Normalidad y homosexualidad

homosexualidadAdolphe Quetelet soñó con una física que permitiese comprender y dirigir los fenómenos sociales, a la que se denominó, naturalmente, física social. El ideal, a juicio de Quetelet, era l’homme moyen, el hombre medio. Lo que ahora se denomina «normalidad» no deja de ser, en cierto sentido, una copia imperfecta de la platónica (y aristotélica) propuesta de Quetelet.

Los homosexuales representan, desde el origen de los tiempos, una minoría. Su aceptación en las distintas culturas ha sido variable, pero en ningún caso ha podido considerarse la homosexualidad como una norma.

Pueden leerlo en Libertad Digital

Germanico
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No hay aprendizaje sin error, ni tampoco acierto sin duda. En éste, nuestro mundo, hemos dado por sentadas demasiadas cosas. Y así nos va. Las ideologías y los eslóganes fáciles, los prejuicios y jucios sumarios, los procesos kafkianos al presunto disidente de las fes de moda, los ostracismos a quién sostenga un “pero” de duda razonable a cualquier aseveración generalmente aprobada (que no indudablemente probada), convierten el mundo en el que vivimos en un santuario para la pereza cognitiva y en un infierno para todos, pero especialmente para los que tratan de comprender cabalmente que es lo que realmente está sucediendo -nos está sucediendo.

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17 comentarios

  1. No tengo eso demasiado claro PEP. ¿Por qué habría la naturaleza, en principio ciega, diseñar un control de natalidad? ¿Qué sentido tendría este en nuestro pasado evolutivo, en el que tan poco espacio y espacio ecológico ocupábamos?

  2. La homosexualidad es una herramienta de control de natalidad diseñada por la naturaleza. En principio ni las lesbianas ni los homosexuales tendrian descendencia.

  3. Yo también soy zurdo, FTW. Durante mucho tiempo la zurdera se ha considerado una aberración, pero hoy eso está superado y ya casi nadie habla de ello.

  4. En el último post de su blog Moa habla de culturas y civilizaciones superiores.

    Estoy muy de acuerdo con casi todo lo que dice, pero me sorprende que salte de la exaltación de la grandeza de los griegos, entre quienes el sexo homosexual alcanzó su máxima «normalidad» en el apogeo mismo de su civilización, al tema que le ocupa estos días de la homosexualidad, esta vez vinculada sutilmente con la decadencia moral de occidente.

    Son los colectivismos los nefandos, y la presión (violencia) que ejercen, así como la igualación e igualación moral que imponen. El «colectivo gay» es una farsa peligrosa, como lo es el colectivo obrero, o el colectivo femenino o cualquier otro que se considere.

  5. .
    Hola, quería hacer una ligera disgresión sobre otra «normalidad», tambien minoritaria, pero que no siempre ha sido considerada como parte del patrimonio personal. Me refiero a la zurdera.

    Mi hijo mayor es zurdo, muy zurdo, desde su infancia. Siempre nos preocupamos en su niñez de ponerle los cubiertos en la mesa del lado izquierdo (aún lo hago cuando viene a comer a nuestra casa), la iluminación para estudiar por el lado derecho, etc. Pequeñas cosas que le hagan sentirse confortable. Es así y así será siempre.

    Pero recuerdo que cuando comenzó el EGB me contó mi mujer que la madre de otra niña, compañera de mi hijo, la llevaba con la manga izquierda de la bata cosida al bolsillo, para obligarle a usar la mano derecha. Mi mujer, horrorizada, le dijo que eso no era bueno y que nuestro hijo era zurdo tambien y eso era su forma de ser.
    A lo que la señora contestó : Sí, pero la mía es niña…

    Lo que nunca se le ha ocurrido a mi hijo ni a nosotros es organizar el Dia del Orgullo Zurdo, ni decir tonterías zurdas ni acaparar espacios mediáticos con zurdos.

    En mi modesta opinión es precisamente eso lo que más estigmatiza hoy dia a la homosexualidad : lo poco normales que quieren ser.

  6. Dicen en El Plural que mi artículo trata de zanjar la polémica. No lo pretendo.

    Por su parte, Javier Moreno trata de zanjar la polémica al afirmar que “su ubicuidad en todo tiempo y lugar nos obliga a considerar la homosexualidad natural, tan natural como la heterosexualidad, y, por tanto, tan normal. Aunque se desvíe de la media y de quienes tienen en ella puesta sus ramplones ideales”.

