Dicen que ya es hora, que ha llegado el momento de romper con Madrid y abrazarse naturalmente a Barcelona. Me parece muy bien.
«Es cierto que la teoría de nuestra Constitución establece que todos los impuestos se pagan voluntariamente, que nuestro gobierno es un negocio consensuado, basado en los pactos que la gente hace hace libremente con los demás …
Pero la teoría de nuestro gobierno y la realidad práctica son completamente diferentes. El hecho es que el gobierno le dice al pueblo: «El dinero o la vida` Y muchos, si no la mayoría de los impuestos, son pagados bajo la presión de esta amenaza!.
El asaltador de caminos es al menos más honrado: asume la responsabilidad, el peligro y la criminalidad de su propio acto. No pretende tener ningún derecho legítimo sobre su dinero, y no tiene la intención de utilizarlo para su bienestar de usted. No pretende ser otra cosa que un bandido. Él no tiene la audacia suficiente para afirmar que sólo es un “protector”, y que tomar el dinero de la gente en contra de su voluntad sólo para mejor “proteger” a los viajeros desamparados ( ) No, el estado jamás les dira esto.
Un asaltador de caminos no insiste en que seguirá acompañandole en contra de su voluntad toda su vida, no reclama ser reconocido como legítimo soberano por la «protección» que usted recibe. El sólo dice que es un ladrón.
En resumen, después de que le robaron, los ladrones no tratan de convertirle en su herramienta o su esclavo. El estado sí» Lysander Spooner
Ya saben: Catalunya necesita un Estado!
Cambian de dueño, cambian de ladrón. Felicidades!
Disculpenme, pero olvidan que la peculiaridad de nuestro nacionalismo, lo que le hace diferente del de Quebec, Escocia, la Padania y similares es que aspira no sólo a la independencia sino también a la expansión (los paises catalanes y las cinco provincias)
Eso supone un peligro añadido, …porque cuando las cosas vayan mal siempre tendrán la excusa del agravio por “los territorios amputados o robados o expoliados..” y vuelta a empezar.
La teoría nacionalista que define Carlos Ulises de Moulines se basa en los siguientes axiomas
0.- principio-guía VIPS, Valor Intrínseco de la Pluralidad del Ser
1.- las étnias son entidades conocidas a cierto nivel de abstracción
2.- las étnias rigen una parte substancial de la evolución política, social y cultural de la humanidad
3.- no podemos investigar cada una de las étnias que existen en un momento dado de manera empírica directa
4.- las manifestaciones de las étnias son de carácter cultural en la inmensa mayoría de casos
5.- la determinación fenoménica de las étnias casi nunca es unívoca
6.- las étnias son entidades genidénticas: cambian preservando su identidad
7.- las étnias son entidades de límites sincrónicos y diacrónicos difusos
8.- las étnias tienen diferentes niveles de agregación, es decir puden constatarse sub-étnias y super-étnias dentro de una misma étnia
9.- las naciones constituyen un tipo particular de étnias (las naciones son étnias políticamente conscientes de ellas mismas, o lo que es lo mismo tienen un programa político de preservación y desarrollo de la propia identidad)
Creo, sin duda, que de los nueve axiomas anteriores de puede deducir que cualquier nación debe tener la posibilidad de optar a un estado propio si así lo determina la población que forma parte de esa nación.
Ademas, desde una prespectiva del anarcocapitalismo, que niega la legitimidad del estado, y como forma de transición hacia una forma de organización sin estado, es bueno que haya muchos estados pequeños, cuántos más mejor. Y por tanto que España se desintegre en catalanes, gallegos, vascos, … es una cosa buena. Se fomenta la competencia entre las formas de gobierno.
Con todos los respetos para Moulines, su teoría me parece un timo. Es decir, que las etnias existen porque más o menos él piensa que existen, pero no se pueden estudiar concretamente porque tienen límites difusos, no existe una definición, no pueden determinarse de forma objetiva…
La verdad es que yo nunca he visto una etnia (siempre me ha parecido un eufemismo para sustituir el desacreditado término «raza»). He visto personas de las que se dice que pertenecen a una u otra, pero la etnia en si, la verdad es que no.
