No digo adiós porque sencillamente no sé lo que voy a pensar o a sentir mañana. Ya lo dije una vez aquí, y en otras ocasiones en otros lugares, y mentí. Era un autoengaño, en primer término, por lo que se podría disculpar que engañase a los demás.
En este blog me he sentido muy querido, me siento muy querido. Y correspondo el afecto. Quienes escriben aquí son todos ellos personas merecedoras de los mayores elogios, tanto por su valía como personas que viven y sobreviven en éste mundo como por su integridad moral.
Voy a dejar de escribir en él por un tiempo indefinido. Y quería decir hasta luego, no hasta siempre, hasta nunca, adiós o alguna otra cosa que sonase vagamente a fin. Así que espero que nadie me despida. De despidos tengo ya bastante con los – «profesionales».
Escribiré el Diario de un Exiliado en el Infierno. No es este el lugar para hacerlo. Voy a expresar cosas que otros no expresarían, y no voy a examinar la tragedia nacional, sino mi tragedia personal. ¿Y eso a quién le importa? De boquilla sé que a muchos. En el fondo, a parte de a mí mismo, a casi nadie.
Para los que os leemos con aisuidad pero no formamos parte del «Exilio personal», del grupo de amigos exiliados, no sabemos exactamente de qué habláis, pero bueno, esperemos que no sea nada irresoluble, y que te siga leyendo -en mi caso no puedo usar el plural pues en raras ocasiones escribo-.
Saludos y que no sea nada, lo que sea que es.
Jo+er. Acabo de verlo. Mis respetos. Entiendo que hay viajes que uno debe hacer solo. Pero seguimos a tiro de piedra, o de silbido. Un abrazo. Nos vemos en el infierno.
Acabo de entrar en tu nuevo blog y allí te he dejado mis mejores deseos. Me gustaron mucho tus artículos, suscribiendo su práctica totalidad. Si admites un consejo, que también te dejé allí, hay que levantar el ánimo y no regodearse en la mala suerte. Siempre hay una ventana abierta… Un abrazo
Si quieres vuelve por el infierno, y verás que Tántalo, ese personaje, te respondió.
No espero gran cosa de esto que emprendo, como en general no espero gran cosa de nada. Saludos a todos.
Bueno, te leeremos allí y seguiremos leyendo a los de aquí. Todo tiene arreglo…
Sí, siempre se vuelve, aunque nunca es el mismo sitio. Te miramos / leemos. Un abrazo.
Se que volverás. Suerte.
Como te he dicho en otras ocasiones, sólo a medida que te has vuelto personal has empezado a interesarme,y has empezado a destilar verdad verdadera, no gilipolleces conceptuales y «detaché», tan del gusto de tus colegas de la casa.El Infierno se duplica, así que vamos del Infierno de nacer al Infierno de morir.Infierno más Infierno, Nada. Ésa, me parece, es nuestra última verdad.Menos + Menos = Nada. Y, joder, qué puto alivio. Así que, en plan práctico, te recomiendo algo que funciona de cojones: Cuando estés en un infierno, en vez de tratar de escapar a algo bueno o cuando menos neutro, date otro infierno, verás qué pasa. Ej: ¿Te duele un huevo? Machácate también el otro. Sientes Terror? Date dosis masivas de dolor. (y viceversa). Eres pobre? Sé además feo o un hijoputa. Eres un fracasado? Córtate una mano o sácate un ojo y así serás también un mutilado. etc.Y vas a ver qué cosa es esa de la electricidad y los polos.
Así que, as usual, un abrazo y una buena hostia. Un abrazo como una hostia y una hostia como un abrazo
Un abrazo, Javier. Esta es tu casa.
Te seguiré leyendo en el infierno, por supuesto.
Un abrazo. 🙁