Temperatura global de marzo. ¿Hay o no hay “calentamiento global”?

El dr. Roy Spencer anda lento, hoy, actualizando su temperatura global medida desde satélites. Así que respresento el gráfico habitual, parecido a los suyos. Con el dato de +0,11 que han puesto en WUWT [–>]

La Niña si parece que está desapareciendo por fin, así que podría esperarse volver hacia calorcillo global (si es que eso significa algo). Y como suele decir Spencer, la polinómica de trecer grado mostrada es puramente con propósito de entretenimiento, y no se espera de ella ninguna capacidad predictiva. Solo la pongo por hacer el gráfico que él suele.

El ritmo de calentamiento global, estancado desde hace 14 años, y con todos los datos de los satélites (33 años), es de a 1,3ºC / siglo.

Es muy común oír a unos que el “calentamiento global” está estancado desde 1998, y a otros negarlo fervientemente. También se suele discutir mucho si los modelos climáticos, que son la base de toda esa alarma, están fallando miserablemente, o están acertando al nivel que se podría esperar.

Buena parte de la discusión viene de que cada cual se fija en los datos que le gustan. Pero ¿son muy distintos? Y es curioso, porque son al mismo tiempo muy parecidos y muy diferentes. Son parecidos en los vaivenes de la temperaura. Coinciden como guantes. Pero son preocupantemente distintos en los ritmos que llevan. Unos pocos van a un ritmo razonablemente parecido al de los modelos, y los más se están alejando de una forma que obliga a los alarmistas a dar unas explicaciones cada vez más extraordinarias.

Me gustaría mostrarlo en un par de gráficos. Señalando antes que hay dos equipos que miden la temperatura global de forma muy independiente, y con procedimientos distintos, desde instrumentos a bordo de satélites de la NASA. Sondas de microondas. Aunque hay diferencias menores, la historia que cuentan es la misma. La que se puede ver en el gráfico de arriba. Los equipos son el UAH (University of Alabama – Huntsville) y el RSS (Remote Sensing System). Tienen la ventaja de ser un equipo de “escépticos”,  y el otro de “calentólogos”, así que funcionaría el control mutuo, si hiciera falta. De hecho se ayudan y se corrigen con frecuencia.Y como el resultado es muy igual, da lo mismo cuál pongas.

También hay tres equipos midiendo la temperatura global desde termómetros de superficie, con el prodigio estadístico que eso implica. Los dos más “populares” son el Instituto Goddard de la NASA (GISS), y el Hadley Centre – Climate Research Unit (HadCruT) británico. Todos ellos “calentólogos”.

Para ver el problema de la discusión del “gráfico favorito”, basta con respresentar GISS + HadCruT + UAH. Cubren el espectro completo. Es un poco difícil representar tres series juntas de tanta variabilidad, pero usando una media móvil de 12 meses, se ve; más o menos. Y están desplazadas para hacerlas coincidir en el origen (de suyo usan distintos años base para calcular las “anomalías”). Así que el cero es la media de temperatura entre 1980 y 2010 para UAH.

Queda claro que HadCrut3 (los termómetros del famoso Phil Jones), y UAH (satélites), están mostrando la misma película, con diferencias asumibles. Mayor amplitud en los satélites (miden a unos 4 km de altura) para los efectos de El Niño y La Niña, como se podría esperar. En cambio GISS (James Hansen, el friky de las manifestaciones callejeras), parece irse alejando de los otros dos con el tiempo. Pero la teoría dice que en altura el calentamiento debería ser mayor que en superficie, y no al revés.

Para la comparación con los modelos uso solo GIS y UAH, visto que el ritmo de HadCrut3 es suficientemente parecido a los satélites. Para los modelos pongo una línea de tendencia de 0,21ºC / década, que es lo que da la media de los que usa el IPCC, para estas décadas. Representado con una raya gris gorda, semi transparente.

Creo que no hacen falta palabras para ver por qué unos dicen que los modelos son estupendos, y otros que no valen nada como elementos de predicción. Los alarmistas dan sus explicaciones, claro, pero según pasa el tiempo son mayores las contorsiones que tienen que hacer, y da la impresión de que no les quedan muchos años.

¿Hay calentamiento global? Sí, claro. Todo depende de qué puntos elijas como principio y fin. ¿Se paró (de momento) hace 14 años? Eso depende de que te cases con James Hansen, o no.

Y aquí se acaba el cuento de la temperatura de marzo de 2012. Pero si alguien quiere jugar con las series, le dejo esta hoja de cálculo: UAH-GISS-HADCRUT. Aunque se citan las fuentes, al final lo más cómodo para importar los datos en una hoja es pillarlos en http://www.woodfortrees.org/.

 

plazaeme
plazaeme

Negacionista. Que no se sabe muy bien si quiere decir que niego que exista el clima; que niego que el clima cambie; que niego que el clima esté cambiando actualmente de forma que no se haya visto antes; o que niego que hayan mostrado que se trata de un problema real, y no imaginario. Nunca me lo explican, y sigo esperando.

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4 comentarios

  1.    La cuestión es que cada año que pasa (sin calentamiento) es más difícil explicar la teoría del calentamiento global, sobre todo teniendo en cuenta que cada año hay más CO2 en la atmósfera.

    • Ese es un resumen perfecto, Mill. Por eso ahora están intentando colar lo de los “extremos climáticos” (desastres naturales), siempre tan facilonesy emotivos. Pero no tienen el menor soporte científico para sostenerlo.

      Por cierto, ya que estoy, le he hecho un añadido a los de los termómetros, y lo he puesto en la plaza. Una curiosidad sobre que en las mediciones de superficie se están separando las temperaturas continentales de las marítimas, solo a partir de 1970, y desde los satélites no pasa: 

      http://plazamoyua.com/2012/04/04/curiosidades-de-temperaturas-de-calentamiento-global/#parte2  

  2. Si, pero… ¿desde cuándo los datos de la realidad afectan una creencia?
    La conjetura del calentamiento global antropogénico nunca llegó al nivel de hipótesis, y mucho menos de teoría científica. Desde el principio fue un manejo político que ha llegado a convertirse en una religión. Y ni los políticos ni los religiosos son dados a utilizar la razón, especialmente cuando se cuestiona sus planes o su dogma, respectivamente.

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