La desaparición de un periódico no es una pérdida para la democracia

Perdón por la maldad, pero tengo la sensación de que cuando un medio de comunicación desaparece y se ponen a hablar de la debilidad de la democracia, el gremio de periodistas se pone muy cursi. Al menos, esto es lo que he pensado cuando he leído el editorial de El País sobre el cierre de Público.

Conste que no tengo el menor interés en mofarme de la delicada situación que padecen los trabajadores de esa empresa. Una cosa es que comparta la opinión de Fernando Díaz Villanueva sobre la calidad del periódoco y, otra muy distinta, que la situación de desempleo que vive España no está para gracias como esa. Pero seamos serios: ¿Acaso la desaparición de una marca de vinos es una gran pérdida para el mundo de los vinos? Pues depende. Si estamos hablando de un vino diferente y de calidad para los consumidores que tiene que cerrar por la incompetencia de sus gestores, pues podría pensarse que es una pérdida. Pero si se trata de un zumo de uva picado y que no le gusta a nadie, pues no podemos hablar de que el mundo de los vinos sufra una tragedia. Más bien, se trata de un producto sin calidad suficiente para los consumidores que ha sido expulsado del mercado. Esto es lo mismo: Un producto que no es rentable porque quienes están dispuestos a pagar por él no son suficientes para mantenerlo.

La calidad de una democracia no la marca el número de periódicos publicados en papel. En todo caso, dependerá de la calidad de las ideas que los ciudadanos tengan en mente. Porque libertad, lo que es libertad para establecer un medio de comunicación, existe. Y además, de forma barata. Está en Internet. Ahí, cualquiera puede montar su web de noticias o su blog y decir lo que quiera, con más, igual o menos calidad que cualquier medio de comunicación escrito. Y cuando se trata de las ideas que definen la calidad de la democracia, el medio es lo de menos. Si la idea es buena, valen un periódico, la radio, la televisión, Internet, el cine, los libros y hasta una pintada en la calle.

Los seguidores de Público no tienen nada de lo que preocuparse. Primero, porque aunque haya desparecido el soporte de papel, sigue existiendo la edición online. Y en segundo lugar, porque también dentro de la red existen muchos bloggers y pensadores que piensan y afirman lo mismo que dicho medio de comunicación.

Sí me preocupa la visión elitista del editorialista de El País. Si la calidad de la democracia depende del número de medios de comunicación y de lo que estos digan y no de las ideas de los ciudadanos, es que vivimos en una suerte de despotismo ilustrado. ¿Vivimos?

PD: Aunque claro, si la imagen que se tiene de los demás es ésta…

Burrhus el elefante neocon
Burrhus el elefante neocon

Manolo Millón.
Licenciado en Psicología.
Máster en Dirección de Recursos Humanos.
De vuelta cuasiobligada en Málaga

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18 comentarios

  1. Yo creo que la desaparición de un panfleto diario como Público no es una pérdida para la democracia, sino una evidente ganancia.

  2. Es que esa es la otra, PVL. El Estado está interviniendo en la economía con pocos reparos y en casi todos los sectores, de forma que lo que interpretan los empresarios como oferta y demanda es, principalmente, las señales que envía el Estado de lo que quiere. Luego, cambiar eso por las necesidades de la gente no es fácil.

    Cada vez que lo pienso… menos mal que he emigrado. 

  3. 1º Las lágrimas del País por Público son la quintaesencia de las lágrimas del cocodrilo: si hay un beneficiado claro del cierre de Público es El País. Por cierto, el cierre de Público es la escenificación final del fracaso total del zapaterismo, incluso entre los propias filas socialistas. No en balde, El País-Prisa apoyó abiertamente a Rubalcaba junto con la vieja guardia del PSOE frente a Chacón apoyada a su vez por Público y los pocos fieles que aún le quedaban al cadáver político de ZP.
    2º Por otro lado el cierre de Público es el ejemplo perfecto del sabio refrén español que reza: «una cosa es predicar y otra dar trigo». En este sentido asistimos diariamente a que la izquierda predique exigiendo a los malvados empresarios que mantengan los puestos de trabajo. Pues bien, llegado el caso está claro que los izquierdistas (incluso los más extremos como Roures) metidos a empresarios, cuando fracasan se comportan exactamente igual, solo que un poco más hipócritas, que el resto de empresas. Al respecto siempre recuerdo el caso de la gigantesca estafa de la PSV-UGT, o lo que ocurre cuando los muy honrados socialistas-sindicalistas se deciden a actuar como empresarios: que la cagan exactamente igual o peor que el más avaricioso y explotador de los empresarios.
    Lástima que en España suframos una memoria histórica tan particular que nos dé para acordarnos de las barbaridades cometidas  por uno solo de los bandos de la Guerra Civil y sin embargo no nos dé para acordarnos de lo ocurrido apenas 20 años atrás cuando la UGT estafó con total impunidad a miles y miles de los españoles más desfavorecidos.

