El ratón de oreja corta bávaro (Microtus bavaricus) llevaba 45 años en la lista de mamíferos extinguidos por la acción humana. Reapareció misteriosamente el pasado 2006. Un caso aislado? Un misterio? No
El trabajo que acaban de publicar Diana O. Fisher y Simon P. Blomberg en la revista «Proceedings of the Royal Society B» bajo el título «Correlates of rediscovery and the detectability of extinction in mammals» nos muestra que no se trata ni de una casualidad, ni de un misterio, ni de un caso aislado. Los investigadores australianos llegan a la conclusión de que los mamíferos declarados como extintos por limitación de su hábitat natural (fruto por lo general de la acción humana) son más fáciles de reencontrar que aquellos que desaparecen por el efecto de depredadores (la caza entraría en este apartado, pero no es el único factor de depredación) o enfermedades.
De las 187 especies de mamíferos declaradas como extintas desde el año 1500 han sido «redescubiertas» nada menos que 67, algo más de la tercera parte. No sólo consderan que el impacto de la pérdida de hábitat sobre los mamíferos puede haber sido sobreestimado, invitan a concentrar los trabajos de descubrimiento de nuevas especies también en el redescubrimiento de las que se creen desaparecidas.
Si tenemos en cuenta además que el 99% de las especies desaparecidas en el planeta Tierra lo hicieron antes de que los humanos empezásemos a cultivar y construir, parece que los efectos de nuestra especie sobre la variabilidad y riqueza específicas de la fauna y flora planetarias son bastante relativos, por no decir cuasi insignificantes. Una cosa es concienciarse de que podemos (debemos!) compartir espacios con otras especies, otra muy diferente obsesionarse con la idea de que somos más malos que la quina.
No tiene que ser así. Depende del nivel de variabilidad genética del que partiera, seguramente hay pocos individuos y la población esté bastante tocada. O puede ser que no.
Sólo digo que sin más estudios concluyentes no podemos felicitarnos porque haya aparecido «el lobo de Tasmania», sólo ser prudentes con los datos.
Y mientras el hombre reduzca los habitats naturales de estos bichos y se cargue eslabones de la cadena trófica, poco se podrá hacer excepto ser escépticos.
Chess, por supuesto que no. Pero tampoco de la otra manera. Prudencia y una buena dosis de escepticismo es precisamente de lo que adolece el legislador en estos tiempos que corren.
La naturaleza (y nosotros somos parte de ella) siempre ha funcionado así: las especies hacen todo lo posible por optimizar su medio y eliminar la concurrencia-enemigos-amenazas.
Nuestra especie es agresiva, pero no eterna.
¿Alguien ha dado datos del censo de la población de esas supuestas especies aparecidas?
Porque si el número de individuos reaparecidos no es importante, especialmente en mamíferos, no será viable la supervivencia de la especie. Tanto desde el punto de vista demográfico como genético.
No me consta, Chess. Pero piensa un segundo: si una especie ha logrado sobrevivir más de 40 años (en el caso del ratón bávaro eso supone entre 4 y 6 generaciones) sin medidas especiales de protección -obvio, no se protege lo que no existe- sólo cabe pensar que la variabilidad genética es relativamente normal para una especie endémica, no crees?
🙂
A mí me pasó un caso curioso relacionado con una supuesta extinción en la isla de Tabarca, que es, para quien no la conozca, una pequeña y preciosa isla plana frente a la costa alicantina. Resulta que soy aficionado a la entomología y en el año 2004 años recogí una especie de escarabajo allí (Akis elegans) que un trabajo de una entomóloga en los años 90 había dado por extinguido. Dos años después volví y allí seguía la especie vivita y coleando. La posible causa de extinción que mencionaba esta investigadora era ¡el exceso de turismo!. Lo que deduje que pasó fue que el muestreo supuestamente intensivo en que se basaba para declarar exinta la especie se hizo en zonas no habitadas de la isla y este insecto suele vivir cerca de las casas, e incluso dentro de los pueblos
Creo que está muy sobrevalorada la capacidad que el hombre tiene de alterar el medio. La naturaleza siempre se abre paso y además lo hace muy rápidamente.
Y hablando de impuestos, el gravamen de emisiones de CO2, se supone (en teoría, que habrá que ver a dónde va realmente), que se usa para crear sumideros o captadores de CO2 que recuperen parte o todo lo emitido. Los volcanes o los océanos emiten muchísimo más CO2 que los humanos…, pero a éstos no se les puede hacer pagar, así que pagaremos los tontos (para que unos listos vivan mejor).
Y, curiosamente, una de las medidas de captura de CO2 es plantar árboles…, que necesitan CO2 para desarrollarse. El CO2 nos dicen que es malo. Pero ¿puede ser considerado malo algo que es bueno para las plantas? Curioso.
Ah, que es malo porque sube la temperatura!
Aparte de que no está demostrado que suba la temperatura por el aumento de CO2 o que se a la inversa: que suba el CO2 después de que haya subido la temperatura, tenemos que aceptar que más temperatura sea malo para la vida en el planeta.
La historia nos dice lo contrario, que a más temperatura, mejores cosechas para los humanos y más vida en general en todo el planeta…, pero si ahora sube la temperatura, hay que tasarlo con impuestos como sea.
Cuando baje, ya se tasará de otro modo igualmente.
Creo que me he salido un poco del tema. Disculpas por ello.
Pero al final, todos estos temas ecoligistas están ligados y llevan un mismo hilo conductor: el dinero.
Lo mismo da hablar de temperaturas, de CO2 o de especies desaparecidas.
Sí señor, estoy completamente de acuerdo contigo.
Lo que ocurre es que considerar a la especie humana como no tan dañina, no vende…, y lo que es peor, no se puede gravar con impuestos.
Aquí de lo que se trata es de concienciar a la gente de que estamos acabando con el mundo (¿cuánto tiempo llevamos haciéndolo ya y mira que es cansino el mundo que no se quiere morir?)
Y por lo tanto, purgar nuestros pecados a base de impuestos.
Al menos la religión católica sale más barata: unos pocos Ave Marías y ya está ganado de nuevo el paraiso.
Pero esta otra religión es más materialista…, y los pecados contra el medio ambiente (si es que realmente son pecados, como expulsar CO2) sólo se perdonan con euros o dólares.
Y encima, por mucho que pagues, el CO2 emitido o las especies desaparecidas no van a volver…, pero unos cuantos consideran que ese dinero no es tuyo y que vivirás mejor sin él.
Y algunos lo aceptan hasta encantados.