Los días pasan como losas sobre la tumba de un tiempo muerto. He vomitado mi alma sobre una acera del plan E. Mi cuerpo es arrastrado en giros concéntricos en torno a la crisis llamada mundo, o acaso vida, fatalmente atrapado por su fuerza gravitatoria, por su gravedad irremediable: la gravedad de los acontecimientos.
Algunos vienen de por ahí para darme lecciones de moral porque tengo la osadía de sugerir que mi situación, y este Apocalipsis bíblico de la economía global, no son causadas por el liberalismo, sino por su ausencia.
Lo dice el psicólogo Daniel Gilbert en su libro Tropezar con la Felicidad: no estamos dotados de la capacidad de percibir las ausencias, vemos un cuadro pero no lo que falta en él. Con nuestro cerebro completamos todos los cuadros, de hecho, de forma tal que “cuadren” con nuestras preconcepciones: nada de disonancias cognitivas.
Emigrar a otro país, elevarme a los cielos, esconderme debajo de una cama, saltar por la ventana creyendo poder volar, sentarme en un banco público y ver rostros pasar en espera de nada que pueda ya sorprenderme, que pueda ya conmoverme.
Paro, nada que ver con quietud imperturbable. Paro: fuente de inquietudes sin límite, de desesperación, de sensación de futilidad. Estar en paro es estar mal aparcado, en una plaza de minusválidos. Y que además te pongan la multa. Porque la fuente de financiación de tus gastos necesarios se te va sustrayendo poco a poco. Hay un multómetro en el reloj sin cuerda de la muñeca de un parado.
Más de uno se ha sacado ya el carné de minusválido sin serlo, y le vale para una temporada, en ocasiones es vitalicio, y aposenta sus posaderas en alguna cómoda silla de oficina frente a una pantalla de ordenador llena de correos electrónicos con Powerpoints divertidos, sentimentales o melancólicos. Los últimos tratan de concienciarnos de la pobreza en el mundo, del calentamiento global, de la crisis energética, de la injusta distribución de la riqueza. Los primeros son un conjunto de tonterías con las que nadie debería perder su tiempo, si en algo lo valora. Pero para ellos el tiempo es de una levedad sin límites. Devienen en él como devienen en la vida. Primero una cosa y luego otra, todo de acuerdo a un orden preestablecido que ni se molestan en comprender. Y los segundos, los sentimentales: ay, que bonito es todo, en verdad, mirado con buenos ojos. Carpe Diem. La naturaleza. El amor. La humanidad y sus grandes obras. Los segundos ciertamente concuerdan con el paso de los segundos.
Y yo aquí estoy, flotando en el vacío. Espero tener algo que contar en las próximas aproximaciones al Diario de un Parado.
Necesitamos personas como Manuel Pizarro para poner en marcha España.
Gracias Vinagera. Ahora mismo estoy en fase de inversión a medio y largo plazo. Del carpe diem me puedo olvidar, y de buscar soluciones perentorias también.
Hola Germánico. Vengo leyendo periódicamente tus desahogos. Bien. Creo que tu problema tiene solución. Te cuento mi caso: “dueño” de una empresa con 16 empleados. Los bancos cierran las líneas de crédito y de descuento. La empresa se va a la mierda. Con ella sus trabajadores, alguno de los cuales llevaba 15 años trabajando junto a mi. Mi “patrimonio” ya no existe. Sólo hay deudas, líos judiciales y malos rollos. Mi mujer en el paro, y 3 hijos como tres soles.
Solución: Ponerse a trabajar, en qué? en lo que se hacer, que es casi de todo. Con la mente ocupada acaban saliendo cosas, metes dinerito en casa y te animas. Y siguen saliendo cosas. Lógicamente no se me ocurre contratar a nadie. Mejor que los contrate ZP.
Ahora mismo no doy abasto, es decir, con mi trabajo no puedo hacer más cosas. Meto en casa más dinero que hace 2 años, mi mujer sigue en el paro. Tengo en la cabeza más proyectos que antes de la “crisis”. Alguno sale adelante. Si no llego a hacer algo, contrato los servicios de alguien, cerrando previamente el precio. Y funciona. No necesito bancos (tampoco me darían crédito, por mis registros anteriores). He conseguido morder parte de la tarta de empresas nacionales y multinacionales con cierta facilidad. Y un mordisco de una tarta tan grande, a mi me salva el año. Y el resto es para ir mejorando.
En serio, se puede (podemos) hacer (hacerlo).
Además, lo que no es normal es que habiendo 5 millones de parados (o más), el menda esté de asociado dando clase de matemáticas en una Universidad Pública. Esto no lo entiendo, porque yo tengo muchas cosas que hacer y tiene que haber muuuuchos matemáticos o ingenieros superiores mirando o escribiendo blogs
Un abrazo, pero lo mejor (y esto con todo el cariño del mundo) es arremangarse y ponerse a trabajar en vez de quejarse tanto.
Si necesitas alguna cosa, gustosamente te ayudaré en todo lo que esté en mi mano, que será tu mano.
Seguro que aprendes algo. Pero léelo con atención.
Me aprovechan tus escritos, Germánico. Es cierto que se echa a faltar a Juano, por ejemplo, pero eso es la vida. Un abrazo.
