Medicina Evolucionista (entrevista a Randolph M. Nesse)

La enfermedad y la muerte son el reverso de la moneda lanzada al aire de la salud y la vida. En ese casino de la evolución en el que al final siempre ganan los más aptos, a falta de banca, de acuerdo con principios estadísticos abstractos y por ello imperceptibles a simple vista -y más dadas las ilusiones visuales y cognitivas a las que somos tan dados- los juegos son variaciones cada vez más finas de los mismos temas. La gran diversidad de la vida obedece a los múltiples pequeños canales por los que se desliza la corriente vital hacia adelante en el tiempo.

Siendo la selección natural el supremo juez en el teatro de la historia de la vida, el dictamen de un médico que trata el cuerpo de un único paciente no debe desoír las sentencias que esta ha ido dejando grabadas a lo largo de eones en la forma, estructura y función de todos los organismos, incluido el que el doctor tiene entre sus manos, como si fuera un objeto.

Se tiende a ver cada vez con mayor claridad la continuidad entre los procesos de vida y muerte, y los de salud y enfermedad. Se tiende a ver también la importancia del elemento subjetivo en la medicina, del factor psicológico, y, tratándose de nosotros, -con más razón-, del factor humano.

Animales irracionales, como cualquier otro, es decir, que trabajan por y para su supervivencia sin necesidad de saberlo o pensar en ello, pero con un barniz de racionalidad, nosotros tenemos que aplicar ese barniz sobre los viejos muebles que adornaban los laboratorios científicos o los lugares de estudio y trabajo para que pueda apreciarse en todo su esplendor no su brillo, al cual se han dedicado loas sin fin, sino especialmente la compatibilidad que tiene con -y las imperfecciones que deja sobre- los objetos a los que se aplica.

La medicina, que trata de promover la salud, de prevenir o curar o corregir los daños y disfuncionalidades que se producen en nuestros cuerpos y, como parte de ellos, en nuestras mentes, tiene que ser aplicada por doctores que sean conscientes de las restricciones y potencialidades impuestas y otorgadas respectivamente por la selección natural a nuestro funcionamiento orgánico y social.

Ya en su momento entrevistamos al Doctor Mel Greaves, experto oncólogo que había decidido emprender la aventura de explicar el cáncer, la enfermedad más temida de nuestro tiempo, y una de las más frecuentes, como un legado de la evolución.

Pero la medicina, vista desde una óptica evolucionista, esto es, la medicina evolucionista, abarcar mucho más que el estudio de las razones últimas de la existencia de los cánceres. Toda enfermedad puede someterse a un análisis evolucionista, y verse como producto directo o indirecto de la selección natural, o incluso como una adaptación a ambientes particulares (véase el caso de la anemia falciforme y la malaria, contado por Santiago Merino). También puede encontrarse que la enfermedad es, al final, simplemente una de las manifestaciones del proceso de deterioro conocido como envejecimiento que, más que favorecido por la selección natural, sencillamente se debería a que cae fuera del ámbito de influencia de esta, y dentro del de los fenómenos físico-químicos de deterioro. Sobre ello hablamos extensamente en nuestra anterior entrevista al científico portugués João Pedro Magalhães.

La medicina evolucionista es una disciplina relativamente joven que se enfrenta al desafío de encontrar las huellas dejadas por lo indudablemente viejo en nuestros relativamente jóvenes organismos que envejecen aceleradamente, tras dejar una descendencia que permite que la función representada por nuestra especie continúe. En ella la supervivencia diferencial de la selección natural se entremezcla con la de las vidas de los individuos enfermos, y la enfermedad contingente se sitúa en el contexto más amplio y profundo de una historia natural que sólo merced a la salud, a la funcionalidad de los sistemas vivos, pudo ser posible.

El Doctor Randolph M. Nesse, de la Universidad de Michigan, médico especialista en psiquiatría y psicología, fue, junto con el biólogo evolucionista George C. Williams, el fundador de este campo de la ciencia, conocido como Medicina Darwinista o Medicina Evolucionista. Junto con Williams publicó el libro Why we get sick? (¿Por qué enfermamos?). Sus investigaciones en este campo sobre la neuroendocrinología de la ansiedad sirvieron para contribuir a desvelar cómo la selección natural pudo haber dado forma a mecanismos fisiológicos que regulan defensas tales como la tos, el dolor, la fiebre, la ansiedad o la depresión. Se puede seguir su trabajo en su sitio web, así como el de la medicina evolucionista en The Evolution and Medicine Review.

