Nueva expresión de la opresión españolista contra el catalanismo integrador: El Tribunal Constitucional

Lo que hace algo más de cuatro años era sólo otra de la infinidad de tonterías que pasan por la cabeza de nuestros políticos se ha convertido, de golpe y porrazo, en el más directo competidor que tiene la crisis económica en el ranking de problemas a los que España se debe enfrentar.

Esta tarde, el Presidente de la Generalidad de Cataluña, José Montilla, saldrá envuelto en la señera catalana bajo el lema “Somos una nación, nosotros decidimos”. No hay que hacer un doctorado en ciencias políticas para darse cuenta del fuerte aroma independentista y electoralista, así como de que será multitudinaria, si bien deberán tener cuidado de la basura parasitaria que se les puede adherir.

Me van a permitir que haga un resumen de todo lo que ha pasado, y espero no olvidarme de ningún detalle importante.

Año 2002 (aprox.). Pujol está en su última legislatura, a punto de retirarse tras haber dominado Cataluña como si fuera el jardín de su casa durante más de veinte años. Su gestión, al menos en lo que se refiere a resultados (crecimiento, tasa de paro, competencias transferidas), es muy buena, de modo que la izquierda catalana, teniendo que ofrecer un producto superior, se empieza a desarrollar la idea de que hay que hacer un nuevo Estatuto para Cataluña. Llega septiembre de 2003 y Zapatero, todavía jefe de la oposición, monta un mitin en el Palau San Jordi para la campaña electoral del PSC y dice que el Parlamento catalán aprueba un nuevo Estatuto, él no será un estorbo y sería aprobado en el Congreso de los Diputados. Zapatero necesitaba a Pasqual Maragall para ganar las elecciones. En diciembre de 2003, Maragall es investido como President de Cataluña, y en marzo de 2004, Zapatero se convierte en ZP.

Tras duras negociaciones, Gobierno Catalán y Convergencia y Unión (el PP estaba boicoteado por los partidos catalanes) consiguen llegar a un acuerdo de proposición de nuevo Estatuto, Estatuto aprobado en septiembre de 2005 por el Parlamento de Cataluña. Debemos resaltar aquí que, entre los catalanes, el Estatuto  importaba un bledo a todo el mundo. Permitidme que cite a mi querida enemiga Jessica Fillol :

Aquellos para quienes el Estatut es la prioridad, en cambio, pasan de un 23% en marzo pasado a un 18% en estos momentos. Si la reforma estatutaria no llegase a buen puerto por falta de acuerdo entre los partidos catalanes, el 58% de las opiniones es que no sucedería nada, frente al 36% que considera que éste sería un supuesto grave.

La encuesta de la época también tiene un dato la mar de divertido:

Entre los encuestados, una mayoría, el 45%, opina que Catalunya es una región más de España. No representan la mayoría de la sociedad catalana, pero son casi el doble de los que afirman que Catalunya es una nación. La mayoría de los catalanes se reparte entre el 31% que sostiene que “Catalunya es una comunidad con una personalidad diferenciada que debe tener un tratamiento específico”, en este caso político, y el 23% que opina que Catalunya es una nación.

Es decir, hace cinco años, el 75% de los catalanes no pensaba que “Catalunya” fuera una nación. Pero no nos distraigamos con la hemeroteca. La burocracia empieza a funcionar aquí. Como el resto de partidos catalanes ignoró al PP en la elaboración del Estatuto porque no eran suficientemente catalanes, el PP no se fiaba, y se dedicó a poner recursos a todo lo que se moviera. Dio igual. Fue aprobado por el Congreso de los Diputados, si bien con varios retoques, en mayo de 2006. En junio del mismo año, el Estatut es apoyado muy mayoritariamente por referéndum, si bien con una elevadísima abstención.

