Alberto Benegas Lynch: Liberalismo

Si nos lo proponemos, no me cabe la menor duda, seríamos capaces de encontrar más de mil definiciones de «liberalismo», una por lector. Yo no creo que sea posible definir de manera concreta el liberalismo en sí mismo. Para mí, ser y definirme como liberal se fundamenta en una sola condición, que es precisamente la que destaca mi admirado Benegas Lynch: el respeto absoluto por el proyecto de vida del otro. Y en nombre de esa idea (que intento aplicar siempre en mi vida real) exijo para mí el mismo respeto por parte de los demás.

Les dejo su conferencia, queda abierto el debate:

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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13 comentarios

  1. El video es un adosado de este artículo, liberalismo como respeto al projimo.pdf
     
    Como muestra, de la ética capitalista: «Solamente se debe recurrir a la fuerza cuando hay lesión de derechos [de terceros?]. Como es sabido a todo derecho corresponde una obligación. Si una persona gana mil, existe la obligación universal de respetar esos mil.»
     
    Interesante la cita al final de Tocqueville, y de rabiosa actualidad (hablando de rescate vs línea de crédito, o crisis vs desaceleracción eco.):
     
    «Se olvida que es en los detalles donde es más peligroso esclavizar a los hombres.» – La democracia en América.

  2. Las subprime las crea una ley federal emitida por Carter que luego potenció aún más Clinton.  Los bancos que no la seguían no recibían licencias para abrir nuevas sucursales, entre otras medidas de presión.  
    En el mercado español en particular, y europeo en general, la situación fue más de estímulo que de coacción:  tipos de interés, reducción de coeficientes de caja, eliminación del principio de prudencia en la contabilidad.  Vamos, una invitación a la barra libre con una morena de ojos verdes al otro lado de la barra…

    En EEUU algún banco aguantó el embate y se mantuvo con beneficios sin problemas.  Para recientemente verse acusados y señalados negativamente por Obama, por no prestar dinero para «salir de la crisis»… 
    Aquí no conozco ningún de ningún banco que se abstuviera de entrar en la juerga (la competencia desleal de las cajas hacía imposible ver a la clientela salir hacia ofertas increíbles sin hacer nada), aunque alguno sí empezó a dotar provisiones voluntarias viendo lo que se tenía que venir.

    Por lo tanto el origen de la espiral está en la intervanción estatal, como siempre.  Y los que pagan la factura, nosotros, como siempre (a cambio, en el mejor de los casos, de nada). 

  3. Sobre definir «ser liberal» como «respeto irrestricto» por el proyecto vital del prójimo, esto es ofrecer respeto total, recíproco e incondicional. Aunque socialmente fuera bueno e imaginable no es un valor universal, ya que normalmente no vivimos como «robinsones» sino con restricciones y límites, impuestos o no, mayormente morales. Exigir un respeto absoluto solo funciona si eres Howard Roark, House M.D. o el superhombre de Nietzsche. En una sociedad abierta y con una ética individual como la Kantiana, el valor absoluto a respetar es la dignidad del hombre, y no proyectos de vida particulares.
     
    También le interpreto a Benegas que no habría desempleo si los hombres fueran capaces de vender su trabajo mediante contratos libres y voluntarios. El pequeño detalle es que si no hay mercado (el lugar donde los hombres intercambian el producto de su trabajo, según Platón) para ese producto, entonces no hace falta ese trabajo. Pero a lo mejor tampoco hace falta comer todos los días, añado yo.
     
    Una de las cosas que coincido con el ponente es que el principio realmente liberal es que todos tenemos el mismo valor, y por tanto deberíamos tener iguales derechos y oportunidades para participar en la definición de la política (la inmoralidad de los salvatajes, lobbys, etc..), y eso no es populismo sino verdadera democracia.

    • No me visto todavía el vídeo y por tanto no voy a opinar sobre lo que en el se dice pero voy a comentar algo de lo que dices… sagp. Si no hay mercado en el que un hombre pueda vender su trabajo lo que nos está diciendo es que o bien lo que ese hombre ofrece no lo quiere nadie o que no está dispuesto a competir, o por que no le dejen, por el que hay ajustando su salario, es decir, competir con otros trabajadores por un puesto de trabajo. ¿Cual es la alternativa a eso? ¿Que los demás le paguemos a esos que no “encuentran trabajo” a unos por hacer hoyos y a otros por llenarlos?
       
      Y respecto a lo segundo, la verdadera democracia no existe. La democracia es sólo un método por el que un grupo humano toma decisiones que afectan al común dependiendo de las normas que se hayan otorgado. El problema no son las democracias, el problema es definir qué es legitimo decidir entre todos y el grado en el que afecte al individuo.
       
      De nada me sirve llamar democracia a Venezuela, que lo es, dónde la libertad individuo y la propiedad están siendo masacradas.

      • Los que cavan y rellenan hoyos muy grandes son los políticos que han llevado Españistán, esa gran simiocracia, a la quiebra. La mayoría incompetentes con cuentas en paraísos fiscales y jaguar en el garaje, esos sí estarían mejor en una cuerda de presos limpiando carreteras y montes públicos.

