preguntara.
Antecedentes históricos, dice el muy sinvergüenza.
En la segunda mitad del siglo XIX apareció el fenómeno de los jándalos, montañeses (hoy en día diríamos cántabros) que emigraban a Andalucía, principalmente a Cádiz, para prosperar. Normalmente se dedicaban a la hostelería. Durante las primeras décadas del siglo XX el flujo continuó, aprovechando la presencia de paisanos y parientes ya establecidos allí. Hoy en día sería inconcebible.
O directamente, te vas a otro sitio. Luego nos podemos quejar los andaluces del 37% largo de paro (aunque no sea real). Veremos lo que pasa por allí cuando a la Junta se le acabe el maná europeo …
Un ejemplo didáctico de cómo funcionan las cosas por el sur: Un empresario va a una oficina de la Junta (aquí está todo en manos de empresas públicas que ejercen ilegalmente potestades administrativas) porque hace meses que aportó una factura y aún no se la han pagado, a pesar de que por ley, debían haberlo hecho hace tiempo. Respuesta:
– Es que su factura no está en el expediente. O no la entregó o se ha perdido.
– ¿Cómo que no está? Mire, tengo aquí el sello del registro de entrada con la fecha y todo…
– Sí, pero como no hay un duro, esas cosas se pierden, así que no podemos pagar. Lo que tiene que hacer es esperar a principios del mes que viene y volverla a aportar, para que empecemos el trámite desde cero.
– ¡Pero es que ya la presenté, y puedo demostrarlo!
– Sí, claro. Puede usted presentar una reclamación administrativa, que le vamos a desestimar por silencio, y luego ir a los tribunales, pagando la tasa, el abogado y el procurador. Dentro de unos 5 años le darán la razón, y nosotros recurriremos, porque nos sale gratis. Y en unos dos años le volverán a dar la razón. Y como no pagaremos, tendrá que ejecutar, y en unos años más, podrá cobrar… O puede presentar de nuevo la factura el mes que viene.
Yo sé que estas cosas no se las cree la gente (yo tampoco me las creería si no las viviera), pero puedo asegurar que es cierto.
Tremendo….
Vivir en Andalucía y tratar de salir adelante es un acto diario de desesperación. En cualquier otro lugar del mundo debes hacer tu trabajo y lidiar con la competencia, los clientes y quizás con los impuestos. Aquí es una lucha constante, que se sabe perdida de antemano, contra una innumerable horda de administraciones (y chanchullos asimilados), normativas absurdas, privilegios mal camuflados, chupópteros, dictadorcilos patéticos, gente que te odia sólo porque existes, demagogos, incultos adoctrinados, aborregados indolentes (y felices), conocidos que te insisten en que seas uno más de la masa (porque eres muy raro), infraestructuras penosas…
En poco tiempo, la gente acaba rindiéndose y adaptándose al régimen para lamer sus migajas del suelo, o trasformándose en un radical que exige la revolución universal (a ser posible con muchos fusilamientos y torturas), o cayendo en una depresión, o transformándose en un tipo huraño y hosco, o en un pasota, o una mezcla de todo.
O se va cargado de cinismo.
Andalucía y Marbella. El PSOE y el GIL gobernando con mayoría absoluta durante años. Los comunistas de IU en el poder. El utopismo subvencionado de Marinaleda. Los ERE´s y Mercasevilla. En fin, que si en general, los pueblos tienen lo que se merecen, los andaluces como colectivo tendrán alguna responsabilidad en como les luce el pelo.
Yo he llegado a conocer a un tipo del PP que me reconoció que, como tenía un puesto bueno en una de las muchas empresas de la administración paralela, votaba a PSOE, no fuera a ser que llegaran los suyos y pusieran orden en el caos…
Puedes imaginarte cómo están las cosas por aquí…
Esa anécdota que cuentas explica mejor que cualquier sesuda reflexión la situación de Andalucía, que por cierto es extensiva al resto de España. Justo por eso el PP solo puede ser un poco menos socialista que el PSOE: porque una vez que el cáncer se ha extendido lo suficiente, que es lo que ha sucedido con el entramado administrativo en España, las únicas células y tejidos que sobreviven son las cancerosas.
Eso sólo se puede resolver desde Madrid. Tener una legislación laboral tan absurda sólo se arregla desde el ámbito nacional.
Aunque en vista de lo que han hecho a nivel estatal, creo que sus temores estaban totalmente infundados.
De eso no te quepa la menor duda, PVL. Andalucía, los andaluces, tenemos lo que nos merecemos. No obstante, dudo que los andaluces nos merezcamos tener una tasa de paro tan demencial. Tampoco hemos matado a nadie.