Por su parte, a los recursos de inconstitucionalidad planteados por el grupo parlamentario popular se les unen los planteados por varias comunidades autónomas, también gobernadas por el PP. Y el Tribunal Constitucional se pone a ello. Con un problema: El Estatuto se ha llevado tan al límite que cualquiera puede ver puntos de inconstitucionalidad. Normal que hayan tardado cuatro años.

¿Qué dice la Sentencia? Es tan extensa que tengo serias dudas sobre si merece la pena leerla. Tampoco es mi intención hacer un análisis exhaustivo de su contenido. De hecho, a los políticos catalanes les ha dado igual: han puesto el grito en el cielo cuando han visto que habían declarado inconstitucionales, retocado o interpretado algunos artículos, sin reparar en que a lo mejor podía ser el que en un texto en castellano “Catalunya” se escribe con Ñ o algún signo de puntuación extraviado.

Todos han hecho su trabajo. Cataluña está en su perfecto derecho de estudiar todas las posibilidades para tener el máximo nivel de autonomía que le permita la Constitución. La gente está en su derecho de votarlo. La oposición está en su obligación de plantear como inconstitucional aquellos artículos que estime como tales (mala suerte, Pérez Royo, mírate los artículos 162 de la Constitución y 32 de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional y luego nos cuentas). Y el Tribunal Constitucional está en su deber de declarar inconstitucional aquello que entienda así.

Emitida la Sentencia del Tribunal Constitucional, lo normal sería que Cataluña, o mejor dicho, los partidos catalanes, aceptaran lo que hay y trataran de hacer, si lo estimaran oportuno, otro Estatuto, que contara esta vez con todas las partes y cuyo encaje en la Constitución fuera más sencillo. Es lo que hacemos cuando cualquiera de nosotros presenta un proyecto en la empresa y nos ponen un montón de pegas. Y si no te gusta lo que hay, puedes proponer un cambio total de sistema, lo que incluiría la modificación de la Constitución, pero respetando la normativa que hay y de la que, en el fondo, emana el Estatuto.

estatut_manifaPues no. Manifestación al canto, reivindicación independentista con tufo electoral y a discutir sobre el sexo de los ángeles y de si la abuela fuma, que no tenemos suficientes preocupaciones.

De esto hay que sacar muchísimas reflexiones. Algunas de ellas son:

1.- Se mantienen las garantías jurídicas. Con todas sus chapuzas, que las tiene. Lo que resulta incomprensible e infumable intelectualmente  es que te llegue alguien y te diga:

En el camino han quedado muchas aspiraciones legítimas y, desde luego, una sensación de hartazgo y tomadura de pelo para muchos catalanes, defraudados por la guerra de borradores de un tribunal politizado hasta la médula y las pedradas de una derecha que otorga al texto constitucional características propias del derecho divino.

No es que sea derecho divino. Es que la Constitución ha sido respaldada por más gente que este Estatuto. También en Cataluña. De hecho, este Estatuto emana de la Constitución. Y estamos hablando de la seguridad jurídica de 46 millones de personas. Yo, si fuera catalán, a quien pediría explicaciones es a los políticos que les propusieron un texto inconstitucional. También hay que preguntárselo a los políticos españoles (del PSOE, para ser más exactos) por cuyo filtro pasó.

2.- España sigue siendo España. Otra cosa es que la selección española de fútbol, o la de baloncesto, o cualquier otra, tenga en el futuro la misma composición. Habrá que preguntárselo a Zapatero. No obstante, el cordobés Montilla tiene razón cuando dice que la Sentencia será un nuevo foco de problemas.

3.- De aquello que puede ser un trámite burocrático más, los políticos son capaces de sacar una crisis de Estado en dura pugna con la peor recesión que este país ha podido sufrir desde la posguerra. ¿Cómo es posible que si la mayoría de la gente piensa que si no aprobándose un Estatuto no pasaría nada grave, cuando sale aprobado en su mayoría llegue el Apocalipsis?

