Ha aparecido hace unos días en la prensa la noticia de que el FMI ha estado subestimando el multiplicador keynesiano en sus previsiones económicas.
Por ejemplo en este artículo firmado por Joaquín Estefanía en EL PAIS.
El multiplicador keynesiano es un número que determina la influencia del gasto público en el crecimiento o decrecimiento del PIB.
Por ejemplo si el multiplicador es 0,5 entonces una disminución del gasto público del 1 % del PIB conllevará una disminución del 0,5 % del PIB y un crecimiento del 1 % del gasto público supondrá un aumento del 0,5 % del PIB.
¿Para qué sirve el multiplicador? El multiplicador es la justificación práctica de la teoría keynesiana. De acuerdo con esa teoría un aumento del gasto público, que no lleve aparejada una subida de impuestos, producirá un aumento del PIB mientas que un proceso de consolidación fiscal (ya sea aumentando impuestos o recortando gasto público) producirá un descenso del PIB. Ese aumento o disminución estará determinado por el multiplicador que se obtendría empíricamente. Obviamente cuanto mayor sea el multiplicador mayor será la influencia de la política fiscal y mas justificación tendrán las políticas keynesianas (y menos las de reducción de gastos del Estado).
Los opositores a las presuntas políticas de austeridad, con Kraugman a la cabeza, siempre dijeron que la austeridad traería fuertes recesiones que al final harían imposible la solución del déficit llevando a una situación peor. Así que la noticia del informe de los economistas del FMI les ha hecho sacar pecho.
Pero ¿Qué hay de cierto en ese informe?
1.- Efectos a corto y largo plazo.
Para empezar hay que puntualizar, y es una puntualización importantisima, que el informe se refiere a “short – term effects” es decir a efectos a corto plazo. La cuestión es clave puesto que para que no hubiese efectos a corto plazo de un recorte de gastos públicos o de un aumento de impuestos los mercados no tendrían que tener ninguna rigidez, ni rozamientos, ni retardos es decir tendrían que ser perfectos, como no lo son, a corto plazo, siempre habrá distorsiones, siempre existirá un multiplicador.
Lo importante son los efectos a largo plazo y respecto a ese asunto lo único que dijo Keynes fue que “a largo plazo todos estamos muertos” con lo cual quedaba zanjada la discusión (para él al menos).
A largo plazo lo que determina si el aumento del gasto público puede generar crecimiento económico es si ese gasto se invierte en activos que generen bienes que sean demandados. Aunque también habría que determinar qué hubiera ocurrido si ese gasto lo hubiera hecho el sector privado. Lo que es claro es que a largo plazo el gasto público no genera automáticamente un aumento del PIB.
Si ese gasto público se dedica a dar subvenciones o ayudas o a inversiones de dudosísima rentabilidad el resultado va a ser negativo para el PIB, independientemente que los efectos a corto plazo sean positivos.
En el caso de que ese gasto público adicional se genere imprimiendo dinero lo que se va a tener va a ser una subida de precios, además de un menor PIB puesto que se harán inversiones equivocadas.
A corto plazo todo ajuste fiscal lleva implícita una recesión mayor o menor, pero es que además esta recesión es necesaria para que se produzca el necesario ajuste en el mercado. Sin recesión el mercado nunca buscaría un nuevo equilibrio.
2.- Imperfecciones del mercado.
Para que un mercado fuese perfecto tendrían que darse la siguiente condición:
Todo aumento o disminución de la oferta o la demanda tendría que verse reflejado en un aumento o disminución de los precios inmediato que devolviese al punto de equilibrio de la oferta y la demanda de manera inmediata.
Para que esos sucediese todos los miembros del mercado tendrían que tener acceso inmediato a toda la información y además podrían reaccionar de manera inmediata a ella para generar un nuevo equilibrio.
