Viendo el informativo de las 3 de la tarde de ayer, sábado 3 de Noviembre de 2012, en Antena 3 me quedo alucinado.
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Antena 3, ayudada de una psicóloga, nos ayuda a entender cómo se comportan las masas. Pueden oírlo en el enlace que les dejo más arriba.
Pues bien, mientras las masas se comportan como un colectivo no hay problemas. Pero cuando la masa entra en pánico ya no se comporta como un colectivo sino que los individuos intentar huir, correr, sin importarle si pisa a los demás.
¿Se puede imaginar un razonamiento más contrario al liberalismo?
Colectivo = comportamiento civilizado.
Individualismo = comportamiento criminal.
¿Es casual este argumento o es fruto del pensamiento único antiliberal ?
En el fondo no es más que otra versión del «sálvese quien pueda» o del «la ley de la selva» o «la ley del más fuerte» una clásica amenaza que hacen los colectivistas a la gente de lo que sucederá si triunfa el liberalismo.
Pero ¿Hay algo malo en que las personas se ocupen de sus asuntos, que en el fondo es el «sálvese quien pueda»? Pues parece que sí, porque va a haber personas que no se van a «poder salvar». «Sálvese quien pueda» se convierte así en que los pobres, los desvalidos no se van a poder «salvar», no tendrán asistencia sanitaria, se quedarán sin casa, sin trabajo… Y todo eso sería por culpa de los «egoístas» que no se van a ocupar de los demás, que incluso pisarán a los demás, como la masa cuando ya no es un colectivo.
En el fondo todo el argumentario antiliberal es que el individuo es intrínsecamente malo y que el colectivo es intrínsecamente bueno.
En su defensa el liberalismo tiene argumentos un poco más complicados y por supuesto menos maniqueos. Hay gente buena, mala y regular. Nadie es perfecto. El liberalismo no propone una destrucción de la sociedad ni la desaparición de las relaciones entre las personas, ni la explotación de unas personas por otras. El liberalismo lo único que propone es que las relaciones entre las personas se hagan libremente. No va a ser la panacea, va a seguir existiendo la gente que intente engañar, robar, mentir a los demás (y que lo conseguirá). Y ese es el problema: mucha gente prefiere la (presunta) seguridad del Estado frente a la incertidumbre que siempre plantea la libertad.
La libertad es mejor que el autoritarismo porque la gente se organizará más eficientemente, será más fácil que las mejores cualidades de la gente sean provechosas para el resto y podrá ser más feliz. Y todo ello porque la vida de las personas dependerá de ellas mismas.
El autoritarismo garantiza seguridad a cambio de menos libertad pero al final su pretendida seguridad se vuelve la seguridad de unos pocos. Pero la gran baza del autoritarismo es infundir miedo.
En un sistema liberal hasta los más poderosos dependen del favor de la gente para poder seguir siéndolo porque la gente es libre para elegir, los colectivistas pretenden que la gente no es libre para elegir, que la libertad es una ilusión, que no pueden cambiar sus vidas… ya saben que «los ricos serán más ricos y los pobres más pobres».
Los autoritarios se aprovechan de las frustraciones de las personas diciendoles que si no pueden tener esto o lo otro es por culpa de «los mercados» o del «neoliberalismo» y les dicen que el Estado va a hacer por ellos lo que ellos mismos no han podido hacer.
Los empresarios, culpables.
Sigue Antena 3 con una entrevista a un empresario de un local de copas. El empresario dice que los (demás) empresarios incumplen sistemáticamente el límite de aforo de los locales porque «sólo piensan en ganar dinero». Él por supuesto no.
Ya saben, sin haber concluido la investigación, que el culpable es el empresario por su afán de ganar dinero. Siempre va a haber empresarios irresponsables pero para eso están las Leyes. Sí, es triste porque ya nadie podrá devolver la vida a las jóvenes que murieron en el tumulto y eso no se paga con dinero. Pero tampoco se puede criminalizar a todo el mundo por lo que hagan unos empresarios sin escrúpulos. El mundo no es perfecto, y no lo será nunca.
En un mercado libre no son los empresarios sin escrúpulos los que triunfan. Puede que una vez (o varias veces)
engañen a la gente pero a la larga las decisiones de la gente lo van a expulsar del mercado… si antes no lo hace la Ley.