4.- Este Estatuto, independientemente de que tenga el respaldo de un referéndum, es una chapuza. Si algo deben pretender los estatutos, independientemente de de dónde provengan, es lograr una pacífica coexistencia con la Constitución. Esto no es buscar una coexistencia pacífica, sino abrir la caja de los truenos. Cuando menos, habría que replanteárselo.

5.- El Tribunal Constitucional ha tenido un marrón de narices, y ha gastado cuatro años, bordeando la legalidad en lo que se refiere a su funcionamiento normal, para emitir una sentencia que, para colmo de males, no ha salido por unanimidad. Cuatro años en los que no se ha dedicado a otras cosas.

6.- Da la sensación (esto no es un hecho objetivo) de que el Tribunal Constitucional puede dar una interpretación u otra de un texto en función de quién nombra al miembro. Se supone que los miembros del TC han de ser totalmente independientes. Urge una reforma (imposible) por la que los miembros del TC sean elegidos democráticamente entre los jueces.

7.- Con todo, la mayoría que la ha respaldado ha sido la “progresista”, es decir, la posición más afín. No quiero pensar en lo que habría pasado si la mayoría hubiese tenido un perfil distinto. Ello debería de hacer reflexionar a aquellos que defienden que se trata de una conspiración de la ultraderecha españolista.

8.- Podemos dar por hecho que se va a plantear, abiertamente, la reforma constitucional. Y eso, según la Constitución, nos afecta a todos. El aumento de la presión, de los prejuicios irracionales y de la retórica insultante para el intelecto medio promete alcanzar cotas nepalíes.

Personalmente, la actitud de los “catalanistas” me recuerda a la de esas tías petardas con las que algunos hemos salido alguna vez y que se dedicaban a buscar problemas y defectos a cualquier cosa que se les pusiera por delante. Su objetivo no declarado es romper, por supuesto, pero con un añadido fundamental: no quieren ser las malas de la película. La situación se va tensando poco a poco hasta que, de repente, uno se cabrea, la chica lo toma como excusa de que ya no la quieres y se larga.

Para desenmascarar a este tipo de personas, se les ha de preguntar cosas muy sencillas. Por ejemplo:

“¿Me quieres?”

Si te responden algo así como:

“Tenemos una relación satisfactoria y me gustaría que continuara así, pero para ello hay que modificar algunas cosas…”

…o un montón de palabrejas raras en plan sofista pedante, es que le importas un bledo. Y cuando hablo con un “catalanista”, la respuesta no es “Sí, aunque seas un capullo integral en esto”, sino la de esa pedante. Palabrería.

A mí me da exactamente igual que Cataluña se independice. Personalmente, me gustaría que el principal foco de mis problemas fuese yo mismo y no si a la niña petarda no le gusta el dormitorio y tengo que tocar los cimientos de la casa para arreglarlo. Pediría a los políticos catalanes que dejen de hacer demagogia, que dejen de mirarse el ombligo como si todo el país les debiera algo, que se tragaran el orgullo y que se centraran en los problemas reales de los ciudadanos. Si quieren largarse, que lo digan claramente. Si lo único que quieren es lograr identificar en el subconsciente colectivo a la derecha española con Franco, que lo intenten. Y si los castellanoparlantes catalanes no son capaces de superar sus complejos y están dispuestos a tragarse un estanque de sapos con tal de que no les llamen “charnegos” y dejen de sentirse ciudadanos de segunda, allá ellos. Mejor por vías pacíficas que a través de la violencia. Porque esta pataleta de día sí día también, en la que una parte siempre cede y la otra siempre gana, en la que jamás se reconoce una ínfima parte del inmenso esfuerzo de comprensión y respeto que ha hecho España, es cansina y previsible. De hecho, que este Estatuto iba a ser realmente problemático lo sabía hasta el que asó la manteca . Todo esto es ridículo.

Sea lo que sea, confío en que esta sentencia del Tribunal Constitucional lo acelere. El PSOE, a juzgar por las declaraciones de Blanco , seguirá en su estrategia de culpar al PP de todos los males de la tierra, incluso de aquellos en los que tienen mayoría en los Tribunales donde se juzgan. Sigamos ignorando a la mitad de España.