La gente va y viene, posteando, comentando, leyendo….el provecho que cada cual saque del plato del menú de DEE que constituyen mis aportaciones dependerá de sus gustos, entre otras cosas.
La crítica que he recibido más arriba revela que a esa persona en particular le gustan más otros platos. A lo mejor el mío le vale de tentenpié, pero no de plato principal, eso está claro.
Tampoco le des más importancia de la que tiene. Ha sido una crítca quiz´dura en el fondo pero corerecta en las formas.
Uno, que viene por aquí de tarde en tarde, lee algo y comenta poco, aprecia vuestra generosidad al compartir los saberes y los pensamientos propios y ajenos sin más remuneración que algunas palabras de apoyo ocasionales.
Seguid así en la medida que os apetezca y vuestras obligaciones lo permitan.
Y por supuesto, espero y deseo par Germanico y otros que pasan por aquí en situación similar que la crisis al cabo del tiempo haya resultado ser tan solo una oportunidad de cambio para mejor.
Cada vez estoy más convencido de que se trata precisamente de esa oportunidad para cambiar a mejor de la que me hablas la mía, Smith, quizás entre otras cosas porque peor de lo que estaba difícilmente podré llegar a estar.
Quizás he sido un poco desconsiderado con mi crítico. Pero podía haber tenido un segundo barniz de formas, una sutileza mayor, y haber dicho lo mismo sin resultar potencialmente ofensivo (según sensibilidades). Pero me importa un pepino, realmente. Entiendo que le gusten más los otros post, los otros temas. Y es cierto que esta última temporada han caído un poco y he escrito yo más de lo que habitualmente hago de asuntos más o menos personales, cosa a la que no está acostumbrado quien pasa por aquí. Es igual que si llevas a tu nuevo ligue a un italiano cojonudo porque sabes que le encanta la pizza y una vez dentro estás en un indio y huele a curri.
Solo queda decir Oooooooooom
Ay, Smith, Smith….¿eres tú ese Smith que una vez escribió en Batiburrillo?
Disculpa la tardanza Germanico pero como te decía vengo por aquí de tarde en tarde. No soy ese smith. Supongo que no somos muy originales con el pseudonimo.
Espero que la bajada de tu actividad que veo en portada sea por buenos motivos.
Un cordial saludo.
Pues quizás tengas razón, pero no sé si te has fijado:
1.-Los que escriben sobre temas económicos y energéticos y políticos son otros, y últimamente, por H o por B, no lo hacen.
2.-Yo también publico entrevistas a científicos de cierto renombre, puede que no te gusten porque tratan temas que no te interesen ni puedan siquiera llegar a interesarte, pero forman parte de esa inundación (no precisamente una parte emotiva).
3.-No todo son reflexiones emotivas. Aunque hay que leer entre líneas, y algunos post de este Diario, por ejemplo el anterior, apenas mencionan mi situación, son un retrato sociológico de los que económicamente piensan mal.
4.-Tú opinión, con todo cariño, me importa un bledo. Vuelve cuando escriban mis colegas.
5.-Yo también quiero que ellos vuelvan.
Mira, precisamente ahora publica Manuel Fdez Ordóñez otro de sus artículos.
Mira, es verdad. Voy a echarle un ojo.
No sé exactamente cómo enfocar lo que voy a decir, pero… tengo que reconocer que este blog ha perdido bastante en los últimos tiempos, y se debe en parte a esta aproximación al diario de un parado. Cada vez se ven artículos de menos gente. Aunque no comulgo con las ideas que se suelen exponer por aquí, siempre me entretenía echar un ojo, entre otras cosas para ver que se cocía al otro lado del espectro económico.
No me malinterpretes, no es que no te entienda; yo también estoy en situación de desempleo (6 meses de búsqueda activa). Pero hay muchas maneras de aprovechar el tiempo para mejorar tu perfil, y de paso no caer en la desesperación. Inundar un blog con reflexiones emotivas no debiera ser una de ellas. Sin ánimo de ofender.
Esa es una parte sustancial del problema, si.
La clave de la riqueza en una sociedad tecnológica está en el kilowatio barato. Por miedo, superstición, ideología, lo que sea, se abandonaron los proyectos de energía nuclear en España y otros países occidentales. Es la primera vez que una sociedad prescinde de una gran fuente de energía. Una mayoría parece que no la quiere y no entro en el tema, pero la consecuencia es que no se puede producir suficiente riqueza para todos y algunos tienen que pagar el pato. El mundo básicamente se alineará en dos bloques: los que tienen el kilowatio barato y los que lo tienen caro. Los ricos y los pobres. China crece al 9% anual porque el 80% de su energía viene de su propio carbón, contamine o no contamine. Aquí apenas hay ya térmicas de carbón, en pro de la ecología. Todo esto tiene también su precio: muchos irán al paro de por vida. Los que estáis en el paro pensar que os sacrificáis por el ideal buenista de la energía “limpia”, que es un bluff, porque la única energía limpia es la que no se consume, pero eso no importa. Lo importante es que montones de gente se sientan bien consigo mismas. Mientras tanto, millones de Megawatios disponibles no se utilizarán porque las centrales nucleares son tabú en España y otros países. Lo cual le vendrá muy bien a los países que sí lo utilizarán.