    El mismo argumento que señalan le parece a Moa bastante flojo.

    Emplea Javier Moreno este argumento como base de su opinión en un artículo de ayer en LD sobre la homosexualidad: «Su ubicuidad en todo tiempo y lugar nos obliga a considerarlo natural, tan natural como la heterosexualidad, y, por tanto, tan normal. Aunque se desvíe de la media y de quienes tienen en ella puesta sus ramplones ideales». El argumento no es muy bueno. En todo tiempo y lugar ha habido y seguirá habiendo perturbación mental, mudez, ceguera, drogadicción, prostitución, delincuencia, bestialismo, etc. Por lo tanto, se trata de cosas naturales, si se quiere tan naturales como la cordura, la visión o el habla, la sobriedad, la fidelidad matrimonial, la honradez, etc. Pero ello no las hace «tan normales» y mucho menos tan deseables como lo contrario. De modo que, si quiere defender el homosexualismo, deberá buscar argumentos menos equívocos.

    Creo haber expuesto más arriba en este hilo de comentarios porqué considero que no incurro en la falacia naturalista (al margen de que el argumento presentado merezca un refuerzo). La homosexualidad, como tal, no es una forma de violencia (contra los demás o contra uno mismo), y no es adecuado compararla con el bestialismo o la drogadicción, por ejemplo.

    Toda la polémica de LD sobre homosexualidad y normalidad la tienen aquí.

  7. Agustín, los debates de este tipo siempre son polémicos. Pero no creo que debiera llegar la sangre al río.

    Daoiz, estoy de acuerdo en todas tus puntualizaciones, salvo quizás la referente a Moa. Para mi sigue valiendo lo mismo que antes, al menos como historiador de nuestra historia reciente y como pensador conservador. Creo que se equivoca de parte a parte en cuanto se le pone frente a la naturaleza humana, pero en fin, nadie es perfecto….somos -¡humanos!!

    Es cierto, EOF, que Pío Moa no ha dicho nada de que salirse de la normalidad estadística sea una desgracia. Ha apuntado que la homosexualidad lo es, y que no es normal. Con esos ingredientes yo he hecho esa tarta….¡con forma de campana de Gauss!

    Ijon, hay mucha gente presuntamente liberal a la que, si le rascas un poco, les salen unos sarpullidos conservadores o igualitarios la mar de curiosos. Me atrevería a decir que el liberalismo es una fina capa que tenemos algunos sobre una sustancia más bien egocéntrica y tribal….

    Francisco Javier, el chiste es bueno. Yo me lo conocía en la versión diálogo entre dos amiguetes. Frente a los normalizadores que quisieran prohibirla tenemos a esos otros que quisieran imponerla como una falsa «normalidad», como algo igual que la heterosexualidad en todos los sentidos, como una opción (lo que dice Daoiz en su punto 1) igual que cualquier otra y perfectamente equiparable a cualquier otra. En eso seguro que estaría de acuerdo con Moa. Encubre una visión errónea de nuestra naturaleza, pero en fin, ese es otro debate.

    Plazaeme, dejemos que Moa sea el abuelete que nos cuenta batallitas…de la guerra civil, no vayamos a pedir peras al olmo. Eso sería -¡contranatura!!

    Salu2

  8. Han montado todo un debate paralelo al de Marco, Moa, Esplugas y Losantos en los comentarios a mi artículo. Como no tengo clave para comentar en LD, ni sé cómo obtenerla, me veo fuera de dicho debate.

    Deliberadamente no nombré a ninguno de los implicados en la polémica, porque mi intención era reflexionar sobre lo que entendemos por «normal» cuando hablamos entre nosotros, y lo que puede significar realmente.

    Ateniéndonos a la definición de la RAE, que siempre es útil, tenemos que «normal» es:

    (Del lat. normālis).

    1. adj. Dicho de una cosa: Que se halla en su estado natural.

    2. adj. Que sirve de norma o regla.

    3. adj. Dicho de una cosa: Que, por su naturaleza, forma o magnitud, se ajusta a ciertas normas fijadas de antemano.