PD: Me apuesto un café a que mañana hay más gente celebrando el Mundial de España si gana a gente reivindicando Cataluña como nación.

Burrhus el elefante neocon
Burrhus el elefante neocon

Manolo Millón.
Licenciado en Psicología.
Máster en Dirección de Recursos Humanos.
De vuelta cuasiobligada en Málaga

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12 comentarios

  1. Cuanto más amplia sea la red de lenguaje mejor comunicación habrá.

    Por lo tanto, si todos los niños acaban la educación obligatoria sabiendo hablar castellano y catalán, mejor, ¿no?

  2. A mí me da igual que los musulmanes en España hablen árabe, ya sea en la calle o en casa. ¿Es que si me fuera a vivir a Marruecos mis hijos tendrían que dejar de hablar español? Es una tontería, y en ningún caso un problema. También hay colegios privados que enseñan en inglés, o en alemán, y la prueba son los hijos de Montilla.

    Ahora bien, Ahmed:

    «pero en la escuela nuestros hijos tienen derecho a recibir educación en nuestra lengua y de acuerdo con nuestros valores.»

    Vuestros hijos tienen derecho… a los derechos reflejados la ley donde se vive. Igual que los míos. Se llama igualdad ante la ley. Cataluña no es Marruecos. Ni siquiera es Ceuta, donde he vivido ocho años (por eso sé que eres catalán, ellos mismos no se plantean estas historias). Cataluña en España no es como si nos diera por tener una colonia en Marruecos. Tenemos demasiada mezcla de personas (si por algo nos caracterizamos los españoles es por nuestro dominio de las artes amatorias), demasiada historia en común (malditos romanos, malditos visigodos, malditos antecesores de los reyes católicos…), algo avalado con datos históricos y que, incomprensiblemente, se suele negar desde allí.

    El problema no es la educación en árabe. Que me da igual, como si se educan en inglés, alemán, italiano o chino. El problema es que alguien crea que se crea que Cataluña tiene la autoridad para pasarse la Constitución y sus procedimientos por el Arco del Triunfo y crea que puede disimularlo con ejemplos jurídicamente chapuceros.

    El tema de la lengua no tiene nada que ver con la cuestión jurídica, cuya seguridad sí se ha puesto en peligro. Por si no te has dado cuenta, la misma seguridad que obliga a respetar el catalán en vuestras aulas.

    Igual es que para algunos catalanes España es como Marruecos.

    No obstante, te reconozco la habilidad para intentar sacar una vena racista en este blog. A otro perro con ese hueso.

  3. Ahmed, no sé si te has fijado en que Cataluña es parte de España, lugar de la tierra dónde se habla el español, o castellano. No sé si te has fijado en las proporciones de castellanoparlantes, catalanoparlantes y araboparlantes, en su representatividad, y en la representación que han de tener los respectivos idiomas en la educación y en las instituciones.

    No sé si te has fijado, asimismo, en las diferencias culturales. Un catalán y un español no catalán no difieren tanto entre sí como respecto a un musulmán. Las costumbres e instituciones que han prevalecido en lo que se ha dado en llamar Occidente durante cientos de años han hecho posible la sociedad desarrollada y próspera (de momento) en la que vivimos.

    El multiculturalismo que propones es una farsa políticamente correcta que encierra dentro de sí la semilla del conflicto y la división. No se pueden mantener las culturas como compartimentos estancos, y menos los idiomas, que están para comunicarse. Cuanto más amplia sea la red de lenguaje mejor comunicación habrá. Las torres de Babel y los Reinos de Taifas no pueden ser el ideal en una sociedad en la que se pretendan mejorar las condiciones de vida.