Esto no sucede en ningún mercado, porque existen:
a) Rigideces. Los miembros del mercado pueden tener contratos o acuerdos informales que impidan efectuar cambios en los precios de manera inmediata e incluso a medio plazo.
b) Rozamientos. Aunque la demanda cambie la oferta no siempre puede adaptarse porque el capital ya se ha invertido y no puede cambiarase su utilización. En otros casos se hacen inversiones que no son acertadas y que están infrautilizadas. Los trabajadores también pueden no estar formados para atender nuevas demandas laborales.
c) Retardos. No todo el mundo tiene toda la información del mercado e incluso los mejor informados tardan un tiempo en tener la información y en reaccionar a ella. Todo mercado necesita un tiempo para adaptarse a los cambios y durante ese tiempo el mercado no está en equilibrio.
De hecho ningún mercado está en equilibrio durante un tiempo significativo. No existen mercados perfectos.
3.- Limitaciones del estudio.
El informe de los economistas del FMI Olivier Blanchard y Daniel Laigh (páginas 41, 42 y 43 ) hace un estudio de 27 economías durante dos años (2010 – 2011).
El estudio se basa en la típica regresión lineal donde se busca una recta cuyos puntos estén a una distancia mínima de los puntos que representan los ajustes fiscales y los errores del multiplicador previsto. La recta resultante se puede ver en la página 43 en la parte superior izquierda (Figure 1.1.1 Growth Forecast Errors and Fiscal Consolidation Plans).
El estudio tiene algunas particularidades. Se trata de 27 economías desde USA a Malta, desde Japón a Eslovaquia y de Alemania a Australia. A pesar de la enorme diferencia de tamaño entre unas economías y otras el estudio considera a todas las economías de igual importancia.
De cualquier manera las economías más importantes (USA, Japón, Francia, Italia, Canadá, Korea) realizan pequeños recortes en el déficit público y tienen pequeños errores a favor de un menor crecimiento lo cual indica que efectivamente el multiplicador habría sido infravalorado y las políticas de relativa austeridad tuvieron efectos más negativos sobre el crecimiento económico de lo estimado.
Alemania presenta un importante aumento del déficit público y un importante crecimiento económico (de hecho es el único país junto a Suecia que crece más de un 3 % de lo previsto). Grecia en el otro extremo presenta un ajuste fiscal del 5 % y un crecimiento un 7 % inferior del esperado. Estos dos países son los que muestran un mayor grado de subestimación del multiplicador.
Sin embargo hay países que se alejan de la recta (en dirección contraria a la pendiente) y por tanto en los cuales el multiplicador no sólo no se ha subestimado sino que se habría sobreestimado. Irlanda por ejemplo a pesar de realizar un ajuste fiscal del 3 % no presenta desviación sobre la previsión. Dinamarca a pesar de su política fiscal expansiva no consigue un crecimiento mayor del previsto.
En España tampoco parece que el multiplicador haya sido subestimado puesto que a pesar del ajuste fiscal del año 2010 no hay un menor crecimiento del esperado.
Nada de lo anterior nos lo menciona el sr. Estefanía en su artículo.
De todos modos ni siquiera el estudio del FMI plantea que los errores en la predicción sean sólo debidos a errores en el multiplicador:
Other causes of disappointing growth include weak financial institutions and inadequate policies in key advanced economies.
Pero el mayor inconveniente que tiene el estudio es que sólo trata de dos años. Si intentásemos aplicar el multiplicador a otros años (diferentes de 2010 2011) nos llevaríamos muchas sorpresas. Por ejemplo si lo aplicamos a la España del plan E en el año 2009 el multiplicador lejos de estar subestimado estaría sobreestimadísimo (el aumento del gasto público no consiguió un aumento del PIB). Por no hablar de USA donde después de tantos planes de estímulos tendrían que estar creciendo al 10 % (el crecimiento previsto para este año es del 2,5 %).
Alemania después del ajuste fiscal de principios de siglo debería haberse hundido económicamente.
¿Cómo pudo Grecia entrar en crisis si el estado gastaba sistemáticamente más de lo que recaudaba?
Quizá por eso en el paper de Olivier Blanchar y Daniel Leigh se dice:
…our results only give average multipliers for groups of countries, and individual countries may well have larger or smaller multipliers than the average.
…our findings that short-term fiscal multipliers have been larger than expected do not have mechanical implications for the conduct of fiscal policy. Some commentators interpreted our earlier box as implying that fiscal consolidation should be avoided altogether. This does not follow from our analysis. The short-term effects of fiscal policy on economic activity are only one of the many factors that need to be considered in determining the appropriate pace of fiscal consolidation for any single economy.
