La temperatura del planeta podría aumentar en 2,4 grados centígrados de aquí a 2020 y ello podría conllevar una caída del 2,5% al 5% de la producción agrícola en América Latina.
Así rezaba la profecía del FONDO ECOLÓGICO UNIVERSAL (si tienen sitio web está muy escondido, no he podido encontrarlo), de la que se hacía eco la agencia de noticias AFP y que encontró un hueco en la página web de la American Association for the Advancement of Science (AAAs), siempre preocupada por el avance en la ciencia.
El primero en darse cuenta de que podría haber errores en el citado «paper» no fué un científico de la AAAs, curiosamente:
“Un periodista de (el diario británico) The Guardian nos alertó ayer (martes) sobre unas dudas respecto a la noticia enviada por la oficina de relaciones públicas Hoffman & Hoffman”, escribió la portavoz de la AAAS Ginger Pinholster en un correo electrónico a AFP. “Inmediatamente contactamos a un experto en cambio climático, que confirmó que la información también le planteaba dudas. Rápidamente quitamos el informe de nuestro sitio web y contactamos a la organización que lo había enviado”
Nos lo cuentan en La Nación.
Impresionante. La mayor asociación de científicos norteamericana publica un paper en su web y nadie se había tomado la molestia de revisarlo mínimamente! Y encima ha de ser un periodista negacionista -es decir, uno de los «malos»- el que se da cuenta de los errores. Claro, cómo iba a osar revisarlo si entre los avalistas del informe-paper se encontraba nada menos que Osvaldo Canziani, científico ganador del Nobel por haber formado parte del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC). Cuando los periodistas de La Nación intentan hablar con él y pedir explicaciones, su portavoz les dice que está enfermo y no puede conceder entrevistas.
Si aún no están lo bastante asombrados, esperen a leer la explicación que la autora del «paper» dió cuando le dijeron que había errores graves en su trabajo:
El climatólogo Rey Weymann dijo a AFP que “el estudio contiene un error importante, dado que confunde el aumento del ‘equilibrio’ de la temperatura con el ‘aumento de la temperatura transitoria’”. También señaló que la autora del estudio, Liliana Hisas, de la Fundación Ecológica Universal -FEU, un organismo no gubernamental con sede en Argentina- fue informada con antelación de los problemas del informe antes de que fuera publicado.
“La autora del estudio fue informada por varios de nosotros sobre este error, pero dijo que era demasiado tarde para cambiarlo”, dijo Weymann.
Era «demasiado tarde para cambiarlo»!!!!
Queridos lectores de Desde el exilio, un ruego: cuando lean cosas del tipo «moriremos de hambre por el Calentamiento Global» o «moriremos de hambre por una nueva era glacial» no se crean nada. Esperen a que se revisen los papers, esperen a que alguien DEMUESTRE que lo que afirma no es pura conjetura extrapolada de un modelo computerizado. Y, lo más importante, no consientan que los políticos, en nombre de semejantes profecías, les roben el dinero.
En el libro «El Ecologista Escéptico» de Bjorn Lomborg, hay una parte de él dedica exactamente a eso, a lo que se puede destinar el dinero en vez de a la cosa ésta climático-climática…
Aquí el libro
Gracias Geralt.
Desde que Lomborg escribió su libro hasta la fecha, deberíamos de sumar un buen montón de miles de millones. Cuántos? Eso es lo que habría que calcular.
Pues mira, Caballero de Gracia, esa es una buena pregunta…y una buena tarea. A ver si me pongo con ello.
Realmente podemos hacer algo?
Ya se que no nos vamops a callar, pero, cuanto dinero se ha gastado en convenciones, investigaciones, publicaciones (y subsanaciones), ongs, … en la última decada con el cuento del cambio??
Si alguien pudiese dar alguna cifra aproximada sería bueno, sobre todo para saber la cantidad de cosas UTILES que han dejado de hacerse
No sé si habrán visto un anuncio que pasan por TV de un yogur, con un peregrino gancho publicitario: comiendo ese yogur, ayudas a detener el cambio climático.
Veo una extraña similitud con los testigos de Johová, amedrentados por sus líderes con la profecía del fin del mundo, para la que dan una fecha, que han de sustituir por otra nueva cuando se ve que no pasa nada y que el sol sigue saliendo por el este y poniéndose por el oeste. Como los miembros de la secta están sometidos a lavado de cerebro y completamente aborregados, comulgan con cualquier piedra de molino. La última fecha que han dado es el 2034. La primera fecha fue el año 1874.
Si la mayoría fuéramos testigos de Johová, es de suponer que el anuncio de yogures proclamaría alegremente que, comiendo ese yogur, aplacamos la ira de Johová y ayudamos a detener el Armagedón (si la Watchtower lo permitiera, cosa que dudo).
Coincido con Geralt: tengo la impresión de que la psicosis calentóloga está ya un poco de capa caída. En mi caso, por ejemplo, he de decir que ninguno de mis amigos da crédito a esa gente. También tengo que añadir, en relación con lo anterior, que ninguno de mis amigos es idiota. Tengo poca paciencia con la tontería.
Hombre Luis, eso ya me lo imaginaba. Lo importante es el ¿y qué? Eso es lo que yo creo que es más importante, que los medios de comunicación están empezando a soltar la presa, y, por lo tanto, el asunto se irá diluyendo poco a poco como un azucarillo.