Si quieres buscar similitudes o afinidades, cualquiera las puede encontrar con otra persona del planeta, o incluso con los chimpancés. Y si lo que quieres es definirlo por exclusión, a partir de las diferencias, las que tengo yo con mi hermano, por ejemplo, son bastante significativas (incluso en el aspecto físico). Siempre queda el socorrido tema de la lengua (lo del color de la piel ya nadie se atreve), claro, un recurso cuado todo argumento de peso se hunde.
Pero aún admitiendo la existencia de las etnias, el caso es que también existen las alcachofas, y no por eso tienen derechos. Y no existe nada parecido a la alcachofidad ni el alcachofismo. Los derechos lo son de las personas, y si me apuras de agrupaciones de personas bien definidos y concretables (socidades, administraciones…).
Reitero que si un grupo de personas (por ejemplo los habitantes de un territorio concreto) quieren su independencia, es ridículo que su argumentos se basen en conceptos pseudoreligiosos y racistas, como las etnias, o en historias más o menos falseadas. Se plantea y en paz.
Y el tamaño del Estado (en cuanto extensión del territorio) no es lo básico para determinar su legitimidad, sino el grado de libertad individual y su injerencia. Por supuesto, la existencia de Estados pequeños no es ningún problema. Pero avancemos un poco más: ¿Por qé Cataluña, Galicia, Murcia…? ¿Por qué no Tarragona, el Valle de Arán o el término municipal de Figueras? O una comunidad de propietarios.
Pues es lo que dice el artículo: porque la idea es cambiar un Estado intervencionista grande por otro igualmente intervencionista y opresor, pero de menor extensión geográfica. Lo demás son florituras.
La doble tesis que defiende el Sr. Moulines es que el nacionalismo, como programa de defensa y desarrollo de las naciones es una doctrina bien fundada en el ámbito ontologico-epistemológico como en el axiológico.
La parte onotologico-epistemológica de la tesi es que la naciones son entidades empíricas reales, aunque no identificables de manera directa, sino por via teórica, igual que muchas otras entidades teóricas de las ciencias más avanzadas (gen, entropía, quark,…).
La tesis axiológica es que es bueno que el universo consista en la más gran diversidad posible de cosas y en consecuencia un programa etico-político como el nacionalismo, que aboga por la preservación y el desarrollo de las naciones, ha de ser valorado positivamente.
Verá: tanto «gen», como «entropía» o «quark» tienen una definición teórica tan precisa, que en el caso de los dos últimos derivan de expresiones matemáticas, cuando no se definen precisamente mediante éstas. En cambio, el mismo Sr. Moulines admite que no tiene una definición exacta de etnia, ni existe algo definible como tal. Y en el plano empírico, admite sus límites difusos y heterogéneos… vamos que son estnias, así a ojo, lo qu él cree que lo son. No mezclemos las ciencias sociales con las naturales, porque a parte de recordar otras épocas, el resultado es ridículo.
«Etnia» entraría más en el campo de las pseudociencias, con conceptos tan definibles y tan empíricos como «ovni», «poltergeist» o «ectoplasma». Hay gente convencida de su existencia, pero que no puede dar prueba de ella, ni una definición exacta.
Pero es más: ¿por qué la excusa de las etnias para la secesión? Es igual de ridículo que tratar de buscar excusas históricas o legitimidades dinásticas, raciales o lingüísticas. No es más que para justificar a la vez la pretensión independentista y la oposición a que otros grupos interiores se separen, a su vez.
Y para que exista diversidad no son necesarias naciones y mucho menos nacionalismos. Precisamente, el resultado del nacionalismo es siempre la aniquilación (o el intento) de la diversidad en el interior de un grupo, bajo la pobre excusa de la defensa de una supuesta identidad común, que tendría más importancia que el propio individuo. Sr. Valens, usted mismo lo ha dicho: «preservación» de las naciones. ¿Por qué? ¿No es buena la diversidad? ¿Por qué un grupo, dentro de una nación, no va a poder plantear su independencia sólo porque así le conviene?
Bueno, y al final, entre cuestiones teóricas, me desvío del temadel artículo: Dicho lo anterior, y admitiendo el derecho de todo grupo a secesionarse de otro, siempre que sea de forma transparente y aceptada por todos (o al menos por una mayoría significativa), ¿de verdad se creen en Cataluña que en manos de sus caciques locales van a vivir mejor que ahora?
