Los actuales herederos de Johann Christoph Pachelbel han iniciado una campaña de demandas en todos los países donde se reconocen los derechos de autor para “reclamar” las compensaciones correspondientes por un presunto delito de plagio de su Canon (Canon y Giga en Re mayor para tres violines y bajo continuo).
“Es necesario reparar el daño ocasionado a la familia Pachelbel”, afirmó Arthur Schmidt, abogado y representante de los descendientes de la familia Pachelbel.
El Canon de Pachelbel tiene como base ocho notas repetidas que se repiten en más de cincuenta ocasiones y sobre las cuales suenan los restantes instrumentos. Esta misma secuencia de notas ha sido utilizada por autores de toda época para enriquecerse, siempre según Schmidt, a costa del trabajo del autor de Nuremberg.
“Si ellos pueden freír a impuestos a los contribuyentes por descargar música o comprar un cd virgen en el que grabar las fotos de las vacaciones con la novia, ¿por qué nosotros no podemos freír a los autores por fusilar nuestro Canon en sus canciones?” Con esta lógica, el equipo de abogados de Arthur Schmidt pretende embolsarse una más que generosa cantidad de dinero.
La medida puede tener todavía mayor repercusión si tenemos en cuenta que, de acuerdo con un estudio del CSIC, la música pop tiene cada vez menos diferencias entre canciones.
“Es tal la cantidad de plagios realizada contra la obra de nuestro tataratataratataratataratataratataratataratatarabuelo que, ciertamente, debimos haberla interpuesto hace mucho tiempo”, ha afirmado Matthias Pachelbel, descendiente directo de Pachelbel. «Algunos de ellos, de una calidad ciertamente espantosa», añadió.
El argumento no carece de fundamento. Si hacemos un repaso a los artistas del momento, la gran mayoría se basan en el Canon de Pachelbel para la creación de sus obras. Algunos ejemplos son:
Call me maybe, de Carly Rae Jepsen.
Esto también es aplicable a canciones del pasado de gran éxito, como:
Without you, de David Guetta y Usher.
Colgando en tus manos, de Carlos Baute.
Corazón partío, de Alejandro Sanz.
Sabor de amor, de Danza Invisible.
Atrapados en la red, de Tam Tam Go.
Sola, de Efecto Mariposa. No obstante, de esta banda se puede decir que todo su repertorio está basada en dicho Canon.
La bola de cristal, de Alaska.
Barbie debe morir, de Nancys Rubias.
Gora España, de Lehendakaris muertos.
Desde la SGAE se arguyen que los razonamientos de la familia Pachelbel son falaces y que esa intepretación del derecho de propiedad intelectual, a diferencia de los de la SGAE, es arbitraria. Además, se han apresurado a investigar a los responsables del estudio del CSIC por violación de derechos de propiedad intelectual y daños a la imagen. “Es imposible que un programa informático pueda estudiar tantas canciones y que haya pagado por todos sus derechos.”
Cuando empecé a leer lo del tataratataratataratataratataratataratataratatarabuelo pensé que estaban tarareando el Canon.
Olvidas a la Gradísima Cristina Llisó y sus Esclarecidos:
http://www.youtube.com/watch?v=XaMzCMuG68Y
En realidad, Esopra, el mejor resumen encontrado es éste. 😉