    • Yo en ese sentido pienso que los medios son muy gremiales y que tienen perfectamente en cuenta que ellos pueden ser los próximos, PVL

      Tampoco hace falta que te vayas a por los sindicatos o los políticos de izquierda. La gran mayoría de la gente es así. Me atrevo a decir que se trata de un mal endémico. 

      • Hola Burrhus: hasta que en España los ciudadanos no seamos conscientes de lo jodidamente díficil que es sacar adelante un negocio, lo llevamos muy crudo. Y en consecuencia, hasta que no valoremos lo suficiente a las personas que se atreven a montar un negocio, lo llevamos doblemente crudo. Pero oyendo a los sindicatos y la progresía patria exigir airada y altaneramente a los DEMÁS como deben actuar empresarialmente, cualquiera diría que montar un negocio o empresa en este país y conseguir que funcione es «pan chupao», cuando lo cierto es que es díficil de narices: no solo ya el tener una buena idea de negocio, sino sortear toda la burocracia y parasitismo estatal/social/sindical/laboral.
        Acaso, en este país y para desgracia de todos los españoles, lo cierto y verdad es que los únicos negocios o empresas que funcionan con damasiada facilidad son los basados en el chanchullismo y compadreo con los poderosos de turno, que ojo, NO SIEMPRE son los políticos. En mi sector, durante años y años los estudios de arquitectura que han prosperado han sido los que tenían a uno de los socios (abierta u ocultamente) trabajando un ayuntamiento y «aportanto» clientes desde su puesto de privilegio a su empresa privada. Tres cuartos de lo mismo se puede decir de muchos médicos y cirujanos que te operan privadamente pero en instalaciones de la S.S. etc, etc.
        Y jamás de los jamases he escuchado a los sindicatos y progres en general denunciar esta corrupción general y socializada. Ahora eso sí, las multinacionales son malas de cojones por definición.
         
         

  4. Pues hyo lo siento pero para empezar nconsidero que el cierre de un periodico puede ser una ganancia para la democracia.  Despues de todo el cierre del turmer lo fué para la democracia alemana.
    Y tambien tengo que decir qu la democracia (gobierno del pueblo) no necesita de unaz prensa de opinion.  Para eso estan los blogs y no necesitamos que periodistas que no nos son superriores ni intelectual ni moralmente  nos digan lo que esta bién y lo que esta mal.  La democarcia necesita prensa de informaciobn para que la gente pueda tomar decisones a sabienadas.  Y Publico no era un peruiodico de informacion, con su conetenido que en muchas ocasiones bordaba sino excedia la incitacion a la violencia se parecia mcho mas al Volkisher Beobachter que a un periodico serio
    Y lo peor para la democracia son periodicos que se presentan como peridicos de informacon (o sea que el lector baja la guardia) pero en el que los periodistas se dedican a jercer de hacedores de reyess no con meras columnas de opinion sino dsitorsionando los hechos, savcando durante semanas una metida de pata de alguien que les cae mal y callando cuando dice/hace algo bién.  El Pais (del grupo 13M no lo olvidemos) es une ejmplo de ese periodislmo sucio y antidemocraico, antidemocratico por que al final los ministros caban temieno y escuchando a los periodiostas mas de lo que temen al pueblo.  Poque tomar una medida buena pero que desgrada a las readaccione tendra unos reits electorales negativos (los periodiistas no atacaan frontalmente le mediada pero se ensañaran con todo el resto).  Tomemos como ejemplo la perpetuidad real (hay asesinos irreformabkles) que el pueblo y el sentido comun aprueban peo que cae mal en la periodistocracia como ejemplo de periodismo contra democracia.
     

  5. Plazaeme: Es que también depende del nivel de especialización. Un blog muy especializado y con un porrón de visitas es una referencia. 

    Daoiz: No conozco ese rumor.

    Ijon: ¿Cómo era aquello…? ¿El que a hierro muere….?

    Heber: Completamente de acuerdo. 

  6. En mi opinión, lo que importa no es la desaparición en sí, sino las razones que la provocan.
    Una cosa es una imposición, una decisión del poder del estado, como sucede en los países totalitarios, ya sea por el uso directo y abierto de la fuerza (China, Siria, etc.) o por medios más «sutiles» (tipo elefante entrando en una cristalería) como los que emplea Chávez en Venezuela, y otra cosa completamente distinta es cuando la sociedad en sí no los considera útiles y no los apoya, comprándolos o siguiéndolos.
    Para sus trabajadores es muy duro, ciertamente, y debe uno lamentarse por ellos, pero no más de lo que provoca el cierre de una fábrica de velas.

  7. Por cierto, se habla de que el grupo Intereconomía, en serios problemas económicos, va a pasar a ser controlado por Mario Conde

  8. Pues oye, yo después del infame cachondeo que se trajeron los sicarios del multimillonario Roures a cuenta de las dificultades financieras de Intereconomía, la verdad es que no lo lamento ni un poquito. Ahora que se jodan. Cosas del karma.