  4. Muy bueno el post.
    A los miles y miles de musulmanes, norteafricanos en su mayoría, que vivimos en España nos llena de esperanza.
    Nos parece muy justo que los castellanoparlantes tengan derecho a recibir educación en solo su lengua aunque estén en Cataluña, cuya lengua es el catalán, y que ese idioma se lo guarden los catalanes en sus casas.
    Y si nos parece justo es porque nosotros aspiramos a lo mismo: conservar nuestra lengua y nuestra cultura en España. Y para eso confiamos en vuestra complicidad: vosotros os podéis guardar el castellano para vuestros hijos, que a nosotros no nos va a doler eso, pero en la escuela nuestros hijos tienen derecho a recibir educación en nuestra lengua y de acuerdo con nuestros valores.
    Es un derecho fundamental y muy humano que no nos podéis negar y espero que lo entenderéis porque con lo de los catalanes estáis muy sensibles. No quieras para tu vecino lo que no quieras para ti, y nosotros somos vecinos de toda la vida.
    Más tarde hablaremos del Islam y de nuestras leyes.

  5. Qué antipáticos se han vuelto, los catalanes y su insufrible complejo de superioridad. Lo que pretenden es como si, en la Unión Europea, los franceses, por creerse hechos de una pasta especial, pretendieran mandar más que nadie, pagar menos impuestos o tener más derechos que los checos o los holandeses.

    El caso es que Cataluña se independizará tarde o temprano, y ello después haber mangoneado todo lo que haya querido y más al estado, gracias entre otras cosas a la supremacía ganada con el Estatut. Lo mejor, pues, sería anticiparse a este designio y expulsarla de España, para que al menos no seamos el resto quienes le paguemos la secesión en cómodos plazos.

    Yo propongo cambiarles diez o quince empresas importantes por una independencia pacífica, sin boicots comerciales ni políticos, y facilitándoles su ingreso en todos los organismos internacionales, incluida la Unión Europea. Además, a ambos lados de la nueva frontera las cosas seguirían yendo más o menos igual, pero todos nos íbamos a sentir mucho mejor.

    Así que: ¡Fuera con ellos! ¡Adiós, Cataluña!

  6. Marcos:

    1.- Pais occidentales más socialistas: Suecia y Dinamarca, ambos pequeños.

    2.- USA pais occidental más grande, de los menos intervencionistas.

    3.- En todas las comunidades de España la sanidad y la educación son socialistas, las comunidades ricas tienen una o varias televisiones públicas. algunas como Cataluña y el Pais Vasco con «embajadas» en el exterior.

    3.- El cese de (una cierta redistribución de riqueza) entre las comunidades autónomas lejos de crear una

    desaparición (o disminución) de las tensiones en la sociedad, del clima de resentimiento y recelo, animadversión y desconfianza hacia el prójimo, etc. Aumento (aparición) de la solidaridad y cooperación espontáneas y libres.

    Atizaría unos odios feroces entre comunidades ricas y pobres. Los políticos de las comunidades pobres echarían la culpa del fracaso de sus sistemas de pensiones a las regiones ricas y empezarían campañas de boicot contra las regiones ricas.

    4.-

    desaparición (o disminución) de las tensiones en la sociedad, del clima de resentimiento y recelo, animadversión y desconfianza hacia el prójimo, etc. Aumento (aparición) de la solidaridad y cooperación espontáneas y libres.

    Esto si que es surrealista. Y dime marco ¿Cómo vas a determinar la nacionalidad de la gente? Los no nacidos en Cataluña pero que vivan en ella ¿Serán catalanes o no? Los catalanes que por cualquier razón esten viviendo en Sevilla ¿Podrán volver a Cataluña como ciudadanos de Cataluña o serán Andaluces?
    Familias divididas, matrimonios «mixtos».
    ¿Te das idea del increible follón que se montaría?

    5.- La inversión extranjera huiría de todas las comunidades autónomas, porque a los extranjeros les es dificil diferenciar entre comunidades autónomas y la sensación que se transmitiría sería la de una nueva Yugoslavia. Todas las comunidades autónomas sufrirían y mucho.