Al menos en la situación actual, la UE sirve de cierto (mínimo pero algo es algo) control sobre la desafortunada casta política española, y ésta, por paradójico que pieda parecer, a su vez, limita los desmanes de los patéticos podres locales (mínimamente, de nuevo, pero menos da una piedra).
Sr. Velarde,
Estamos de acuerdo en un punto:
«el derecho de todo grupo a secesionarse de otro, siempre que sea de forma transparente y aceptada por todos (o al menos por una mayoría significativa)»
Aceptando VIPS (y creo que los que no somos totalitarios lo podemos aceptar sin dudar), llegamos a la conclusión de que cuanta más pluralidad de entidades haya en el mundo mejor: ya sean individuos, empresas, etnias, especies, etc.
Para mi las etnias existen ya que muchos grupos humanos caen bajo la teoría de Moulines. Por ejemplo los aficionados al Barça son una etnia, los esquimales son una etnia,… Algunas de esas etnias manifiestan carácter de nación, por ejemplo Cataluña, Quebec, Pais Vasco. Por lo tanto esas etnias tienen derecho a su programa nacionalista.
No hay ninguna contradicción en que un grupo dentro de una nación quiera secesionarse. Si el día de mañana cuando Cataluña sea independiente, resulta que los tarragonenses quieren ser independientes, pues su derecho tendrán también. No hay ningún problema. De hecho bajo VIPS el mundo será mejor.
Si una idea cojonuda lo de los múltiples miniestados. Creo que en la I República española los llamaban cantones. Como se nota que en la asignatura de Historia española ninguna generación se libraba de estudiar la Historia antigua como el Arte Rupestre o las peripecias entre moros y cristianos (lo cual está muy bien) pero ninguna llegaba a los tiempos modernos de la I República española en la que por ejemplo el cantón de Cartagena se dedicaba a bombardear al de Alicante por un quítame allá esas pajas. Dicho de otra forma: como ya no acostumbramos a matamos entre españoles, franceses, ingleses, alemanes etc, lo mejor es que empecemos de nuevo a matarnos entre nosotros, que todo queda en casa.
Pues sí. La bonita teoría de que cuanto más pequeño es un Estado, más libres son sus habitantes, en la práctica no funciona. Hay algunos donde se vive bien, claro, pero ejemplos de países pequeños sumidos en tiranías y pobreza los hay a patadas. Y en España, la experiencia es de todo menos esperanzadora.
Bueno… ya puestos, ¿Por qué no España pide a Francia que se la vuelva a anexionar? Ya se tuvo ese honor y resulta que no gustó. Si se hubiese seguido formando parte de la Gran Francia se hubiese sido europeo mucho antes, se tendría una mayor productividad y una mejor economía a tenor de lo que se aprecia en la actualidad.
¿O es que para ese lado el argumento no vale?
Tal vez en Catalunya se esté harto de hacer el «cornut i pagar el beure», de que desde otro Estado se gobierne éste, que se haga y deshaga, ponga y disponga y se obtenga más bien poco, de ver como las infraestructuras van quedando obsoletas, como las vías rápidas son de peaje, por cierto bastante más caro que otras vías rápidas de peaje, de ver como se insulta directamente a los que pagan sus impuestos y ven que las inversiones no son proporcionales, de ver como se acosa una lengua y una cultura propia, diferente y diferenciada.
Bueno, argumentos hay muchos, demasiados. Lo que parece es que cada vez hay más gente dispuesta a decir «basta». Dispuesta a cambiar de «amo» por uno propio, por uno de aquí. Porque no se olvide usted que para Catalunya y los catalanes España es OTRA nación, muy respetable, al menos tanto como uno espera que se respete la propia.
Y sí, yo quiero cambiar de amo, pero uno que elija yo y que no me insulte ni me desprecie.
«Para Catalunya…»
¿Quien es «Catalunya»? ¿Acaso la tal «Catalunya» es un ente pensante y tiene opiniones o sentimientos?
«Para…los catalanes…»
Eso ya es otra cosa ¿Todos los catalanes? ¿O solo algunos, sean muchos o pocos? ¿Está seguro?
