Comprendiendo la Economía. Capítulo 17: EL SISTEMA FINANCIERO Y LOS CICLOS ECONÓMICOS. CLASES DE CRISIS.
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1.- Ahorro y endeudamiento.
Muchas personas y empresas no gastan todo el dinero que ganan. El dinero que no gastan estas personas y empresas lo ahorran durante un periodo más o menos largo de tiempo.
Existen también personas y empresas que gastan más de lo que ganan. Se endeudan para tener más bienes de los que disfrutar o para invertir en nuevos factores de producción que les permitan obtener nuevos ingresos.
Es evidente que mientras que ahorrar es un acto voluntario del ahorrador para endeudarse hace falta no solo la voluntad del que se endeuda sino que también es necesario la voluntad del ahorrador de prestar.
Ahorrar es renunciar a disfrutar bienes que se podrían comprar en el presente pero permite conservar dinero con el que podremos comprarlos en el futuro. Ahorrar es aplazar la satisfacción de necesidades.
¿Por qué ahorra la gente? Existen dos razones:
a) Para conseguir reunir suficiente dinero para comprar en el futuro un bien que es demasiado caro para nuestra renta presente.
b) Para poder reunir un dinero con el que mantener o mejorar la renta en el futuro.
Aunque en realidad son la misma dado que mejorar la renta en un futuro es tanto como poder comprar más cosas en un futuro, la única diferencia es que en un caso el objetivo del ahorro es un bien concreto y en otro simplemente es la posibilidad de comprar más bienes.
Los que se endeudan lo hacen por dos razones: quieren disponer en el presente de bienes de los que no podrían disponer con su renta o pretender invertir un dinero que no tienen en factores de producción que piensan que les harán ganar más dinero.
Como se ve, ahorrar supone un sacrificio, un aplazamiento de la satisfacción de necesidades mientras que endeudarse supone lo contrario adelantar la satisfacción de necesidades con dinero que no es nuestro o intentar ganar dinero con un capital que no poseemos.
En principio y por tanto no hay ninguna razón para que la gente ahorre y se sacrifique para que otros puedan satisfacer antes sus necesidades o usar el capital (de los que ahorran) para obtener beneficios.
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2.- Los principios del negocio bancario.
En un principio los ahorradores simplemente guardaban su dinero en sus casas o negocios. Pero por razones de seguridad aparecieron banqueros que por una comisión guardaban del dinero de los ahorradores. Los banqueros pronto se dieron cuenta de que siempre había una cantidad de dinero que sus ahorradores no retiraban… y decidieron prestarla a la gente que quería endeudarse. Pero, por supuesto, no lo hicieron gratis sino cobrando un interés porque al fin y al cabo los banqueros eran empresarios.
Por tanto en el negocio bancario básicamente existen tres clases de personas o empresas:
a) El depositante, es la persona o empresa que tiene su dinero depositado en el banco ya sea en una cuenta a la vista (puede sacar su dinero cuando quiera) o en una cuenta a plazo y que recibe un interés a cambio .
b) El banquero o el banco es la persona o empresa que custodia parte del dinero de los depositantes y que presta el resto a los deudores a cambio de un interés.
c) El deudor es la persona o empresa que obtiene un préstamo del banquero y que paga le paga un interés.
Sin embargo los banqueros son unos empresarios singulares puesto que (parte de) su capital proviene de los ahorradores que depositan su dinero en sus establecimientos. Cierto es que los banqueros también tienen parte de su capital invertido en su banco y que lo prestan a los deudores junto con el capital de los depositantes en el banco.
Este sistema también permitió que los banqueros compitieran entre ellos y empezasen a dar intereses a la gente que depositase dinero en su banco durante un cierto periodo de tiempo. Puesto que los banqueros podían obtener intereses del dinero prestado podían pagar (menores) intereses por él a los depositantes y luego quedarse con la diferencia.
Quedaban sentados los principios del negocio bancario. Los banqueros obtienen dinero de los depositantes ya sea pagando por ellos un interés o por el hecho de custodiar el dinero y también aportan capital propio. Con todo ese capital: el ajeno remunerado, el ajeno no remunerado y el propio, los banqueros prestan dinero a la gente o a las empresas que desean endeudarse a cambio de unos intereses.
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3.- Los riesgos del negocio bancario.
Pero el negocio bancario no es un negocio exento de riesgos. Existen tres clases de riesgos:
a) El banquero no tiene en ningún momento en su caja, en efectivo, todo el dinero que le pueden exigir sus depositantes en depósitos a la vista porque tiene ese dinero prestado. De tal manera que si todos (los depositantes con depósitos a la vista) se presentasen a la vez y exigiesen los depósitos a los que tienen derecho el banquero no podría hacer frente a los pagos y tendría que suspender pagos.
