Es vox pópuli que el actual sistema educativo español se encuentra desfasado, que no se corresponde con la educación que un país desarrollado debería tener, que no da los resultados que deberían esperarse de un mundo medianamente avanzado. Así lo muestran todos los índices internacionales de educación, que dejan a España en los últimos puestos, tanto en lengua como en ciencias y matemáticas.
Coloquialmente, las generaciones más antiguas reconocen que la educación española está viviendo una terrible decadencia, pues tanto la cantidad y calidad de contenidos se han reducido notablemente. Incluso entre las generaciones actuales es muy conocido que el esfuerzo que hay que realizar para superar las asignaturas y niveles académicos es muy laxo.
Como los expertos en educación y en psicología afirman, es imposible que una persona mejore su nivel si previamente no ha realizado un duro esfuerzo. Los deportistas saben que si no realizan un esfuerzo duro y agotador, no pueden mejorar su fuerza física. Es una tontería entrenar con la expectativa de no cansarse. Las agujetas provocan músculo. Se puede expresar de multitud de formas.
Así pues, la consecuencia inmediata de una reducción en el nivel de exigencia educativo es la reducción del esfuerzo del alumnado y, por tanto, la reducción de la formación del país, y el menoscabo del capital humano.
Repasemos ahora los puntos más importantes de la Ley Orgánica de Educación (LOE), actualmente vigente en nuestro país. En el primer artículo se dice que el segundo principio inspirador del sistema educativo es: “La equidad, que garantice la igualdad de oportunidades, la inclusión educativa y la no discriminación y actúa como elemento compensador de las desigualdades personales, culturales, económicas y sociales, con especial atención a las que deriven de discapacidad”
Por otra parte, como se puede leer a lo largo de todo el texto legal, uno de los objetivos más importantes en todos los niveles académicos (educación primaria, secundaria, bachillerato y formación profesional) es el de lograr la igualdad efectiva entre ambos sexos, rechazar los estereotipos relacionados con las mujeres y los comportamientos sexistas. Incluso el Título II de la ley se dedica enteramente a tratar la equidad en la educación. Por ejemplo, el artículo 80 dice: “Las políticas de educación compensatoria reforzarán la acción del sistema educativo de forma que se eviten desigualdades derivadas de factores sociales, económicos, culturales, geográficos, étnicos o de otra índole.”
Como acabamos de comprobar el sistema educativo español vigente tiene como objetivo y fin principal la “igualdad efectiva”, es decir, suplir las descompensaciones que se puedan dar entre alumnos, con el objetivo de que todos tengan las mismas oportunidades de acceder a los puestos de trabajo.
Este principio que inspira la citada ley se basa en la idea de que las personas somos iguales o, en su defecto, podemos llegar a ser iguales; es decir, que con esfuerzo institucional se pueda lograr la igualdad de rendimiento académico. Además dicho principio coincide milimétricamente con el principio socialdemócrata de que hay que conseguir la igualdad por encima de todo, pues la desigualdad provocaría enormes problemas sociales como, por ejemplo, la desconfianza entre los conciudadanos, la violencia, la segregación, etc. Es decir, que la igualdad es un principio al que se debe aspirar pues la desigualdad crearía un círculo vicioso profundamente negativo y autodestructivo.
Sin embargo, tal principio es erróneo, por la sencilla razón de que las personas por naturaleza somos distintas. Y la naturaleza no puede ni cambiarse ni obviarse. Bien es cierto que todos somos personas y tenemos muchísimos aspectos genéricos en común, que nos igualan: todas las personas hablan un lenguaje determinado, tienen emociones y sentimientos, las mismas necesidades básicas, las mismas estructuras físicas y psíquicas. Por este motivo, la justicia, que debe ser ciega, trata a todos los sujetos de idéntica forma: como personas. No obstante, a niveles más específicos y concretos, las personas son muy diferentes entre sí y no hay nadie igual a otro. Aunque todos tengamos ojos, boca y nariz, nadie los tiene iguales a otro. Aunque todos tengamos sentimientos, no todos sentimos lo mismo. Aunque todos tenemos gustos, a no todos les gusta lo mismo. Aunque todos podemos actuar de una forma, todo el mundo tiene una forma de actuar que le define. Aunque todos tengamos unas habilidades y capacidades, las habilidades y capacidades difieren de unos individuos a otros. Y no aceptar esta realidad es ir contra la propia naturaleza.