 El Professor Nesse ha tenido la amabilidad de respondernos unas preguntas. Las preguntas fueron puestas en inglés por el también médico, Marzo Varea. El original inglés de la entrevista lo tienen en La Nueva Ilustración Evolucionista.

1. ¿Cómo pueden explicarse las diferencias en la vulnerabilidad a la enfermedad de las personas desde una perspectiva evolucionista?

En general no pueden. Las diferencias en la vulnerabilidad son el tema de las investigaciones médica y epidemiológica tradicionales. Pero existen explicaciones evolucionistas sobre porqué somos todos iguales en las formas en las que nos volvemos vulnerables a las enfermedades. Nosotros, los humanos, tenemos rasgos tales como un estrecho canal de parto, una retina desprendible, estrechas arterias coronarias y ¿el envejecimiento? George Williams y yo hemos sugerido que hay principalmente seis posibles maneras de darle una explicación:

1.1. Por desajustes corporales con el entorno actual.

1.2.Porque los patógenos evolucionan más rápido de lo que nosotros podemos hacerlo.

1.3. Porque las limitaciones inherentes a lo que puede hacer la selección natural, inevitablemente dejan cuerpos imperfectos.

1.4. Por los balances característicos en cada rasgo corporal, nada puede ser perfecto, porque mejorar algo conllevaría hacer que otra cosa fuera peor.

1.5. Porque la selección natural dio forma a cuerpos que maximizaran el éxito reproductivo, no la salud.

1.6. Porque las defensas, tales como la fiebre, la tos y los vómitos, son rasgos útiles moldeados por la selección natural para afrontar ciertas amenazas; estas últimas se convierten en enfermedades sólo cuando las primeras son disfuncionales.

2.-¿Qué hace que algunas infecciones sean más virulentas que otras? ¿Cómo evolucionan ambos tipos de agentes patógenos, los de mediana y alta virulencia?

Durante décadas, la mayoría de los médicos y científicos creían que los patógenos se volvían benignos después de una larga asociación con un hospedador, después de todo, ¿por qué molestarse en matar a tu anfitrión? Sin embargo, gracias a los avances fundamentales en biología evolutiva, especialmente los de George Williams, y a las aplicaciones realizadas por investigadores como Paul Ewald, se hizo evidente en la década de 1970 que la selección natural daba forma a patógenos con cualquier nivel de virulencia que máximizara su propagación. Incluso si esto significa matar al anfitrión.

Una generalización enfatizada por Ewald, es la de que los patógenos que se diseminan sólo cuando los hospedadores se encuentran bien y activos, como el resfriado común, tienen que ser relativamente suaves a fin de difundirse con eficacia. Otros, que se propagan a través de las manos del médico, o por medio de la diarrea en un suministro público de agua, o a través de los mosquitos, pueden dispersarse más rápido si son más virulentos.Esto tiene enormes implicaciones de salud pública. Que hacemos cambios en el entorno de forma que se seleccionan patógenos más o menos virulentos.

3. ¿Podemos decir que las infecciones de nuestros ancestros permanecen escritas en nuestros genomas? ¿Cómo hemos coevolucionado con nuestros parásitos?

Uno de los sorprendentes descubrimientos hechos posibles gracias a los nuevos análisis genéticos, es que los genomas están llenos de secuencias de virus; el genoma humano proviene de secuencias de virus aproximadamente en un 8%.Muchas ven su expresión reprimida por grupos metilo en su lugar del ADN , otras se expresan. La expresión de secuencias que normalmente están suprimidas puede ser importante para comprender las enfermedades.

Estamos coevolucionando con los patógenos, creando una carrera armamentística de graves consecuencias. Cada vez levantamos mejores defensas, y los patógenos evolucionan para flanquearlas. Esto crea nuevas presiones selectivas para nuevas y más efectivas defensas, y sigue así sucesivamente. Las defensas resultantes son costosas y peligrosas tanto para hospedador como para el patógeno.En los humanos, esto explica por qué el sistema inmunológico es tan peligroso, así como tan útil. Por otra parte, los lentos daños tisulares causados por la inflamación son una de las causas del envejecimiento.

4.-Las aproximaciones psicosociales a la salud tratan de cambiar las actitudes y los comportamientos de los pacientes o posibles pacientes con el fin de hacerles llevar una vida menos expuesta a la enfermedad. Con el fin de cambiar estas actitudes y comportamientos, deberíamos primero entender sus causas. Por lo que ¿no debería la psicología social de la salud prestar atención a lo que está siendo descubierto por la medicina evolucionista?