Si no quiere ser despreciado, opine por si mismo y no se apropie de la opinión/sentimiento de nadie más. Hablar en nombre de otros sin su permiso es propio de totalitarios, y por ello despreciable.
Aplique usted lo mismo para España y los españoles. Y hablando de totalitarismos, la elección de si queremos la independencia o no, se hará en referéndum entre LOS catalanes y LAS catalanas, para nada nos interesa si otros ciudadanos de otro país quieren o no cedernos grácilmente la libertad a que todo Pueblo aspira.
Y no se equivoque, Català es quien está empadronado en Catalunya y tiene derecho a voto en el Territorio de Catalunya. Haya nacido en Montserrat a los pies de la Moreneta o en Cochabamba.
En todo caso, gracias por sus adjetivos que reafirman mi firme convicción de que usted y yo no pertenecemos a la misma nación.
«Aplique usted lo mismo para España y los españoles.»
¿Donde he hablado de España y/o los españoles?
«LOS catalanes y LAS catalanas»
Esa forma de expresarse, en español, es una memez. No lo digo yo, lo dice la RAE.
«para nada nos interesa si otros ciudadanos de otro país quieren o no cedernos grácilmente la libertad a que todo Pueblo aspira.»
No se equivoque, no se trata de querencias, se trata de cumplir las leyes al respecto.
«Català es quien está empadronado…»
No sea absurdo, o escribe en catalán o escribe en castellano. Si escribe en castellano, se dice «catalán», y no «catalá». Nadie escribe «english» para hablar de un inglés. Respecto al asunto que indica, también hay leyes al respecto.
«…que usted y yo no pertenecemos a la misma nación» Es posible. O no. Pero yo no he dicho nada al respecto y usted no sabe quien soy, de donde soy, ni donde vivo. Anda, por cierto ¿Ha visto usted como se llama este blog?
Cúrreselo un poco o vaya con sus fantasías a otro lado. Pero, por favor, no nos castigue con semejante cantidad de falacias en cinco líneas.
La verdad, me cansan un poco los argumentos falaces nacionalistas. Quiero decir: Admito perfectamente que me digan «quiero la independencia porque pienso que viviría mejor», o algo parecido. Es un argumento racional sobre el que se puede discutir. Es más, comprendo incluso argumentos meramente sentimentales. Al fin y al cabo, si alguien quiere ser otra cosa, es asunto suyo. No veo problemas a la secesión de un territorio si ésta se produce de forma libre y transparente, con todas sus consecuencias.
Pero el intento de falsificar la historia para dar mayor «legitimidad» a unas pretensiones es absurdo, y tan cansino y risible como el victimismo omnipresente (nos insultan, nos oprimen, nos miran mal, acosan nuestra cultura y nuestra lengua…).
Por responder a un ejemplo planteado en este hilo: Francia nunca se anexionó España. La invadió para poner en el trono un gobierno títere. Sí que se anexionó una parte de ella (Cataluña incluída). Por cierto, que de haber triunfado, hoy día nadie hablaría catalán, por lo que alguna ventaja ha tenido ser parte de España.
España nunca ha invadido Cataluña, porque ésta siempre formó parte de aquella. Por supuesto que en un país en el que el deporte nacional es la guerra civil, se pueden encontrar multitud de episodios bélicos cuyo campo de operaciones fue Cataluña (y Murcia, y Andalucía, y Extremadura…), pero decir que fueron invasiones españolas es de risa (y de no haber leído un libro en su vida, más allá de manuales de adoctrinamiento).
Después está el tema de «Cataluña» o «los catalanes» como algo uniforme y abstracto. Lo siento, no creo que eso eista, como lo creo que exista «los españoles». Es negar la capacidad de cada persona para tener gustos e intereses propios.
Y por último, del mismo modo que no tengo ningún inconveniente en que si una parte significativa de Cataluña desea la secesión, pueda tenerla, supongo ningún nacionalista pondrá pegas a que si una parte dignificativa de algún territorio de Cataluña desea separarse del resto, bien para ser independiente, bien para seguir formando parte de España (o Francia, o Taiwan), también lo haga.