Por este motivo, educar de la misma forma o exigir el mismo rendimiento o esfuerzo académico a todas las personas es un principio que va contra la propia naturaleza, que impide, dicho sea de paso, otro de los fines a los que va destinada la LOE: “Lograr el pleno desarrollo de la personalidad y de las capacidades de los alumnos”. No tratar -por ejemplo- a una persona de reducidas capacidades como una persona infradotada va contra la propia persona, de igual modo que tratar a una persona superdotada como una persona media va también contra la naturaleza. Por eso, la mejor educación, es aquella que más se amolde a la individualidad de cada uno.
La LOE lo que está provocando es que se baje el listón en las aulas para que todos puedan superar los niveles, haciendo que sólo una porción muy pequeña de alumnos tengan que esforzarse para superar los exámenes.
Por el contrario, tenemos el sistema educativo de Singapur, donde el gobierno ha hecho una enorme apuesta por la educación, que está basada en la individualidad, para aprovechar al máximo las capacidades de cada persona, en busca de la diversidad en lugar de la igualdad. Allí, «la tarea de la escuela es ayudar a cada niño y joven a descubrir su propio talento. Así podrán insertarse en el mundo laboral con gran confianza en sus competencias y habilidades. El prerrequisito para ello fue el establecimiento de un sistema educativo flexible y diverso que proporcionó a los estudiantes posibilidades de elección de formas de aprendizaje para satisfacer sus intereses, que les otorga el poder de elegir qué y cómo estudiar. Esto ha logrado una instrucción diferenciada para atender a las necesidades de los estudiantes de variados orígenes, lenguas y habilidades».
Vemos incluso que en el reverso de los billetes de Singapur hay dibujos que evocan a la educación, indicado hasta qué punto es importante la educación para el sistema educativo de allí.
Los resultados están a la vista. Hace pocos años Singapur era una de las regiones más pobres del planeta y hoy es una de las zonas donde hay más crecimiento económico y las riqueza por habitante del mundo, con una tasa de paro actual (que se va reduciendo con el paso del tiempo) del 2%.
Observamos las grandes diferencias que existen entre la cantidad de empleo en España y en Singapur: mientras que allí el 65% de la población tiene trabajo, aquí sólo lo tiene el 37%.
Y es que la variable que más afecta al empleo a largo plazo en un país es la educación y el nivel formativo. Por lo que me temo que, si España no modifica rápidamente su política educativa, estará abocada a unos niveles de desempleo (y, por lo tanto, de malestar social) mastodónticos. Y los españoles que pretendan prosperar profesionalmente no tendrán más remedio que formarse por otros mecanismos que no sean los suministrados por los servicios públicos y emigrar a otros países.
Queda claro en el texto de la LEY: 1.- Conceptualmente es el «estado quién capacita» y no más eso de que las personas se capacitan para superarse (eliminación de toda referencia al ser indivudual). 2.- El objeto es formar a todos iguales por igual, sin considerar las distintas capacidades o habilidades; o sea, no es capacitar para maximizar el potencial y las habilidades de cada uno; ¿por que no uniforme gris para todos?. 3.- El objetivo es conseguir «iguales», no hay mención a la calidad ni al potencial o habilidad de cada uno…¿como puede ser que exista esa terrible injusticia de ser más inteligente que otro?. Lentamente, en el mundo progre que vivimos hoy, los indivuduos le piden, por favor, al estado o a sus dirigentes, que los esclavice; que les den todo lo necesario para dignamente. Basta de autosuficiencia
Muy acertado análisis y muy acertada la comparación con el deporte. En deporte, donde también se adquieren habilidades, no se habla de educación, sino de entrenamiento. Primer punto a modificar: las escuelas, institutos y universidades son centros de entrenamiento de habilidades técnicas.
El concepto «educación» da lugar a interpretaciones ideológico-pedagógicas, además que ni los «expertos» se ponen de acuerdo sobre su significado (ver wikipedia). Los conceptos «entrenamiento», «ejercicio» y «práctica», no.
Otro punto que se debería erradicar son las denominaciones «desarrollo de habilidades», «desarrollo de compentecias» y similares, al referirse a los objetivos. Como en deporte, el objetivo debiera ser el rendimiento. Y el rendimiento nunca es igual, ni siquiera para dos personas con idéntico entrenamiento. Sobra la igualdad, que como bien dices, es lo más antinatural que existe.
Muy buen artículo Antonio. Y aunque en tu crítica a la política educativa española tocas sólo en un par de puntos (la igualdad y su consecuencia, la prohibición de toda educación diferenciada), no deja de ser importantísimo tu artículo de denuncia. Así es que te invito a que de vez en cuando sigas trayéndonos posts denunciando nuestra política educativa española.
