Piénsalo despacio, que tienes prisa

No, definitivamente esto no es una reseña. Empecé a leer el libro en inglés cuando salió hace unos meses (o un año y pico, no sé) en EEUU y, en realidad, gracias a la red, en el mundo entero. Rápidamente infinitas copias estaban disponibles en la red, tantas como uno quisiera bajarse sin que se perdiera información en el trasvase. Una maravilla. Thinking Fast and Slow, de Daniel Kahneman, ya estaba en el mercado, y circulando gratis por todo el globo.

El esfuerzo mental requerido para leerlo en inglés me restaba energía mental para comprender cabalmente y en profundidad el contenido: de eso he podido darme cuenta en cuanto he empezado a leerlo en español. No tengo demasiadas dudas de que me encuentro ante el equivalente para la ciencia de la mente, la psicología, de lo que fueron el Origen de las Especies para la Biología o los Principios Matemáticos de la Filosofía Natural para la física. Otros tendrán otros libros en su mente, porque tienen otra mente. Yo afirmo aquí y ahora que Daniel Kahneman es el mayor genio de la ciencia vivo. Y lo afirmo desde lo profundo de mi ser, sin que medie una gran reflexión pero, he de decir, tras haber leído muchas cosas diversas de ciencia diversa.

Debate ha publicado el libro en castellano: Pensar Rápido, Pensar Despacio.

El otro día me paseaba por el centro de Madrid buscando un libro para un regalo: Juego de Tronos 5 , el último best-seller por el que incluso algunas personas medianamente ilustradas han sido tranformadas en zombies lectores sin ánimo alguno de reflexión profunda. Bien, el caso es que está agotado en todas partes, pero ahí estaba el libro de Kahneman (yo ya lo tenía) en una mesa de novedades, en una librería llena de joyas de esas que ahora valen menos que el papel del dinero con que se compran, y el papel en que están impresas, porque el cristal coloreado reverbera en los pdfs que uno encuentra en internet.

No lo penséis, o, mejor, pensánlo despacio, no tengáis prisa. No creo que el libro de Kahneman se agote tan rápido. Digo que no lo penséis porque es una compra segura. Digo que lo penséis despacio porque compráis reflexión, de la que requiere lectores reflexivos que piensan despacio.

Si, amigos, pensádlo despacio. Darwin pensó muy despacio sus ideas sobre el origen de las especies y el mecanismo de selección natural. Maduró geológicamente, como el asunto tratado, sus pensamientos. Pero llego Wallace y le metió prisa. Me lo recordaba el otro día mi amigo Kantor. Pensaba despacio. Pero cuando tuvo que publicar su obra aceleró. Un conocimiento que se había ido sedimentando (geológicamente) en su cerebro profundo, en su memoria profunda, que aflora casi automáticamente, con el chasquido de unos dedos. En poco tiempo publicó el Origen de las Especies y zanjó cualquier polémica que pudiera haber respecto a la precedencia en la gestación de la idea de selección natural. Sencillamente había demasiado conocimiento acumulado, demasiados datos acumulados, demasiadas evidencias, demasiadas pruebas acumuladas.

Daniel Kahneman reconoce todo lo que debe a muchos otros, desde Taleb hasta su colega y amigo Amos Tversky, muerto prematuramente. Y al reconocer sus debilidades manifiesta sus fortalezas: dice que Tversky era el infalible, el certero, el que tenía el pensamiento más ajustado, y él, Daniel, tenía vagas intuiciones. Sus vagas intuiciones son el magma del que surgen los grandes cataclismos científicos. Ha socavado los cimientos de ciencias como la económica, fundando casi inadvertidamente la Economía Conductual, ha puesto a la felicidad en el lugar inalcanzable que le corresponde, pero en dos niveles, el memorístico y el experiencial. Comenzó con el estudio de la atención, el esfuerzo que esta requería, y la relación de nuestros esfuerzos cognitivos al realizar operaciones complejas y la dilatación de las pupilas. Escribió sobre ello un libro que cambió el campo de la atención, en psicología, pero eso no era más que el primer paso de gigante. Su paso fue lento, pero seguro. Luego se unió al otro genio, Tversky, y charlaron paseando y en despachos haciendo todo tipo de experimentos mentales. Luego ha seguido su camino en solitario, dando nuevos y jugosos frutos de conocimiento. Si tenéis prisa en aprender, amigos, tomadlo con calma. Leed a Kahneman. Él os obligará a reflexionar, a pensar despacio, a utilizar esa parte de la mente a la que él da el nombre, tomado de otros psicólogos, de Sistema 2. El Sistema 1, más impulsivo, tendréis que dejarlo para las pausas cuando vayáis a la nevera a buscar azúcar con la que mantener la energía cognitiva precisa para seguir leyendo.

No obtengo otra recompensa de este post que el lograr que más gente aprenda cómo funciona la mente a través de la lectura de Kahneman. A mi cómo si os lo fotocopiáis. En Debate me dijeron que vendría a España y que podría entrevistarle, en Junio. Pasado Junio, y viendo el libro en los estantes de Carrefour, tuve que preguntar a los de Prensa y a la Dirección de Debate porqué no me habían informado. Resulta que “su paso fue fugaz, por España”. Quizás Punset le haya entrevistado. Da igual las tonterías que le pregunte, Kahneman le responderá desde la más insondable de las sabidurías. Comprad. Es una buena opción. Además estamos en época vacacional. Es tiempo de tomarlo con calma, de pensar….despacio.

Germanico
Germanico

No hay aprendizaje sin error, ni tampoco acierto sin duda. En éste, nuestro mundo, hemos dado por sentadas demasiadas cosas. Y así nos va. Las ideologías y los eslóganes fáciles, los prejuicios y jucios sumarios, los procesos kafkianos al presunto disidente de las fes de moda, los ostracismos a quién sostenga un “pero” de duda razonable a cualquier aseveración generalmente aprobada (que no indudablemente probada), convierten el mundo en el que vivimos en un santuario para la pereza cognitiva y en un infierno para todos, pero especialmente para los que tratan de comprender cabalmente que es lo que realmente está sucediendo -nos está sucediendo.

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2 comentarios

  1. Tu intuición, como las de Kahneman, es correcta, Plazaeme. Él sistematizó el asunto en sus trabajos con Tversky sobre sesgos, heurísticos y razonamiento probabilístico, que merecieron el Nobel ¡de economía! Lástima que Tversky estuviera muerto en 2002, cuando se concedió el Premio a Kahneman.
     
     

  2. Sí que suena apasionante. Esta entrevista podría servir de aperitivo. No sé si el libro del que habla como intención, al final, es el mismo. Lo parece.

    http://uctv.ucsd.edu/search-details.aspx?showID=12295

    No tengo ni repajolera idea de psicología. Pero la idea de que en general somos demasiado optimistas respecto nuestra capacidad de juicio me acompaña casi desde el principio.

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