    Al final del artículo señalo que la homosexualidad es tan normal, es decir, tan natural (acepción 1) como la heterosexualidad. Y así es. Parece que existe una predisposición a la homosexualidad en algunas personas, una tendencia innata, una base biológica. No es que sea determinista, tal como lo sería Laplace, pero si creo que pueden existir determinadas combinaciones de genes que, a lo largo del desarrollo biológico, den lugar a sutiles cambios en la anatomía y/o función cerebral que lleven al organismo que las posee a ser potencialmente homosexual. Y esto sería por tanto algo TOTALMENTE natural. Se observa que en todo tiempo y lugar hay homosexuales, lo que pone de manifiesto que en toda población humana existe un número de individuos que tienen un genotipo que puede dar lugar a un homosexual, que puede expresarse en un fenotipo homosexual. ¿Todo el mundo puede serlo? No lo creo. Pero si hay personas que se sienten inclinadas a ello y otras que con un pequeño empujoncito ambiental pueden acabar siéndolo, total o parcialmente (pensemos en los bisexuales).

    Algunos comentaristas me han hablado, sin nombrarla, de la falacia naturalista. Han sugerido que podría estar incurriendo en ella, es decir, que podría estar incurriendo en la falsa creencia de que algo natural es, por ser natural, bueno. Y para ilustrarlo señalan que el suicidio, la pederastia, la violación y otros comportamientos malos son naturales. Sobra decir que implicitamente ponen en el mismo lugar al comportamiento homosexual que a todas esas aberraciones. ¿Qué tienen pues de aberrantes, dichos comportamientos, que no tenga la homosexualidad per sé? La violencia. La homosexualidad como tal no supone una violencia, si es practicada por dos adultos libres y responsables. Pero una violación, el sexo con menores o incluso el suicidio constituyen formas de violencia en las que una de las partes (en el suicidio todas) resultan gravemente dañadas.

    Otros, sutil e implicitamente, sugieren, sin decirlo, que dicha violencia, en el caso de los homosexuales, es contra ellos mismos. ¿Qué cómo lo hacen? Pues diciendo que es una perturbación psicológica merecedora de tratamiento. No voy a entrar en las derivaciones políticas de este planteamiento, que son claras. Pero poner la homosexualidad en plano de igualdad con la depresión, la ansiedad o incluso la esquizofrenia es médicamente erróneo. Casi todas las dolencias del alma tienen por víctima consciente a quien las padece. El sufriente afectado quiere salir de ellas y pide ayuda a un profesional, o, si desconfía de estos, trata de salir por sí mismo de su situación, de su pozo, bien tomando drogas, bien buscando algo que le anime o tranquilice. En el caso de la esquizofrenia puede perderse por completo el sentido de la realidad, pero sería absurdo decir que un homosexual ha perdido por completo el sentido de la realidad. Así pues, ¿qué nos queda? Pues que si un homosexual es consciente, libre, voluntariamente homosexual, no violenta a nadie, y no le da la puñetera gana de «corregirse», de «regresar a la media», no se le puede calificar de enfermo. Y punto.

    La segunda y la tercera acepción de «normal» tomadas del diccionario son las que más se «ajustan a la norma» de quienes establecen la norma a la que ha de ajustarse la sexualidad. Son las que pueden llevar dentro de sí el planteamiento «normalizador» de Quetelet.

  9. He tratado de aclarar que Pío Moa no decía tal. He dejado los enlaces sólo para que, quien lo deseara, pudiera comprobar que mis citas eran correctas.

    Es una lástima que el debate se haya centrado en la «normalidad», orillando lo que Pío llama el homosexualismo. Con la misma intención que Pío Moa, pero en un sentido más amplio, puede leerse el artículo de Vázquez Rial, pero con mucho más respeto por los homosexuales.

  10. Un coñazo de discusión. Es imposible seguir a Moa por la cantidad de chorradas que dice en este tema. Pero sus contrarios no son mancos (y no me refiero a Germánico). Se podría seguir perfectamente el razonamiento de Moa para concluir que un Einstein es un anormal, y un desgraciado.

    Así que al final todo está sacado de quicio, y es una discusión absurda. No es realmente una discusión, sino una forma de aporrear al enemigo con la primera piedra que se encuentre por ahí. Sin que esté siquiera claro por qué es el enemigo.

  11. Un chistorete sin afán de ofender, con todo humor y respeto para los compañeros libertarios:

    «Antiguamente la homosexualidad estaba prohibida en España, luego fué tolerada y hoy es algo normal… Yo emigro antes que sea obligatoria.»

  12. No, Ijon, Pío Moa no ha dicho que «salirse de la normalidad estadística es una desgracia».

    La primera vez sólo dice «sin duda lo es».