Lo primero que hay que decir (con Rothbard a la cabeza) es que todo estatismo educativo tiene como principios sagrados: la educación pública y “la Planificación Central de la Educación”. Y no por nada, sino porque toda la estructura educativa instrumentalizada a través de esos dos dogmas, se convierte para el pensamiento único del momento y país en cuestión, en la perfecta “estructura de adoctrinamiento” social. En esto el socialismo es maestro…. tanto de izquierdas como de derechas (sólo quiere clones).
Así por ejemplo, en España la marca blanca del psoe (léase pp), su cabeza más “liberal” (léase la presidenta de Madrid) no deja de crear colegios… públicos, hospitales… públicos, etc. En otras “autonosuyas” del pp, como la de Valencia (léase en otrora el “presidento” Camps), mucho más creativo que la anterior presidenta, impuso que la EpC se impartiera en inglés). Lo importante es que en educación estatista la marca blanca del socialismo español (el pp) gane por la izquierda a la marca auténtica (el psoe).
Todos sabemos que cuando en un país se estataliza la educación, la ciencia se ideologiza. Dices bien cuando mentas el articulado de la LOE, pero te quedas corto, pues todo dicho articulado, es un ejemplo perfecto de cómo convertir a una estructura pública educativa en una estructura de adoctrinamiento social. Cualquier intento de modificarlo, es una forma de intensificarlo (en esto es experto el pp) y de ello es consciente el psoe. La LOE, la LOGSE, no hay que modificarla, hay abolirla en su totalidad. Ambas son leyes estatistas de Planificación Central de la Educación y por tanto de claro carácter adoctrinador.
No habrá nunca en un país una autentica libertad de pensamiento individual mientras no exista una total educación privada. Toda educación estatista sólo se estructura para educar en el pensamiento único. Toda educación pública organizada a través de una Planificación Central, no quiere construir mentes libres, sólo creyentes… en su pensamiento único.
…y cuanto más crece dicha estructura de educación pública, financieramente más insoportable es en costes, ineficaz en resultados académicos, e improductiva en avances científicos.
¡¡Fuera el Estado de las aulas!!
Un cordial saludo
Pablo el herrero
Muy buen artículo Antonio. Y aunque en tu crítica a la política educativa española tocas sólo en un par de puntos (la igualdad y su consecuencia, la prohibición de toda educación diferenciada), no deja de ser importantísimo tu artículo de denuncia. Así es que te invito a que de vez en cuando sigas trayéndonos posts denunciando nuestra política educativa española.
Lo primero que hay que decir (con Rothbard a la cabeza) es que todo estatismo educativo tiene como principios sagrados: la educación pública y “la Planificación Central de la Educación”. Y no por nada, sino porque toda la estructura educativa instrumentalizada a través de esos dos dogmas, se convierte para el pensamiento único del momento y país en cuestión, en la perfecta “estructura de adoctrinamiento” social. En esto el socialismo es maestro…. tanto de izquierdas como de derechas (sólo quiere clones).
Así por ejemplo, en España, la marca blanca del psoe (léase pp), su cabeza más “liberal” (léase presidenta de Madrid) no deja de crear colegios… públicos, hospitales…. públicos, etc. En otras “autonosuyas” del pp como la de Valencia (léase en otrora su “presidento” Camps), mucho más creativo que la anterior presidenta, impuso que la EpC se impartiera en inglés). Lo importante es que en educación estatista, la marca blanca del socialismo español (el pp) gane por la izquierda a la marca aut.﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽ializar su creatividadsocialismo español (el pp) gane por la izquierda a la marca aut para materializar su creatividadéntica (el psoe).
Todos sabemos que cuando en un país se estataliza la educación, la ciencia se ideologiza. Dices bien cuando mentas el articulado de la LOE, pero te quedas corto, pues todo dicho articulado, es un ejemplo perfecto de cómo convertir a una estructura pública educativa en una estructura de adoctrinamiento social. Cualquier intento de modificarlo, es una forma de intensificarlo (en esto es experto el pp) y de ello es consciente el psoe. La LOE, la LOGSE, no hay que modificarla, hay abolirla en su totalidad. Ambas son leyes estatistas de Planificación Central de la Educación y por tanto de claro carácter adoctrinador.
No habrá nunca en un país una autentica libertad de pensamiento individual mientras no exista una total educación privada. Toda educación estatista sólo se estructura para educar en el pensamiento único. Toda educación pública organizada a través de una Planificación Central, no quiere construir mentes libres, sólo creyentes… en su pensamiento único.
…y cuanto más crece dicha estructura de educación pública, financieramente más insoportable es en costes, ineficaz en resultados académicos, e improductiva en avances científicos.
¡¡Fuera el Estado de las aulas!!
Un cordial saludo
Pablo el herrero