  9. La comparación es por el extremismo de los dos. La democracia occidental está basada en las reglas, en el Estado de Derecho. Habitualmente la izquierda española lo pone en cuestión, creyendo que con sólo tener la mayoría es suficiente, mas en PÚBLICO se iba mucho más allá, de ahí que sea una buena noticia su desaparición. En su seno anidaba a muchos que propugnaban una «democracia a la cubana o bolivariana». No digamos entre sus comentaristas.

    Y no digamos la gran responsabilidad por su apoyo al gobierno del PSOE de Zapatero, un auténtico cáncer para la economía española.  

    No sólo vendían un mosto de mala calidad sino que a veces servían directamente alcohol de madera (metanol), el cual cegaba aún más sus sectores más sectarios. Por tanto, perjudicial para la salud… democrática española. 

    Esperemos que pronto otros, escorados en el otro extremo sigan el mismo camino. La Gaceta y La Razón, por ejemplo. 

    • En mi opinión, Maty, de la misma forma que la democracia no está en peligro por la desaparición de un periódico, la estupidez tampoco. Recalco que no estoy afirmando que las ideas de Público o sus gentes sean estúpidas. 

      Las mismas ideas serán afirmadas en formato digital, ya sea a través de la versión online o de otros bloggers, dirán lo mismo, y la gente que piense así no cambiará de opinión.

      Las razones por las que la gente cambia de idea, o que sostiene lo que sostiene, son muy difíciles de cambiar. En Desde El Exilio, por ejemplo, nos matamos a explicar que las subvenciones a ciertas energías renovables son un disparate, con números en la mano. ¿Hemos cambiado la opinión de alguien? No. ¿Hemos hecho lo que teníamos que hacer? Sí. Todo aquel que cambie de opinión, bienvenido sea, pero salvo cuestiones puntuales, una vez que ha pasado la fase adolescente, los cambios de ideología suelen darse más lentamente y por factores vitales y de experiencia que por leer un periódico. De hecho, a veces es como golpearse contra una pared. La gente no va a dejar de ser como era antes de la desparición de Público.

      • Burrhus, yo creo que aunque lo que dices es verdad, no es completo. Por ejemplo, un par de blogs americanos, pero literalmente dos, han tenido una importancia brutal en la percepción pública del cuento del cambio climático. Sumando, entre ambos, muchos menos lectores que el diario Público, pero a nivel global. Yo calculo que por la época del Climategate (2009), unos 20 – 30.000 entre Climateaudit y WUWT.  O sea que los altavoces pueden ser importantes, y la opinión pública reflejada en las encuestas cambiar.

        Pero sí, hablo de un caso excepcional. 

  10. Maty: La verdad es que no lo sé. Espero muchísimas chapuzas intelecutales por parte de la «izquierda» en general, pero la prensa es muy gremial. Yo tampoco llegaría a la comparación directa entre El Alcázar y Público, y mira que me cae mal Escolar. Sí creo que tienen muchos prejuicios progres, pero de ahí a ponerles de gente que desprecia la democracia… yo al menos no tengo pruebas como para acusar a toda una redacción.

    Plazaeme: Lo que al parecer se ha producido no es una chapuza de idea sino de gestión. Que el periódico, bien gestionado, podía dar dinero. Aquí explican muy bien (con números en la mano) dónde ha estado el principal problema de Público

    • Gracias, Burrhus. Deduzco unos 70.000 ejemplares de venta diaria. Por supuesto la maldad solo era una maldad. Pero yo creo que toda la prensa de papel lo tiene muy crudo. Les veo en una espiral: menos ingresos –> menos calidad –> menos lectores –> menos ingresos, etc. Vamos a vivir tiempos interesantes (creo que es una maldición china).

  11. La maldad no es mía, pero no recuerdo a quién se la leí. Señalaba que El País propicia una educación que conduce a gente que lo lee, lo que supone triar piedras contra el propio tejado. Y que Público era directamente el periódico para esa masa  ágrafa  provocada por las políticas que defiende El País. O sea, un imposible.

    Los hechos parecen darle la razón. 

  12. Reproduzco mi comentario, tras mi reseña en Nauscopio.

     ¿Cuántos de los que se apenan del cierre de <b>PÚBLICO</b> lo hubiesen hecho con <b>EL ALCÁZAR</b>? Extremistas ambos, de polos opuestos, pero irrespetuosos con la democracia tal como se entiende en Occidente, donde la separación de poderes y el respeto al Estado de Derecho son principios fundamentales. Así que los demócratas ganamos con la desaparición de medios de (in)comunicación que deshonran a la profesión periodística española <i>-mucho más que el resto de medios «serios»</i>.
     
    <b>OjO: me alegro de que desaparezcan porque no hay mercado para ellos</b>, lo que indica que el porcentaje real de extremistas es mucho menor que el <i>ruido</i> que generan <i>(por ejemplo en Menéame)</i>.

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