Los nazionanistas son, por definición, los intérpretes autoungidos del sentimiento de la nación. Lo que piensen o sientan las personas les da igual… Y sin victimismo, ni incultura ni falsificación de la historia desde la escuela, no habrían juntado ni a cuatro gatos para la manifestación.
Totalmente de acuedo con su planteamiento Miguel. Hay temas de los que para escribir, aunque sea en un blog debería llevar cierta dósis de lectura profunda. Incluso el título de artículo me parece erróneo ¿Cambiar de dueño? ¿De qué hablamos de un Estado democrático moderno o de la Edad Media?. Cataluña, Extremadura o cualquier comunidad tienen como único «dueño» a sus representantantes políticos que les representan por votaciones democráticas. Actualmente España está más cerca de un Estado federal que de uno autonómico, por lo que cada uno es esencialmente responsable de sus actos.S2
No confundamos la transmisión de información en el tiempo (con internet casi inmediata) con la transmisión de información entre personas. Para eso no hace falta internet. Ni un estado 😉
La información inmediata es más poder, ¿por qué el amo nos iba a dar más poder?
Quién hace mejor uso de ese poder? Nosotros dos que intercambiamos opiniones sobre Spooner o quien nos lee y puede dictar una ley? El granjeroc que de pronto puede cazar ciervos o el señor que le va a cobrar por hacerlo?
El estado también puede hacer un uso responsable de su poder:
http://c4ss.org/content/11909
¿Es la excepción que confirma la regla? Probablemente.
Probablemente. El asaltador de caminos también puede preguntar a sus cómplices si prefieren hoy carne o pescado. 😉
Imagino que sin Internet, el mayor hito de innovación social acaecido desde la revolución industrial, no nos enteraríamos de la perorata anti-estado de Lysander Spooner en DDE porque sencillamente no existiría ningún blog.
¿Gracias a Arpanet, y a los impuestos esclavizadores? Pues vale.
Os propongo la lectura del ensayo filosófico titulado «manifiesto nacionalista» escrito por el Doctor especializado en filosofía de la ciencia estructuralista Carlos Ulises de Moulines. Allí se expone una miniteoría del nacionalismo, que se basa en el principio-axioma de la pluralidad del ser.
Yo soy el primero en afirmar que defender la querencia por lo mío (que puede ser «lo nuestro») no es negativo, al contrario. Pero desde una óptica de libertad, es bastante indiferente si lo que me mueve a adoptar un nuevo dueño es mi sentimiento particular, mi incapacidad para resolver yo mis problemas o la desidia simple que me lleva a hacer lo que los demás hacen (que si son «mayoría estará bien, seguro») Si la consecuencia de mi nacionalismo no es más libertad (y por ende más pluralidad) sino un cambio de nombre del señor, de nada me sirve la explicación (por otro lado interesante) del señor Ulises de Moulines. (Sigan el enlace y lean lo que nos propone Xavier, a quien agradezco haberlo traído)
Un texto muy interesante, lo que yo creo es que queda actualmente algo desfasado. En un país libre el estado es sólo un marco legal en el que los ciudadanos pueden llevar a cabo su particular «búsqueda de la felicidad» jeffersoniana. Por tanto, si se va a sustituir uno por otro debería justificarse ante los ciudadanos en qué es mejor el nuevo estado que el antiguo. Un ejemplo claro sería la separación de los estados bálticos de la Unión Soviética. Claramente es mucho mejor ser un ciudadano de Lituania no ya que de la URSS sino de la actual Rusia o Ucrania. El ‘vamos a estar contentos de estar juntos los catalanes’ en un estado que básicamente es España bis no me parece que baste. De hecho lo que me parece es que es bastante retrógrado.
Parece que la casta política catalana no quiere permitir la competencia con la de Madrit, así que ha convencido a su población que roban otros y no ellos. Pobres ilusos, unos y otros. Su chiringuito tiene los días contados, salvo que nos sigan exprimiendo tanto a los habitantes de Cataluña como a los del resto de España.
Un saludo.
«su chiringuito tiene los días contados…» Ja, Ja. Que mas quisieramos todos que se acabase el chiringuito de los políticos. se resolverían todos nuestros problemas. Me da la impresion que el chiringuito va a seguir, o más bien que se lo va a quedar la cadena de supermercados «Merkeldona»