Probablemente no se les ocurran muchas cosas que atenten contra la propiedad privada y las normas del comercio internacional en mayor medida que robar «a ley armada» una empresa con un propietario legítimo. Amparándose en el hooliganismo de una sociedad decadente que va camino de reeditar abismos no muy lejanos, la viuda de negro dejó que la cámpora campara a sus anchas mientras Máximo el mínimo tiraba de los hilos de la marioneta Kicillof.
Mas los perros no molestan hasta que ladran y los necios hasta que hablan, decía Bernard Shaw. Y los necios de Casa Rosada no han tardado en ladrar entonando en sí menor, que es como empiezan las cantinelas que quieren sonar a pena. Haciendo pucheros, el elenco de neo-peronistas se ha dirigido a la Unión Europea pidiendo explicaciones acerca de la prohibición de vender sus biocombustibles en España. ¿Mande? ¿Pidiendo explicaciones desde Argentina, dice usted? Efectivamente, por el mundo se ha debido de correr la voz de que, además, ponemos la cama.
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Argentina está tan necesitada que en la visita de su presidenta a Angola ha anunciado una línea de crédito blando para este país africano de sólo 100 millones de dólares.
Lo de las ayudas internacionales es un robo a mano armada. Esta línea para Angola se suma a otra de 5.000 millones otorgada por… ¡Vietnam!, u otra de 15.000 proveniente de China (que allí ya no quedan chinos necesitados).
Al mismo tiempo Angola financia y presta «ayuda» a otros países, por lo que la cadena que se forma tiene un tufo poco soportable. Cadena de dinero que sale de todo control en la que nuestro país participa con orgullo…
Estamos governados por ladrones sin ningún respeto por la propiedad o riqueza ajenas.