Soy escéptico con la idea de que los efectos del estrés sean tan importantes para la salud física como algunos sugieren. En mi investigación sobre los efectos de una intensa ansiedad sobre el cortisol, muchos sujetos no presentaron ninguna respuesta en absoluto. Tuvieron respuestas mucho mayores a situaciones nuevas. Ciertamente, pudieran ser por estrés psicológico, pero la capacidad para el estrés existe sólo porque ha sido útil. Para obtener más información, consulte Orígenes evolutivos y funciones de la respuesta al estrés. Las respuestas de estrés son algo normal, si tu respuesta al estrés es inadecuada, como en la enfermedad de Addison, es probable que mueras muy rápidamente, incluso por un resfriado o una lesión menor.

Aparte del estrés, la evolución tiene mucho que ofrecer a la psiquiatría. Quizás la contribución más importante sea la observación de que las emociones, incluso las emociones negativas como la ansiedad, la ira, y el bajo estado de ánimo, sólo existen porque fueron útiles en algunas circunstancias.

La ansiedad y la depresión no son anormales a menos que estén desreguladas. Por supuesto, la selección natural ha creado los mecanismos de regulación no para nuestra salud, sino para maximizar el éxito reproductivo. Es lamentable. ¡Especialmente para los hombres! Esto explica que los hombres vivan vidas mucho más cortas que las de las mujeres. Sin embargo, el Principio de Detector de Humo implica que por lo general es seguro reducir o bloquear estas emociones desagradables. Debido a que la tos, la fiebre y el pánico no son caros, este sistema normal de regulación los expresa en muchos casos cuando no son esenciales. Esto hace que la vida esté mucho más llena de sufrimiento del necesario, y nos permite bloquear de forma segura las respuestas defensivas. ¿Cuando es seguro? Su médico tendría que entender mejor la evolución para tomar buenas decisiones a este respecto.

5.¿Qué enfermedades mentales podrían ser consideradas más un producto de la evolución y cuáles más el resultado de un trauma en el desarrollo?

Las enfermedades no fueron moldeadas por la selección natural. La esquizofrenia, el trastorno bipolar y el autismo no están moldeados por la selección natural. La incapacidad para comprender esto es el más común de los errores cometido por mis estudiantes, y prueba lo extraordinariamente difícil que es hacerles pensar con claridad. La vulnerabilidad a la esquizofrenia, el cáncer y la depresión toma forma por selección natural. No la vulnerabilidad de ciertos individuos, pero sí por qué todos tenemos cuerpos que pueden ir mal por esos particulares derroteros.

Dicho esto, es además importante tener en cuenta que algunos trastornos psiquiátricos surgen de la desregulación de las respuestas normales (trastornos de ansiedad y trastornos del estado de ánimo), mientras que otros reflejan anomalías que no están relacionadas con las respuestas ordinarias (la esquizofrenia y el autismo). Es terriblemente difícil para la gente pensar con claridad sobre evolución y trastornos mentales. Hace poco escribí un artículo en la revista Evolutionary Applicationsque listaba 10 preguntas para formularse cuándo se trata de investigar una explicación evolucionista de la enfermedad. Insisto en que mis alumnos las sigan cuando escriban sus artículos, lo que parece ayudarles a mantener su claridad de pensamiento.

6. ¿Qué nos enseña la medicina evolucionista sobre el viejo problema cuerpo-mente?

La medicina evolucionista no aborda el problema mente-cuerpo. Una panorámica general de la evolución de la cognición humana, sin embargo, sugiere que nuestro cerebro sencillamente no evolucionó para hacer frente a tales conceptos. Tenemos una fuerte tendencia a crear categorías mutuamente excluyentes donde no las hay, y nuestras mentes son muy deficientes para comprender cómo un fenómeno en sus diferentes niveles puede ser la misma cosa. Esto es especialmente problemático en psiquiatría, donde la actual ideología está comprometida con el reduccionismo radical, incluso más que en la fisiología o en el resto de la medicina.

Es bastante obvio para los clínicos que muchos problemas surgen en el nivel de conflictos de sistemas en las relaciones y las emociones, pero algunos investigadores parecen creer que todas las causas se encuentran a nivel cerebral. Y algunas sí, pero muchos de los cambios cerebrales son los efectos secundarios, no las causas.

7. Parece que hay una relación entre el aislamiento social y la susceptibilidad general a las enfermedades, y lo mismo sucede con el estrés. ¿Esto, en su opinión, nos habla de nosotros como de primates sociales que luchan por el estatus?

