No me gusta acusar a ningún diario en general, pero es que el artículo de esta vez en El País no lo firma nadie y se enmarca en la sección de «Internacional». Pueden leerlo en este enlace. Por favor, lean detenidamente, saquen sus conclusiones y luego sigan leyendo aquí para la explicación de otro fenómeno poltergeist en la prensa española. Si es que me los estoy imaginando en la redacción: «Juanillo, que nos falta un hueco en internacional. Pues no tengo nada nuevo. Invéntate algo, coño, pero algo que acojone, mira a ver si encuentras algo de Fukushima, que hace tiempo que no decimos nada. Pero si hace dos semanas ya publicó un artículo Rafa Méndez sobre Fukushima. Ya, pero ese no cuenta, que ese artículo era bueno». En fin, tristemente creo que la realidad (a juzgar por lo que publican) no debe diferir mucho de esto.
El artículo comienza con: «El Departamento de Estado norteamericano ha reclamado este sábado a sus ciudadanos que permanezcan alejados de la central nuclear japonesa Fukushima-1 a no menos de 20 kilómetros, a raíz de «datos adicionales» suministrados por las «autoridades niponas». No sé qué entienden ustedes de este párrafo, desde luego yo capto que, debido a la obtención de nuevos datos, el gobierno americano les dice a sus ciudadanos que ni se arrimen a menos de 20 km de la central de Fukushima. ¡Como si pudieran! La realidad es que desde las 19:11 de la tarde del día 20 de marzo nadie puede entrar en la zona de 20 km sin autorización del gobierno de Japón. Nadie puede ir allí desde el comienzo del accidente, pero leyendo el artículo de El País parece que la restricción es de ayer mismo. Es como si, de repente, hubieran encontrado algo peligrosísimo y se recomienda a la gente que ni se asomen por allí. Por si les quedaba alguna duda de la pretensión del artículo, dice más abajo: «EE UU ha pedido a sus ciudadanos que se alejen de la planta de Fukushima-1 por «datos adicionales» aportados «por las autoridades japonesas que han permitido una evaluación más certera por parte de los científicos del Gobierno estadounidense».
¿Qué ha sucedido en realidad? Pues que el periodista que ha escrito el artículo leyó la Travel-Alert del 7 de octubre de la Embajada de los Estados Unidos en Japón. Lo malo es que la leyó (o ni siquiera) y entendió lo que quiso. En el primer párrafo de esa alerta se dice claramente que se actualiza la alerta previa con fecha 19 de julio. Pueden leer ambas alertas aquí y aquí. Empecemos por la del 19 de Julio, donde se dice lo siguiente (traduzco al vuelo): «Como precaución, seguimos recomendando a los ciudadanos estadounidenses que eviten viajar a destinos dentro de la zona de evacuación de 80 kilómetros (50 millas) alrededor de la central nuclear de Fukushima Dai-ichi». Veamos ahora qué dice la alerta del pasado sábado y en la que se basa el artículo de El País: «Basándose en datos actuales de Japón, recomendamos a los ciudadanos estadounidenses evitar todas las áreas en 20 km alrededor de la central nuclear de Fukushima Dai-ichi».
Es decir, antes recomendaban no viajar a ciertas zonas en 80 kilómetros alrededor de la central. Ahora, que los datos son más concluyentes y no presentan riesgo para la salud recomiendan no ir a la zona de 20 km (a la que no se puede ir de todos modos porque es ilegal). La realidad establece exactamente lo contrario a lo que emana del artículo. Las noticias son positivas, se levantan la mayoría de restricciones en la zona de 80 km, sin embargo en el artículo de El País se refleja lo contrario. Antes 80 km, ahora 20 km. Sí, lo sé, parezco Coco en Bario Sésamo, pero es que se antoja necesario. ¿Leyó el autor del artículo las travel alerts de la embajada de EEUU? ¿Simplemente escuchó la noticia en la CNN y escribió un artículo sin revisar las fuentes? ¿Leyó la travel alert del 7 de octubre y decidió pasar de la del 19 de julio porque no cuadraba con lo que quería escribir? ¿Es este nuestro periodismo de kalidá?
«¡Juanillo, te dije que buscaras algo que acojone, coño!» Para aderezarlo más, faltaban las palabras clave: niños y embarazadas, imprescindibles en cualquier artículo yuyulógico y miedil del tipo vamosamorirtodosya. Así, el autor escribe: «Mujeres embarazadas, niños y ancianos no deben PERMANECER a menos de 30 kilómetros de la planta, ha apuntado el Gobierno de EEUU, según informado la cadena CNN». Falta el ha en informado, por cierto. Mire usted, desconozco lo que ha dicho la CNN, pero lo que dice la embajada americana en Japón con respecto a los residentes de larga duración (más de un año) es lo siguiente: «Además, las mujeres embarazadas, los niños y los ancianos deben evitar RESIDIR en el área de 30 km alrededor de la central de Fukushima Dai-ichi». Nótese la diferencia fundamental, la embajada se refiere a la gente que vive en la zona, que residen allí de forma permanente. En el artículo de El País el autor traduce la palabra original residir por una más conveniente a sus fines, permanecer. Con esto se consigue un efecto sensacionalista insinuando que los niños y las mujeres embarazadas no deben estar allí, nunca. Los datos, el Gobierno de Japón y la embajada americana, en cambio, no dicen eso. El problema no reside en el análisis concreto de ciertos términos en particular, sino en el tufillo general del artículo que se desmarca totalmente de la realidad.
Y así vamos tirando, entre sandez y sandez. El otro día en El Mundo escribían «viavilidad», con dos uves… y con dos cojones.
Simplemente trasladar mi agradecimiento por el artículo, del exiliado, no el del Pais. Espero que con ejemplos como este, las nuevas generaciones, incluyendome a mí, sepamos elegir mejor lo que queremos leer, atender y dar veracidad. Gracias.
Lo que no se entiende es por qué sigue comprando periódicos la gente. En la tele al menos se ven mosntruitos moviéndose y hablando, y debe de haber a quien le va eso. ¿Pero las constantes melonadas de los periódicos que se pretenden serios?