Recuperación austríaca para Grecia

Ya sabemos todos que los políticos tienden al cortoplacismo, a posponer los problemas, y nunca a meterse en cintura. Si Grecia saliese del euro con toda probabilidad los políticos griegos recurrirían a la demagogia, a la inflación y a la devaluación de la moneda. Es decir, el cortoplacismo tan empobrecedor para los países. Por lo que, sin la disciplina del euro, Grecia se hundirá en la demagogia de sus políticos.

Ahora bien, suponiendo que los políticos griegos fuesen ejemplares y altamente responsables con su país, la salida de Grecia del euro sería muy positiva. En este artículo analizaremos las medidas que podría tomarse en Grecia, suponiendo que el país cuenta con los políticos ideales.

I

Suspensión de pagos

Una vez que Grecia sale del euro, deberá declararse en bancarrota, e impagar todas las deudas que fue contrayendo con el resto del mundo. Esto tendrá enormes perjuicios para Francia y Alemania, cuyos sistemas bancarios presentan una exposición a la deuda griega en torno a 144.000 millones de euros. No obstante, de forma muy inteligente el sistema bancario alemán ha reducido a marchas forzadas esta exposición, y actualmente ya casi no le afectaría en gran medida el impago de Grecia.

La suspensión de pagos en primer lugar finiquitará todas las deudas pendientes de Grecia, aliviando el peso de la deuda sobre el país. En segundo lugar, provocará que el mercado deje de prestar dinero a Grecia, pues los inversores huirán despavoridos del país a consecuencia de haber fracasado perdiendo el dinero invertido en Grecia. Esto hará que Grecia no pueda endeudarse más, y tenga que funcionar con sus propios recursos, sin pedir prestado del exterior.

Esto provocará un ajuste automático de las finanzas públicas griegas, puesto que si el exterior no le presta dinero, no habrá recursos para financiar ningún tipo de déficit, y por tanto no sea posible gastar más de lo que se ingresa. Esto tendrá como efecto positivo el aliviar del peso de los intereses de la deuda pública, y eliminar el efecto “bola de nieve” que estos pudieran generar. El largo plazo de Grecia se vería ya menos negro que antes.

II

La nueva moneda

En segundo lugar, tras la bancarrota de Grecia, la huida repentina de los inversores extranjeros en Grecia y el ajuste automático en las finanzas griegas, se deberá reimplantar una nueva moneda para Grecia. El establecimiento de un nuevo sistema monetario tendrá grandes costes, y llevará tiempo volver a reacostumbrar a toda la población a la nueva moneda.

El nuevo Banco Central Griego deberá dejar fija la cantidad de dinero en circulación. Es decir, no crear más moneda. Se podría hacer fijando la cantidad de dinero a la cantidad de oro que haya en el Banco Central. No obstante, tal cantidad de oro sería muy costosa para la maltrecha economía griega, con lo que podría aliviar el coste, estableciendo un patrón plata en lugar del patrón oro.

Esto evitaría el grave peligro de hiperinflación que pudiese vivir Grecia tras la salida del euro. Y elevaría el prestigio de su moneda paulatinamente, pues el poder adquisitivo de la nueva moneda se mantendría estable, mientras que el del resto del mundo iría descendiendo como consecuencia del incremento de la cantidad de dinero que realizan sus bancos centrales.

Con el paso de los años, los inversores verán atractivas las inversiones en Grecia, pues por el simple hecho de presentar una moneda cuyo valor se apreciase con respecto a las otras monedas, ya es una inversión segura.

Por ejemplo, el franco suizo es una moneda muy estable que incluso se ha convertido en un valor refugio ante el miedo del colapso del sistema monetario internacional, igual que el oro. Incluso se han desarrollado complejos instrumentos financieros que consisten en invertir en cualquier parte del mundo, pero en francos suizos. Por ejemplo, comprar deuda pública brasileña en francos suizos.

Consecuencia de todo ello sería un aumento de la demanda de la nueva moneda griega y un aumento del precio de la misma, con lo que los griegos aumentarán su poder de compra con respecto del mundo. Es decir, como su nueva moneda vale más en el mundo, podrán importar más bienes al mismo precio que antes, o igual número de bienes con menos dinero.

También se reducirán las exportaciones de Grecia hacia otros países, con lo que Grecia se verá obligada a ser más competitiva, a reducir costes y a incrementar la calidad si quiere seguir exportando la misma cantidad de producto. No obstante, esto no sería un peligro muy grave para Grecia, pues al ser un país tan pequeño (el 20% de España en PIB) podrá sacar más provecho de las importaciones que de las exportaciones.

Ya tenemos un país que repentinamente redujo por obligación (quiebra) su desajuste, y que vive sólo de lo que produce. Sin embargo, todo lo que le queda en el futuro es una mejora, y con la nueva moneda tan apreciada con respecto al resto del mundo el poder adquisitivo de los griegos no dejaría de aumentar: los productos del exterior se verían baratísimos, y se produciría un fenómeno de sana deflación, donde, con el mismo dinero, se podrían comprar más productos. Lo cual incentivaría el ahorro, y en el futuro, serían sostenibles y rentables mayor número de inversiones.