La parte de dinero que tiene en caja el banco del total del dinero de los clientes con depósitos a la vista se llama coeficiente de caja.
b) El banquero recibe depósitos a plazo y los presta a uno diferente y más largo. Aquí el problema se plantea en que si vencido el plazo de los depósitos el banquero no encuentra nuevos ahorradores que sustituyan a los primeros o no consigue que los primeros ahorradores prorroguen sus depósitos no podrá hacer frente a los pagos y tendría que suspender pagos.
La diferencia entre los plazos a los que tienen un banco prestado el dinero y los plazos a los que tienen los clientes depositado el dinero en el banco se llama descalce de plazos.
c) Los deudores del banquero (las personas o empresas a los que el banquero ha prestado dinero) no son capaces de devolver todo o parte del dinero. En consecuencia el banquero no podrá devolver a los depositantes todo o parte del dinero.
Los tres tipos de riesgo no son excluyentes sino más bien al contrario: cuando se tiene noticia de que varias personas o empresas a las que el banco ha prestado dinero tienen problemas económicos o están en quiebra, y que por tanto no van a poder devolver al banquero el dinero que pidieron prestado, todas las personas y empresas que tienen depositado su dinero en el banco acudirán a retirarlo, mientras que nadie volverá a depositar su dinero en el banco sumándose los tres riesgos: el de impago de los deudores del banco, el de la no renovación de los depósitos y la propia incapacidad del banco de devolver todo el dinero de los depósitos a la vista de manera inmediata.
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4.- Las consecuencias del negocio bancario.
El negocio bancario tiene unas consecuencias que van más allá de las que pueda tener cualquier otro negocio. Los bancos actúan como reguladores de la cantidad de dinero de un sistema económico.
Un banco o unos bancos prudentes intentarán disponer del máximo de dinero en sus cajas para poder hacer frente a un posible demanda de los depósitos de sus clientes. Al inmovilizar mucho dinero en sus cajas los bancos prudentes limitarán la cantidad de dinero en circulación.
Un banco o unos bancos prudentes también tratarán de que no exista mucha diferencia entre los plazos a los que depositan sus clientes su dinero y el plazo al que los presta a sus deudores. Al intentar casar los plazos entre depósitos y préstamos los bancos impedirán que se produzcan desequilibrios entre oferta y demanda.
Los prestamos de los bancos a largo plazo se gastan en productos de inversión (nadie pide un préstamo a 20 años para financiar la compra de ropa o de comida, ni siquiera de un electrodoméstico o un coche) mientras que un depósito a tres años puede ser usado para comprar bienes de consumo al final del vencimiento.
Pero supongamos que un banco o unos bancos corren demasiados riesgos y prestan una elevada cantidad del dinero que tienen depositado a la vista. Entonces la cantidad de dinero en circulación se elevará con las inevitable consecuencia de la inflación. Aunque esa no es la única consecuencia, estos bancos quedarán expuestos al riesgo de que ante una retirada, aunque no sea demasiado importante, de dinero se queden sin efectivo en sus cajas y entren en suspensión de pagos.
También si esos bancos que corren excesivos riesgos prestan a largo plazo depósitos a un plazo mucho menor pueden tener grandes dificultades si llegado el vencimiento de los depósitos no consiguen nuevos depósitos. En ese caso tendrán que hacer uso del dinero depositado en su caja para hacer frente a esos vencimientos expandiendo la cantidad de dinero y poniendo al banco en riesgo de suspensión de pagos.
En resumen dependiendo de la cantidad de dinero que tengan en sus cajas los bancos la cantidad de dinero en circulación aumentará o disminuirá y se producirán fenómenos inflacionistas o deflacionistas.
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5.- El control de riesgos en el sistema bancario.
Los bancos tienen tres maneras de controlar el riesgo de los préstamos que conceden, que en caso de no tomarse pueden conducir a la entidad a quebrar. Estas medidas deben tomarse a ser posible simultáneamente.
a) Valoración de las garantías. Hacer una correcta valoración de los bienes muebles o inmuebles que garantizan el préstamo.
b) Valoración del descuento que sufrirán las tasaciones de las garantías si se tienen que sacar a subasta. Establecer el tanto por ciento de pérdida que se producirá al tener que vender el bien que garantiza el préstamo de una manera rápida.
c) Valoración de la capacidad de pago del deudor. Establecer la cantidad de ingresos que puede generar el deudor ya sea con su propio trabajo o con la inversión que vaya a realizar con el préstamo que reciba y/o con su propio capital.
