.ACTUALIZACIÓN: El misterio está resuelto. La presencia de Xenon se debe a las fisiones espontáneas de Curio-242 y Curio-244. Esto descarta totalmente la recriticidad en el interior del reactor, tal y como apuntábamos en este artículo.
A medida que las condiciones en Fukushima mejoran (las temperaturas, las presiones y las tasas de dosis disminuyen) pueden ir implementándose nuevas medidas que aceleren el calendario previsto para la central nuclear. Entre esas medidas, el pasado 28 de octubre comenzó a operar un sistema de purificación de los gases en el interior de la contención primaria del reactor número 2. Ayer, se realizaron análisis de los gases que se extraían mediante ese sistema y parece ser que se ha encontrado Xenon. De hecho, dos isótopos distintos, el 133 y el 135.
Lo que dice la nota de TEPCO es (traduzco al vuelo): “Se encontró que existe una posibilidad de que los radionuclidos de vida corta (xenon 133, 135 ) fueran detectados“. Es decir, no están seguros de que los resultados sean concluyentes porque los isótopos del xenon pueden haberse confundido por error con algunos otros durante el análisis. Independientemente de la duda, y ante el hallazgo, se tomaron las medidas pertinentes. TEPCO comenzó a las 2:48 de la madrugada la inyección de ácido bórico en la vasija del reactor, finalizando a las 3:47 (hora de Japón). Posteriormente se repitieron los análisis, cuyos resultados salieron hace apenas unas horas y se vio que no es posible detectar Xenon-133 mientras que el Xenon-135 persisten en los análisis. Por tanto, se duda de los resultados de los mismos y se ha ordenado que se repitan las medidas para aclarar la situación. Entre tanto, las condiciones del reactor número 2 no han cambiado, sigue refrigerándose, permanece a temperaturas por debajo de 100 ºC y su presión no ha aumentado. Tampoco se han observado variaciones en la tasa de dosis en la central. Todo permanece igual.
Hasta aquí la información, ahora la interpretación. Los isótopos del Xenon aparecen en el interior de un reactor nuclear como productos de la fisión de los núcleos de Uranio-235. Es decir, se necesitan reacciones de fisión para que haya Xenon. Por otra parte, el Xenon-133 tiene una vida media de unos 5 días mientras que el Xenon-135 la tiene de unas 9 horas. Dado lo corto de sus vidas medias, es difícil que el Xenon detectado sea un remanente de las primeras etapas del accidente y se deduce, por tanto, que están teniendo lugar reacciones de fisión en el combustible fundido que permanece en el interior del reactor. De ahí la decisión de inyectar ácido bórico en la vasija, para disminuir la población de neutrones que inducen las reacciones de fisión.
La cantidad detectada de Xenon es realmente pequeña, indicando que la tasa de reacciones de fisión es pequeña. Conviene aclarar que la presencia de reacciones de fisión no implica una recriticidad en el reactor, como algunos medios de comunicación apuntan. Las reacciones de fisión son un proceso natural que puede tener lugar allí donde hay un núcleo susceptible de ser fisionado. Tienen lugar en la naturaleza y no es preciso una reacción en cadena para ello. Debido a la geometría de un corium fundido, la gran porción de impurezas presentes en el mismo, la no existencia de moderador neutrónico en el interior del corium y el gran aporte de venenos neutrónicos inyectados en el reactor se hace francamente difícil que tenga lugar una recriticidad en el interior del mismo. Es muy factible, sin embargo, que existan regiones en el interior del reactor donde estén teniendo lugar reacciones de fisión.
Lo importante es vigilar los parámetros del reactor: temperatura, presión y tasas de dosis emitida. Todos indican un comportamiento estable del mismo. Por tanto esperaremos a los nuevos resultados de los análisis antes de seguir especulando sobre el tema.