#LET, Liberales en Twitter

Quien renuncia al ejercicio de su responsabilidad acaba perdiendo buena parte de su libertad.

Algunos lo hacen por miedo a no saber administrar su libertad ya que, al final del día, se sienten más cómodos al amparo del «Estado Social de Bienestar» y no perciben el veneno que esconde el «caramelo estatal». Así, cuando se percatan por fin del retroceso que han sufrido sus libertades individuales, encontrarán que su voluntad de independencia personal ya estaba atrofiada. Otros, en cambio, saben que esa voluntad está viva, que es exuberante y que nos obliga a rebelarnos contra el Leviatán estatal que busca legitimar el recorte de nuestra libertad individual en nombre del «bienestar social». Por desgracia, es habitual que la «sopa colectiva» acabe abduciendo esta sana reacción de dignidad e independencia personal.

Algo es común para ambos grupos de individuos: el mayor peligro y la más grande amenaza para la libertad viene precisamente del ente al que se encomienda la protección de la misma, es decir, del «Estado Social de Bienestar». De esta forma, se institucionaliza y se da carta de «existencia» a la imagen del hombre incapaz de resolver por sí mismo las dificultades que plantea la vida cotidiana. El individuo es, entonces, un ser incapaz de actuar desde su propia responsabilidad, y es por ello que el Estado se ocupará fundamentalmente de «proteger» a los ciudadanos mediante un sistema regulado y obligatorio, tanto para críticos como para entusiastas. Y, por supuesto, no se duda en presentar esta realidad como una bendición, como un logro en el camino hacia la felicidad y la prosperidad eterna de los humanos. El problema es que, en el camino, todos acabamos siendo irresponsables subsidiarios, supuestos irresponsables y, en general, incapaces.

En el ámbito económico, esta tendencia intervencionista se manifiesta siempre en contra de la propiedad privada, que es el elixir vital para que la chispa iniciadora prenda la cadena de creatividad e innovación que es la economía de libre mercado. Hablamos de propiedad también cuando hablamos de uno mismo, tomando consciencia de las responsabilidades que conlleva ejercer nuestra libertad personal. Pero en esta Europa de políticas socialistas disfrazadas de «sociales», la meta es anular esta idea. El socialismo, sea de derechas y de izquierdas, acaba alimentando la lacra de la pereza, siempre en nombre del nirvana del «bienestar» y la felicidad «social». Esa pereza, esa enajenación, esa renuncia a la propia responsabilidad personal constituye, en definitiva, el humus del que crecen los igualitarismos, las envidias disfrazadas de “discriminación positiva” y, en definitiva, la verdadera razón de ser que legitima toda ideología colectivista: el totalitarismo articulado con el favoritismo subvencionado. Por eso los que beben de la fuente del socialismo de uno u otro color acabarán condenados a vivir sin responsabilidad alguna, entregados en manos del Estado que generó en ellos la falsa expectativa de una vida de «protección» en la que todo discurre sin sobresaltos ni problemas.

Somos víctimas de un programa de enajenación, de embargo, de eliminación de la propiedad personal entendida en su forma más amplia. Por ello, el sistema que describimos es un sistema de represión de las libertades. Se disfrazará de «ecologismo,» prometerá «seguridad social», hablará de «justicia impositiva», garantizará «pensiones»… y muchos no reconocen tras esas vestiduras la verdadera amenaza que supone entregarnos a lo fácil: nos convertimos en incapaces para solventar lo difícil, pasamos a depender del estado y pagamos la “protección estatal” con los nefastos resultados que acabará teniendo la entrega progresiva de nuestra libertad.

Por eso, amigos, levantar la voz contra el Estado es levantarla contra todo aquel que ha dejado atrofiar su voluntad de ser libres por dos migajas de “seguridad”.

Somos un grupo de gente en Twitter. Amantes de la libertad, sin temor a la responsabilidad, sin más objetivo que el de transmitir nuestro amor por esta causa a través de pequeñas dosis de 140 caracteres. Unimos nuestras voces en la necesidad de compartir nuestro mensaje de forma contundente. Hoy nace #LET: liberales en Twitter. Una simple etiqueta de cuatro caracteres que busca propagar y difundir el mensaje libertario con ánimo de agitar conciencias y sumar fuerzas.

 

Agitan esto: Diego de la Cruz y Luis I. Gómez

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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3 comentarios

  1. Fantástico artículo y fantástica propuesta. Me apunto a la iniciativa con mucho gusto.

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