    • «El valor absoluto a respetar es la dignidad del hombre», o sea, un empleo digno, una vivienda digna, etcétera.
      «deberíamos tener iguales derechos y oportunidades», o sea, educación pública hasta los 18 años (o los 24) para asegurar que todos tenemos las mismas oportunidades.
      Por cierto, Benegas Lynch no defiende el «respeto total, recíproco e incondicional» desde el momento que considera que ese respeto tiene unos límites: los derechos de los demás.
      Es ciertamente ilustrativo que cites el caso de los 5000 millones de dólares supuestamente ganados por John Paulson en el año 2010: John Paulson ha ganado lo que ha ganado no sólo por sí mismo, sino porque sus clientes han pagado sus servicios. Esto es, no estás atacando solamente la libertad de John Paulson, sino también la de sus clientes.

        • ¿A tí te parece muy bien que los banqueros concediesen hipotecas a quienes no podían pagarlas (hipotecas subprime), y por eso te parece muy mal que John Paulson lograse grandes beneficios en 2007 y 2008 «apostando contra las hipotecas de alto riesgo», sea lo que sea eso?
          Al igual que el español, el mercado hipotecario estadounidense tenía que hundirse sí o sí, y el comportamiento de John Paulson fue perfectamente racional. Irracional fue el comportamiento de quienes pensaban que la fiesta nunca iba a acabar, y de quienes, una vez se acabó la fiesta, se empeñaron en que siguiera tocando la orquesta porque todo se resolvería por pura voluntad.
          La noticia que referencias no tiene mucho sentido: la SEC imputa a Goldman porque dejó «demasiada mano» a la firma de John Paulson y ésta tomó posiciones contra el producto de Goldman. Así pues, si alguien hizo algo ilegal, sería la firma de John Paulson, y no Goldman.

          • Pues sigo sin pillarlo: Benegas Lynch defiende que la libertad de una persona termina donde empieza la libertad de los demás. Y para defender la libertad de los demás, que es también la mía, los liberales defendemos el Estado de Derecho. Si alguien de Goldman Sachs o de la firma de John Paulson cometió un delito, entonces debe ser perseguido, y no veo que Benegas Lynch diga lo contrario.
            Un Estado de Derecho no es un Estado moral, en el sentido de que acciones que pueden ser reprobables moralmente, no tienen por qué ser legalmente perseguibles. Mi ejemplo favorito es la discriminación: yo defiendo el derecho de un empresario a contratar a quien le dé la gana, aunque pueda parecerme mal que contrate sólo mujeres, negros o musulmanes.
            En el mismo sentido, puedes pensar que los ciudadanos deben ser adoctrinados en ciertos principios morales. Pero probablemente no nos pondremos de acuerdo en cuáles deben ser esos principios. Además, la escuela también nos enseña ideas, ideas que pueden tener un efecto notable en la manera de aplicar nuestros principios morales: la esclavitud es el ejemplo más obvio.
            Los antiliberales suelen tener un proyecto común, un proyecto de sociedad, y pretenden imponer ese proyecto (socialista, nacionalista, religioso) a los demás. El liberalismo es más bien de carácter negativo: antes que decirte lo que tienes que hacer, te dice lo que no puedes hacer. El resto, tu proyecto vital, es cosa tuya.
            Un último apunte: lo dicho no quiere decir en modo alguno que un liberal no esté de acuerdo con educar a su hijo en unos principios morales, sino que se niega a que su hijo sea educado en los principios morales del vecino. Ni tampoco quiere decir que deba permitirse la enseñanza de valores o ideas que destruyan la sociedad.

          • Por cierto, Benegas Lynch no defiende el “respeto total, recíproco e incondicional” desde el momento que considera que ese respeto tiene unos límites: los derechos de los demás.
             
            Como bien dices, es cierto que hay una precondición en el video al «respeto irrestricto», es decir ilimitado, del proyecto de vida del prójimo, y son los perjuicios a terceros . Por otra parte desconozco si Benegas Lynch defiende exactamente el estado de derecho, conozco mejor lo que decíaJhon Stuart Mill sobre el tema:
             
            Cuando quiera que haya un daño definido o un definido riesgo de daño, tanto para un individuo como para el público, el caso se sale de la provincia de la libertad y se sitúa en el de la moralidad o la ley” Sobre la libertad y comentarios a Tocqueville
             
            Es lo que quería señalar. Yo también defiendo la libertad de contratación del empresario y aunque me parezca mal no hay que penalizarle, no así la del estado que debe mirar por el bien común.
             
            Particularmente creo que el error de la ingeniería social no es hacer que prevalezca el individuo sobre la organización social, o al contrario, sino hacer que sean subsidiarios de sus fines, olvidando que la persona se realiza en una sociedad.

        • Cuando digo ‘penalizarle’, digo mal, quiero decir impedirle que contrate a quien quiera.
           
          Un saludo

  4. Genial y clarito.
    Por favor, pásenlo a los políticos de turno, porque después de escuchar a este hombre no queda más remedio que empezar a desmantelar el hiperestado que tenemos montado.

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