Si el banco se equivoca sistemáticamente en estas valoraciones, en caso de impago, no podrá recuperar el dinero prestado y podrá quebrar.
Otro criterio que debería tener cualquier banco es no conceder todos ( o la inmensa mayoría) de sus préstamos para la compra de una misma clase de bienes.
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6.- Quiebras bancarias. Bancos con falta de liquidez y bancos quebrados.
Como ya he dicho si un banco no toma las medidas de control de riesgos anteriormente mencionadas o comete graves errores al tomarlas estará en grave peligro de acabar en quiebra.
¿Cómo acaba un banco en quiebra? Primero se produce una serie de impagos de sus clientes que no pueden ser cubiertos por las garantías lo cual genera pérdidas al banco. Si las pérdidas fruto de esos impagos no son compensadas con beneficios fruto del cobro de intereses o por el capital social de la empresa el banco ya no podrá devolver los depósitos de sus clientes y habrá quebrado.
Sin embargo lo más probable es que antes de que se produzca la situación de quiebra los depositantes acudan en masa a recuperar el dinero y como el banco no tiene en caja dinero suficiente para devolverlo se entre en una situación de suspensión de pagos o de iliquidez. El banco no tendrá liquidez para satisfacer todos sus compromisos.
No es lo mismo un banco insolvente o quebrado que un banco con falta de liquidez aunque los bancos quebrados no tengan liquidez.
Un banco con falta de liquidez, pero no quebrado, es un banco que en determinado momento no puede hacer frente a las demandas de dinero los depositantes pero que a largo plazo, cuando liquide todos los préstamos que tiene concedidos podrá hacerlo.
Un banco quebrado es aquél que ni siquiera liquidando todos los préstamos que ha concedido más su capital social y sus reservas puede hacer frente a todos los derechos que tienen sus depositantes tanto a la vista como a plazo.
Al largo plazo un banco con falta de liquidez, pero no quebrado, se convertirá en un banco con liquidez suficiente para pagar todo el dinero a sus depositantes.
Un banco quebrado, aunque por algún tiempo pueda mantener la liquidez para seguir funcionando, a medio plazo no podrá pagar a sus depositantes.
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7.- Pánicos bancarios.
El problema está en que si se produce un pánico bancario los bancos no pueden devolver todo el dinero de los depositantes con el dinero que tienen en caja. Recordemos que los bancos sólo tienen en caja una parte del dinero que está en depósitos a la vista, es decir todos los bancos están en una situación de potencial falta de liquidez.
Un pánico bancario es la situación que se produce cuando la gente tiene la percepción de que los bancos serán incapaces de devolver todos los depósitos a la vista y acuden en masa a los bancos para retirar sus depósitos con la intención de ser los primeros en hacerlo y que todavía quede dinero en la caja de los bancos. Como la percepción de la gente es real, ningún banco tiene en caja el dinero suficiente para devolver todos los depósitos a la vista, la situación de falta de liquidez del sistema bancario se hará realidad en muy poco tiempo. Todos los bancos se volverán ilíquidos y tendrán que suspender pagos.
Las personas y empresas que tengan depósitos a plazo, ante la situación de falta de liquidez de los bancos, no renovarán sus depósitos lo cual agravará aún más la situación falta de liquidez de los bancos.
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8.- Los ciclos económicos de origen bancario.
Aunque como veremos después no solo hay ciclos económicos de origen financiero o bancario, éstos sí son los más graves, los más frecuentes y a la vez los de más fáciles de prevenir. Veamos cómo funciona un ciclo económico (de origen bancario).
a) Fase de expansión.
En esta fase los bancos se arriesgan cada vez más y prestan cada vez más dinero de la parte que hay depositado a la vista. Es decir disminuyen su coeficiente de caja. Como consecuencia aumenta la cantidad de dinero en circulación. Las empresas ven como la demanda aumenta y suben los precios y los beneficios. El paro también está en cifras muy bajas.
Animados por la buena marcha de los negocios las empresas piden dinero prestado para hacer inversiones. Los bancos prestan dinero a largo plazo a las empresas con dinero de depósitos a un menor plazo. Con las nuevas inversiones el paro sigue muy bajo y la demanda sigue alta.
Con la demanda alta los bienes mobiliarios e inmobiliarios suben de precio y los bancos tienden a hacer valoraciones altas con lo cual la gente y las empresas tienen mayores facilidades de endeudamiento.