Los datos que muestran que la soledad y el aislamiento social están asociados con la enfermedad son claros, pero la dirección de la causalidad y los mecanismos no lo son. Las personas que están enfermas no salen muy a menudo, o sus amigos simplemente dejar de llamarles, porque pueden hacer menos cosas. O bien, estar enfermos les hace no querer socializarse tanto. También es cierto, sin embargo, que los bajos niveles de apoyo social se correlacionan con malos estados de salud. Las personas que viven solas tienden a hacer menos ejercicio, a consumir dietas deficientes, y a trabajar en profesiones que pueden estar asociadas a la enfermedad, o desempleadas. Dicho todo esto, también es posible que estar socialmente aislados tenga una influencia independiente sobre la salud. También es posible que el ser de bajo estatus influya en el riesgo de enfermedad. Este es un claro ejemplo de un área de investigación cargada de una complejidad para la que nuestras mentes humanas no están preparadas.

8. Una población en envejecimiento lleva a un aumento en la incidencia de ciertas enfermedades. ¿Qué nos enseña la medicina evolucionista sobre el envejecimiento y las enfermedades relacionadas con el mismo?

Me interesé por primera vez por la conjunción de evolución y medicina cuando comencé mis intentos por comprender el envejecimiento. Los genes influyen en las variaciones de las tasas de envejecimiento, así que me preguntaba por qué la selección natural no había seleccionado genes que nos hicieran vivir vidas más largas y más saludables. Se me ocurrió la respuesta equivocada; pensé que el envejecimiento podría beneficiar de algún modo a la especie. Después aprendí, gracias a la lectura de George Williams, que todo este tipo de explicaciones basadas en la selección de grupo eran incorrectas. El sugería que un gen que causara el envejecimiento no podría ser seleccionado en ningún caso si no beneficiara el funcionamiento temprano en la vida, la así llamada teoría del antagonismo pleiotrópico. Esto abrió mi mente a la posibilidad de que la selección natural pudiera ayudar a explicar las enfermedades. Esta teoría revolucionó también el estudio del envejecimiento de una manera que ahora está empezando a influir en la gerontología.

Anteriormente se pensaba que el envejecimiento era un sistema de control coordinado por algún tipo de reloj, pero el trabajo de Williams y otros, demostró que se trata simplemente de que las cosas se deterioran en la coordinación porque es así cómo la selección natural moldeó los sistemas.

9. ¿En qué está trabajando ahora?

Gran parte de mi trabajo ahora es tratar de ayudar a encontrar formas de proporcionar educación a los médicos e investigadores médicos de forma que puedan hacer un uso completo de la biología evolutiva. El campo de la medicina evolucionista es como el de la medicina genética, excepto por el hecho de que la ciencia de base es la biología evolutiva en lugar de la genética. La otra diferencia es que la genética ha sido durante mucho tiempo un fundamento reconocido por la medicina, mientras que el valor de la biología evolutiva es ahora cuando está siendo reconocido. Estoy seguro de que a medida que los médicos y los investigadores aprendan más sobre biología evolutiva, utilizarán este conocimiento para mejorar la salud humana.

Mi trabajo actual más específico es sobre cómo la selección natural ha moldeado los mecanismos que regulan las defensas. Esto es crucial para los clínicos para tomar decisiones sabias sobre cuando usar drogas para bloquear defensas tales como la tos, la fiebre o la náusea. para tomar decisiones sabias acerca de cuándo utilizar medicamentos para bloquear las defensas, tales como tos, fiebre y náuseas. También están los fundamentos de mi trabajo más específico sobre la evolución y las emociones. Muchos científicos están buscando mecanismos cerebrales reduccionistas para explicar las variaciones emocionales, pero un punto de vista evolucionista también llama la atención sobre las estructuras motivacionales individuales de las personas, esto es, lo que están tratando de hacer en la vida y cómo les van las cosas. Una psiquiatría realmente biológica prestará especial atención a los aspectos de la vida social de las personas que sean probablemente los que susciten en ellas emociones negativas. Esto alienta una perspectiva más personalizada y humanista sobre los trastornos mentales y las personas que los padecen.

Germanico
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No hay aprendizaje sin error, ni tampoco acierto sin duda. En éste, nuestro mundo, hemos dado por sentadas demasiadas cosas. Y así nos va. Las ideologías y los eslóganes fáciles, los prejuicios y jucios sumarios, los procesos kafkianos al presunto disidente de las fes de moda, los ostracismos a quién sostenga un “pero” de duda razonable a cualquier aseveración generalmente aprobada (que no indudablemente probada), convierten el mundo en el que vivimos en un santuario para la pereza cognitiva y en un infierno para todos, pero especialmente para los que tratan de comprender cabalmente que es lo que realmente está sucediendo -nos está sucediendo.

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