Página 6.
Sin embargo el sr. Estefanía dice cínicamente bajo el título de su artículo:
«El FMI acaba de hacer una crítica demoledora de sus recetas de austeridad»
¡¡¡¿Cómo se puede tener la cara tan dura?!!!!
Pero sigamos con lo que se dice en la «crítica»:
We believe, however, that a reasonable case can be made that the multipliers used at the start of the crisis averaged about 0.5. A number of studies based on precrisis data for advanced economies indicate actual multipliers of roughly 0.5, and it is plausible that forecasters, on average, made assumptions consistent with this evidence. The October 2008 WEO chapter on fiscal policy presents multiplier estimates for 21 advanced economies during 1970–2007 averaging 0.5 within three years (IMF, 2008, p. 177). Similarly, the October 2010 WEO (IMF, 2010d) chapter on fiscal consolidation presents multiplier estimates for 15 advanced economies during 1979–2009 averaging 0.5 percent within two years.
Página 19.
Finally, it is worth emphasizing that deciding on the appropriate stance of fiscal policy requires much more than an assessment regarding the size of short-term fiscal multipliers.
Thus, our results should not be construed as arguing for any specific fiscal policy stance in any specific country. In particular, the results do not imply that fiscal consolidation is undesirable.
Página 20.
Todo esto lo oculta el sr. Estefanía en su artículo. ¿Periodismo de calidad en EL PAIS?
En cualquier caso la discusión con los keynesianos es inútil. Su razonamiento es el siguiente: si la economía mejora es debido al gasto público, si la economía empeora hay que aumentar el gasto público, si aún así no mejora es porque el gasto público aún es insuficiente.
El sr. Estefanía y sus seguidores parece que ignoran que si nos metimos en esta crisis fue por un excesivo endeudamiento
¿Cómo salir de una crisis producida por un excesivo endeudamiento con más endeudamiento?
4.- El otro estudio.
En el mismo informe del FMI aparece otro trabajo titulado “The Implications of High Public Debt in Advanced Economies” de los economistas Ali Alichi, Derek Anderson, Ben Hunt y Douglas Laxton. En el se exponen los daños al crecimiento económico que causarán a largo plazo (más allá de 2017) la excesiva deuda pública de los países desarrollados.
…higher public debt in advanced economies does not reduce only their potential baseline GDP outcomes: all countries suffer because higher global real interest rates affect everyone.
Figure 1.2.2 shows the outcomes for global GDP, GDP in the aggregate of the G3 (USA, zona euro y Japón) and GDP in the aggregate of all other countries. Even though the G3 suffer the worst outcomes, all countries are worse off.
Páginas 45 y 46 del informe del FMI.
One particular concern with high public debt ratios is that they may lower economic growth. Several empirical papers document a negative correlation between public debt and GDP growth, with some suggesting that a debt-to-GDP ratio of 90 percent or more may constrain growth.
(España superará el 90 % de PIB de deuda pública dentro de un año).
Esta parte del informe del FMI no existe para el sr. Estefanía. ¿Más periodismo de calidad?
Estamos ante otro ejemplo de deshonestidad profesional y manipulación informativa por parte de uno de los popes del periodismo de calidad.
Nota: parte de este artículo coincide con este otro de Juan Ramón Rallo, no es extraño pues es fácil descubrir los mismos errores, pero he decidido publicarlo porque amplío un poco el análisis y porque nunca está de más que haya otro artículo desmontando estas manipulaciones.
En economía sólo hay dos efectos multiplicadores positivos: el de las sinergias y el de las economías de escala. Ambos sólo funcionan en un entorno de libertad y ambos tienen dos limitaciones: precisan de adaptaciones cotinuas y llegado un punto su efecto tiende a estabilizarse o a decrecer.
La utilización del término «multiplicador» en manos del keynesianismo y del entorno público para empezar ignora las limitaciones de este efecto. Primero porque buscan el mantenimiento de un supuesto equilibrio utópico por lo que tienden a crear un escenario de rigideces que impiden las adaptaciones. Y segundo porque presuponen una efectividad ilimitada del recurso.
