La batalla por la economía global

No en vano suele considerarse a la economía como una ciencia lúgubre, pues la mayoría de los progresos importantes en esta materia han sido alentados en las épocas de crisis, donde los errores han sido puestos de manifiesto.

Normalmente, en las crisis económicas importantes suele sentarse un serio precedente, donde se refutan teorías económicas, ganan fuerza otras y se descubren los errores cometidos con anterioridad. En la conocida “época dorada del capitalismo” (1945-1973) acaecieron 30 años de ininterrumpido y vigoroso crecimiento con políticas keynesianas. No obstante, a partir de la primera crisis del petróleo (1973) el Titanic keynesiano se dió de bruces con su primer iceberg: la estanflación. John Maynard Keynes había postulado que la inflación y el desempleo eran mutuamente excluyentes; no podían coexistir. Sin embargo, el desempleo con inflación, estanflación, fue una cruda realidad a partir de 1973. El Titanic se derrumbó.

A partir de entonces, la economía mundial cambió paulatinamente a una economía más liberal, con especial influencia del Premio Nobel Milton Friedman. Los bancos centrales de todo el mundo empezaron a aplicar la política monetarista de Friedman, con el objeto de controlar la inflación y lograr la denominada “estabilidad de precios”.

Sin embargo, en 2008, la crisis hipotecaria estadounidense, demostró que el nuevo barco construido no fue mucho mejor que el keynesiano. ¿Qué hacer entonces para impedir que no vuelvan a reaparecer las crisis recurrentes? ¿En el S.XXI no está todavía depurada la teoría económica lo suficiente como para lograr una economía boyante de crecimiento cuasieterno? ¿Quién habrá ganado la batalla? ¿Cuál será la nueva corriente de pensamiento económico preponderante? Juzguen por si mismos.

Antonio Vegas
Antonio Vegas

Economista, especializado en finanzas. Apasionado de la libertad.

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