    La segunda vez afirma que «La sexualidad normal se establece entre hombres y mujeres, tiende a la reproducción y, quizá por ello, a una unión estable, se cumpla luego o no. Hay, claro, otras formas de sexualidad, entre ellas la homo, pero defectuosas a mi entender». Luego, no hay ninguna referencia a un criterio mayoritario.

    La tercera vez, sostiene que «La misma división natural del ser humano en mujeres y varones, la misma forma y funciones de los órganos sexuales, las inclinaciones psíquicas muy mayoritarias y la dependencia de ellas para el mantenimiento y reproducción de la especie, nos indican con plena evidencia lo que es ‘normal’ al respecto». Como puedes leer, el criterio mayoritario es sólo uno de varios. En el mismo artículo, más adelante, afirma que «Aquí no hay nada que imponer, viene impuesto por la naturaleza; ni se deduce de ello que haya que eliminar a nadie. Decir que la homosexualidad es, en ese sentido, una desgracia, ni es una blasfemia ni supone que los homosexuales deban ser colgados de las grúas».

    La cuarta vez, insiste en el mismo concepto de normalidad. Toma como punto de partida que «La heterosexualidad es la forma de sexualidad más normal en el sentido de la más extendida», para acabar afirmando que «la heterosexualidad es la sexualidad normal, no solo en el sentido de que sea la más corriente, sino la más adecuada a la división en dos sexos y a la reproducción», y a la familia. Pío Moa continúa con su razonamiento, que puede leerse en su bitácora.

    Uno puede estar o no de acuerdo con lo que dice Pío Moa, pero hay que empezar sabiendo qué es lo que dice.

    Si las razones que tienes para llamar totalitario a Pío Moa son las mismas que tienes para llamarme «fachilla asimilado», te respondo con tus propias palabras y con el mismo sentido: «en fin, es lo que hay».

  13. Buen artículo Germánico. De toda esta polémica extraigo dos conclusiones:

    1. Para los totalitarios de cualquier signo, salirse de la normalidad estadística es una desgracia.

    2. Sabíamos que la opción liberal era en general minoritaria en la sociedad. Algunos sospechábamos que también lo era entre los lectores de LD (no entre los autores). Leyendo los comentarios a tu artículo y a los del resto de columnistas, parece evidente que el balance entre liberales y democristianos (o fachillas asimilados) está descompensado a favor de los segundos. En fin, es lo que hay.

  14. na respuesta rápida a Agustín.

    «Lo de LD con la homosexualidad parece un sainete». Yo lo llamaría debate, pero es cuestión de preferencias.

    «Pío Moa erre que erre». O sea, defiende sus ideas… como Mill, Germánico, Luis, etc.

    «Denuncia en su blog las pasiones que levanta el asunto en otros». Compara los artículos de José María Marco, Albert Esplugas y Jiménez Losantos con el de Germánico, y luego me cuentas.

    «Cuando es él quien está totalemente obsesionado, incluso titulo (sic) un libro suyo La sociedad homosexual». No he leído el libro, así que no puedo opinar. Pero sí puedo decirte que Pío Moa escribe su artículo después de que: 1) el Ministerio de Industria haya multado a Intereconomía TV por un anuncio de autopromoción supuestamente «homófobo» emitido el año pasado, a raíz de una denuncia de una asociación de homosexuales andaluces; y 2) otra asociación de homosexuales haya pedido el cierre de Intereconomía TV. Tú mismo.

    «En eso es igual que Fidel Castro». Fidel Castro enviaba a los homosexuales a campos de trabajos forzados. Pío Moa se ha limitado ha decir que no son normales, en el sentido que emplea Germánico en su artículo. Esto es, no pretende en ningún momento que se les persiga ni discrimine por ser homosexuales. De hecho, su artículo era más bien una crítica a lo que él llama homosexualismo, de lo que te he puesto un ejemplo en el párrafo anterior.

    «Será que los extremos se tocan». Ya: Pío Moa = Fidel Castro. Será porque el padre de Fidel era gallego.

    «O que alguno a (sic) regresado a sus orígenes». O sea, que Pío Moa es extremista, pero no sabes si de izquierdas o de derechas. Yo a eso lo llamo empanada mental.

