Psicología Social de la Salud I: Introducción

Al final todos acabamos muriendo. Pero son los que quedan los que sufren nuestra pérdida, y fuimos nosotros, en muchos casos y hasta cierto punto, responsables de acelerar nuestra muerte. No hay peor muerte, no obstante, que la muerte en vida. Arrastrarse de un lado a otro sin energías, apáticos, hastiados, pesándonos todo más de la cuenta, tanto física como mentalmente. Seres deformados por los excesos y las carencias, por las ambiciones estúpidas y la negación reiterada de lo que nos beneficia a la larga, que es lo único que realmente nos beneficia. La salud no es una cuestión de vivir y morir, como podría haberlo sido hace un siglo y pico, cuando las personas morían de enfermedades agudas, infecciosas, rápidas, contundentes. La salud es una cuestión de vivir bien. El morir bien, me temo, no está en nuestras manos, aunque sí, gracias a la medicina paliativa, el hacerlo enterándonos lo menos posible del dolor del deterioro físico y fisiológico y el movimiento final de la sinfonía trágica al que damos el nombre de agonía.

Comienzo una breve serie de artículos sobre la psicología social de la salud. Están basados en un trabajo de revisión de artículos de la literatura sobre el tema que realicé mientras cursaba un Master de Psicología Social en la UNED (Master que abandoné “locamente”, pero que no pienso retomar). Aunque más que basados, son recortes puestos en orden de dicha revisión. Quizás añada o quite cosas según vaya publicando, por eso de dar un aspecto un poco más literario a una especie de paper de aficionadillo.

Concluyo la serie con una entrevista a Wolfgang Stroebe, un Holandés Psicólogo Social de la Salud que es, además, un especialista en la Psicología del Duelo, es decir, en tratar con todos aquellos que rodean a esos pacientes que no tienen cura y van de camino a la tumba.

Pero no nos equivoquemos. Igual que acabamos hablando con un experto en muertes y en la sociedad que las rodea, lo hacemos con un promotor de la salud, de la vida, y experto en la ciencia de la psicología social de la salud. Cree, por tanto, y con fundamento científico, que lo que verdaderamente importa es incorporar a nuestras vidas hábitos saludables que nos permitan no sólo vivir más, sino vivir mejor. Lo que se ha dado en llamar paradójicamente y durante mucho tiempo en nuestra cultura “buena vida”, no es más que una forma de autodestrucción que sacrifica el bienestar continuado en aras de efímeros placeres inmediatos que son indefectiblemente seguidos de padecimientos prolongados y debilitadores. Wolfgang Stroebe nos hablará de esto. Los artículos hablarán de esto. Esto es sólo una introducción a la introducción de la Psicología Social de la Salud. Espero que los próximos artículos ayuden a alguien a replantearse o a plantearse en serio su salud….su vida.

Germanico
Germanico

No hay aprendizaje sin error, ni tampoco acierto sin duda. En éste, nuestro mundo, hemos dado por sentadas demasiadas cosas. Y así nos va. Las ideologías y los eslóganes fáciles, los prejuicios y jucios sumarios, los procesos kafkianos al presunto disidente de las fes de moda, los ostracismos a quién sostenga un “pero” de duda razonable a cualquier aseveración generalmente aprobada (que no indudablemente probada), convierten el mundo en el que vivimos en un santuario para la pereza cognitiva y en un infierno para todos, pero especialmente para los que tratan de comprender cabalmente que es lo que realmente está sucediendo -nos está sucediendo.

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3 comentarios

  1. .

    Saludos Germánico. Otro buen post (de la serie, inmejorable) que descubro.

    Copio y pego: ««Somos increíblemente capaces de cambiar nuestro punto de vista sobre
    el mundo para que nos haga sentir mejor respecto al mundo en el que nos
    encontramos. Hay pocas personas que sean conscientes de ello: muy pocos
    se dan cuenta de que están modificando los hechos o alterando la
    realidad para sentirse mejor.

    Es como si tuviéramos un talento oculto, un escudo
    invisible, un sistema inmunológico psicológico que nos protege de “los
    golpes y dardos de la malévola fortuna”, como decía Shakespeare. Pero
    los psicólogos sí somos conscientes de que existe y de que éste es en
    parte uno de los motivos por los que cometemos errores al predecir
    nuestras propias reacciones emocionales»… »

    De un apunte que hice hace poco y te hago la consulta: ¿Tienes datos sobre el correlato neurobiológico que hace que NOS ENGAÑEMOS? estoy acopiando fuentes y recurro a tí que estás adelante…

    Un abrazo. JCM.

    PS: Mi apunte: http://therevolutionbrain.tumblr.com/post/29555370520/el-cerebro-y-un-audi-el-sistema-de-suspension

    .

  2. Gracias Andrés,
    La realidad de la muerte, como una espada de Damocles, que más bien es un azadón, pende sobre nuestras cabezas sujetada por la delicada crin de un caballo. Tenemos que vivir con la muerte. Pero no tenemos por qué seguirle el juego, no tenemos porqué elegir los caminos fáciles que conducen más probable y más prontamente a ella. Tener hijos es una gran responsabilidad. Sartre ya lo decía: uno los trae a sufrir y a morir al mundo. Es una gran crueldad. Y sin embargo….
     

  3.  
    Ha sido un placer encontrar este sitio «DESDE EL EXILIO» y leer sus contenidos.
    En particular este sobre Psicología Social, que en realidad trata de una de las cuestiones mas importantes de la Vida: la Muerte.
    Como resulta que me he tirado unos 35 años dándole vueltas a este asunto (como cualquier hijo de vecino que piense en serio en sus ratos libres) y sobre todo cuando lo pone uno al lado de otro no menos impresionante: El Amor.
    Y luego resulta que ves nacer a tus hijos y el Amor se vuelve entonces inmenso como el océano. Y acto seguido te vuelves hacia quién los ha parido y le dices: Y como puedo yo quererte “si-te-vas-a-morir-y-yo-también”.
    Pero resulta que tu mente y tu corazón se rebelan, y no quieren dejar que la amargura de la Muerte toque a tu Amor.
    Y la Pelea se entabla en tu alma y en tu corazon, y ya no para….

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