El liberalismo no supone la «ley del más fuerte» porque la ley está precisamente para castigar a los que dañan las propiedades o la vida de la gente o a aquellos que incumplen los contratos. El liberalismo no es anarquía, el liberalismo defiende unas Leyes que protejan las propiedades y la vida de la gente y para que se cumplan los contratos. A lo que se opone el liberalismo es a que el Estado decida por la gente cuáles son sus derechos o cómo deben ser los contratos que hagan con otras personas.
Los intervencionistas dicen que nos van a defender de los «más fuertes» pero no nos dicen que a cambio van a crear un Estado, y unos empresarios aliados del Estado, que serán superfuertes y de los que no nos podremos deshacer con una decisión individual.
Los intervencionistas, los prohibicionistas, los autoritarios, desprecian el libre albedrío, creen que somos como niños que no sabemos «lo que nos conviene» y que tenemos que ser guiados por ellos (que sí saben lo que nos conviene). Lo triste es que mucha gente abdica de tomar sus propias decisiones y se deja llevar por el «Estado protector».
La reacción de la alcaldesa de Madrid es un ejemplo de autoritarismo. En vez de controlar lo que ocurre en sus locales lo que hace es, cuando ya se ha producido el desastre y se han perdido vidas humanas, prohibir su uso para fiestas.
Primero incompetencia y luego, sin haberse dilucidado las causas de la tragedia, prohibicionismo indiscriminado, es decir más incompetencia.
El liberalismo hubiera reaccionado castigando a los (presuntos) culpables y luego dejaría a la gente que tomase sus propias decisiones ¿Asistiría la gente a un local que no tuviera suscrito un seguro con unas elevadas indemnizaciones en caso de accidente?
Pero la alcaldesa de Madrid no cree en la libertad, en vez de dejar que la gente tome sus propias decisiones prefiere decirle a la gente «Yo, el Estado, voy a ocuparme de tu seguridad» y prohibir las fiestas en sus locales sin calcular las consecuencias indeseadas. El próximo Halloween ¿Dónde irá la gente a celebrar la fiesta? ¿Será en un local más seguro o se atestarán los locales existentes? ¿Se celebrarán fiestas en peores condiciones aún? ¡¡Cómo recuerda esto a la prohibición del alcohol en los años 20 del siglo pasado en USA!! Tampoco entonces los prohibicionistas pensaron en las consecuencias indeseadas.
Pero los chicos de Antena 3 ya han cumplido con su mensaje. Esa es la gran dificultad del liberalismo: la continua y permanente campaña, unas veces más directa otras más subliminal, en su contra y en favor de la ideología socialista-autoritaria-intervencionista-prohibicionista-colectivista. Pero eso sería tema para otros artículos.
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Hostia, pues a mi en la facultad de psicologia me lo enseñaron al revés, justo que con el q hay q tener cuidao es con el comportamiento de las masas, cuando se hacen piquetes asaltos manifestaciones etc pq la responsabilidad esta difuminada entre todos los participantes, visteis alguna vez a un piquete un asalto protesta violenta realizada por un solo paisano?? no, pq seria el unico responsable , entonces respeta la ley, pero cuando está en grupo pasamontañas y a romper pegar lo q haga falta, un claro ejemplo cuando vas por la autopista y un coche esta fuera de la carretera no para nadie se difumina l responsabilidad, ya parara otro o alguein avisara a emergencias, en cambio si vemos un accidente en una carretera secundaria se para en la mayoria d los casos pa echar una mano ya que no hay nadie mas con quien repartir la responsbikidad y puede q no pasa nadie por esa carrtera hasta dentro d una hora. El caso q nos pone antena 3 no es comportamiento de masas ni individual ni hostias es que el instinto de supervivencia humano esta grabado en nuestro adn podriamos decir, entonces si este se ve en peligro de muerte cunde el panico y conducta de huida al canto, pero vamos es una accion particular en un momento y lugar determinado, muy concreto y especifico, analizar el comportamiento humano tanto individual como en masa en base a esto es no tener ni puta idea, es una situacion excepcional , no estamos todos los dias en situación de peligro de muerte, quitando a <Chuck Norris, asi que vamos a ver si somos un poco serios a la hora de analizar las cosas y nos dejamos de dramas y sensacionalismos.