Los bancos también ganan mucho dinero y lo dedican a conceder nuevos préstamos.
Es muy probable que se forme una burbuja, gran subida de precios, que afecte a determinados bienes donde se concentre la demanda.
b) Cenit y crack.
Más tarde o más temprano todos aquellos que han querido endeudarse lo han hecho, y se han endeudado muchas personas y empresas que asumieron muchos riesgos en sus inversiones o que no tenían suficiente capacidad de generar ingresos a medio plazo como para pagar sus deudas. Es el momento del cenit. No hay paro y la demanda es alta.
Inmediatamente al cenit sigue el crack. Inicialmente no es especialmente visible. Algunas empresas no pueden pagar sus créditos y tienen que cerrar y despedir a sus trabajadores. Algunas personas no pueden pagar sus hipotecas y pierden sus casas o no pueden pagar préstamos de bienes de consumo.
Los bancos tienen cada vez más dificultades para encontrar personas o empresas mínimamente solventes a las que puedan prestar dinero. Antes al contrario, ven que cada vez el índice de morosidad aumenta.
El índice de morosidad es el tanto por ciento de préstamos que no han sido pagados durante un periodo de tiempo, normalmente tres meses, y que por tanto entran en la categoría de dudoso pago.
Con menos gente endeudándose la demanda empieza a caer y las empresas menos solventes y que emprendieron inversiones más arriesgadas comienzan a cerrar. Esos cierres llevan a su vez a que empresas más solventes y con mejores inversiones empiecen a tener una importante cantidad de impagados.
Las empresas cerradas, los impagados, los nuevos parados fruto del cierre de las empresas menos solventes y más arriesgadas van a suponer un mayor aumento de la morosidad. Los bancos necesitarán cubrir esos impagos con parte de sus beneficios por lo que dispondrán de menos dinero para prestar, aunque en este momento los bancos comienzan a darse cuenta de que han dado préstamos muy arriesgados y empezarán a exigir los mismos requisitos que pedían al principio de la fase de expansión.
Los bancos van a tener otro problema: los parados y las empresas van a empezar a retirar dinero que tenían depositado a corto plazo o en depósitos a la vista para usarlo en sus gastos normales dada la disminución de sus ingresos. Pero recordemos que los bancos tienen prestado mucho dinero a largo plazo mientras que se han financiado con esos depósitos a corto plazo o a la vista. El resultado es que los bancos van a ver como el dinero desaparece de sus cajas y tienen problemas de liquidez.
En una situación de cierre de empresas, aumento del paro y problemas de liquidez de los bancos, éstos tratarán de recapitalizarse no concediendo más créditos y aumentando los tipos de interés que ofrecen a los ahorradores. Como consecuencia la cantidad de dinero en circulación disminuirá y con ella la demanda de bienes.
La crisis irá extendiéndose a cada vez más empresas y llevando al paro a más trabajadores hasta que finalmente el cierre de una gran empresa o los despidos masivos de otra produzca un pánico bancario. La gente dejará de confiar en los bancos que estarán cada vez más cargados de préstamos impagados y guardará su dinero en casa. Ha llegado el crack. Los bancos dejan de prestar dinero y tienen dificultades para devolver los depósitos a la vista y todas las empresas con fuertes endeudamientos quiebran al no poder pagar los préstamos. El paro se dispara.
c) Fase de depresión.
En la fase de depresión el número de parados es muy elevado porque las empresas no invierten y las empresas no invierten porque no hay demanda. La clave de esta fase es que la cantidad de dinero en circulación ha disminuido. Los bancos intentan recapitalizarse después del crack volviendo a la situación que había al principio de la fase de expansión. Los bancos sólo ponen a disposición de los posibles nuevos deudores una parte del dinero que recuperan de antiguos préstamos y por lo tanto la cantidad de dinero prestado disminuye.
La fase de depresión puede continuar indefinidamente si los factores de producción y los precios no vuelven a precios como los que había al principio de la fase de expansión. Es decir que los precios deben acomodarse a la nueva cantidad de dinero en circulación.
Los keynesianos creen que lo que hay que hacer para salir de la depresión es aumentar la demanda incrementando el gasto del Estado y financiarlo por una nueva serie de préstamos, es decir volver a incrementar la cantidad de dinero. Como vimos en el capítulo 11, los keynesianos y los marxistas piensan que con aumentar la demanda aumentará el empleo y la inversión y se saldrá de la depresión.