    6.- No tengo ni la más mínima idea de como dividir el ejército español entra las comunidades. La mayoría de los militares no van a aceptar la disolución de España. Además todos sabemos dónde tiene los problemas de Defensa España. ¿Va a defender el ejército vasco a Ceuta?

    7.- Las nuevas empresas multinacionales que surgirían al fragmentar España en 17 naciones serían otra fuente inagotable de conflictos y de posibles represalias fiscales.

    Resumiendo: fragmentar España en 17 estados ni ayuda a disminuir el tamaño del Estado ni generará más riqueza, más bien todo lo contrario: servirá para nuevas disputas, menor inversión y riqueza, exacerbación de odios y rencores entre los nuevos estados, fragmentación del mercado, imposibles fragmentaciones…

    Yo planteo simplemente reducir el Estado a lo mínimo, pero no en extension o población, sino en ingerencia en la vida de los ciudadanos y en control de la economía. En cambio el Estado debe, en mi opinión, ser de cada vez mayor extensión y población, por economía de medios y porque no entiendo que las leyes más importantes deban de ser diferentes de un sitio a otro.

    Saludos cordiales.

  7. Frid: No, si poder hablar en el idioma común puedes hacerlo. Otra cosa es que puedas rotular en castellano, cosa que el Tribunal Constitucional ha tenido que, incomprensiblemente, recordar.

    Spartan: Por suerte, Zapatero mintió. Lo que hizo cuando le llegó el Estatuto fue aplicar la ley. Esto es, revisarlo y someterlo a votación. Si hubiese sido aprobado tal y como lo parieron en Cataluña, habría sido un problema espantoso. Lo que ha pasado se resume en una palabra: procedimiento. El problema es que a algunos les molesta ese procedimiento. Y más aún, al no haber tenido gente totalmente independiente en el TC, estos no han hecho el cepillado que debieron haber hecho.

    Luego pasa una cosa con la legitimidad de los votos. Estoy totalmente de acuerdo con lo que dices. En serio, aquí el problema es que los políticos catalanes no hablan de una idea clara de Cataluña en España y que te responden con sofismas.

    Si ocurre lo que tú dices de abrir el melón constitucional, el tema se estancará, se pudrirá y será más contagioso. Esto ha sucedido tras estar discutiendo cuatro años un texto infumable.

    MILL: A mí ese debate se me escapa un poco de las manos. El tema de gastos es delicado. Comparto tu opinión en materia de seguridad. Hay otros en los que se «duplican» las administraciones y no tienen suficiente capacidad de maniobra. Habría que verlo todo con números y leyes, algo que por aquí no se nos da mal del todo.

    Saludos a todos.

  8. @Mill

    Vaya por delante que vaya forma más chabacana has tenido de abordar ese tema.

    Yo puse un exhaustivo análisis en mi blog explicando el porqué (uno de los porqués).

    ¿Cuál es tu argumento? ¿»Que no porque no y punto»?

    Sí que estamos bien.

    PD: y conste que yo no defiendo ni justifico el nacionalismo, y menos aún el separatista y regionalista, que me parece sucio, enemistador, racista y despectivo.
    No me mezcles con esas politiquillas para barriobajeros, que mi planteamiento está en otra dimensión bastante más seria.

  9. Muy bueno el post.

    A mí me preocupan algunos liberales que proponen la desaparición del Estado-nación… siempre que ese Estado-nación sea España y que en cambio les parece muy bien una especie de vuelta a la edad media con cientos de pequeños estados en toda Europa.

    Es un plantemiento a mi modo de ver absurdo. Si lo que pretendemos es un Estado mínimo lo más razonable es que este abarque el mayor numero de población y espacio.

    Vale que las comunidades autónomas gestionen asuntos como el mantenimiento de las carreteras o en la adjudicación de una contrata de basuras, pero que cada comunidad autónoma gestione cuestiones de defensa o tenga un código civil o penal diferente y tribunales diferentes es antieconómico y crea inseguridades jurídicas.