Cualquiera, con dos dedos de frente, que haya estado en un sitio cerrado atestado de gente (por ejemplo, un vagón de metro en hora punta) sabe por experiencia propia, que en esa angustiosa y claustrofóbica situación, el más mínimo problema o imprevisto puede desembocar en tragedia, porque, literalmente, uno no se puede ni mover.
Mi experiencias vitales en situaciones así, son de dos tipos: unas, como la del vagón de metros, son involuntarias en el sentido de que uno se resigna a meterse en esa ratonera «a la fuerza» ( por ejemplo por no tener alternativa para llegar a tiempo al trabajo o a la universidad como era mi caso. De hecho incluso alguna vez he dejé pasar algún metro, con el consiguiente fastidio y retraso, ante el repudio que sentía por tener que meterme en esas ratonaras).
El otro tipo de experiencia vital es plenamente voluntario: voluntariamente me he metido en conciertos o discotecas tan atestados como los vagones de metro en hora punta, a pesar de ser plenamente consciente de que en caso de que pasara algo malo, sería un milagro salir con vida de allí. Afortunadamente para mí, no me sucedió, lo que a la pobres chicas del Arena de Madrid. Simplemente tuve más suerte.
Lo que me parece una hipocresía o una ignoracia supina es ignorar que especialmente, cuando somos jóvenes, muchos aceptamos voluntariamente y pugnamos por meternos en esas ratoneras que implican un riesgo cierto.
Y aún me parece más ignorante la ingenua pretensión de algunos (eso sí, siempre después de la tragedia y nunca antes) de que papá Estado va a velar por nosotros en esas ratoneras en las que, insisto, nos metemos ( o se meten nuestros hijos) voluntariamente.
Que conste que lo anterior no implica que no esté de acuerdo en que la Ley castigue a quien tenga que castigar si demuestra su responsabilidad en lo acontecido.
Ayer intercambié un par de tweets con Pérez-Reverte sobre el tema. En mi opinión la sensación de inmortalidad que tenemos de jóvenes nos hace muy vulnerables a este tipo de accidentes. Por cierto, 1000% de acuerddo con tu comentario
Consideran al individuo y a las personas malas por naturaleza, por eso
les entra pánico cuando consideran que el individuo actúe libremente,
sin embargo, son esos mismos liberticidas los que hablan de las
bendiciones del planificador que siendo éste también personas consideran
siempre sus intenciones buenas.
el problema fundamental de los comunistas que por lo demas es imposible economicamente es que generalizan el pueblo yaya imbeciles la verdad dan lastima los fieles y los del «poder»o sea sin competir a la carcel o pena procesal hasta entonces desaceleraciones producidas por la regulaciones y los indignados pidiendo que los controlen o sea el mercado asombroso verdad la de homunculos rebuznando por las calles en fin hay gente pa to ozu
esto no es politica o sea que los jovenes salgan de «fiesta»es para madurar conocerse mas vamos lo logico pero ocurre que al tener tanto poder adquisitivo y los neurotransmisores adulterados pues ya esta liada y la ebriedad la celebran que es psicologico que no psicologia sin saber a donde van.p.d la psicologia es de sofistas o sea estudian el miedo pues la mejor manere es el lsd ayahuasca el madma la maria joder que somos nosotros y encima la psico generaliza y dicen los hombre no se no se quantos a mi no me han estudiado y todo es quimica me remito a thomas szasz y antonio eschotado
Precisamente el peligro de las avalanchas y las muchedumbres es que la gente deja de comportarse como un conjunto de individuos dotados de razón, y pasa a ser una masa de comportamiento unitario, que tiene más que ver con los fluídos que con las sociedades. Los integrantes se mueven siguiendo a los de alrededor, contagiándose de su estado de ánimo. Cualquiera que conozca el tema de primera mano, como por ejemplo los antidisturbios, lo sabe. En problema no es que cada uno vaya a lo suyo egoistamente, sino que se pierde la individualidad.
Muy de acuerdo. Pocas cosas hay tan colectivas como una masa en la que prende el pánico.