    «Y luego ensalza en (sic) franquismo para disimular o para volar la casa desde dentro». Pío Moa juzga el franquismo en su contexto histórico. Por no alargarme: Pío Moa defiende que la victoria de Franco en la Guerra Civil fue un mal menor. Lo mismo que Unamuno, Gregorio Marañón y Ortega y Gasset.

    «Ni un saboteador lo habría hecho mejor de lo que lo está haciendo Moa». O más bien son Marco, Esplugas y Jiménez quienes han sobrerreaccionado. En un país donde se ha legalizado el matrimonio homosexual contra la Constitución Española, ¿realmente hay quien cree que los «derechos» de los homosexuales corren «peligro»? Ni Pío Moa pretende que se les discrimine, ni tiene tanta influencia.

    «¿Quién será el próximo fichaje estrella de Libertad Digital?» Llegas tarde. Pío Moa lleva escribiendo unos cinco años para Libertad Digital. Que yo recuerde, empezó con una serie sobre la Guerra Civil en lo que entonces era el Semanal de Libertad Digital.

    «¿Echarán a Federico por insultar a Moa incluyendo una nota de disculpa de la redacción?» ¿Te gustaría que echaran a Federico?

    «Eso ocurre cuando algunos renuncian a los principios y al honor por unos cientos de visitas más a la semana». Casi estoy por preguntarte cuál de los dos vende más libros. Por no decirte que Jiménez Losantos tiene un programa de radio que escuchan cada día cientos… de miles.

    «Allá ellos». Pues son dos de las pocas personas que defienden este país, digo nación, digo… Aunque, claro, tal vez prefieras a Gabilondo, ese que dijo que, según tres fuentes antiterroristas distintas, habían sido hallados terroristas suicidas el 11-M para, años después, echarle la culpa a una becaria.

  15. En mi opinión:

    1. La homosexualidad no es una «opción». Una persona no se levanta un día y dice: «veamos, voy a probar a ver qué me apetece más, carne o pescado…». Por el contrario, es una inclinación natural (como la naturaleza es sabia, en más de un 90% produce individuos heterosexuales). Hay comportamientos homosexuales en los animales, y no creo que sea una opción, sino una característica de esos animales, como puede serlo tener un oído muy fino, o ser estrábico, o tener los dientes muy grandes.

    2. La homosexualidad no es ni debe ser ningún tipo de desgracia. Para mí, los HS tienen todo el derecho del mundo a serlo y la sociedad tiene el deber de no discriminarlos. No de «tolerarlos», pues el mero término me parece discriminatorio.
    ¿hay que explicitar que la sociedad no debe discriminar a los miopes o a los muy fuertes o a los muy bajitos?

    3. No me parece correcto ni necesario que en las escuelas se informe abundantemente sobre el tema, y menos de forma sesgada (por uno u otro signo). No me parece bien que en toda serie de televisión haya personajes homosexuales que centren la trama, y que sean siempre buenos y simpáticos.

    4. Coincido en un 90% en la crítica a Pío Moa sobre el tema en LD. Me parecen lamentables las opiniones del caballero sobre el tema y su victimismo actual. De hecho, ha bajado enormemente en mi apreciación personal

    Germánico, mola que a estas alturas de la peli os llamen a Federico o a tí «progres»….cojopios, casi me gustaría que me lo llamaran alguna vez, para ver qué se siente!

    • Pues para mí, mi homosexualidad es una elección propia. Y no discuto que sea  algo acorde con la naturaleza física y connatural de alguien. Pero no trato de sentar cátedra con ello. Y conozco un montón de personas que están en mi misma situación, bien porque lo han tenido claro desde siempre, o desde hace relativamente poco.

  16. Lo de LD con la homosexualidad parece un sainete. Pío Moa erre que erre, y encima denuncia en su blog las pasiones que levanta el asunto en otros, cuando es él quien está totalemente obsesionado, incluso titulo un libro suyo La sociedad homosexual. En eso es igual que Fidel Castro. Será que los extremos se tocan o que alguno a regresado a sus orígenes y luego ensalza en franquismo para disimular o para volar la casa desde dentro. Ni un saboteador lo habría hecho mejor de lo que lo está haciendo Moa. ¿Quién será el próximo fichaje estrella de Libertad Digital? ¿Echarán a Federico por insultar a Moa incluyendo una nota de disculpa de la redacción? Eso ocurre cuando algunos renuncian a los principios y al honor por unos cientos de visitas más a la semana. Allá ellos.

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