    Para qué 17 policias autonómicas ¿Para luego tener que montar un sistema informático para intercomunicarse? ¿Para que luego surjan las disputas policiales por hasta dónde se persigue a un delincuente?

    Con un Estado mínimo las competencias que quedan por repartir para comunidades y ayuntamientos son ridículas.

    Y lo que también es poco lógico es estar en la UE y que luego haya leyes diferentes para cada cosa. Los políticos viven de la inflación de organismos, leyes y competencias.
    ¿Qué ganamos nosotros con eso?

    Saludos.

  10. Burrhus, yo de todo el asunto me quedo con un par de cosas que me parecen graves. La primera, es que Zapatero no podía prometer que aceptaría cualquier estatuto porque el no es quien para prometerlo, de hecho nadie pude prometer que cualquier redacción del estatuto va a encajar en la Constitución. El tiempo ha demostrado por tres veces que el estatuto necesitaba un cepillado (una, en el congreso, otra, con implicación del mismo Zapatero en la noche de café y cigarrillos con Artur Mas, y la tercera y veremos si última en su paso por el TC). Es como si yo le prometo a un vecino mío que vamos a tener piscina en la finca, no es una decisión mía, sino de todo el edificio. Pero a nadie se le ocurrió explicarle eso a Zapatero, y dejar en evidencia que mentía como un bellaco.

    La segunda es esa idea que se oye cada vez más a menudo, la de saltarse una ley por ser «un estatuto votado por los catalanes». La única ley que puede refrendar un colectivo de gente es una constitución, a mi entender. Si se admite lo que resalto en negrita, se le está dando a los catalanes una soberanía que no les pertenece, pero que los políticos catalanes intentan arrogarse, sin máyor esfuerzo que dar por saco los 365 días del año. Sería una independencia conseguida sin lucha, sin una gota de su sangre, y encima pagada con el dinero de todos los españoles. Esta idea de que nos podemos saltar la ley con argumentos tan peregrinos como «lo ha votado el parlamento X», «la ha refrendado un grupo de personas Y» o «las intenciones eran nobles» (caso Garzón y su juicio al franquismo, y Almudena Grandes que sentenciaba: «la justicia está por encima de la ley»), cala en mucha gente (izquierda y nacionalismos) y demuestra el nivel que hay en España.

    PD. Sobre lo que dices de un inminente debate sobre una reforma constitucional (¿o constituyente?), es lógico pensarlo y parce muy lógico, pero creo que ni a PSOE ni a PP les convendrá y se negarán a ello o harán lo posible por encauzarla según sus intereses. No sólo les interesa a los nacionalistas (que intentarán hacer una constitución que les dé la independencia o una situación de confederación en la que puedan seguir con su demagogia y sus chantajes). A los que somos españolistas (que no nacionalistas españoles, a ese trapo no entro) nos interesa bastante cerrar el modelo autonómico de una vez por todas (o sustituirlo por otra cosa, yo soy partidario de eliminar las CCAA o de restringirlas mucho en ciertos asuntos), ahora que 30 años después hemos visto los fallos evidentes que tuvieron los «Padres de la Constitución» (con el objetivo imposible de integrar al nacionalismo) y que vigas son las más débiles de la estructura del edificio (disculpas por la cursilería). Te recuerdo también los debates que tuvimos aquí en DEE sobre el modelo de estado, donde uno de los problemas que discutíamos era la posibilidad de que se llegara a abrir el debate. Si se abre el melón, se va a apuntar todo el mundo, y espero que esta vez, si llega, no nos dejemos hurtar el debate por los políticos, que son los que más tienen que perder en el asunto.

    Saludos. XXX

  11. Me quejé porque no dejó que le pisara el pie… desagradecida España. Cualquier nacionalismo es despojarme a mí de parte del territorio común. Tengo derecho, como español, de ir con libertar por Cataluña y hablar la lengua común.

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