Aburridísimo Clásico Debate el que disputaron anoche Alfredo Pérez Rubalcaba y Mariano Rajoy, que refleja la mediocridad de la LFP (Liga de Futboleros Políticos). En un contexto político en el que las aficiones de ambos partidos ven que la suerte de la Liga electoral está echada, ambos candidatos se dedicaron a especular con los argumentos, dando como resultado el tedio intelectual de los espectadores. También es muy cierto que otros equipos menores, como Unión de Progresos Deportivos, el CSKA de IU o equipos de regional preferente como el Partido Club de Bilbao o el Real Club Político-Deportivo Espanyol de Convergéncia no pudieron participar, pero la diferencia entre el Real Rajoy y el FC Rubalcaba con el resto sigue siendo abismal, de modo que hasta que las televisiones, partidos políticos, radios y demás medios y todos los demás y principalmente PSOE y PP se tomen la reforma electoral en serio,seguiremos conformándonos con estos Clásicos. Y dado que todos son socialdemócratas, no sé qué hay de malo en juntar a todos los candidatos ante las cámaras.
Resulta fascinante el análisis que están haciendo los cronistas políticos del Debate: En lugar de analizar lo que dicen que harán o que no harán, analizan su comportamiento no verbal, si lo que dice tiene errores sintácticos, si le trata al contrincante de tal o de cuál, el color de la corbata o si se mete el dedo en la nariz (circunstancia que, por suerte para el espectador, no se produjo). A mí siempre me ha parecido eso una tontería como un piano porque es como mirar el dedo cuando te señalan la Luna. Pero es lo que demanda la gente.
Centrándonos en el Clásico, nada más empezar, Rubalcaba empezó a comentar que la cosa está muy mal, entre otras razones, ellos lo habían pifiado porque habían leído tarde la crisis, pero que iban a adoptar varias medidas, tales como potenciar el ICO (debe ser que no lo está ya), suplicar a Mario Draghi por la bajada de tipos de interés (cuando son los bancos los que no prestan dinero porque no ven expectativas) y llegó a plantear una moratoria de dos años en el pago de la deuda pública a la Unión Europea. Comprenderán que un servidor buscara el primer billete de avión para Australia ante la idea de la ola de pánico que podría darse en los mercados financieros y las consecuencias que ello tendría para nuestra deuda pública.
En cuanto consiguió el turno de palabra, Rajoy comenzó a explicar en qué consiste no hacer el ganso, que básicamente consiste en no hacer lo que ha hecho el gobierno saliente. Es decir, poner a gente competente en el gobierno, ser previsible y no gastar lo que se tiene. Rubalcaba cuestionaba su juego de políticas con cosas que un servidor era incapaz de entender, pero con las que detenían el juego de Rajoy. Sin embargo, a poco que pudo explicar el no gastar aquello que no se tiene, junto a la propuesta de que las empresas no paguen el IVA de las facturas que no hayan cobrado de la Administración y que se puedan descontar esas deudas de impuestos le bastó al Real Rajoy para llevar los argumentos a las mallas socialistas.
Así se llegó al final de la parte de la materia económica: mientras Rajoy se había estudiado el diagnóstico de los problemas y daba soluciones menores y sin hablar sobre problemas serios como, Rubalcaba no se cansaba por preguntarle si iba a hacer tal o cual cosa sin hablar de lo que él haría. Porque por muy disperso que sea el programa del PP, a mí lo que no me quedó claro fue el programa del PSOE. De hecho, ni siquiera sabemos de qué va, qué propone. No obstante, los seguidores del FC Rubalcaba, encantados.
La segunda y la tercera parte fueron mucho más aburridas: “¿Vas a privatizar la sanidad?” “No.” “Pero es que Espe…” “Que no…” “¿Vas a recortar el subisidio de paro?” “No.” “La educación privada no presta atención a los alumnos más difíciles”. “En base al empleo se sostiene lo demás”. “Yo quiero una mejor sanidad”. “Yo también”. Un horripilante muermo en el que no se comentó nada de importancia: No sabemos si se va a aplicar un sistema de cheques escolares, qué hay del copago a la sanidad. Sí sabemos que ambos candidatos quieren estos sistemas públicos. Los bolsillos de los aficionados contribuyentes no quedaron muy tranquilos.
Y tres cuartos de lo mismo pasó en el apartado de miscelánea: Eliminar las diputaciones o no, ambos unidos contra ETA y poco más.
Demasiado encorsetados en los esquemas tácticos de los entrenadores, muchas interrupciones en el juego, poca profundidad por las bandas y poca creación por el centro en una Liga electoral ya decidida. Mucho debemos cambiar el estilo de juego de nuestro deporte político si queremos ver espectáculos más entretenidos.
¿En qué te basas, Susana? Venga, no nos dejes en ascuas.
Susana: ¿En qué te basas? Venga, mujer, no nos dejes en ascuas.
Creo que cero Rajoy, uno Rubalcaba. Ninguno de los dos, espléndidos.
Bueno, sólo esperaban algo decisivo del debate los seguidores del Rub-Al-Khaba, ahora esperarán otro 11M para dar la vuelta a las cosas en el último momento, pero me da que lo tienen difícil.
No creo que ni siquiera ellos busquen otro 11M. U otro 15M. Creo que ellos mismos son conscientes de que deben hacer una revisión a fondo de toda su ideología y saber cómo hay que reconstruir la idea de socialdemocracia, que con la que hay no les ni para pipas.