Perspectiva de la economía española para 2011.

Quedan pocos días para que empiece el 2011, primer año de una década que en uno u otro sentido va a ser crucial para España y para la mayoría de nosotros.

El 2011 va a ser el cuarto año de la crisis y no va a ser el último. Aquí pueden ver mi análisis del año que ahora termina, como siempre en unas cosas he acertado, las más, y en otras me he equivocado.

Desde luego el año que acaba va a pasar a la historia de la economía española y de la propia nación española como el fin de la era del endeudamiento.

LA HISTORIA.

Una era que empezó con la misma «democracia» a finales de la década de los 70. El endeudamiento comenzó con un aumento del gasto público para mejorar algunos servicios públicos (sanidad, educación…) y con un brutal gasto en liquidar a decenas de miles de trabajadores de diversos sectores (siderurgia, minería, astilleros…) y convertirlos en prejubilados de oro.

Incluso con la llegada de los fondos europeos y de inversiones de multinacionales que llegaban a España atraídas por los bajos salarios (en comparación con el resto de países de la UE) la economía española apenas logró despegar en toda la década de los 80.

Después de la burbuja inmobiliaria de finales de los 80 y principios de los 90 España estaba hiperendeudada y el número de personas trabajando era, a mediados de los 90, el mismo que a principios de los 80.

15 años perdidos.

Para sanear las cuentas se recurrió a una irrepetible desamortización en forma de venta de la mayor parte de empresas del sector público. El control de los gastos públicos, la entrada en el euro y el descenso de los tipos de interés a niveles nunca vistos generó un nuevo ciclo expansivo.

España entró entonces en una espiral de enduedamiento privado absolutamente desquiciada. Había financiación literalmente para todo.
La gente se endeudaba para comprar pisos, coches, viajes… y las empresas se endeudaban para satisfacer la demanda.

Existe el mito que durante esa época el Estado no se endeudaba. Pero la realidad es que los particulares se endeudaban y parte de ese endeudamiento se iba en pagar impuestos. Por supuesto los estatistas no lo veían así, más bien al contrario, creían haber descubierto una inagotable fuente de financiación para los gastos más absurdos.

El caso es que al final, cuando ya nadie se podía endeudar más y los activos inmobiliarios estaban inflados, todo el chiringuito se vino abajo. El Estado, dado que la gente ya no se podía endeudar, vio como sus ingresos caían en picado y su estructura se volvía inviable.

Otros 15 años perdidos.

Y llegamos a mayo del 2010, y ya nadie en todo el mundo creía que el Estado español podía, en las dimensiones que entonces tenía, devolver el dinero que le prestaban.

Aunque todavía haya cretinos que hablen de ataques especulativos o de escalada neoliberal lo único que ha pasado es que la época del endeudamiento ha finalizado.

El Estado ha tenido que hacer una suspensión de pagos en forma de recorte de pensiones, salarios de los funcionarios y de disminución de la renta disponible de la gente debido a mayores impuestos.

De estos más de 30 años de partitocracia quedan (faltaría más) algunas cosas buenas: las infraestructuras son mucho mejores, tenemos algunas multinacionales importantes, algunas de nuestras empresas se han modernizado…

Pero en el lado negativo queda una nación dividida en 17 miniestados, cientos de miles de millones de euros de deudas y los clásicos problemas de la economía española: minifundismo y gremialismo empresarial, falta de tecnología y de diseño, exceso de mentalidad estatista, corrupción, demasiados funcionarios, pésimo e hipercaro sistema educativo, falta de multinacionales, dependencia energética…

EL DÉFICIT.

Sea como sea, incluso rozando el fraude contable, el déficit público de este año no va a ser superior al 9,00 % y si por algún casual llegase febrero y una vez hechas las cuentas el déficit fuese mayor el gobierno procederá a realizar mayores recortes.

En cuanto al déficit público del año que viene el gobierno fía su cumplimiento (6,00 %) a un crecimiento económico del 1,3 %. Ese crecimiento añadido a una inflación de más del 2 % y al aumento de los impuestos (IVA, impuestos especiales) conseguiría un incremento de los ingresos de 30.000 M€ que añadido a un recorte de gastos debido a la disminución de salarios públicos harían cuadrar las cuentas en ese 6,00 % de déficit público y en una deuda pública de un 65,00 % del PIB.

Pero el problema de cuadrar las cuentas de esa manera es que la reducción de salarios públicos, el congelamiento de las pensiones y el aumento de impuestos van a disminuir el consumo y prolongar una situación de crecimiento muy bajo.

Al final sólo se trata de disminuir el consumo privado para que el Estado tenga más recursos y así poder reducir el déficit. El clásico sacar el dinero de un bolsillo para meterlo en otro.