Pero las cosas no funcionan así. Si se aumenta la demanda con mayor gasto público, independientemente de si este gasto público se dedica a producir bienes que satisfagan las necesidades de la gente o a otros que no lo hagan tanto, lo que ocurrirá es que se generará una demanda sin ninguna contrapartida de la oferta de bienes.
Puede alegarse que en realidad sí se ha producido una oferta de bienes y es la que se ha producido con los bienes que se han creado con el gasto público, pero ese gasto público ha sido realizado con préstamos no con dinero procedente de las compras de la gente o del pago de impuestos. Y si ese gasto público procediese de la venta de los bienes creados por el Estado o de los impuestos entonces el aumento de la demanda producido por el gasto público se compensaría con la disminución de la demanda de la gente ya que tendrían menos dinero al haberlo gastado comprando los bienes del Estado o pagando impuestos.
Así que para que el gasto público tenga un efecto real en la demanda tiene que ser producto de nuevos préstamos. Como dije antes esa nueva demanda no tiene contrapartida de una nueva oferta de bienes. Los oferentes, las empresas, se van a encontrar con una demanda de bienes superior a la oferta que pueden dar. La consecuencia va a ser un aumento de los precios.
Es irrelevante que luego las empresas aumenten en un futuro su oferta, ese futuro aumento de la oferta satisfará un futuro aumento de la demanda pero no el aumento de la demanda anterior.
Los keynesianos aducen que ese aumento de precios llevará a los capitalistas a producir más bienes dado que sus beneficios han aumentado. El problema es que los trabajadores, que han visto como los precios aumentaban, van a pedir salarios mayores y los capitalistas no van a tener recursos suficientes para producir más y generar más empleo. El resultado es la estanflación: la cantidad de dinero aumenta, los precios suben pero el paro no baja.
El sistema keynesiano sólo funcionaría si los trabajadores aceptasen seguir trabajando por el mismo sueldo a pesar de la subida de precios que seguiría al aumento de la demanda. En ese caso lo que se produciría sería una disminución real de los salarios y un aumento de los beneficios que sí podría producir un aumento de la inversión, de la riqueza y del empleo.
Pero de todos modos es muy probable que el aumento de la cantidad de dinero fruto del gasto estatal no afectase por igual a todos los sectores sino que aumentase la demanda sobre un grupo muy determinado de bienes generando una nueva burbuja.
Como dije antes, la fase de depresión puede continuar indefinidamente si los precios y salarios no se adaptan a una menor cantidad de dinero. Sin esa adaptación sólo sobrevivirán los negocios más rentables y productivos mientras que aquellos menos rentables cerrarán. Al disminuir la cantidad de dinero y la demanda sólo aquellos negocios con mayores márgenes de beneficio y/o mayor demanda pueden seguir funcionando.
En un mercado libre los negocios con menores márgenes y/o menor demanda intentarán sobrevivir disminuyendo costes lo cual implica disminuir salarios. Si no existe esa libertad para poder disminuir los salarios estas empresas están condenadas al cierre. No es posible establecer si esta bajada de salarios en las empresas menos productivas arrastrará a los salarios en las demás empresas pero en cualquier caso lo importante es que esa bajada de salarios permita que las empresas menos productivas seguir funcionando.
Se puede alegar que esa disminución de salarios disminuirá la demanda pero hay que tener en cuenta que las empresas están obligadas a bajar sus precios puesto que en otro caso no podrían mantener su actividad. No es necesario que la bajada de precios coincida con la de salarios. Las empresas pueden bajar más o menos lo salarios que sus precios con el consiguiente aumento o disminución de su margen aunque también una mayor bajada de precios puede aumentar sus ventas de tal manera que sea mejor disminuir márgenes. Cada empresa adoptará la estrategia que mejor considere y los consumidores decidirán cual es la mejor.
Lo importante es entrar en un proceso de deflación, es decir de bajada generalizada de precios. No todos los precios tienen que bajar de precio puede que los de algunos bienes aumenten y que otros se mantengan. Estamos ante un proceso no lineal pero que permitirá que caso por caso cada empresa se adapte a la nueva cantidad de dinero en circulación. Al final se llegará a una situación en la que los precios y los salarios se hayan adaptado a la nueva cantidad de dinero en circulación. Es incluso probable que antes de llegar a una situación similar a la del inicio de la fase de expansión los precios y/o los salarios bajen más todavía. Y desde luego es improbable que los precios vuelvan se exactamente los mismos. Pero lo importante es que cuando finalice el proceso de adaptación de precios y salarios se volverá al pleno empleo.