Cuando los políticos se sirven de los instrumentos del estado para favorecer a sus amigos (es decir, siempre) terminan por darse comportamientos no ya de profunda desigualdad (de la de verdad, ante la ley), sino claramente delictivos:
Agelco, cuyas cabezas visibles eran Santos Llamas Llamas (Construcciones Carriegos) e Ignacio Tejera Montaño (Construcciones Tejera Montaño), socios y quizás amigos desde épocas del fútbol. Con esa extraña sociedad se presentan ante los leoneses como un nuevo emporio de dinero local que trabajará por sacar adelante toda clase de proyectos. Con dinero casi todo de Santos Llamas, pasaron cosas así:
- En deportes a la Cultural Leonesa y al Baloncesto León, del que llegó a poseer el 49% del capital.
- En sanidad la compra de Clínica San Francisco.
- Compra de Lagun Air.
- Creación de la Fundación Carriegos.
- Creación del Instituto Tecnológico de León, que realmente nunca pasó de poco más que un nombre y las ganas de traer una empresa de software.
- Creación del sello musical Rebel Records cuya discografía fue un CD de Manuel Quijano.
Llamas y Tejera, tanto monta monta tanto, controlaban en la sombra y discreción todo lo gordo que pasaba en la ciudad. Con Agelco se hicieron dueños de La Lastra y del polígono de la universidad (con sorteo incluido de reparto de parcelas para más sorna), aparte de abundantes parcelas en La Torre y otros lugares diversos de la geografía urbana leonesa.
Llamas y Tejera, alias Agelco, contactan con los recién electos socialistas y pactan una venta del suelo mucho más baja que el mercado, con la excusa de hacer los pisos más asequibles para los ciudadanos. Justificación insultante muy propio del socialismo que justifica todo en pro de un bien social nunca visible.
No se lo pierdan. El relato en «Las balconadas» es escalofriante.
Esta es la idea que mucha gente tiene de la economía de mercado, del mismo modo que mucha gente, allá por los años 70, asociaba la democracia con delincuencia e inseguridad en las calles, terrorismo, drogadicción, pornografía y libertinaje, desórdenes públicos, etc.
Cuánta pedagogía queda por hacer.
Es que Ijon, sólo poniéndose la venda social-solidaria-sostenible delante de los ojos se puede decir que lo que nos ocurre es culpa del libre mercado. Pero si el mercado en España no ha sido nunca libre!
A menudo vemos como la progresía atribuye a «los excesos del mercado» la responsabilidad del burbujón ladrillil, cuando es evidente que los manejos de políticos y ladrilleros afines son lo más alejado del libre mercado y la sana competencia.
Añadir ceros al valor de un terreno en función de lo que pongan unos papeles manejados por políticos es el caldo de cultivo perfecto para el desarrollo del timo piramidal de los pisitos.
Éste de León parece un caso de libro. Y desgraciadamente tan solo es uno más.