Amén de esas inconsistencias el efecto multiplicador buscado no tiene nada que ver ni con las sinergias ni con las economías de escala, sino con los efectos cortoplacistas que se reflejan en variables secundarias, las cuales desgraciadamente se tornan en primarias y fundamentales para el sistema.
Así vemos como el empleo, que es un efecto derivado de la generación de riqueza, pasa a ser un objetivo primordial a costa de la generación de riqueza, hasta el punto en el que se consumen recursos y se dificulta la acción empresarial con tal de obtener buenos datos en la medición de la población ocupada.
Una cosa hemos de admitir, sí logran un efecto multiplicador, eso es indudable. Pero la pega es que es negativo.
La gravedad de esta crisis está en que este teatro de justificaciones para mantener el status quo ha llegado al límite. Ya no queda riqueza que consumir para alimentar el estado de bienestar. Y el crecimiento del aparato burocrático cada vez deja menos espacio para que el empresario innove y genere beneficios. El incremento de la rigidez da como resultado un sistema muy próximo a uno de suma cero puesto que al impedirse el incremento de la productividad acabamos asistiendo a una pelea encarnizada para acceder a la riqueza disponible y menguante. De ahí que la mayoría sólo sepa presionar vía huelgas y actos de presión para lograr una ventaja competitiva respecto al resto (es penoso cuando se critica a un huelguista y la respuesta es «organícense ustedes y luchen por sus derechos, no nos critiquen por defender lo nuestro….»).
Como ya hemos comentado aquí alguna vez, estamos siguiendo al pie de la letra debacles como la caída del Imperio Romano. Pero no hay que ir tan lejos, de hecho estamos imitando ejemplos tan próximos en tiempo y distancia como el camino seguido por Argentina.
Mientras no cambiemos el tipo de efecto multiplicador buscado las vacas flacas que vemos desfilar seguirán reflejando la política que seguimos…, cada vez más escuálidas.
Drizzt,
Alemania supo aprovechar la fuerte demanda exterior que procedía especialmente de los países del sur de Europa. China también se beneficio de la demanda estadounidense. El problema es que actualmente no hay una demanda exterior fuerte, por ello la austeridad no le está sirviendo a España para crecer. Afortunadamente las exportaciones han aumentado pero no lo suficiente.
El efecto multiplicador ha sido estudiado también en otro tipo de políticas, como la de expansión fiscal mediante reducción de impuestos. Una reducción de impuestos puede suponer un aumento en el consumo y ahí es donde entra en juego el efecto multiplicador. La cuestión es que actualmente se están ejecutando políticas contractivas fiscales (menos gasto y más impuestos). Según la teoría económica, estas políticas deben ejecutarse en periodos de alto crecimiento en los que existe riesgo de sufrir una tasa de inflación muy alta.
Tanto los liberales, como los socialistas, deberían estar en desacuerdo con estas políticas.
Rodrigo… los liberales estamos en desacuerdo en estas políticas. Creemos que tiene que haber una reducción del gasto público, sobre todo en el fácilmente prescindible, aquel que forma parte de la burbuja publica creada al albur de la expansión monetaria, pero también en parte del entramado, por así decirlo, fijo. Aquel que lleva aparejado rigideces en el mercado y en los servicios que presta el Estado.
Y eso acompañado de una rebaja fiscal que otorgue al ciudadano la capacidad de decidir en qué se gasta su dinero, si lo ahorra favoreciendo que fluya el crédito vía bancos, lo cual beneficiaría al sistema bancario, o directamente se lo gaste en aquellos productos o servicios que considere interesantes premiando así a la innovación y al trabajo bien hecho.
La cuestión es que quienes gobiernan no quieren perder todo el poder acumulado a costa de expandir el crédito. Y es que cuando la manilla de la máquina del dinero esta en manos irresponsables lo pagamos todos. Pero claro… quien se va a negar a poder pillar una subvención???
Todos somos culpables.
El keynesianismo y el alarmismo climático son clavaditos, ambos tienen que hacer trampas para colar.