III

Núcleos polarizadores

Grecia pidió permiso a la UE para establecer ciertas ciudades paraísos fiscales, tipo Hong-Kong, para animar la inversión y convertirse en puntos que revitalizaran sobremanera la inversión. Sin embargo, la UE denegó la petición, pues tal propuesta haría que miles de inversores se trasladasen de países como Francia, Alemania, Italia, Holanda y España a los nuevos núcleos griegos, pues allí recibirán una tributación muy reducida.

Pero estamos hablando de un hipotético escenario en el que Grecia ya haya salido del euro, por tanto, tal sistema podrá introducirlo, no tendrá que pedirle permiso a Bruselas. Se podrán implementar ciertas ciudades que se conviertan en núcleos polarizantes de inversión, con una libertad económica muy elevada, tal como Singapur, Hong-Kong y Macao. Se podrá implantar un régimen fiscal especial para esos nuevos núcleos griegos donde se page un tipo único de impuestos del 5% a todo, lo que haría un régimen fiscal muy ventajoso para las empresas y muy sencillo de aplicar. Un 5% de IVA a todos los productos, un 5% de IRPF, un 5% de impuesto a los beneficios.

IV

Otras consideraciones

Al principio, Grecia puede verse altamente afectada, pues al salir del euro habrá graves huidas de inversores que, unido a que los bancos griegos ya no estarán respaldados por la UE, podrá provocarse un episodio de corridas bancarias, similar al ocurrido en Argentina en el año 2001, donde muchos argentinos perdieron sus ahorros.

Sin embargo, tal escenario podría reprimirse pactando con el FMI el apoyo a su sistema financiero, y el establecimiento de seguros de depósitos y otras medidas para contener el peligro de desplome del sistema bancario. Pero, aun así, aunque el sistema bancario griego se desplome, y Grecia pueda perder un 40% de su PIB, si los políticos griegos fuesen ideales, y aplicasen si quiera las pocas medidas que hemos citado, a largo plazo merecería la pena.

Además, tales medidas pueden aderezarse con la privatización de todas las empresas públicas y la venta del 90% del oro del Banco Central Griego (el otro 10% puede usarse para comprar la plata necesaria para el patrón-plata), y el dinero recaudado usarse para asegurar los depósitos bancarios o apuntalar el sistema bancario impidiendo una caída del PIB sobredimensionada.

Muchos griegos podrían perder sus ahorros, y nadie invertiría en Grecia ni prestaría a su Estado, pero Grecia se aliviaría del peso secular de la deuda pública y tendrá autonomía para convertirse en un próspero país.

Por otro lado, tal propuesta no solo mejoraría a Grecia, sino a la Eurozona, al incrementar la competitividad fiscal por el establecimiento de esas ciudades libres (la Eurozona se verá tentada a reducir sus immpuestos para no perder recaudación).

Obviamente, los políticos griegos no pensarán jamás en el largo plazo y recurrirán al escenario contrario que hemos ideado aquí: devaluación de la moneda e inflación; pérdida paulatina del poder adquisitivo de los griegos y empobrecimiento generalizado de la sociedad. Por lo que, a efectos prácticos, es mejor la disciplina del euro, con todos los perjuicios que ello comporta.

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Antonio Vegas
Antonio Vegas

Economista, especializado en finanzas. Apasionado de la libertad.

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4 comentarios

  1. Saludos, Antonio. Un gran ejercicio teórico. Te voy a poner un par de objecciones prácticas.

    -Hablas de una nueva moneda con patrón oro y emisiones de esa moneda por su contravalor en las reservas de oro del Banco Central Griego. Esas reservas eran a julio 2011 ( y no deben haber variado muy sustancialmente) 3,6 millones de onzas, que equivalen a menos de 4.800 millones de euros. ¿De verdad crees que la economía griega podría funcionar con esa mísera cantidad de dinero para todo el país? No hablemos si dejas eso en la décima parte.

    – Hablas de un default de Grecia. Este no se puede dar más que quebrando al BCE, con consecuencias dificilmente previsibles (puede que casi ninguna o que se monte un caos). Si evitas esa quiebra y el default es selectivo, pagando al BCE, activarás claúsulas pari-passu que obligarian a no aplicarles a otros deudores el default y los beneficios del default caen, sin que caigan los problemas.

    – En el apartado IV me temo que has cometido el mismo grave error que cometen la parte de independentistas catalanes a los que les da igual que Cataluña quedase fuera de la UE. Fuera de la UE, la financiación a la banca griega por parte del BCE cae a cero. Quiebra inmediata del sistema financiero. Si abandonas el euro tienes una ventaja sobre si sigues con él, que puedes inyectar desde tu propio Banco Central la liquidez necesaria en tu nueva moneda. Pero si tus recursos para hacerlo no llegan a 5.000 millones de euros, no tienes forma de evitar la quiebra de tu sistema financiero, la destrucción masiva del poco ahorro que haya, y consecuencias político-sociales explosivas.

  2. No entiendo por qué debe permanecer socializada la moneda ¿no podría liberalizarse? Los ciudadanos podrían seguir con el euro o con la moneda de su elección como el franco suizo. Además da camino libre a la creatividad empresarial como la del creador del Liberty Dollar.

  3. Perdona, Antonio, pero me parece que en el último párrafo, donde dices: «Obviamente, los políticos griegos no pensarán jamás en el corto plazo», te has equivocado. La frase correcta es: «Obviamente, los políticos griegos no pensarán jamás en el largo plazo»

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