Pero la realidad es que sólo el gobierno cree posible alcanzar un crecimiento del 1,3 % para el año 2011.
Así que es más que probable que asistamos a nuevos recortes.

El año que viene también pagaremos mucho más caro el petróleo y el gas importado. Eso quiere decir que aunque exportemos más no podremos equilibrar nuestra balanza comercial.

Resumiendo nos espera otro año de agonía económica y de alto paro. Si la situación no degenera en revueltas sociales es simple y llanamente porque al PSOE no le interesa.

SOLUCIONES

La única salida es un reajuste de precios, empezando por los salarios y la vivienda. El problema es que el reajuste de salarios choca con los intereses de los sindicatos y el de la vivienda con el de los bancos y cajas de ahorros.

Y cuando digo reajuste de salarios hablo de reajustes en los salarios de los trabajadores protegidos detrás de buenos convenios y trienios de antigüedad que son los realmente beneficiados del marco legal laboral español y son a los únicos que defienden los sindicatos.

Y cuando digo reajuste del precio de la vivienda también estoy hablando de quiebras bancarias, porque la ficción de “el mejor sistema financiero de el mundo” se basa en algo tan sencillo como en mantener inflados los precios de la vivienda para que en los balances no aparezcan unos fallidos de escándalo.

La economía española necesita a gritos una pequeña dosis de deflación, justo lo contrario de lo que receta el establishment de los economistas. Aunque en el caso de la vivienda la deflación mas bien tendrá que ser grande y en otros casos los precios tendrán que aumentar necesariamente.

Si se liberaliza realmente el mercado de trabajo y los bancos sacan al mercado toda su cartera de viviendas estaríamos sentando las bases de la recuperación.

Necesitaríamos un largo periodo de transición para desmantelar el Estado del Bienestar pero los beneficios se podrían ver en pocos años.

PERO…

El problema es que todos los políticos y la inmensa mayoría de la gente sigue creyendo que el Estado del Bienestar es lo “bueno” y que debe seguir manteniéndose. Y como ese Estado del Bienestar es inviable económicamente, y por mucha demagogia y promesas que le echen los gobernantes ese hecho no va a cambiar, luego la gente acaba frustrada y confusa.

Curiosamente las reformas del Estado del Bienestar, que no son más que parches para que el invento aguante otro lustro u otra década más, son sistemáticamente utilizados para demonizar a los liberales. ¡Como si los liberales tuviésemos la culpa del fracaso del Estado del Bienestar!! ¡Como si los liberales no hubiésemos dicho hasta la saciedad que el Estado del Bienestar es inviable y dañino!!

Desde luego los políticos son geniales tanto si su sistema triunfa como si fracasa los malos son los liberales… y la gente se lo cree.

Algo parecido pasa en el tema de la energía. La gente odia la energía nuclear y le encantan las renovables, pero cuando llega la factura ponen el grito en el cielo y acusan a las empresas eléctricas y al malvado capitalista de turno.

RESULTANDO QUE…

Dado que ni los políticos ni la gente quiere cambiar de sistema lo que tendremos es más de lo mismo. Los recortes en el Estado del Bienestar mantendrán el numero de parados y el PIB en las mismas cantidades que tenemos y por tanto harán imposible la salida de la crisis.

Pero como todo puede empeorar está la amenaza de la subida del petróleo y de otras materias primas que podrían hace que volviésemos a la recesión. Hoy he oído que la economía española puede aguantar un precio del petróleo por encima de los 100 $ de una manera continuada sin problemas. Teniendo en cuenta que este año el precio medio ha estado en los 75 $, pensar que una subida del 40 % no va a afectar (dramáticamente) a la economía española… en fin se oyen tantas tonterías en la televisión y en internet.

El año que viene será el primero de la época del fin del endeudamiento, nadie va a querer salir perjudicado del colapso del sistema del Estado del Bienestar, pero inevitablemente un 10% o 15% de la gente va a perder su estatus económico y se verán sumidos en una situación de pobreza severa y permanente.

Contra lo que parecería evidente no van a ser esas personas las que más problemas van a crear sino la gente de clase media alta, que mientras la crisis sea una cosa de los telediarios no se preocupa, pero que no admitirá que la crisis le afecte a ellos.

En mayo habrá elecciones. ¿Un resultado desastroso del PSOE ? Depende de lo que se entienda por desastroso, yo creo que el PSOE va a perder pero que de desastre nada. En cualquier caso el PSOE sigue controlando la calle, los sindicatos, los “intelectuales” y los medios, que nadie menosprecie eso.

Y luego está el problema secesionista.

Las cosas pintan cada vez peor. No es que no haya solución, es que la mayoría de la gente se cree la fantasía del Estado del Bienestar, en otras palabras: son estatistas. Ese es el problema.