Tiene que ser cansado para Ud. destapar las mentiras del Sr. Estefania y del períodico bien subvencionado y mejor financiado, el estandarte del socialismo obrero, EL PAIS.Sea caritativo. Tenga en cuenta que no les queda otra que mentir, mentir, y gritar y gritar cada vez más alto (como reventando la conferencia de Wert en Sevilla, en su línea de «tolerancia») para tapar la realidad de los hechos. Tienen que mentir como sea para repetir sus dogmas.
Sorprende que en el 2013 sigamos con el asunto de las regresiones líneales y las estadísticas que ya en 1983 cuando yo estudiaba, se nos mostraba como una de las formas básicas de crear mentiras. Lo de escoger sólo 2 años y precisamente los 2 años [donde pueden jugar muchísimas circustancias endógenas] en que hace que parezca que cuadra el estudio, es de juzgado de guardía académico. Lo malo es que todas las doctrinas económicas estatistas (socialismo, keynesianismo y su primo hermano el monetarismo) no sólo están siendo desacreditadas por la realidad; sino que -gracias a internet- es posible luchar contra el monopolio de los mass-media por los socialistas y los que insisten en Keynes por los siglos de los siglos, a pesar de las consecuencias. Por eso hasta los economistas del «mainstream» que trabajan en el IMF, son cautelosos y tratan de ser correctos. No así Estefania o EL PAIS, hellbent en mantener la ideología del estatismo.
La clave como dice Ud. es que el keynesianismo no tiene ni pies ni cabeza, por muy bonitos que fueran sus gráficos; pero sirve de apoyo a todos las políticas y políticos estatistas y al gigantesco sistema de subvencion y reparto de los sistemas partitocráticos.
Como irónicamente apunta Ud. si el gasto público fuese tan bueno, todos los países que persiguen políticas keynesianas, crecerían y les iría muy bien. Gastar comio Grecia, Japon o la españa del socialismo significaría el mana, y en vez de eso una acaba en la quiebra.
La razón de todo eso es muy simple. El aumento del gasto público, para que pueda incidir en el crecimiento según su propia teoría, no puede venir de impuestos, sino del aumento de la deuda pública o de tener un bacno central propio que se dedique a crear o imprimir papel-dinero y ninguna de las dos cosas es algo sostenible a medio o largo plazo.
La falacia keynesianista es algo mucho peor que el «pan para hoy y hambre para mañana»; porque el «pan» es casí inexistente y les toca a los socia-listos y cercanos al poder, y el «hambre» es mucha, y les toca, a los paganinis cumplidores de siempre, a generacioens futuras a las que le llega al marrón de deuda construido por los socialistas-keynesianos .
Que se pueda tomar en serio a un señor como Keynes que frente a todo ello decía que las consecuencias de la deuda pública y el gasto público basado en ella, en el largo plazo no importa porque «todos estaremos muertos», es sorprendente; perdón, alucinante.
El que estaría y está muerto es Keynes. Y los que no estamos muertos, ni jubilados, ni hemos chupado del bote de la deuda pública sino que tenemos que pagarla [si ello fuera posible; porque ni dopados y trabajando 70 horas/semana y pagando los impuesto más altos del mundo de por vida] somos los que tenemos que comernos el marrón de la estulticia keynesiana de que es posible crecer y no hay consecuencias a medio ni largo plazo, cuando el estado infla el gasto público a base de incrementar la deuda pública o de un banco central emisor que imprima y cree dinero.
Los creyentes socialistas y las generaciones de socio-listos beneficiados por ese keynesianismo aumento de deuda pública (a costa de las generaciones futuras, estrictamente) ya han llevado el aumento de la deuda pública o (antes del euro y del Banco Central Europeo), del imprimir dinero (o devaluar la peseta) hasta lo máximo que aguantan los mercados. Y hemos tenido el privilegio histórico de ver en vivo y en directo sus consecuencias.
A una persona honesta le daría vergüenza crear una orgía de gasto público basado en deuda para ganar las próximas elecciones (objetivo único de los políticos) cuando eso sólo hace crecer la burbuja y la patata caliente y pasarla a las espaldas de generacioens de contribuyentes futuros, que en el mejor de los casos, quedarán hipotecados de por vida por semejante marrón.