Juas juas juas! Me meo, o sea que algo es más veraz cuanta más gente conoce esa versión! Y, por supuesto, la veracidad siempre estará en el mainstream!
Me encanta!!! Pobre Newton, que no tenía ni puta idea de estos principios fundamentales!!!
Geralt, ya sabes tú que lo de Manin no es compatible con Newton. Lo suyo es la propaganda, no la ciencia.
Ayer, dijeron en la primera de RTVE que el calentamiento es real. LO vieron cerca de tres millones de personas. ¿De verdad creeís que vais a ganar la batalla de la información?
Manin, sí. Fundamentalmente por dos razones:
1. No nos vamos a callar.
2. Al final hasta los ciegos se dan cuenta de cuando pisan mierda. Aunque les cuenten mil veces que es pudding de fresas.
No es por ser tocapelotas, que también, pero vamos, un ejemplo más de la eficacisísima labor siempre del tan famoso «peer-review».
Por cierto, dato importante: la semana pasada dieron la noticia de que 2010 había sido el año más caliente de la historia. No sé si será verdad o no, a mí me resulta anecdótico. Lo importante es que ellos también lo contaron como anecdótico en A3, es decir, no lo revistieron de ninguna importancia especial. ¿Estará cambiando algo?
Geralt, y ya han dado la noticia de que la otra noticia era incorrecta?
http://scienceandpublicpolicy.org/images/stories/papers/originals/noaa_2010_report.pdf
¿Y qué me decís de esto?. No sé por qué le llaman «security breach» al tocomocho de toda la vida.
Esporádico#5. Tengo para mí que si a los políticos, ecolojetas y otras sanguijuelas varias de nuestros impuestos les aplicaran el código civil, el penal y se les pudiera pedir daños y perjuicios:
a) Ya no tendríamos políticos, ecolojetas y otras sanguijuelas de nuestros impuestos, y
b) Habría que hacer miles de cárceles para meter a todos los que hoy campan por sus respetos.
La pregunta aquí es ¿Y quién le pone el cascabel al gato?.
Saludos,
Que terminarían cerrando el mercado de trapicheo con CO2 estaba cantado, Currela.
Esporádico, ya hay intentos aquí en ALemania a cuento de los molinillos y las placas solares. Os cuento cuando acaben los juicios y se hayan pronunciado los jueces.
Por Dios! pero si hasta mis amigos de Scientific American se habían hecho eco de la estupidez calentóloga! qué vergüenza, qué vergüenza, qué vergüenza ……
En muchas profesiones, estas cosas tienen responsabilidades, civiles y penales.
«Se detectó un error grave en el cálculo de la estructura (edificio-puente-presa) pero como ya estábamos echando el hormigón, era demasiado tarde para cambiarlo, así que el que se derrumbase y matase a diez personas no tiene la menor importancia»
Sería ya hora de exigir, a «científicos», ecologistas y gobiernos, responsabilidades penales por las consecuencias de sus actos conscientemente basados en manifiestas falsedades, v.g. malaria y muchos otros casos.
Saludos. E.
ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,jaaa
“La autora del estudio fue informada por varios de nosotros sobre este error, pero dijo que era demasiado tarde para cambiarlo”,
No me digáis que no es bueno. Para reírse, digo. Con este tocomocho climático nos siguen sacando los cuartos a los tontos de siempre, del modo acostumbrado (via impuestos), pero al menos, nos estamos riendo de lo lindo. Carcajadas caras, pero carcajadas al fin y al cabo.
Sobre lo de llamar «científicos» a estos pájaros, ¡ay! si Newton levantara la cabeza…
No te rías Currela, que nos está costando una pasta la tontería de estos charlatanes.
Hace un año o así vi en una página web de USA – pero no he conseguido reencontrarla- lo siguiente:
Primero daban la lista de los científicos más célebres que en los años 70 pronosticaban que nos íbamos a congelar.
Y luego, casaban esa lista con la de los actuales más célebres profetas del abrasamiento.
Pues bien, no consigo recordar el porcentaje de coincidencias, pero sí recuerdo que era muy alto, superior al 30%.
La verdad es que, tirando del adjetivo mágico- «probable»- por el que se despeña masivamente en nuestros días la otrora ciencia de la certidumbre, aderezado con el estilo de un Jeremías, está chupado hacerse un confortable «nicho de mercado – nicho burocrático más bien- en la «ciencia» de nuestros días.
Pero la obvia desvergüenza de este caso tapa un problema más básico, a saber: Que los científicos pretenden que les aceptemos sin más que toda proposición adjetivada como científica debe ser aceptada como verdadera y A LA VEZ como a la espera de su inminente refutación, por tanto falsa y provisoria.
La conclusión natural es: Da igual lo que digais hoy, porque mañana direis otra cosa, así que no pretendais, encima, que en cada estación os tomemos en serio para funcionar.
Saludos Dhavar.
Nada, la American Meteorological Society ya se encargó en su día de «mostrarnos» que en los 70 «la mayoría» ya creía en el Calentamiento Global 😛
Verdaderamente relevante es lo comentas luego: perfectamente amarrados al «probable» muchos científicos se han lanzado al vacío de la futurología y, encima, cobran por ello! La verdad, querido, es hoy víctima del consenso. El consenso es un invento político para acallar a las minorías, reinventado en su aplicación a la ciencia para convertirla en herramienta de poder.