Conthe realiza un buen análisis de este tipo de situaciones de manera mucho más aséptica. http://www.expansion.com/blogs/conthe/2012/11/05/madrid-arena-las-fuerzas-de-la-tragedia.html Sin entrar en consideraciones de comportamientos individuales o colectivos, sino considerando el colectivo como una suma de individuales.
Por otra parte, tampoco daría mayor importancia a un informativo que deja en evidencia su escasa objetividad. Desde aventurar que X o Y «podrían haber sido las causas» (o no haberlo sido) hasta ese trozo en el que hablan de que todos huyen en la misma dirección, cuando eso no habría supuesto un problema, pasando por confundir el instinto de supervivencia desatado por el pánico con una situación de simple desamparo.
No estoy tan de acuerdo, Mill.
En el fondo todo el argumentario antiliberal es que el individuo es intrínsecamente malo y que el colectivo es intrínsecamente bueno.
Yo creo que el argumentario antiliberal es que todo interés individual es intrínsecamente malo, y todo interés colectivo es intrínsecamente bueno. Lo cual me parece estrictamente cierto, puesto que «bueno» y «malo» son productos de la moral, que a su vez es un producto de (y en defensa de) el colectivo.
Simpatizo con el liberalismo. Por carácter (antiautoritario que es uno), y por pensamiento (creo que es más eficaz y que hace sociedades más vivibles). Pero creo que al liberalismo le falta autocrítica. Por poner un ejemplo, también soy partidario de la razón, pero creo que la razón sin autocrítica (y auto-límites) produce monstruos.
Una cosa que pienso siempre es que el ser humano no es liberal por naturaleza. Por más que miro, no lo encuentro. Somos animales de grupo. Sí, somos bastante capaces de funcionar y sobrevivir aislados, pero en general no es lo que «nos sale». Y en grupo perdemos libertad, más o menos voluntaria o naturalmente. Y además somos especialistas, y delegamos. Dejamos en manos de otros ciertas actividades y ciertas decisiones. El problema viene que eso a lo que nos induce nuestra naturaleza se desarrolló en grupos pequeños. Donde había cierto control sobre aquél en quien has delegado, y en el peor de los casos el individuo se podía abrir del grupo y fundar otro. O matar entre unos pocos al jefe que te hincha demasiado las narices. O sea, había cierto equilibrio y control. Que se pierde en cuanto las sociedades se hacen más grandes.
Esa es mi humilde crítica al liberalismo. Que olvida el paso intermedio (lo natural), y convierte el problema en un falso dilema sociedad / individuo. Y así es muy difícil que convenza a la gente, porque no es eso lo que la gente siente.
El liberalismo no supone el fin del grupo o los grupos ni el fin de la delegación, de hecho las empresas se comportan como grupos que buscan un mismo fin es decir como organizaciones y en ellas se delega al especializarse cada trabajador en una tarea.
La cuestión es la libertad para sumarse a un grupo o dejarlo. Por ejemplo en el tema de la educación la cuestión no es si dejar que a los hijos los eduquen profesores en colegios lo que supone una delegación. La cuestión es si con nuestro dinero los queremos escolarizar en un colegio o en otro y no tener que depender de un gobierno y de unos profesores burócratas que van a decidir por nosotros.
El problema es que a la gente se le plantea que sin el Estado no habría educación «gratuita», aunque el dinero que el Estado dedica a la educación nos lo ha sacado previamente en impuestos.
Sí, cierto, Mill. Pero al hacer tanto hincapié en lo individual, y en contraponerlo a lo colectivo, pasan dos cosas. Se pierde perspectiva, y se pierde «público».
El ejemplo es bueno: La cuestión es la libertad para sumarse a un grupo o dejarlo.
Pues yo creo que no solo. No solo sumarse o dejarlo. También organizarlo; dejarlo auto-organizarse, sin interferencia de fuera. Parece paradoja: reclamar la libertad de un interés colectivo (pero no de toda la comunidad). Suena raro, pero yo creo que es muy «natural». Se corresponde con lo que nos suele pedir el cuerpo a los humanos.