Es lo que se está viviendo en Grecia, en España, y dentro de poco, sin duda, en los EE.UU y UK, cuando los mercados despierten o la inflacción les haga despertar, del sueño monetarista del «quantitavie easing» y el imprimir papel-dinero en billones para autocomprarse su propia deuda pública que el mercado no absorve. El truco de atacar todos los días en los medios a Grecia o España o a los «PIGS» [menuda chuleria y complejo de superioridad poara usar un acrónimo insultante] se les acaba. También ellos deberán empezar a mirarse en el espejo de la realidad.
El medio y largo plazo existen, es donde las políticas keynesiatistas y monetaristas topan con la realidad.
Buenas MILL;
La verdad es que el que no sabe es como el que no ve, lo digo por lo del FMI, lees la prensa esos dias que salió la noticia y en todos salia el mea culpa del jefe del FMI por las politicas de austeridad que si habian cometido un error, que ye esto??? , uno tiene que leer la prensa pa informarse un poco porque aunque lea el informe uno no se entera de lo que pone, maxime si ese informe contradice lo que ellos decian meses atrás, ¿que pasa que uno tiene que entender de todo??, hay un problema de la justicia hay que saber de justicia , hay un problema médico hay qye ser médico, hay un problema económico uno tiene que ser economista , pues es imposible hay que delegar, y estos del FMI me parece a mi que de serio tienen poco, no se si será motivado por intereses politicos que supongo que sí, pero es que, entre que bien es verdad que la sociedad española, cierta parte y parez que grande esa parte, no se interesa por temas importantes sino por otras pijadas,y que luego los que se interesan por estos temas ven cosas como la de FMI, pues se junta la fame y la gana comer, por lo que te genera una frustación que te apetece mandarlos a todos a tomar pol … y dedicarse uno tb a ser superficial y estar pendiente del blog de Alicia como comentabas en otro articulo, por lo menos cumple una necesidad basica, la primera que es perpetuar la especie y es mucho más placentero.
Hola Mill
Lo (poco) que comprendo la macroeconomía: Si tan malo es la austeridad, ¿por qué le funcionó a Alemania durante el periodo 2002 a 2004, y la hizo la gran economía que hoy es?. Recuerdo haber leído una artículo, también en el País, quejándose que dichas medidas austeridad harían descarrilar a Alemania. Pues ya vemos, nosotros nos gastamos todo, y ya vemos donde estamos y vemos donde está el país teutón.
Por otra parte, algo que cada vez me llama más la atención de la macro, en especial de los que piden que se gaste más dinero. ¿En qué?. Porque podemos gastar en modo falacia de la ventana rota (levantar aceras y volverlas a poner), podemos gastar en cosas que no aporten nada al crecimiento – y creo, que a día de hoy, en España no hay lugar para más grandes infraestructuras – quizás con la excepción de transporte de mercancías por ferrocarril -. Veo a muchos economistas macro que desde sus atalayas son incapaces de dar respuesta a esa simple pregunta.
Lo que no dice Estefanía, es que gasto público ha sido multitud de infraestructura pública infrautilizada, que ahora hay que mantener: Aeropuertos, autopistas públicas con apenas tráfico.
¿¿¿Como que en qué ???¡¡¡Vaya pregunta!!! El premio Nóbel, el keynesiano Krugman ya ha respondido a la pregunta de en qué gastar los aumentos de déficit público: literalmente en lo que sea, incluso en costear la reconstrucción tras un ataque alienígena o un devastador terremoto. Ya puestos, y dado que en España tenemos la desgracia de no padecer terremotos devastadores ni ataques alienígenas, podríamos gastar el déficit público en demoler la red nacional de carreteras y volverla a construir. Seguro que tras hacerlo, el multiplicador keynesiano, nos sacaría de la crisis. En caso contrario, sugiero seguir con los aeropuertos, AVES, etc, etc.
Yo no sé mucho de macroeconomía, pero tengo entendido que si uno paga a otro 1000 euros porque cave un hoyo y luego le paga otros 1000 euros por que lo tape, el PIB aumenta en 2000 euros. Y, claro, así pasa luego que el gasto público aumenta el PIB.
¿No hay otros indicadores para medir riqueza de verdad?