Puede que esté equivocado, nunca he seguido mucho el asunto. Pero yo creo que los liberales no inciden en este apartado (por obsesión individualista). O es que yo no lo veo, al no seguirlo. En esa línea acabarías en algo como «estados a la carta». No sé si tanto, pero tal vez sí «seguridad social a la carta» y cosas así. No es lo mismo que «búscate un seguro»; es unirse muchos para hacerlo. Y moneda, crédito, lo que quieras.
No, Plaza, no es lo mismo. El liberalismo, no así el anarcoliberalismo, defiende la existencia de un Estado, una justicia y unos medios de coacción para hacer respetar la vida, la propiedad y los contratos. El Estado no es a la carta porque el respeto a la vida, la propiedad y los contratos no es a la carta.
Déjame ser malo, Mill. 😉
¿Contempla el liberalismo la posibilidad de un grupo que mayoritariamente no quiera ser liberal? Grupo puede ser la población de un estado, o lo que sea. ¿Sería contrario al liberalismo que ese grupo se organizara en un estado del bienestar fuerte y a su gusto, o sostiene que eso es inadmisible, porque algunos miembros del grupo no están de acuerdo, y no se les puede quitar la libertad a esos disconformes?
Ni idea sobre lo que piensa Mill, pero yo sí tengo una repuesta que quiero darte, Plaza: Sí, el liberalismo en el que yo quiero vivir contempla esa situación y ese supuesto. Ahora bien, si ese grupo se organiza desde la defensa de la libertad, lo lógico es que permita a los que piensan diferente secesionarse de esa estructura. Si la secesión no estuviese permitida, obviamente no estaríamos hablando de un estado liberal (social, equitativo, justo, de bienestar, lo que tú quieras) sino de un estado totalitario, lo que tenemos 🙂
Es perfectamente posible para el liberalismo convivir con un grupo de gente que prefiere organizarse socialmente de otra forma. La única condición? Evitar escrupulosamente la imposición y respetar escrupulosamente el principio de voluntariedad.
El problema territorial se solucionaría con un sitema de competencia entre ofertadortes de servicios. El que quiera un a educación, salud y servicio de caridad estatales, paga los correspondientes impuestos y acude a los servicios del estado. El que prefiera servicios privados, paga los correspondientes seguros/escuelas/hospitales y NO paga los impuestos equivalentes. A ver al final qué sistema resulta más efectivo, atractivo, barato. Ese sí sería un experimento interesante.
El liberalismo entiendo que supone la superación de la ley del más fuerte y de la violencia como recurso lícito para luchar por el poder, que son las tendencias naturales y más animales del ser humano. Hace falta maurez y estar bastante civilizado para aceptar un sistema liberal en el que ya no tienes que procurar estar en el bando ganador para reducir la incertidumbre de tu entorno.
En cuanto al tamaño del colectivo, en un entorno liberal el estado tal y como lo conocemos y concebimos por costumbre deja de tener sentido y la evolución de las instituciones y de la ley tiende localizarse en comunidades más pequeñas. Incluso grandes urbes como puede ser Madrid lo más probable es que acabara tendiendo haca un modelo similar a lo que es Tokio, una amalgama de comunidades colindantes con identidad propia.
El liberalismo no es la solución a los problemas de este sistema, es la alternativa al sistema. Medir su validez y resultados en los escenarios establecidos por una filosofía incompatible produce resultados inútiles, tanto como lo es intentar salvar el socialismo con capitalismo o el capitalismo con socialismo.
Tampoco tiene sentido criticar a priori los resultados de un marco liberal cuando una de las máximas del liberalismo es que nadie puede predecir los resultados de la acción humana, sobre todo cuando esta se realiza en libertad. La crítica sólo puede ir hacia los mecanismos que establecemos para maximizar esa libertad, que podrán ser mejorables siempre. Pero hablar del resultado es falaz y no viene a cuento, pues no se trata de imponer un sistema ni nada, sino dejar que el orden expontáneo sea posible mediante acuerdos de personas libres…
Pues yo entiendo al Ayuntamiento. Hagan lo que hagan se les va a criticar…pues mejor no arriesgar…
Sálvese quien pueda y pises a quien pises porque si no lo haces te pisarán a ti. Han faltado las feministas denunciando que hayan sido solo mujeres las víctimas del Madrid Arena.